Descargar PREVIO - Libros en Casa Eolo
Descargar PREVIO - Libros en Casa Eolo
Descargar PREVIO - Libros en Casa Eolo
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Bu<strong>en</strong>o, he t<strong>en</strong>ido muy pocos y banales, y ninguno con ese<br />
tinte trágico, desde luego —el chico pareció hacer memoria—.<br />
Aunque hay uno que especialm<strong>en</strong>te me sorpr<strong>en</strong>dió <strong>en</strong> su día y que<br />
quizás ahora, uniéndolo con todo lo que ha pasado, pueda adquirir<br />
un significado difer<strong>en</strong>te.<br />
El doctor volvió a reconfortar a su paci<strong>en</strong>te y con tono<br />
sugestivo, le animó:<br />
Cuéntamelo.<br />
Fue la madrugada del 4 de julio —com<strong>en</strong>zó el muchacho—.<br />
Estoy seguro de la fecha porque es el Día de la Indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia<br />
americana y precisam<strong>en</strong>te mi sueño trata de eso.<br />
«De rep<strong>en</strong>te, sumergido <strong>en</strong> mis fantasías, me <strong>en</strong>contré<br />
descalzo <strong>en</strong> un maizal, visti<strong>en</strong>do una andrajosa camisa y un<br />
pantalón de pana roído. Tras darme un par de vueltas y sin saber<br />
cómo, llegué a un polvori<strong>en</strong>to s<strong>en</strong>dero, desde donde por suerte,<br />
divisé una casa a lo lejos. Empr<strong>en</strong>día mi marcha hacia allí,<br />
cuando de rep<strong>en</strong>te el cielo com<strong>en</strong>zó a nublarse. Am<strong>en</strong>azaba<br />
torm<strong>en</strong>ta, así que apreté el paso. Se oían tru<strong>en</strong>os, acompañados de<br />
relámpagos y av<strong>en</strong>turé que la lluvia estaba a punto de explosionar<br />
con fuerza.<br />
Estaba a mitad de camino de mi refugio, cuando observé a<br />
un hombre corri<strong>en</strong>do como un loco con una cometa. Era rechoncho<br />
y algo <strong>en</strong>trado <strong>en</strong> años, con una pelambrera <strong>en</strong> el cogote que<br />
contrastaba con su evid<strong>en</strong>te calva <strong>en</strong> la coronilla. Su aspecto hacía<br />
la situación más graciosa aún si cabe, pues el individuo giraba y<br />
pululaba como una peonza al son que le marcaban las ráfagas de<br />
vi<strong>en</strong>to. Con todas aquellas pistas yo ya t<strong>en</strong>ía una idea bastante<br />
clara de quién podía ser mi osado compañero.<br />
117