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especial 150 aniversario de la ley hipotecaria
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Economía
Normas & Tributos / Reportaje
LA CRISIS HACE
FUERTE A LA LEY
HIPOTECARIA
Los registradores debaten en su 150 aniversario las
consecuencias de la recesión del sector inmobiliario
TeresaBlanco/M.H.Gayo
MADRID. La Ley Hipotecaria cumple
nada menos que 150 años. Su aprobación,
en 1861, supuso un hito histórico
en el país y dio lugar a una
de las leyes más estables y veteranas
de la legislación actual, que ha
servido para proteger la propiedad
de los ciudadanos y que ha adquirido
una posición relevante a raíz
del boom inmobiliario y la actual
crisis económica.
Con motivo de este aniversario,
el diario elEconomista organizó un
desayuno informativo, en el que se
habló no sólo de la vigencia de la
Ley, sino que también se debatieron
los temas más actuales, como
su colaboración con la Administración
Pública en asuntos como el
blanqueo de capitales, o en qué situación
se encuentra el uso de las
nuevas tecnologías dentro del ámbito
registral.
VigenciadelaLey
Para empezar, y a pesar de su siglo
y medio de andadura la Ley Hipotecaria
tiene aún mucho que decir.
Y es que, se trata de una Ley “renovadora
y reformadora que fue
configurada con principios genéricos
que le han permitido dar soporte
a las nuevas necesidades adaptándose
a los nuevos tiempos”. O al
menos, ésta es la opinión que le merece
a Belén Madrazo, directora del
servicio de consumidores y usuarios
y medio ambiente del Colegio
de Registradores de la Propiedad y
Mercantiles de España.
Madrazo no dudó en vaticinar
que aún “tenemos Ley Hipotecaria
para muchos años” y es que, a su
juicio, “el sistema registral español
goza de la mejor salud”.
Así, lejos de lo que podría pensarse
esta Ley, que ha sido “elogiadísima”,
explicó, no es un texto caduco
y obsoleto ya que “se trata de
una Ley muy amplia, que regula y
defiende la correcta transmisión de
la propiedad privada y dota de se-
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guridad jurídica al tráfico mercantil
permitiendo dar por válida una
propiedad determinada”.
Más tajante se mostró aún José
Torres, tesorero del Colegio de Registradores,
que señaló que la Ley
Hipotecaria es “un éxito rotundo”,
y explicó que, a pesar de haber vivido
ya 150 años, se trata de un texto
normativo que “aún sigue vigente
y que sigue disfrutando de una
gran modernidad”.
A este respecto, indicó que la Ley
Hipotecaria traslada a nuestros días
su principal razón de ser, ya que
supuso para el legislador del siglo
XIX un reto de seguridad jurídica,
en cuanto que se perfiló como un
instrumento jurídico que permitía
identificar la correcta propiedad de
una finca, así como su situación legal
-cargas, etc.-.
En este sentido, continuó explicando
Torres, “la prueba del vigor
de la Ley es que es un sistema muy
La Ley fue configurada
sobre unos principios
genéricos que le han
permitido adaptarse a
las nuevas necesidades
original que aúna las ventajas del
sistema alemán (protección del tercero)
y del francés (voluntariedad
de la inscripción)”. Por todos estos
motivos, señaló, “estamos muy orgullosos
de formar parte de este invento
del siglo XIX que se proyectará
en el XXI y en el XXII”.
Tampoco dejó lugar a dudas sobre
la vigencia y modernidad de la
veterana Ley, Jesús Sieira, censor
interventor del Colegio de Registradores.
Así, a su juicio, el texto hipotecario
“no sólo es presente sino
también futuro”.
Esto es así, en su opinión, porque
“se trata de una norma orientada a
la consecución de dos objetivos concretos:
colaborar y coordinar las Ad-
ministraciones Públicas y ser instrumento
de protección al servicio
del ciudadano”.
Reforzadaporlacrisis
La crisis económica, que amenaza
a nuestro país desde hace ya unos
años, ha puesto de manifiesto la necesidad
de la Ley Hipotecaria e, incluso,
ha llegado a reforzarla.
Esto se ha debido a que “la protección
registral que ofrece este texto
normativo otorga seguridad a la
propiedad privada, en un momento
repleto de incertidumbres y concursos
tanto por parte de empresas
como de particulares”, según explicó
Jesús Sieira, censor interventor
del Colegio de Registradores.
Por otro lado, tal y como señaló
Xavier Gil Pecharromán, jefe de
Normas y Tributos de elEconomista,
encargado de moderar el debate,
el boom inmobiliario puso de manifiesto
la necesidad de “poner al
día fincas que no estaban tituladas
o se encontraban mal registradas”.
A este respecto se pronunció Jesús
Sieira, que apreció que “la burbuja
inmobiliaria ha puesto de manifiesto
la fiabilidad de la actividad
registral, porque todos los ciudadanos
han visto protegidos sus derechos
y las fincas que no estaban
actualizadas o inscritas se han actualizado
a través de los registros,
gracias a la calificación y el estudio
independiente del registrador que
sólo permite la inscripción de documentos
fiables”.
Y añadió que la buena fama de la
que goza esta actividad registral ha
impulsado incluso que “otros países
estudien nuestro sistema, e incluso
desde aquí se les ayude a desarrollar
las capacidades necesarias
para instaurarlo”. Y es que, como
señaló José Torres, no todos los sistemas
protegen de igual forma la
propiedad ante la crisis: “Respecto
de las hipotecas subprime de Estados
Unidos sería imposible que este
sistema se diera en España por
el doble juego del registro. Esta hi-
poteca es más ágil pero menos segura,
porque existe un seguro de títulos
que permiten devolver al cliente
su dinero, pero no su propiedad.
En España, precisamente lo que se
protege es la propiedad”.
Colaboraciónpública
Sin embargo, la crisis no sólo ha
puesto de manifiesto el valor del
Registro en cuanto a su función de
protección del régimen inmobiliario,
sino que también ha puesto de
relieve la importancia de otras funciones
que realiza entre las que destaca
su colaboración con otras Administraciones
Públicas.
Una colaboración que puede pasar
desapercibida pero que, como
subrayó José Torres, se trata de temas
sumamente importantes, puesto
que “nuestra especial independencia
y centralización de la
información hace que el Estado confíe
en nosotros determinadas funciones
como la gestión de los impuestos
cedidos a las comunidades
autónomas, o incluso, el cierre registral,
es decir, la necesidad de acreditar
el pago de impuestos antes de
producir la inscripción registral, o
incluso, la obligatoriedad de registrar
los bienes públicos de todas las
Administraciones”.
A lo que habría que añadir otros
temas, como, por ejemplo, la importancia
del Registro en la prevención
del blanqueo de capitales,
en donde una serie de indicios de
MARTES, 8 DE FEBRERO DE 2011 EL ECONOMISTA
alarma pueden dar lugar a una colaboración
más directa con las Administraciones
o, por ejemplo, con
el Banco de España.
En ese sentido, Sieira subrayó las
dos claves de esta función: la plena
colaboración y plena coordinación
con el resto de Administraciones.
Una colaboración que se produce,
además, a todos los niveles de la descentralización
administrativa, de
ahí que, cada vez más, se colabore
con las comunidades autónomas en
materias como la Ley de Costas, la
Ley de Montes, etc.
Figuradelregistrador
Unido a estas funciones “más desconocidas”
del Registro, no podemos
olvidar la propia labor del registrador.
Una figura que, sin
embargo, es más desconocida para
los ciudadanos que la de otros agentes
del mercado con los que tiene
un trato directo, como los notarios
o los gestores.
Algo que se explica, según José
Torres, por “la independencia que
le es consustancial: no tiene un cliente
que acuda a él: protege al tercero
invisible”.
Además otra nota que define la
figura del registrador es su responsabilidad:
la asume el registrador,
de forma que “es un coste cero en
ese sentido para el Estado”.
En esta misma línea, siguió argumentando
José Torres, es necesario
conectar esa independencia,