10.05.2013 Views

Deberes y bendiciones del sacerdocio, Parte A

Deberes y bendiciones del sacerdocio, Parte A

Deberes y bendiciones del sacerdocio, Parte A

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Lección 26<br />

4. Meditar sobre los principios <strong>del</strong> Evangelio. Meditar sobre los principios<br />

<strong>del</strong> Evangelio significa que debemos estudiarlos y analizarlos, y después<br />

orar con fe en Jesucristo para recibir conocimiento <strong>del</strong> Espíritu<br />

Santo sobre lo que hayamos aprendido (véase Moroni 10:3–5).<br />

5. Orar y ayunar a menudo. El profeta Alma llegó a saber por sí mismo<br />

que el Evangelio era verdadero porque ayunó y oró durante varios<br />

días. Tras su ayuno, el Espíritu Santo dio testimonio a su alma en<br />

cuanto a la doctrina de Dios (véase Alma 5:45–56).<br />

■ Pida al integrante de la clase que haya asignado previamente que<br />

relate la experiencia que vivió al obtener un testimonio.<br />

El desarrollo de un testimonio más firme<br />

Una vez que hayamos recibido un testimonio debemos seguir fortaleciéndolo.<br />

El presidente Harold B. Lee dijo: “Un testimonio no es algo<br />

que se tenga hoy y permanezca así para siempre. Un testimonio es frágil.<br />

Es tan difícil de sujetar como lo es un rayo de luna. Es algo que se<br />

tiene que volver a lograr cada día de nuestra vida” (Church News, 15<br />

de julio de 1972, pág. 4).<br />

Para fortalecer nuestro testimonio cada día y permanecer felices en el<br />

Evangelio, debemos esforzarnos por vivir rectamente, llevar a cabo<br />

nuestros deberes <strong>del</strong> <strong>sacerdocio</strong> y prestar servicio a los demás. Para<br />

que se pueda fortalecer, un testimonio debe ser un principio de acción.<br />

■ Muestre la ayuda visual 26-a, “Fortalecemos nuestro testimonio<br />

cuando lo compartimos con los demás”.<br />

Compartir nuestro testimonio con otras personas no solamente fortalecerá<br />

el nuestro, sino también el de quienes nos oigan. Se nos da la oportunidad<br />

de expresar nuestro testimonio una vez al mes en la reunión de<br />

ayuno y testimonios, pero debemos aprovechar cualquier oportunidad<br />

para compartirlo con nuestra familia y amigos.<br />

Debemos ser valientes en nuestro testimonio de Jesucristo (véase D. y C.<br />

76:79). Como miembros de la Iglesia, tenemos la responsabilidad de<br />

compartir nuestro testimonio con los demás, tanto con los miembros de<br />

la Iglesia como con los que no lo son; damos muestras de nuestro testimonio<br />

cada día, por medio de las cosas que decimos y lo que hacemos.<br />

Pedro advirtió: “...estad siempre preparados para presentar defensa con<br />

mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza<br />

que hay en vosotros” (1 Pedro 3:15). Nuestro testimonio sirve<br />

para dirigir a otros hacia la verdad y les ayuda a desear conocer más.<br />

■ Pida a los integrantes de la clase que lean D. y C. 62:3; 84:61. ¿Qué ha<br />

prometido el Señor a quienes compartan su testimonio?<br />

201

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!