Maga pag 1-40.indd - Universidad Tecnológica de Panamá
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sobre las <strong>de</strong>más sensaciones.<br />
¿El tiempo? Había quedado <strong>de</strong>tenido<br />
en el cruce <strong>de</strong> líneas divergentes don<strong>de</strong><br />
señorea el olvido. Intento exten<strong>de</strong>r mis<br />
pensamientos hacia atrás, hacia esa rueda<br />
móvil <strong>de</strong> fechas y <strong>de</strong> imágenes fijas en la<br />
memoria, pero la música, en el contraste<br />
<strong>de</strong> sus notas esparcidas, paraliza mi capacidad<br />
<strong>de</strong> recordar. ¿Es la música? Algo<br />
así como un instante <strong>de</strong> terror quiere gestarse<br />
al vislumbrar la posibilidad surgida<br />
<strong>de</strong> la pregunta, pero también <strong>de</strong>saparece<br />
entre las notas voraces <strong>de</strong> concierto.<br />
Diluyen mi ser en una amplitud tan extensa,<br />
que no hay posibilidad <strong>de</strong> que sus<br />
componentes se integren, sino que sus<br />
partículas, huyendo <strong>de</strong>l centro, se alejan<br />
más y más. También el sentimiento,<br />
exacerbado por el sonido, parpa<strong>de</strong>a entre<br />
confusas sensaciones.<br />
La música sigue su curso sin importarle<br />
las consecuencias <strong>de</strong> su locura, crece<br />
hasta el grito para <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r en murmullos<br />
<strong>de</strong> distancia, mezcla <strong>de</strong>saforada<br />
<strong>de</strong> todo lo viviente en amalgama con lo<br />
in<strong>de</strong>scifrable, don<strong>de</strong> el tiempo anula la<br />
inquietud <strong>de</strong> su partida y el espacio quiebra<br />
límites <strong>de</strong> distancia.<br />
Súbitamente, el silencio. Se integran<br />
las partículas dispersas, los muros, las<br />
imágenes severas, el órgano cerrado, y las<br />
sombras parpa<strong>de</strong>antes ocupan su lugar<br />
entre las naves <strong>de</strong> la iglesia. Me acerco<br />
a la pared. Está fría, con la frialdad <strong>de</strong><br />
las piedras que han soportado siglos <strong>de</strong><br />
inmovilidad en su prisión, y camino a<strong>de</strong>lante,<br />
hacia la puerta, con la humildad <strong>de</strong><br />
los que han vislumbrado algo más allá <strong>de</strong><br />
lo conocido...<br />
*Tomado <strong>de</strong>: Julieta Pinto “Detrás <strong>de</strong>l espejo”.<br />
Euna. Costa Rica, 2000.<br />
36 <strong>Maga</strong> REVISTA PANAMEÑA DE CULTURA<br />
FRANCISCO ALE JANDRO MÉNDEZ (Guatemala)<br />
La familia <strong>de</strong> Matil<strong>de</strong><br />
A MATILDE LE OCURRIÓ ALGO<br />
parecido a lo que le ocurrió a Cleo, pero<br />
al revés: fue su padre quien murió y no su<br />
madre. La verdad es que ni yo misma lo<br />
entiendo. Tal vez sea porque soy chiquita.<br />
Bueno, así es como mamá se expresa<br />
cuando con su mano acaricia los colochos<br />
<strong>de</strong> mi cabeza y con resignación sonríe:<br />
––Algún día lo enten<strong>de</strong>rás mi’jita...<br />
Matil<strong>de</strong> es una niña rubia. Sus ojos<br />
tienen el mismo color que los <strong>de</strong> la gata<br />
<strong>de</strong> los Maldonado. Llegó a vivir con su<br />
familia a la casa que queda justo enfrente<br />
<strong>de</strong> nuestra tienda. El día que el camión<br />
llevó los muebles y los juguetes <strong>de</strong> Matil<strong>de</strong>,<br />
mis hermanas y yo curioseamos por<br />
la rejas <strong>de</strong> la ventana.<br />
Mamá nos regañó a todas, pero yo me<br />
percaté que ella estuvo observando a los<br />
hombres vestidos <strong>de</strong> azul, que vaciaron<br />
el camión y llenaron <strong>de</strong> muebles la casa<br />
<strong>de</strong> Matil<strong>de</strong>.<br />
El papá <strong>de</strong> Matil<strong>de</strong> era policía. Tenía<br />
una Yamaha 400, que lavaba todos<br />
los sábados por las mañanas vestido con<br />
pantalón corto, una playera floja y tenis.<br />
Una vieja pistola semi<strong>de</strong>scubierta lo<br />
acompañó cada vez que lo observé atisbando<br />
a través <strong>de</strong> la ventana.<br />
La mamá <strong>de</strong> Matil<strong>de</strong> es una mujer<br />
muy linda. Creo que Matil<strong>de</strong> va a ser<br />
igual a ella cuando sea gran<strong>de</strong>. Tiene<br />
dos hoyitos que se le dibujan en el rostro<br />
cuando sonríe. Cada vez que mi madre<br />
regresa <strong>de</strong> visitarla nos cuenta que ella<br />
llora por Matil<strong>de</strong>. Por Carmen y Anabella,<br />
casi no pregunta. Seguramente<br />
porque son menores que nosotras. Faltan<br />
años quizá para que ellas comprendan lo<br />
que sucedió.<br />
Nosotros no teníamos noticias <strong>de</strong> esa<br />
familia hasta que una tar<strong>de</strong> Xiomara (así<br />
se llama la madre <strong>de</strong> Matil<strong>de</strong>) vino a la<br />
casa a pedirle un favor a mamá. Antes <strong>de</strong><br />
atreverse a hablarle, pidió dos litros <strong>de</strong><br />
leche en bolsa, un quetzal <strong>de</strong> pan francés<br />
y una docena <strong>de</strong> bananos. Después, y al<br />
ver la cara <strong>de</strong> confianza que tiene mamá,<br />
le contó que estaba empecinada en trabajar,<br />
pero su esposo no se lo autorizaba.<br />
Es muy celoso, fíjese señora. Es muy<br />
lindo porque me ama por sobre todas las<br />
cosas, pero yo necesito trabajar. Él dice<br />
que en cualquier sitio don<strong>de</strong> me emplee<br />
siempre va a existir una persona que me<br />
quiera para su mujer.<br />
En esa ocasión, mi madre, como queriendo<br />
sacarle información, le preguntó<br />
<strong>de</strong> qué barrio provenían, cuánto <strong>pag</strong>aban<br />
<strong>de</strong> alquiler por la casa don<strong>de</strong> vivían antes<br />
y en qué cuerpo <strong>de</strong> la policía estaba asignado<br />
su esposo.<br />
No me diga que ahora <strong>pag</strong>a esa tremenda<br />
cantidad <strong>de</strong> dinero por la casita<br />
esa. Figúrese que aquí recto, a dos cuadras,<br />
alquilaban una más gran<strong>de</strong> y por