Descargar publicación - Eurobask

CLAUSURA
Carlos Mª Brú
Vicepresidente Ejecutivo del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo
Queridos compañeros y compañeras del Consejo Vasco del Movimiento Europeo, amigos y
amigas ponentes, participantes y asistentes de las Jornadas que hoy finalizan sobre “Las redes
transeuropeas y el modelo federal de la Unión Europea, una visión desde Euskadi”.
Os saludo afectuosamente y muy de veras deploro que obligaciones anteriormente
contraídas me impidan estar físicamente entre vosotros, poder oír y expresar de viva voz las
pertinentes palabras de agradecimiento, resumen y corta reflexión de y sobre lo hecho aquí a lo
largo de tres días, así como de propósito y planes de continuidad y avance en que todo Acto de
Clausura habitualmente consiste.
Pero he aquí que las torpes y, por respeto a vosotros, breves frases que en este momento
pequeño van a llegar dentro de unos pocos instantes a esa sala, serán quizá leídas por un
benevolente amigo y hasta podrían haber castigado vuestros oídos con mi destemplada
emisión fónica y empañado vuestra mirada con mis canas y arrugas si hubiésemos acudido al
hoy fácilmente asequible coloquio interactivo conocido como la videoconferencia o al menos
mediante chat. Algo se ha avanzado desde el correo de postas y desde el ya vetusto ¿os
acordáis? Mensaje por télex.
Pero al hablar de mensaje quisiera rendir homenaje a McLuhan tal como se merecen los
maestros y anticipadores: desobedeciéndoles en tanto y cuanto su doctrina pudiere quedar
esclerotizada o devenir engañosa.
Decidamos, mujeres y hombres libres europeos y desde nuestra Unión, que el medio nunca
sea el mensaje. Que el mensaje sea el nacido de nuestro discernimiento y de nuestra voluntad,
que el medio se quede en eso, en un procedimiento tan inmediato y omnicomprensivo como se
quiera, tan universalizado como se pueda, pero tan respetuoso de nuestra libertad, dignidad e
igualdad en derechos y oportunidades de realización humana como se nos debe y nos
debemos a nosotros mismos, éstos multitudinarios, iguales pero no distintos, distintos pero no
discriminables habitantes del planeta Tierra.
Evitemos, como con gracia decía Elzaburu, que por jugar a marcianitos nos convirtamos
todos en caricaturas de marcianos.
Seamos, desde la Unión Europea, “hombres y mujeres de mundo”.
Yo, modestamente, siempre me autodefiní “hombre de mundo”, soportando con paciencia y
alguna sorna la velada censura de quienes tomaban la expresión en su más pedestre
acepción, algo así como la de un mundano más o menos clasista, y no en la literal y solidaria
de “hombre de mundo”. De ése que quisiera “conocer a todo el mundo”, en un sentido también
antipódico del aplicable al introducido en círculos más o menos cerrados, antes al contrario, el
de que sabe que la red de redes hace hoy posible y mañana perentorio conocer de nuestros
semejantes todos, insisto, todos, en sus anhelos, sus carencias, sus saberes, su leve y grave
paso por esta aldea global.
Global, sí, pero de esfera un tanto achatada. Y no sólo en sus polos.
Hablando de polos: decía el padre del FEDERALISMO, nuestro otro founder father llamado
Proudhon, que federar es equilibrar entre polos, y ese equilibrio siempre será inestable, pero su
contrario significa parálisis, cuando no opresión.
Las Redes Transeuropeas (RTE) y el modelo federal de la UE. Una visión desde Euskadi
ISBN: 84-7248-869-1
559