ZEEV STERNHELL - Prisa Revistas
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a cuestión de la emigración, unida a<br />
su fuerte percepción como problema y<br />
conflicto, ha alcanzado en los últimos<br />
años una gran notoriedad en las sociedades<br />
europeas. Sin embargo, no es un fenómeno<br />
nuevo sino un proceso continuo, y las<br />
migraciones hoy no resultan más importantes<br />
que a fines del siglo XIX o durante<br />
todo el XX. ¿Qué es lo que ha cambiado<br />
para que hoy exista esta aprensión? Sin duda,<br />
la generalización y expansión que han<br />
alcanzado los medios de comunicación<br />
han contribuido a ampliar y difundir el fenómeno,<br />
y más aún si se tiene en cuenta<br />
que los medios desempeñan un papel clave<br />
en la formación de actitudes en materia de<br />
emigración. Es muy ilustrativa la constatación<br />
que de ello ha realizado el experto en<br />
medios de comunicación, T. A. van Dijk,<br />
quien ha comprobado a través de una serie<br />
de entrevistas hasta qué punto “la gente se<br />
refiere a los medios de comunicación<br />
cuando expresa o defiende una opinión étnica<br />
o sobre extranjeros” 1 L<br />
.<br />
También ha influido el hecho de que<br />
la cuestión migratoria se haya internacionalizado<br />
a partir de los años ochenta,<br />
cuando la contención de la emigración pasó<br />
a formar parte de la agenda de política<br />
exterior e interior de los Estados de la<br />
Unión Europea en el sentido de “armonizar”<br />
la política europea en la materia. Desde<br />
entonces la cuestión de la emigración<br />
sin papeles (los “ilegales” como frecuentemente<br />
se les llama) va a adquirir una gran<br />
sobredimensión, aunque la emigración<br />
irregular ha existido siempre, si bien subestimada.<br />
Es un hecho constatado que la contención<br />
de flujos genera “el negocio de la in-<br />
1 Teun A. van Dijk: Racismo y análisis crítico de<br />
los medios, pág. 76. Paidós Comunicación, Barcelona,<br />
1997. El análisis efectuado se hace a partir de más de<br />
170 entrevistas realizadas en las ciudades de Amsterdam<br />
y San Diego.<br />
EMIGRACIÓN E ISLAM<br />
GEMA MARTÍN MUÑOZ<br />
migración” en torno a redes de tráfico ilegal<br />
que se benefician de las dificultades<br />
que implica entrar ahora en los países receptores<br />
y la desesperada situación de miseria<br />
y empobrecimiento que se vive en los<br />
países subdesarrollados. Los Estados tratan<br />
de controlar los flujos estableciendo rígidos<br />
controles de sus fronteras, lo cual es legítimo,<br />
pero ello no solucionará por sí mismo<br />
una dinámica migratoria que depende de<br />
otros factores internacionales promovidos<br />
en buena medida por los propios países del<br />
Norte.<br />
El gran impulso que tienen hoy día los<br />
movimientos migratorios está en estrecha<br />
relación con el orden económico y político<br />
promovido por un proceso de globalización<br />
caracterizado por la creciente desigualdad<br />
económica en las diferentes regiones del<br />
planeta (la mundialización globaliza el sistema<br />
capitalista pero no el mercado, los<br />
problemas sociales no son prioritarios en<br />
los programas de desarrollo, la inversión extranjera<br />
está sobre todo en los países desarrollados,<br />
el crecimiento en los países en<br />
vías de desarrollo se realiza en un marco<br />
político local dominado por el autocratismo<br />
y la corrupción y, por tanto, no va unido<br />
a beneficios para las poblaciones); y por<br />
el progresivo abandono del respeto de los<br />
derechos humanos (los intereses económicos<br />
y estratégicos predominan sin disimulo<br />
sobre la reforma política democrática). A<br />
esto se une que la extensión de los conflictos<br />
que ha entrañado el cambio del orden<br />
internacional está generando muchas migraciones<br />
forzadas de poblaciones que huyen<br />
de la siniestra situación que se da en<br />
sus países de origen (limpiezas étnicas, persecuciones,<br />
bombardeos, embargos y sanciones<br />
internacionales…). Por tanto, la<br />
cuestión de los emigrantes no se reduce<br />
sólo a esa realidad en que se convierten<br />
una vez que se aproximan o entran en<br />
nuestros países, sino que también está muy<br />
relacionada con esas estrategias políticas y<br />
económicas globales lideradas por los más<br />
poderosos, y en tanto que no se modifiquen<br />
éstas, la solución a los flujos migratorios<br />
no deseados no se conseguirá limitándose<br />
al control de las fronteras.<br />
Tampoco hay que olvidar que la demanda<br />
real de trabajo que existe en los países<br />
europeos se encauza con bastante facilidad<br />
en el empleo irregular y, por tanto, las<br />
políticas oficiales contra los “ilegales” queda<br />
con frecuencia expuesta a la hipocresía.<br />
Algo parecido pasa con la recurrente tendencia<br />
a presentar la emigración como un<br />
tema crucial de seguridad, vinculando<br />
emigración y delincuencia. Las cifras a veces<br />
sirven para hacer lecturas interesadas<br />
que permiten culpabilizar al de fuera y<br />
exonerar los fracasos de las políticas nacionales.<br />
Igualar extranjeros y emigrantes en<br />
el cómputo de la delincuencia no es más<br />
que confundir a las opiniones públicas.<br />
Muchos extranjeros detenidos no son emigrantes<br />
sino mafias que llegan a nuestro<br />
país para delinquir, lo cual es particularmente<br />
general en países de atracción turística.<br />
Así mismo, muchos detenidos no lo<br />
son por delinquir sino simplemente por no<br />
tener papeles en regla. Y, finalmente, hay<br />
que tener en cuenta que las situaciones de<br />
exclusión social y explotación laboral a la<br />
que son sometidos muchos emigrantes son<br />
un caldo de cultivo para recurrir al robo<br />
como medio de subsistencia. Por supuesto<br />
que a todo ello se suman emigrantes con<br />
intenciones delictivas ajenas a estas circunstancias,<br />
pero en ningún caso son los<br />
actores y causa principal de que los índices<br />
de seguridad ciudadana hayan aumentado.<br />
Es más, si vemos los porcentajes de aumento<br />
de la delincuencia entre el 2001 y<br />
2002 por autonomías se observa que, en<br />
muchas de aquéllas donde se concentra un<br />
gran número de emigrantes (Cataluña,<br />
Andalucía, Murcia, Canarias, Ceuta, Melilla),<br />
la delincuencia no ha aumentado, e<br />
incluso, en algunos casos se ha reducido,<br />
28 CLAVES DE RAZÓN PRÁCTICA n Nº 123