Deberes y bendiciones del sacerdocio, Parte A
Deberes y bendiciones del sacerdocio, Parte A
Deberes y bendiciones del sacerdocio, Parte A
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Lección 21<br />
gastos relacionados con asistir al templo, servir en una misión y obtener<br />
instrucción académica), los impuestos y el dinero <strong>del</strong> presupuesto<br />
para alojamiento, comida, ropa, herramientas, transporte y recreación.<br />
Finalmente, la familia debe estar de acuerdo en cuanto al dinero<br />
que debe separarse para cada rubro. Algunos de los que se hallan al<br />
final de la lista quizás nunca lleguen a adquirirse; por tanto es mejor<br />
preocuparse antes que nada por las necesidades. En una ocasión el<br />
presidente Brigham Young dijo: “Nuestros deseos son muchos, pero<br />
nuestras necesidades reales son muy pocas. Dejemos que nuestras necesidades<br />
gobiernen nuestros deseos y veremos que no nos sentiremos<br />
impelidos a gastar nuestro dinero en cosas innecesarias” (Discourses<br />
of Brigham Young, pág. 297). En otra oportunidad, explicó que la falta<br />
de un juicio prudente causa la pobreza, y señaló que muchas personas<br />
que ganan muy poco utilizan el dinero en cosas superfluas, hasta<br />
que se encuentran profundamente endeudadas (véase Discourses of<br />
Brigham Young, pág. 317).<br />
■ Muestre la ayuda visual 21-b, “Una muestra de presupuesto”. Explique<br />
que una familia podría usar una lista como esta para planear su presupuesto<br />
en el consejo familiar.<br />
Seremos grandemente bendecidos si presupuestamos cuidadosamente<br />
nuestro dinero. El establecer metas, efectuar planes y trabajar conjuntamente<br />
para alcanzarlos, nos permitirá ocuparnos de nuestra familia<br />
como el Señor ha mandado. Una bendición adicional, que proviene<br />
de trabajar conjuntamente, es un aumento de amor y unidad que nuestra<br />
familia disfrutará. La siguiente historia muestra cómo un hombre<br />
(Vaha’i Tonga) y su familia fueron bendecidos al trabajar y planear en<br />
conjunto el presupuesto familiar:<br />
“Les prometí a nuestros cuatro hijos que, si ayudaban, iríamos juntos<br />
al templo. Yo pensaba dentro de mí: ‘¿Cómo puedo decir, sé un buen<br />
niño o niña, si no estoy sellado a ellos en el templo?’. Sentía que aún<br />
no eran míos.<br />
“Durante un período de dos años sacrificamos casi todo. Dividía entre<br />
cada uno mi sueldo de la escuela, y lo ahorrábamos; pero pagamos nuestros<br />
diezmos y ofrendas. Sólo nos quedaban 70 centavos al mes. De esta<br />
manera vivimos, mi familia y yo, con 70 centavos al mes durante dos<br />
años. Vivíamos de lo que podíamos juntar y sembrar. Recuerdo que mi<br />
esposa se despertaba temprano por la mañana para preparar nuestra ensalada<br />
con bananas y agua de coco. Mis hijos no podían comprar golosinas<br />
ni zapatos ni ir al cine porque estaban ahorrando para ir al templo...<br />
“Pero por medio <strong>del</strong> sacrificio, pudimos llevar a nuestra familia a Nueva<br />
Zelanda para sellarnos en el templo. Tuvimos que hacer cosas fuera de lo<br />
161