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[NGE] Hijos de un Dios Ancestral, parte 9 - TransFanfic

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<strong>TransFanfic</strong><br />

[<strong>NGE</strong>] <strong>Hijos</strong> <strong>de</strong> <strong>un</strong> <strong>Dios</strong> <strong>Ancestral</strong>, Parte 9<br />

el escenario hecho <strong>un</strong> maremágnum, con gente peleando en <strong>un</strong>a gresca<br />

gigante. Muchos estaban armados, y <strong>un</strong> buen número <strong>de</strong> ellos sangraba.<br />

Los inconscientes ya se estaban apilando, y alg<strong>un</strong>os quizá ya habían<br />

muerto. El aire se llenaba con gritos <strong>de</strong> «Xoth», «Yhtill» y «Celeano». Era la<br />

batalla en miniatura <strong>de</strong> dos ejércitos enloquecidos. La escenografía empezaba<br />

a incendiarse.<br />

Y en la oscuridad <strong>de</strong> los bastidores, resonó el eco <strong>de</strong> <strong>un</strong>a risa burlona.<br />

Shinji la<strong>de</strong>ó la cabeza; podía oír música, a<strong>un</strong>que no podía <strong>de</strong>terminar <strong>de</strong><br />

dón<strong>de</strong> venía. Podía ver que Asuka tenía cierto aspecto <strong>de</strong> distraída también.<br />

Con <strong>un</strong> vistazo hacia Rei, pudo ver que la muchacha había <strong>de</strong>saparecido en<br />

las sombras. Des<strong>de</strong> esas mismas sombras surgió <strong>un</strong>a silueta, el Rey <strong>de</strong><br />

amarillo, <strong>de</strong> cuerpo frágil y cubierto con la horrenda careta <strong>de</strong> papel amarillo,<br />

con <strong>un</strong> lado sonriente, el otro triste, ambos paralizados en <strong>de</strong>mencia.<br />

—Vengan, vengan, únanse a los <strong>de</strong>más —dijo—. La lid arrecia, y vuestro<br />

reino <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> ella.<br />

Shinji titubeó. Su pueblo estaba luchando y muriendo. Su <strong>de</strong>ber como rey<br />

era... ¡No! Yo soy Shinji, no <strong>un</strong> rey. ASÍ hay que parar todo esto.<br />

—No me vas a engañar tan fácil —dijo.<br />

—Veo que tu escu<strong>de</strong>ra está siendo apabullada —le dijo a Asuka, señalando<br />

hacia el tumulto.<br />

—Yo no tengo escud... ¡HIKARI! —se dio cuenta <strong>de</strong> pronto.<br />

Hikari estaba en medio <strong>de</strong> la reyerta, sangrando <strong>de</strong> ambos brazos y <strong>un</strong>a<br />

pierna, peleando <strong>de</strong>sesperada contra dos hombres adultos que la empujaban,<br />

mirándole el cuerpo <strong>de</strong> manera <strong>de</strong>scaradamente lasciva. La pelirroja<br />

empezó a girar hacia allá, y sintió la mente empezar a nublársele. Por <strong>un</strong><br />

momento dudó, porque ni su yo verda<strong>de</strong>ro ni su yo falso podían soportar el<br />

<strong>de</strong>jar a Hikari a su suerte, pero sin <strong>un</strong> arma, ¿qué podía hacer? Su <strong>de</strong>streza<br />

en artes marciales no era tan buena, o quizá su ego no era tan gran<strong>de</strong> para<br />

aquello.<br />

—¡MALDITO! —gritó—. ¡TODO ES CULPA TUYA!<br />

—¿Y qué hay <strong>de</strong> ti, Sissila? —dijo el extraño a Misato—. Tu amante yace<br />

herido. Mira a tus dos galanteadores más febriles, caídos, por buscarte en<br />

el campo <strong>de</strong> lucha. —Misato podía ver a Kaji en el suelo, con <strong>un</strong>a fea herida<br />

en el abdomen, mientras Makoto cojeaba en los márgenes <strong>de</strong> la contienda—.<br />

Si no haces nada, el tri<strong>un</strong>fo será <strong>de</strong> Xoth, y con toda seguridad<br />

masacrará a todos en la apacible Ythill. Incluyendo a tus dos pretendientes.<br />

La mujer ap<strong>un</strong>tó la pistola contra él:<br />

—Termina esto, o te vuelo los sesos.<br />

—¿Y matar al dueño <strong>de</strong> esta carne? Lo dudo.<br />

El arma subió, y Shinji, sobrecogido, miró a Misato tomar p<strong>un</strong>tería.<br />

—Tiéntame —dijo la mujer—. Pue<strong>de</strong> que no te mate a ti, pero si muere el<br />

cuerpo que estás usando, tu jueguito se acaba. Y apuesto a que te va a gustar<br />

tanto como a los bebés les gusta el aborto.<br />

—¡No pue<strong>de</strong>s balear a Kensuke!<br />

„ Rod M. & John Biles<br />

„ Miguel García (traducción)<br />

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