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CONSTELACIONES DIAGRAMADO.indd - Escritores y Poetas en ...

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Poco después, el ambi<strong>en</strong>te se relajó. Escucharon un<br />

cassete de Faith no More por ambos lados. Cuanto más<br />

borrachos se ponían m<strong>en</strong>os hablaban y más cantaban. Lo<br />

hacían pésimo, fue interminable; se les olvidaba la letra <strong>en</strong><br />

medio de los estribillos y se ponían a rell<strong>en</strong>ar con palmetazos<br />

sobre el capó del Samurai. Ya veía que le pegaban con<br />

demasiadas ganas y le hacían una abolladura del porte de<br />

un puño. Ya veía el titular <strong>en</strong> los diarios; “hombre destroza<br />

vehículo y se fractura ambas manos mi<strong>en</strong>tras canta mal <strong>en</strong><br />

inglés”. El amor de Isidora por ese sub-humano me parecía<br />

un <strong>en</strong>igma.<br />

La Isi debió haber sido mi esposa, p<strong>en</strong>sé, y Javier mi hijo.<br />

En otra dim<strong>en</strong>sión éramos una familia <strong>en</strong>cantadora, a pesar<br />

de que no tuviera ni la paci<strong>en</strong>cia ni los medios económicos<br />

como para t<strong>en</strong>er una familia.<br />

Me di cu<strong>en</strong>ta de que me estaba tomando todo demasiado<br />

<strong>en</strong> serio. Para salir del aburrimi<strong>en</strong>to, le ayudé al niño<br />

a levantar las manos al ritmo de la música. Él pareció animarse<br />

todavía más y de paso me ayudó a pasar una noche<br />

agradable al son de la cerveza barata, la música gringa, el<br />

mal inglés, y el eterno oleaje de fondo.<br />

Era una mañana triste y húmeda. T<strong>en</strong>ía mi camioneta<br />

<strong>en</strong> el taller por el resto de la semana, así que tuve que subir<br />

caminando hasta la casa de los Schmidt. La cuesta era larga<br />

y empinada, y llegué con los pantalones embarrados hasta<br />

las rodillas. Ya <strong>en</strong> la recta final, divisé a Javier. Estaba s<strong>en</strong>tado<br />

<strong>en</strong> el umbral de la puerta, jugaba con autitos y camiones<br />

que t<strong>en</strong>ía dispersos <strong>en</strong> el barro. La v<strong>en</strong>tana que daba al<br />

living (un vidrio de al m<strong>en</strong>os 4 metros de ancho) aún t<strong>en</strong>ía<br />

una trizadura que la cruzaba de un extremo a otro. Un pedazo<br />

grande ya se había caído, y habían tapado el agujero<br />

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