Torrentes Espirituales.pdf - Tesoros Cristianos
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entendimiento pone ante él una firmeza inquebrantable. Esa firmeza no<br />
puede ser zarandeada por el mundo o el infierno o cualquier otra cosa.<br />
Imagina que dos personas están viviendo bajo el mismo techo y, sin<br />
embargo, son extraños entre sí. Están cerca uno del otro, pero no se<br />
conocen. Hay algo de esta verdad en la vida de aquel que ha madurado a<br />
lo largo de un considerable periodo de tiempo. Está en el mundo, pero<br />
para éste es un extraño. Es como si viviera en algún otro lugar.<br />
No obstante, no pienses que está más allá del sufrimiento. Para nada.<br />
Probablemente experimentará un mayor sufrimiento que otros. Su<br />
relación con ese sufrimiento será bastante diferente. Habrá dolor, habrá<br />
sufrimiento en la carne, y la cruz aún estará ahí. Empero, habrá gran<br />
gozo en el espíritu. Ese gozo no evitará el sufrimiento. Sencillamente allí<br />
hay un gozo sereno en medio del sufrimiento.<br />
La pregunta ya no es, “¿Proviene esto de Dios?” Para tal alma todas<br />
las cosas (excepto el pecado) son de Dios.<br />
Los elementos de la habitación no son nada por sí mismos. Pero si se<br />
saca todo el mobiliario de la habitación, lo que entonces vería el<br />
observador no sería más que la propia habitación. Ahora mira a tu Dios<br />
de igual manera. Todas las criaturas en el cielo y en la tierra parecen<br />
desaparecer y esfumarse. Sí, ahí están, es verdad. Pero están separadas<br />
del creyente. Y no son Dios. Ni tampoco son parte alguna de Dios Mismo.<br />
Pero cuando el creyente le busca, aunque las personas están presentes<br />
y las circunstancias están presentes, no ve el mobiliario, sino la<br />
habitación. A todo lugar al que mire el creyente sencillamente ve a su<br />
Señor. Su mano y las circunstancias que vienen de Su mano parecen<br />
fundirse en uno. Él ha quitado el mobiliario de la vida de éste, o al menos<br />
ha hecho que deje de tener importancia para él.<br />
Según va andando este creyente en un continuo estado de vaciarse a<br />
sí mismo, entonces su propia experiencia se vuelve la experiencia de su<br />
Señor. Los problemas, las pruebas, la conciencia de su propia identidad y<br />
el sufrimiento parecen desaparecer en Dios. Separar las cosas buenas<br />
de las cosas malas que le están ocurriendo es sencillamente irrelevante.<br />
Esto es algo que no hará. Ha llegado al punto de descansar en las<br />
circunstancias de la vida porque ha visto a Dios en todas esas<br />
circunstancias.<br />
Si todo el mundo se levanta contra tal y le dice que está equivocado,<br />
habrá una paz serena dentro de él que testifica lo contrario. Ahora eso<br />
podría ocasionar que otros le vieran como alguien cabezota y obstinado,<br />
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