06.05.2013 Views

Historia física y política de Chile - Centro de Documentación ...

Historia física y política de Chile - Centro de Documentación ...

Historia física y política de Chile - Centro de Documentación ...

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

h i s t o r i a – c a P í t u l o X X i<br />

Metido entre los españoles durante esta tan sostenida y furiosa lucha, harto<br />

<strong>de</strong>bió ver cuán rendidas quedaran las fuerzas <strong>de</strong> unos hombres que con tanto brío<br />

contuvieron la acometida cien veces renovada por millares <strong>de</strong> enemigos; comprendió<br />

por lo mismo que aquéllos no podrían resistir esforzados a una segunda<br />

prueba, y en consecuencia se resolvió a pasar al campo araucano, contando alcanzar<br />

un triunfo breve y completo si lograba alentar a sus compatriotas, y traerlos <strong>de</strong><br />

nuevo al combate.<br />

Pareciole esta acción muy noble, muy leal, y sin el menor escrúpulo marchó a<br />

ejecutarla para libertar a su país <strong>de</strong> un enemigo a cuyo servicio la fuerza o las circunstancias<br />

le habían arrastrado. No le fue difícil el paso; estaban los dos campos<br />

tan inmediatos entre sí, que burlada la vigilancia <strong>de</strong> las avanzadas españolas, al<br />

instante se halló entre los suyos.<br />

Como llegando viera el crecido número <strong>de</strong> heridos y <strong>de</strong> muertos, traídos <strong>de</strong>l<br />

campo <strong>de</strong> batalla en obsequio <strong>de</strong> vulgares preocupaciones, tomó su indignación tal<br />

incremento, tanto se exaltaron sus potencias, que discurriendo acerca <strong>de</strong> la santa<br />

causa porque aquellos cuerpos habían sido sacrificados, llamando a la venganza, y<br />

prometiendo entusiasmado el triunfo, <strong>de</strong>spertó en sus compatriotas aliento, furor,<br />

<strong>de</strong>sesperación, y <strong>de</strong>sesperados, en efecto, volvieron contra los españoles, porque<br />

prendiendo en los araucanos el fuego patriótico que con celo tanto supo atizar el<br />

joven Lautaro, con clamores <strong>de</strong> unánime y feroz aprobación, se le aplaudía por<br />

todas partes, los fugitivos entraron otra vez en masa, y todos siguieron tras el que<br />

acababa <strong>de</strong> arengarles.<br />

Con sobrada sorpresa repararon los conquistadores este retorno <strong>de</strong> los indios,<br />

pero esperaron serenos a la <strong>de</strong>fensiva, aunque con cierta inquietud, como hombres<br />

que comprendían su falsa y peligrosa posición. Terrible fue el arrojo con que<br />

Lautaro cargó antes que los <strong>de</strong>más jefes indios, si bien éstos no tardaron en venir<br />

a la función, haciéndose otra vez general, para ver en ella cómo los capitanes españoles,<br />

llenando a la vez los <strong>de</strong>beres <strong>de</strong> soldados y <strong>de</strong> jefes, andaban por entre<br />

las masas en busca <strong>de</strong> caudillos indios, como si <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> éstos hubiera <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r el vencimiento. Pronto mató Diego <strong>de</strong> Oro al intrépido Paynaguala,<br />

pero para morir él mismo enseguida a manos <strong>de</strong>l famoso Caupolicán; casi igual<br />

<strong>de</strong>sgraciada suerte cupo a Juan <strong>de</strong> Mesa, a quien Mariantu abrió la cabeza <strong>de</strong> un terrible<br />

porrazo que le asentó; por manera que así <strong>de</strong> encruelecidos, así <strong>de</strong> arrojados<br />

todos los <strong>de</strong>más cabos, no parece se satisfacían sino arrancándose recíprocamente<br />

la vida, con tal empeño, con <strong>de</strong>sprecio tanto <strong>de</strong> la propia que el valor rayaba en<br />

ferocidad... Pero nadie mostró la temeridad que el impávido Valdivia, quien, sin<br />

reparar en el número, ni en los riesgos, rompe audaz por entre las masas tumultuosas,<br />

ábrese paso hasta el centro <strong>de</strong>l enemigo, acomete al <strong>de</strong>nodado Ongolmo,<br />

logra herirle, mas notando que Francisco <strong>de</strong> Reinoso iba a sucumbir bajo los tiros<br />

<strong>de</strong> Leucotón, marcha veloz en su <strong>de</strong>fensa, y le aparta <strong>de</strong> una muerte inevitable si<br />

más tardara en socorrerle.<br />

¿No eran vanos todos estos esfuerzos? ¿No excusado ese valor heroico contra<br />

batallones que se sucedían en la lid con admirable regularidad y rapi<strong>de</strong>z?... El<br />

joven Lautaro pensó cuerdo que <strong>de</strong>l <strong>de</strong>masiado número <strong>de</strong> combatientes cerca<br />

-179

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!