El telón de terciopelo - Grand Guignol Ediciones
El telón de terciopelo - Grand Guignol Ediciones
El telón de terciopelo - Grand Guignol Ediciones
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
J OSÉ I GNACIO DE A RANA<br />
Antes <strong>de</strong> rasgar el sobre instó al secretario a preguntar quién lo enviaba,<br />
pero el botones ya había <strong>de</strong>saparecido por el largo pasillo enmoquetado.<br />
Levantó el teléfono y en recepción sólo supieron <strong>de</strong>cirle que un<br />
hombre sin ninguna seña particular lo acababa <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar con la única indicación<br />
<strong>de</strong> que era urgente que lo recibiese el <strong>de</strong>stinatario; el conserje<br />
lamentaba profundamente, le dijo, no po<strong>de</strong>r darle más datos y que eso<br />
le hubiese ocasionado algún tipo <strong>de</strong> molestia. «No importa, no importa»,<br />
respondió Sonseca y fue a sentarse en una butaca bajo la luz <strong>de</strong> una<br />
lámpara con una amplia tulipa <strong>de</strong> vitela que difuminaba la claridad <strong>de</strong><br />
las dos bombillas. Aún tardó unos segundos en <strong>de</strong>cidirse a abrir la inesperada<br />
carta. ¿Quién podía escribirle a él y, <strong>de</strong> forma tan perentoria, en<br />
una ciudad en la que no conocía a nadie ni creía que nadie le conociese,<br />
tendría la necesidad <strong>de</strong> comunicarse <strong>de</strong> ese modo? Rompió el sobre<br />
con un movimiento nervioso e intrigado. Dentro había una cuartilla<br />
también <strong>de</strong> vulgar calidad y sin i<strong>de</strong>ntificación, escrita a máquina.<br />
«Me gustaría cenar con usted esta noche a las 9 en Gallagher’s; cualquier<br />
taxista le llevará. Vista <strong>de</strong> paisano. Podremos escuchar <strong>de</strong> nuevo<br />
a Hän<strong>de</strong>l y a Monteverdi. A. T.»<br />
A. T., Hän<strong>de</strong>l y Monteverdi. ¡Attile Tzor, sin duda alguna! Pero ¡cielo<br />
santo!, Attile Tzor era el papa Pío XIII con quien sólo hacía veinticuatro<br />
horas había intercambiado palabras <strong>de</strong> compromiso durante la<br />
recepción en el edificio papal <strong>de</strong> la avenida Madison. ¿Qué significaba<br />
aquella enigmática cita? Un irreprimible temblor sacudió las manos <strong>de</strong><br />
Sonseca que a punto estuvo <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar caer la carta al suelo. Enseguida<br />
se dio cuenta <strong>de</strong> que Hermida le observaba también inquieto aunque<br />
<strong>de</strong>sconociera el contenido <strong>de</strong> aquel papel que el car<strong>de</strong>nal consiguió sujetar<br />
a duras penas.<br />
—¿Suce<strong>de</strong> algo, Eminencia? —preguntó aproximándose con gesto<br />
servicial.<br />
—Nada, Hermida, tranquilo. Un recuerdo…, una pequeña sorpresa.<br />
Alguien que me felicita y que se excusa por no haber podido venir<br />
a los actos <strong>de</strong> estos días. Un viejo amigo al que casi había olvidado y<br />
que no esperaba que estuviese en Nueva York. Esta noche voy a salir a<br />
verle.<br />
Y ante la cara <strong>de</strong> no compren<strong>de</strong>r nada <strong>de</strong>l sacerdote, continuó sin<br />
estar muy seguro <strong>de</strong> que sus palabras sonasen convincentes.<br />
[34]