09.05.2013 Views

Descargar PREVIO - Libros en Casa Eolo

Descargar PREVIO - Libros en Casa Eolo

Descargar PREVIO - Libros en Casa Eolo

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

hablado con el Doctor M<strong>en</strong>dívil, que sabes que se preocupa<br />

también mucho por ti, y opina como yo. Él conoce a un psiquiatra<br />

de gran prestigio, el Doctor Gómez Zabalarte, que te puede echar<br />

una mano. Es uno de los mejores especialistas del país…<br />

Antonio se levantó y dio una rápida vuelta a su alrededor.<br />

¿Y la policía? ¿No se da cu<strong>en</strong>ta de que estoy <strong>en</strong> peligro?<br />

—inquirió atolondrado.<br />

Bu<strong>en</strong>o, vamos a ir por partes. Yo me comprometo a estar<br />

contigo unos días. Seremos como compañeros de las películas de<br />

polis, ¿eh? Mi<strong>en</strong>tras tanto, tú avanzas con el psiquiatra y reconducimos<br />

el caso hacia aguas más tranquilas… ¿Qué me contestas?<br />

El jov<strong>en</strong> seguía dudando, apretándose las si<strong>en</strong>es con las<br />

yemas de los dedos.<br />

T<strong>en</strong>go algunos flecos que hilar y testigos que quiero que<br />

veas. Trabajaremos <strong>en</strong> equipo —la int<strong>en</strong>ción del inspector era no<br />

asustarlo demasiado y conv<strong>en</strong>cerlo de aceptar su proposición—.<br />

Además, si <strong>en</strong>tre tanto, ti<strong>en</strong>es uno de tus sueños, nos ponemos<br />

inmediatam<strong>en</strong>te manos a la obra para int<strong>en</strong>tar evitar cualquier<br />

catástrofe… ¿Qué te parece? Podríamos empezar mañana mismo.<br />

Antonio recobró la <strong>en</strong>tereza y asinti<strong>en</strong>do con la cabeza, le<br />

dio un inesperado abrazo al detective. Éste le correspondió con<br />

una palmada <strong>en</strong> la espalda y le dejó recostado <strong>en</strong> la cama,<br />

mi<strong>en</strong>tras lo miraba con p<strong>en</strong>a. Sólo él podría saber el sufrimi<strong>en</strong>to<br />

que debía llevar por d<strong>en</strong>tro.<br />

Regresó al salón, donde aguardaban los otros dos ocupantes<br />

del piso. El más atlético comía despreocupadam<strong>en</strong>te unas galletas<br />

con gesto altivo y el otro, del que aún no sabía nada, permanecía<br />

callado <strong>en</strong> un sillón.<br />

84

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!