23vo_Final
23vo_Final
23vo_Final
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Quid<br />
Las huellas de un sueño<br />
Por Iván Guerrero Vidales | guerrero_ivan4@hotmail.com<br />
Explicar un sueño jamás ha sido una tarea<br />
sencilla. El desfile de aclaraciones,<br />
interpretaciones, resultados o soluciones,<br />
se ha extendido por un largo periodo de<br />
tiempo, al punto de reemplazarse o someterse<br />
a una clase de moda. A pesar del incremento<br />
de teorías y técnicas de análisis, pareciera menos<br />
sensato equiparse con todas pues el sueño,<br />
como objeto de deseo, ha resultado más<br />
elegante y refinado que cualquier intento de<br />
seducción y cortejo. Sin asegurar cual teoría<br />
resulta ser más convincente, si es derivada<br />
u oportuna, habrá de partir del supuesto de<br />
que, gradualmente, se ha ido profundizando y<br />
comprendiendo el asunto.<br />
En adición y para ser fiel a la tendencia, se<br />
abre camino la propuesta de medir elementos<br />
a nivel cognitivo y neurofisiológico del sueño<br />
con el objetivo de determinar la medida en<br />
que pueden ser causantes de la extravagancia<br />
experimentada durante la psicosis. Es decir,<br />
si el contenido de la psicosis es similar al del<br />
sueño y, de ser así, cómo lograría infiltrarse al<br />
estado racional de la mente.<br />
No debe extrañarnos si al entrar al mundo<br />
de los sueños encontramos contenido similar<br />
al de la psicosis. Su analogía ha sido descrita<br />
en un estudio (Scarone et al., 2008) por medio<br />
de una hipótesis interesante. Efectuado<br />
mediante el análisis de reportes de sueños y la<br />
aplicación de una versión reducida del Test de<br />
Apercepción Temática a 30 sujetos diagnosticados<br />
con esquizofrenia y 30 de un grupo control,<br />
los investigadores miden y comparan el<br />
contenido onírico y proyectivo a través de dos<br />
índices, el BI (Bizarreness Intensity) y el BD<br />
(Bizarreness Density). El primero es útil para<br />
determinar la frecuencia de eventos raros en<br />
la trama, el pensamiento y el afecto (revisar<br />
tabla 2 en 2008, pg. 518); el segundo se obtiene<br />
dividiendo el número de eventos raros (referidos<br />
en palabras) entre el total de palabras<br />
del reporte.<br />
Siendo así y con la intención de calcular una<br />
media, se propone el BDI (Bizarreness Density<br />
Index), que es el índice utilizado para la comparación<br />
de ambos grupos de participantes.<br />
Es llamativa la Figura 1 (Scarone et al., 2008<br />
pg. 519) que muestra prácticamente el mismo<br />
nivel de componentes cognitivos raros a nivel<br />
de sueño para ambos grupos, mientras sucede<br />
lo contrario a nivel proyectivo, en donde la<br />
argumentación rara se mantiene similar en el<br />
caso de los pacientes pero no para el grupo control,<br />
cuyo nivel disminuye considerablemente.<br />
Sobre esta disparidad, Scarone et al., (2008)<br />
expone que la rareza formal, peculiar del patrón<br />
cognitivo del estado mental del sueño, se<br />
encuentra presente como propiedad distintiva<br />
de la organización cognitiva de la esquizofrenia<br />
durante la vigilia; no obstante, es independiente<br />
de los rasgos psicopatológicos del trastorno<br />
(pg. 519), lo que explicaría el motivo por el cual<br />
sigue apareciendo, con menor intensidad, en<br />
personas exentas del trastorno.<br />
47