M A Y O - Antônio Tallon Y Castilla

las navajas. Decidles ahora que España no hay más que una, y veréis de nuevo los taponazos
regionales salir a flote. ?Hay Gobierno? !Soy contra! Eso sí, como la propia España, el español
no es templado, no lo fue nunca y no lo será jamás. Aunque lo que caracteriza a España para
tanta gente de fuera y enamorada de ella es, supongo, la gota de sangre mora. Lo demás es
carrocería. !Tiene morros la cosa!... Para no decir que hay moros en la costa.
Bueno, pues había en las archidiócesis de São Paulo y Rio de Janeiro algunos sacerdotes
misioneros y casi todos habían pasado por un cursillo en España. Rafael participó en la patria
en más de cincuenta y se graduó al lado del papa de los Cursillos, don Juan Capó. Por su
insistencia en corregir una y otra vez a los reverendos, ignorantes perfectos en lo concerniente
a la trastienda del cursillo, no se daba cuenta de las graves molestias ocasionadas a la
dignidad de la jerarquía. Se constituyó, pues, un “sanedrín” contra Rafael Belén, con el
propósito de indisponerlo con las tribus brasileiras de cursillistas y admiradores. El cordobés
encantaba a paulistas y cariocas; esa es la verdad. A todos los que lo trataban. El arzobispo
de Belem do Pará, Don Alberto Ramos, llegó a decir:
-- El Cursillo será un éxito mientras esté de por medio Aguilar.
El propio Casaldáliga, obispo y poeta, don Pedro, español hasta los tuétanos, quien
enfrentaría con dos huevos y una cruz de palo en el pecho a los militares en sus actos y
homilías, desde su trinchera indígena de la región de Araguaya, era un cursillista, pero de los
buenos. Amigo a distancia de Rafael Belén, porque éste hombre tenía amigos y enemigos en el
cielo, en el infierno, en el purgatorio y en su propio territorio, en el limbo natural.
Los directores espirituales del Cursillo se guiaban por un manual escrito por Monseñor
Hervás, obispo de Ciudad Real, conciliario general de los Cursillos a nivel mundial, desde su
inicio en Mallorca. Ahora bien, el buen prelado nunca había puesto los pies en un Cursillo “por
dentro”. Desde su gabinete y a partir de informaciones diversas se dedicó a dar forma al
movimiento, o ni siquiera eso, porque sólo podía inspirarse en las parciales referencias que le
llegaban de algunos dirigentes manchegos del Cursillo. Pero, según Rafael Belén, el “queso
manchego” es bastante menos regional que sus obradores. El cordobés tenía la ventaja de
haberse formado en dos escuelas: en la de los jóvenes de Acción Católica, asociación rectora
de los Cursillos desde Madrid, y en la primigenia de Mallorca, junto al fundador y capitán
general. En resumen: Aguilar se las sabía todas en lo concerniente a las truculencias del