Memorias de allá, del frío Crónicas de un uruguayo en la Antártida De izquierda a derecha: El autor, Juan el arquitecto, “Todo Terreno” Mateo y Gary, Los Caminadores Lancha Zodiac en plena travesía, con dos buzos , “Todo Terreno” y el autor 42
VIII LA BASE ARTIGAS 43 Dr. Osvaldo González Contrera “pero luego y a la distancia sé que Artigas se quedó con algo mío que no logro definir, como también es cierto que ella dejó mucho en mí. Aún luego de muchos años, cuando el viento sopla fuerte en la noche, me parece oír el golpeteo de las piolas en los mástiles” Base Artigas, 18 de enero de 1990 Querida Bea, queridísimos todos: ¿Cómo están? Pido a Dios que todo esté marchando bien como hasta que hablamos por teléfono, espero que sigan con las actividades de siempre yendo a la playa, a la pileta, que los niños sigan con los deportes, que “Memo” Rafita esté tranquilo y portándose bien. Salgan, paseen, diviértanse mucho y sepan que siempre están conmigo acá. Ayer llegamos y hoy está como a principios del invierno en casa, fresco, con un solcito tibio y sin viento, los oficiales se fueron temprano en Zodiac a la base argentina Jubany que es bastante lejos, como 12 Km. y dejaron al doctor paseando por la costa y sacando fotos. La playa está tapizada por un grueso colchón de algas de todos los colores y en algunas zonas triplica su espesor, consecuencia del terrible temporal de viento sur que hubo el día antes de nuestra llegada. Llama la atención la ausencia casi total de vegetación en la superficie de la tierra, que está a la vista ahora en verano y el hielo está restringido sólo a algunas áreas. Pero la cantidad de algas y otros vegetales marinos que se ven en la costa, me hacen imaginar que la riqueza submarina debe ser grande, a diferencia de la pobreza de la tierra. Artigas se encuentra, como les contaba, en una playa dispuesta en terrazas o escalones, de unos veinte metros de ancho, que van bajando hacia el agua. Al este, muy cercano, tenemos el glaciar y al oeste, más cerca aún un cerrito pequeño pero muy escarpado que termina en el mar. Cuando la marea baja, se deja ver una pequeña playa, con una pared vertical. Entre ese cerrito y el terreno ocupado por la Base, corre un pequeño surco de agua, producto seguramente del deshielo. Artigas está formada por las viviendas del personal, que llamamos “wannigans”(1), que son una especie de contenedores o cámaras frigoríficas, pero con el frío por fuera… La más pequeña de estas construcciones está alejada de la costa y tiene el honor de haber sido el primer edificio instalado en el área de nuestra estación. Aquí trabajan los meteorólogos (los meteo) y los radio operadores (los radio), todos ellos de la Fuerza Aérea y viven todos juntos en el mismo lugar donde está el equipo de radio, nuestro único medio de comunicación con el resto del mundo ya que no captamos frecuencias de radio AM o FM y menos aún, televisión. Hay dos viviendas más del mismo tipo, de quince metros de largo, que están divididas en habitaciones dobles o cuádruples, de acuerdo a las necesidades, con baño único. En el “wannigan” más cercano al comedor está mi cuarto, que además es enfermería y otras cosas y es el que tiene pintado el pabellón nacional. Dotación 1990