M A Y O - Antônio Tallon Y Castilla
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A Rafael Belén le gustaba de vez en cuando pasear por los barrios antiguos de Rio de<br />
Janeiro. Se transportaba a otros siglos de la corta historia de la ciudad y se alejaba de una<br />
civilización arrasadora. En realidad, quien quiera contemplar en vida y en vivio el paraiso idílico<br />
perdido ha de venir a Rio de Janeiro. Esto no lo digo yo ni son cosas de un turista<br />
entusiasmado; lo dijo de manera mejor un nuncio apostólico al pasar por la ciudad, un tal<br />
Eugenio Pacelli, luego cardenal y más tarde el Papa Pío XII; y lo ha dicho ahora recientemente<br />
un viajero empedernido, mejor conocido como Juan Pablo II:<br />
-- Rio de Janeiro tiene dos maravillosas arquitecturas; una divina y otra humana.<br />
La ciudad está en manos de buenos propagandistas. Su belleza fundamental está en el<br />
escenario natural que la envuelve: la graciosa bahía de Guanabara jugueteando con un mar en<br />
calma, los admirables montículos de crestas caprichosas clavando sus picos en las nubes<br />
pasajeras, las preciosas colchas de verdes retales agasajando a una foresta encantada y<br />
envolvente... El arte también sobresale por la acción y el trabajo del hombre, quien supo sanear<br />
zonas pantanosas, ganarle terreno al mar, aplanar morros y oradar montañas de piedra. El<br />
origen fue modesto: un pequeño campamento entre el Pan de Azúcar, la roca vigilante a la<br />
entrada de la barra, imponente prepucio de Poseidón apuntando a la luna, y el morro<br />
compañón y arbitrario de la Cara de Can. Mas, ?por qué Río de Janeiro?... Debido a un<br />
equívoco geográfico. Por lo visto, un portugués míope y con el reloj adelantado, vigía de un<br />
barco atracando por primera vez en tierras de Guanabara, confundió la espléndida bahía con el<br />
ensanche de un río caudaloso. Esto habría ocurrido el 31 de diciembre de 1501. El navegante<br />
discutió con la tripulación sobre ese extraordinario río:<br />
-- !Ese es el último río!<br />
-- !Pues yo os digo que es el río primero!<br />
-- !Hay que registrarlo! ... ?Qué hora es?<br />
-- Ya son las tres.<br />
-- !Ya estamos llegando al Año Nuevo!<br />
-- !Muito bem, meus senhores, então coloquemos na bitácora: Rio de Janeiro!<br />
El campamento se fijó, se transformó en aldea y el poblado se fue extendiendo entre las<br />
colinas, rodeando el macizo hoy conocido con el nombre de Tijuca. A principios del siglo<br />
pasado, con la llegada del príncipe regente, Rio de Janeiro se convirtió en una de las más