El telón de terciopelo - Grand Guignol Ediciones

J OSÉ I GNACIO DE A RANA
yo lo veo, la Fraternidad saldrá triunfadora porque es la que menos escrúpulos
tiene y la que parte de una mejor posición por sus íntimas relaciones,
auténticamente fraternales, nunca mejor dicho, con los poderes
mundanos. Los jesuitas han sido muy baqueteados en la historia
y su arraigo popular ha descendido mucho. Otros movimientos eclesiales
son minoritarios, desean arañar algún jirón de poder y siempre
se han mirado en el espejo de la Fraternidad aunque muchas veces
apareciesen como enemigos declarados de ella; sus líderes pudieron tener
carisma cuando los fundaron para mantenerse fuera de los tentáculos
de su modelo, pero ahora están dirigidos por gentes que pactarían
con el mismo diablo para subir un escalón; al final apoyarán a la
Fraternidad a cambio de las migajas del banquete.
»Si todo esto sucede de esta manera, y estoy totalmente convencido
de que será así, el próximo papa será un miembro de la Fraternidad. Y
entonces ya no sólo ocuparán el cascarón vacío de la Iglesia sino que lo
moldearán a su voluntad hasta hacerlo irreconocible. Eso sería el final
de la Iglesia y con ella el final de los tiempos como está profetizado.
Pero una vez más se equivocan porque los caminos de Dios son inescrutables,
y yo en mi modestia les he puesto una piedra en el zapato de
la que, cuando llegue el momento, van a notar la rozadura. Esa piedra
es usted, Sonseca.
—¿Yo, Santidad? —ahora la cara de Carlos era el vivo retrato de
quien se siente golpeado de improviso por un mazazo mientras contempla
un paisaje. No obstante, un brillo en los ojos y la brusca tensión
que adquirieron los músculos de todo su cuerpo, como los de un
cazador al acecho, demostraban que estaba dispuesto para alcanzar la
pieza más importante de la noche.
—Hace mucho tiempo, desde antes de la Gran Crisis, que se viene
hablando de que nos encontramos viviendo una nueva Edad Media;
primero lo intuyeron los historiadores profesionales, luego otros pensadores,
al final hasta muy extensas capas de la población medianamente
instruida. Incluso nosotros hemos tocado la cuestión hace unos
minutos. Ciertamente es así, pero la historia no discurre, como pensaban
los antiguos, en círculo. No sería ése su dibujo en un papel, ni
tampoco el del mítico ouroboros, la serpiente que cierra el círculo devorándose
a sí misma por la cola. Se trata de una espiral en la que se
[46]