Torrentes Espirituales.pdf - Tesoros Cristianos
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aplastarla como se aplasta a una mosca. Pero en vez de ello, se encontró<br />
con su igual, por no decir su superior. Estaba enfurecido. (La historia,<br />
más tarde, no ha sido magnánima con Bossuet, sobre todo a causa del<br />
trato tan absurdo que ejerció sobre esta mujer.) Las conclusiones de<br />
Bossuet acerca de esta “peligrosa” mujer hicieron que Luis XIV<br />
encarcelara a Jeanne Guyon sin juicio y sin cargos.<br />
En su “vista oral” ante Bossuet y otros dos Obispos, Jeanne Guyon<br />
presentó su biografía a Bossuet. (Ya había leído Método de Oración y<br />
estaba bastante en contra de éste.) En aquella época ella le presentó tres<br />
obras más. No podría haber actuado peor. De entre sus comentarios<br />
sobre la Biblia eligió entregarle su obra Cantar de los Cantares. También<br />
le entregó un manuscrito recientemente acabado de un libro sin publicar<br />
titulado <strong>Torrentes</strong> <strong>Espirituales</strong>.<br />
Imagináos a un super pedante y super piadoso solterón ya entrado en<br />
años leyendo la íntima y apasionada interpretación de Cantar de los<br />
Cantares. ¡A Bossuet se le pusieron los pelos de punta! El sexo, después<br />
de todo, era un mundo desconocido para él – démosle ese margen de<br />
duda –, y con toda seguridad tampoco debía tener lugar en libro religioso<br />
alguno, aunque tratara del Cantar de los Cantares.<br />
Su reacción ante <strong>Torrentes</strong> <strong>Espirituales</strong> fue peor. En este libro Jeanne<br />
Guyon ataca de soslayo a la intelectualidad y a los intelectuales... ¡y eso<br />
era todo lo que era Bousset! Lo que es más, la subjetividad de <strong>Torrentes</strong><br />
<strong>Espirituales</strong> no le hacía mucha gracia que digamos a una de las mentes<br />
más objetivas que Francia llegó a engendrar.<br />
Otro suceso, en otra nación, también influyó profundamente en lo que<br />
le habría de acontecer a Jeanne Guyon. Había en Italia un hombre<br />
llamado Miguel de Molinos, que por aquel tiempo sufría prisión por<br />
similares escritos.<br />
Molinos hacía poco que había puesto a toda Italia patas arriba,<br />
originando una de las mayores revueltas que jamás haya sufrido el<br />
Vaticano, el Papa y Roma.<br />
Las enseñanzas de estas dos personas no eran una novedad, sino<br />
que ya habían sido enseñadas en siglos pasados por santos canonizados<br />
de la Iglesia Católica. Ni a Molinos ni a Guyon se les hubiera pasado<br />
nunca por la mente que lo que escribían y enseñaban podría meterles en<br />
problemas. Y lo hizo.<br />
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