150 aniversario de la ley hipotecaria - Foros del 150 aniversario de ...

Los asistentes siguieron
con atención los discursos
pronunciados durante el
acto institucional.
do la historia del Derecho
registral español.
Por la época en que yo
era un estudiante, la exposición
de motivos de la
Ley Hipotecaria solía ser
conocida con el nombre de
la “luminosa” porque había
dejado las cosas perfectamente
claras y porque
además estaba muy
bien escrita. El calificativo
-pienso ahora- debe
hacerse a la Exposición de
10 de junio de 1860 de los
motivos y fundamentos
del Proyecto de Ley Hipotecaria
que redactó la
Comisión de Codificación.
¿Cuáles deben ser las
bases capitales de la nueva
ley? Se preguntaban los
autores y después de recordar
que el gobierno no
había prescrito las bases
capitales de la nueva ley,
si se señalaba que había
manifestado su voluntad
de que la nueva ley partiera
del principio de publicidad
y, por consiguiente,
no se admitieran las hipotecas
generales.
La primera cuestión, dice
después la Exposición de
motivos, que había que resolver
es si el Proyecto de
ley debía limitarse a la reforma
del sistema hipotecario
o a toda la propiedad
territorial entendiendo que
el propósito del gobierno
era más bien este último,
tratando de resolver des-
pués el sistema hipotecario
que debía adoptarse.
Exponiendo las cosas muy
brevemente podemos destacar
como grandes aciertos
de los legisladores de
1861 la adopción del Folio
Real y de un sistema de
inscripción en lugar del de
trascripción, por más valor
que a este último hubiera
dado el Derecho francés,
entonces faro, norte y guía
de todo el Derecho europeo.
Corresponde también
a la Ley de 1861 la creación
del cuerpo de registradores
de la propiedad y las bases
de su condición funcionarial.
La ley establecía pautas
seguidas después por
los títulos inscribibles, derechos
reales y de los personales,
la inscripción de
los arrendamientos, la exigencia
de la titulación pública
y los principios estrictamente
registrales de especialidad
o determinada
prioridad y tracto sucesivo.
Puede discutirse y esto
es una vexata quaestio
de qué fuentes se valió.
José Luis Lacruz había
dicho que el legislador
español debía inspirarse
en el de algunos de
los cantones suizos de
lengua alemana.
Hasta aquí he tratado
de consignar algunas pinceladas
sobre los rasgos o
las notas que caracterizan
mejor el tipo de ley que
fue la conmemorada y el
ambiente político, social y
económico en que se movió.
Hay, sin embargo, que
extraer alguna otra conclusión.
Se puede justamente
decir que la obra de los
legisladores de 1861 fue
una gran obra que armó
con carácter muy sólido
la estructura de nuestro
Registro de la Propiedad
y que lo ha hecho pervivir
durante tantos años. Experimentó,
sin duda, el Registro
algunas reformas,
pero ellas no fueron definitivas.
Gracias a la Ley
de 1861 hemos tenido y
seguimos teniendo un sis-
tema de seguridad inmobiliario
que, aunque no
raye en la perfección absoluta,
se encuentra entre
los que son sencillamente
buenos. Y no sería justo
terminar sin dejar en
claro el importante papel
que en la construcción
y en la preservación
de ese sistema de seguridad
inmobiliaria han tenido
y continúan teniendo
nuestros anfitriones
de hoy, el cuerpo nacional
de los registradores de
la propiedad, incansablemente
volcados en todo lo
que signifique la mejora y
modernización del Registro.
Tampoco sería justo
acabar estas palabras sin
mencionar el magno empeño
en que en estos años
continúan estando metidos,
computarizar el Registro
y diseñar un mapa
confeccionado por ordenador
de las fincas existentes
en nuestro pais.
Creo que es justo que les
demos las gracias.
enero - Febrero de 2011 • 27