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Les Thompson – La Santa Trinidad

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/ D r. L e s T h o m p s o n<br />

explica por qué nos afecta la tentación, los vicios y la<br />

maldad. Nos explica por qué tenemos tantos problemas<br />

morales. Sin embargo, Dios el Padre nos dio el perfecto<br />

remedio: Así también por la obediencia de uno [Jesucristo], los<br />

muchos serán constituidos justos (Romanos 5:19). Ahora que<br />

hemos sido adoptados por el Padre celestial —basado en lo<br />

que Cristo hizo por nosotros—, hemos recibido la potestad<br />

[el poder o la fuerza del todopoderoso Padre] de ser hechos<br />

hijos de Dios (Juan 1:12). Como dice Colosenses 1:27 en<br />

referencia al poder de Cristo para ayudarnos a vencer el<br />

pecado: Cristo en vosotros la esperanza de gloria, o la idea de<br />

que estamos totalmente protegidos por Dios: Porque habéis<br />

muerto y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios<br />

(Colosenses 3:3). Todo esto nos viene al ser adoptados como<br />

hijos de Dios.<br />

El gran expositor bíblico, J.I. Packer, [4] dice que “la<br />

adopción es un concepto relacionado con la familia, concebida<br />

en términos de amor, y que ve a Dios como Padre. En<br />

la adopción Dios nos recibe en su familia y en su comunión<br />

y nos coloca en la posición de hijos y herederos suyos”. Y<br />

añade que “la intimidad, el afecto, y la generosidad están en<br />

la base de dicha relación”. Ya que hemos apreciado el gran<br />

amor del Padre hacia su Hijo Jesucristo, pensemos en lo<br />

grandioso que tiene que ser la aplicación de ese infinito<br />

amor a nosotros.<br />

Me tocó hace unos años ayudar a una familia en California<br />

a adoptar a dos niños chilenos. Me interesó, luego de todo<br />

el papeleo legal, observar los cambios radicales que<br />

inesperadamente sobrecogieron a aquellos dos niños, un<br />

[4] J.I. Packer, Hacia el conocimiento de Dios, Editorial LOGOI, 1997, p. 235.

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