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[NGE] Hijos de un Dios Ancestral, parte 9 - TransFanfic

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<strong>TransFanfic</strong><br />

[<strong>NGE</strong>] <strong>Hijos</strong> <strong>de</strong> <strong>un</strong> <strong>Dios</strong> <strong>Ancestral</strong>, Parte 9<br />

brillante, se reflejaba en la superficie, e incluso esa l<strong>un</strong>a se opacaba a gris<br />

al ser vista en el agua.<br />

Sobre pies torpes, Kensuke caminó hasta el agua, intentando dilucidar<br />

qué sucedía, guiado más por el instinto que por el pensamiento consciente.<br />

Miró la superficie <strong>de</strong>l lago, pero en lugar <strong>de</strong> su reflejo, vio a <strong>un</strong> hombre vestido<br />

<strong>de</strong> túnica color azafrán pálido, y <strong>un</strong>a máscara <strong>de</strong> tragedia griega <strong>de</strong>l<br />

mismo color <strong>de</strong> la túnica.<br />

Las aguas se agitaron, y <strong>de</strong> ellas surgieron cinco figuras <strong>de</strong> fisonomía<br />

humana, a<strong>un</strong>que atrozmente contrahecha. Al aflorar los hombros por sobre<br />

las olas, alas negras brotaron <strong>de</strong> estos y empezaron a batir el aire, aumentando<br />

la agitación <strong>de</strong> las aguas. El muchacho los miró, atónito, incapaz <strong>de</strong><br />

moverse al verlos elevarse por el aire. Las criaturas le ro<strong>de</strong>aron, extendiendo<br />

los brazos para conformar <strong>un</strong> círculo <strong>de</strong> carne <strong>de</strong>forme, para luego<br />

girar en torno a él, gimiendo en <strong>un</strong>a lengua innatural, <strong>un</strong> río <strong>de</strong> sílabas sin<br />

vocales, en que el muchacho empezó a ahogarse.<br />

El suelo se alejó <strong>de</strong> sus pies, y Kensuke se elevó, hasta sumárseles, suspendido<br />

por hilos invisibles. Empezó a bailar al son <strong>de</strong>l arrullo <strong>de</strong> esas palabras<br />

para él inextricables. El gozo y el terror le traspasaban, le llenaba el<br />

<strong>de</strong>seo <strong>de</strong> <strong>un</strong>írseles, <strong>de</strong> volverse <strong>un</strong> guerrero gigante. Andarían por la tierra<br />

cubiertos <strong>de</strong> gloria, librando guerras bajo su mando, porque él era su lí<strong>de</strong>r.<br />

Y más allá <strong>de</strong> la Tierra estaban las estrellas, <strong>un</strong> millón <strong>de</strong> m<strong>un</strong>dos por conquistar.<br />

Los vio a todos, los m<strong>un</strong>dos que serían suyos para conquistar, saquear,<br />

incendiar y regir o aniquilar según le placiera. Posó su mirada en Cykranosh,<br />

don<strong>de</strong> moraban los acéfalos bhlemphroins, con quienes los hombres habían<br />

soñado al abrigar la esperanza <strong>de</strong> encontrar tales seres en el mal llamado<br />

«Nuevo M<strong>un</strong>do». Posó su mirada en Borea, el <strong>de</strong> las tres l<strong>un</strong>as, don<strong>de</strong> los<br />

sacerdotes <strong>de</strong> los <strong>Hijos</strong> <strong>de</strong>l Viento incluso ahora clamaban a su amo, extrañamente<br />

callado, porque el hielo que les albergaba se <strong>de</strong>rretía y no sabían<br />

por qué. Los bosques y ríos <strong>de</strong> Tykran se abrían ante él, y los hombresinsecto<br />

<strong>de</strong> aquel m<strong>un</strong>do <strong>de</strong>jaban su quehacer y miraban al cielo, movidos<br />

por instintos que no podían enten<strong>de</strong>r. Los hombres-perro <strong>de</strong> Yuilo, el único<br />

m<strong>un</strong>do <strong>de</strong> Polaris que albergaba vida que <strong>un</strong> humano pudiera reconocer,<br />

hacían <strong>un</strong> alto en sus guerras interminables y husmeaban el aire al pasar él,<br />

invisible.<br />

M<strong>un</strong>do tras m<strong>un</strong>do pasaron ante su mirada, cada <strong>un</strong>o <strong>un</strong> ejercicio bélico<br />

<strong>de</strong> conquista, <strong>un</strong> ejercicio que podía ser suyo si aceptaba su <strong>de</strong>stino. Todo<br />

cuanto <strong>de</strong>bía hacer era abrir la boca y <strong>de</strong>cir las palabras que las criaturas<br />

entonaban, <strong>un</strong>irse a la melodía, al baile eterno, a la música <strong>de</strong> las esferas,<br />

a <strong>un</strong>a canción <strong>de</strong> guerra y gloria y po<strong>de</strong>r.<br />

Dudó, sin saber qué le frenaba. Cada instinto <strong>de</strong> su ser le gritaba hacer<br />

el juramento, sumarse a la canción, vociferar los gritos <strong>de</strong> guerra. Doliente<br />

con la necesidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>satar la <strong>de</strong>strucción, <strong>de</strong> llevar la venganza a todos los<br />

que alg<strong>un</strong>a vez lo habían lastimado, <strong>de</strong> por fin usar las armas que colmaban<br />

sus sueños, se <strong>de</strong>tuvo, no obstante, ante <strong>un</strong>a voz diminuta <strong>de</strong> su mente, que<br />

le pidió alejarse, rechazar la oferta, porque el precio <strong>de</strong> ella sería su humanidad.<br />

„ Rod M. & John Biles<br />

„ Miguel García (traducción)<br />

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