Torrentes Espirituales.pdf - Tesoros Cristianos
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* “Él destruye para poder edificar; pues cuando está a punto de poner los cimientos de Su sagrado<br />
templo en nosotros, primero arrasa por completo ese vano y pomposo edificio que las artes y esfuerzos<br />
humanos han erigido, y de sus horribles ruinas una nueva estructura es formada, sólo por su poder.”<br />
(Biografía de Madame Guyón, Editorial Círculo Santo).<br />
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No hagas nada. Quédate en calma. Sigue, sin resistencia, la señal<br />
que Dios imprime sobre ti. Procura acordarte de que, como no eres<br />
perfecto, seguro que cometerás errores. Incluso cuando comienzas a<br />
regresar de nuevo a tu espíritu, y allí aprendes a ser guiado por Dios, no<br />
eres infalible. Así que ten cuidado (y humíllate ante Dios) para que no<br />
hayas de desviarte.<br />
Aparta de ti toda reflexión, pues verás que te resulta difícil razonar<br />
cómo Dios te guía. Si te has empeñado en perseguir a la razón, puedes<br />
llegar a ser todo un experto en ello, y puedes llegar a convencerte a ti<br />
mismo de seguir tu propio camino. O peor, razonarás que estás siguiendo<br />
a Dios.<br />
Si te vuelves hacia ti mismo y pones toda tu confianza en ti mismo,<br />
experimentarás el infierno que le acaeció a Lucifer. Se amó a sí mismo y<br />
se convirtió en un demonio. Si una vez viste la gloria de Dios, entonces<br />
apartarse de Él es algo tanto más terrible. No te enamores de ti mismo,<br />
sino ama a Dios.<br />
Dios te transforma un poco cada vez. Hace que tu espíritu se<br />
ensanche de continuo. No es de extrañar que David dijera:<br />
“¡Dios, cuán grande es tu bondad, que tú has guardado para los que<br />
te temen y te aman!” (Salmos 31:19)<br />
Aunque David había llegado a conocer su propia pecaminosidad,<br />
había llegado también a conocer aún más la increíble gracia de Dios.<br />
Vosotros, los que llegáis a un lugar así, también sois aquellos que con<br />
sumo gozo dan sus vidas para glorificar a Dios. Nuestro único deseo es<br />
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