El caballero de la carreta - Ladeliteratura.com.uy
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www.<strong>la</strong><strong>de</strong>literatura.<strong>com</strong>.<strong>uy</strong><br />
Ya que mi señora <strong>de</strong> Champaña quiere que emprenda una narración<br />
novelesca, lo intentaré con mucho gusto; <strong>com</strong>o quien es enteramente<br />
s<strong>uy</strong>o para cuanto pueda hacer en este mundo. Sin que esto sea un<br />
pretexto <strong>de</strong> adu<strong>la</strong>ción. En verdad que algún otro podría hacerlo, quien<br />
quisiera ha<strong>la</strong>gar<strong>la</strong>, y <strong>de</strong>cir así -y yo podría confirmarlo- que es <strong>la</strong> dama<br />
que aventaja a todas <strong>la</strong>s <strong>de</strong> este tiempo; tanto <strong>com</strong>o el céfiro<br />
sobrepasa a todos los vientos que sop<strong>la</strong>n en mayo o en abril. ¡Por mi fe,<br />
que no soy yo el que <strong>de</strong>sea adu<strong>la</strong>r a su dama! ¿Voy a <strong>de</strong>cir: «Tantos<br />
carbunclos y jaspes vale un diamante <strong>com</strong>o reinas vale <strong>la</strong> con<strong>de</strong>sa?»<br />
No, en verdad. Nada <strong>de</strong> eso diré, por más que, a pesar <strong>de</strong> mi silencio,<br />
sea cierto. Sin embargo voy a <strong>de</strong>cir simplemente que en esta obra<br />
actúan más sus requerimientos que mi talento y mi esfuerzo.<br />
Empieza Chrétien su libro sobre <strong>El</strong> Caballero <strong>de</strong> <strong>la</strong> Carreta. Temática y<br />
sentido se los brinda y ofrece <strong>la</strong> con<strong>de</strong>sa; y él cuida <strong>de</strong> exponerlos, que<br />
no pone otra cosa más que su trabajo y su atención.<br />
Así que en una fiesta <strong>de</strong> <strong>la</strong> Ascensión había reunido el rey Arturo su<br />
corte, tan rica y hermosa <strong>com</strong>o le gustaba, tan espléndida <strong>com</strong>o a un<br />
rey convenía. Después <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>com</strong>ida quedóse el rey entre sus<br />
<strong>com</strong>pañeros. En <strong>la</strong> sa<strong>la</strong> había muchos nobles barones, y con ellos<br />
también estaba <strong>la</strong> reina. A<strong>de</strong>más había, a lo que me parece, muchas<br />
damas bel<strong>la</strong>s y corteses que hab<strong>la</strong>ban con refinamiento <strong>la</strong> lengua<br />
francesa.<br />
En tanto Keu, que había dirigido el servicio <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mesas, <strong>com</strong>ía con los<br />
con<strong>de</strong>stables. Mientras Keu estaba sentado ante su <strong>com</strong>ida, he aquí<br />
que se presentó un <strong>caballero</strong> ante <strong>la</strong> corte, m<strong>uy</strong> pertrechado para el<br />
<strong>com</strong>bate, vestido con todas sus armas. <strong>El</strong> <strong>caballero</strong> con tales arreos se<br />
llegó ante el rey, adon<strong>de</strong> estaba Arturo sentado entre sus barones, y sin<br />
saludarle, así dijo:<br />
«¡Rey Arturo, retengo en mi prisión a <strong>caballero</strong>s, damas y doncel<strong>la</strong>s <strong>de</strong> tu<br />
tierra y tu mesnada! Pero no te digo tales nuevas porque piense<br />
<strong>de</strong>volvértelos. Por el contrario te quiero advertir y hacer saber que no<br />
tienes po<strong>de</strong>r ni haberes con los que puedas recobrarlos. ¡Sábete bien<br />
que morirás sin po<strong>de</strong>rlos ayudar!»<br />
<strong>El</strong> rey respon<strong>de</strong> que se resignará a sufrir, si no pue<strong>de</strong> remediarlo; pero<br />
m<strong>uy</strong> fuerte le pesa tal penar.