[NGE] Hijos de un Dios Ancestral, parte 9 - TransFanfic
[NGE] Hijos de un Dios Ancestral, parte 9 - TransFanfic
[NGE] Hijos de un Dios Ancestral, parte 9 - TransFanfic
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>TransFanfic</strong><br />
[<strong>NGE</strong>] <strong>Hijos</strong> <strong>de</strong> <strong>un</strong> <strong>Dios</strong> <strong>Ancestral</strong>, Parte 9<br />
—No mientras la obra continúe, así como <strong>un</strong> infante no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cidir volver<br />
al vientre estando ya mitad fuera. —La voz <strong>de</strong> la joven tenía <strong>un</strong>a dureza<br />
irónica, casi cruel, mezclada con furia—. Y puesto que en tu <strong>de</strong>sesperación<br />
has dado rienda suelta a la obra para que encuentre su propio <strong>de</strong>senlace,<br />
este no llegará a tiempo para salvarte.<br />
—¡No lo pue<strong>de</strong>s matar! ¡Está en el cuerpo <strong>de</strong> Kensuke! ¡Hay que salvar<br />
a Kensuke! —gritó Shinji.<br />
—Ya no hay Kensuke, solo el Rey <strong>de</strong> amarillo —dijo Cassilda.<br />
—Kensuke está muerto. Y tú también —dijo el Rey en <strong>un</strong> ja<strong>de</strong>o—. Tú<br />
eres Rei Ayanami, no Cassilda. Ella murió hace mucho. —La señaló con la<br />
mano—. ¡Vuelve al lugar <strong>de</strong> don<strong>de</strong> saliste, porque no eres sino <strong>un</strong>a expresión<br />
<strong>de</strong> mi vol<strong>un</strong>tad!<br />
—Al cambiar la trama, me diste libertad <strong>de</strong> hacer lo que viniera naturalmente,<br />
en vez <strong>de</strong> repetir lo que vino antes. No fuiste el único que sirvió a <strong>un</strong><br />
dios, Hastur.<br />
—¡No lo digas! —El Rey <strong>de</strong> Amarillo evi<strong>de</strong>nció espanto—. ¡Yo soy El Que<br />
No Pue<strong>de</strong> Ser Nombrado!<br />
—Eres <strong>un</strong> necio insignificante. —Esta vez crujieron costillas.<br />
—Si matas a ese cuerpo, pue<strong>de</strong> que él no muera —dijo Misato—. Pero si<br />
lo apresas con el símbolo...<br />
Cassilda se volvió a mirar a Misato, luego sonrió.<br />
—Sí —dijo—, para <strong>de</strong>jar que te pudras en la carne que tomaste, atrapado<br />
en manos <strong>de</strong> aquellos por quienes no tenías más que <strong>de</strong>sprecio.<br />
Shinji se estremeció ante la ferocidad <strong>de</strong> esa sonrisa. ¿Qué le había<br />
hecho la obra, la historia <strong>de</strong> la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> su hogar? Si es que esta era<br />
en verdad, <strong>de</strong> algún modo, <strong>un</strong>a mujer llamada Cassilda. ¿Había sido humana?<br />
¿Alg<strong>un</strong>a alienígena? ¿Qué sucedía? ¿Acaso el Rey <strong>de</strong> amarillo era<br />
<strong>un</strong>a historia verda<strong>de</strong>ra? La vio poner la ca<strong>de</strong>na al cuello <strong>de</strong>l Rey, luego mostrar<br />
<strong>un</strong>a sonrisa sombría al presionar el símbolo contra su carne, para luego<br />
arrancarle la máscara. Por apenas <strong>un</strong> momento, Shinji esperó que Rei an<strong>un</strong>ciara<br />
que era el malo <strong>de</strong> la película, el mayordomo o algo así. Pero no fue<br />
revelado más que el rostro <strong>de</strong> Kensuke, y la muchacha dijo:<br />
—Uoht tenía razón. Debimos matarte apenas llegaste.<br />
—¡El Caos Reptante los <strong>de</strong>vorará a todos! —vociferó el Rey—. ¡Nadie se<br />
mofa <strong>de</strong> los <strong>Dios</strong>es Exteriores! ¡Yo he visto el Trono <strong>de</strong> Azathoth! ¡Yo he...!<br />
—Has fracasado. Y el Heraldo <strong>de</strong> los <strong>Dios</strong>es Exteriores no tiene paciencia<br />
para con aquellos que le fallan.<br />
Los sonidos <strong>de</strong> contienda se apagaron en el escenario, conforme la gente<br />
salía <strong>de</strong>l trance. Gritos <strong>de</strong> dolor tomaron el lugar <strong>de</strong> los bramidos <strong>de</strong> furia.<br />
Fuera <strong>de</strong>l colegio, se empezaron a oír sirenas.<br />
—Acaso —siguió— el Caos Reptante venga <strong>de</strong>l vacío infinito a mofarse<br />
<strong>de</strong> ti, pero es a lo más que pue<strong>de</strong>s aspirar. Adiós, y hasta n<strong>un</strong>ca.<br />
Se volvió hacia Shinji, Asuka y Misato:<br />
„ Rod M. & John Biles<br />
„ Miguel García (traducción)<br />
Página 57 <strong>de</strong> 63