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importa el tema elegido es a nosotros/as mismos/as. En ninguna
instancia es posible involucrar las necesidades o problemáticas
surgidas en una comunidad como disparadoras de un proyecto de
investigación. Todo se dirime en las cuatro paredes del edificio
académico. El otro, a pesar de ser utilizado como elemento legitimador
de las conclusiones de investigación, no es más que un informante al
servicio de una problemática de investigación que por lo general no
le interesa, puesto que no ha surgido de su cotidianeidad sino de las
necesidades de reproducción académica de determinados
investigadores. La relación que se establece con el otro (objeto/sujeto
de investigación) es de mera extracción de información. Esto se torna
evidente en la práctica de trabajo de campo. Recientemente, en un
trabajo inédito 3 sobre una experiencia de investigación entre los y las
tobas de Formosa, una compañera antropóloga nos cuenta sobre cómo
ha sido históricamente la relación entre los y las tobas y los/as
antropólogos/as:
Cuando planifiqué mi proyecto de investigación de doctorado,
me detuve frente a un nuevo interrogante: si otros
antropólogos que habían trabajado previamente en las
comunidades solían pagar a sus interlocutores su tiempo de
conversación ¿cuál era la razón para que yo no lo haga? o
¿Por qué debería hacerlo?. Al fin y al cabo, conversar
abiertamente sobre las «historias de sus vidas», con una
grabadora de por medio y un consentimiento, significaba
legitimar una situación: un método de investigación. No querer
ver esta escena, me/nos hubiera significado mentirnos: ellas
[las tobas] en ese momento actuaban como mis «informantes»,
y el registro de sus experiencias previas les recordaban que
así debían hacerlo. ¿Por qué obviar el dinero entonces? Hubiera
sido deshonesto de mi parte no «reconocer» el tiempo de
«trabajo», puesto que ese tiempo «reconocido» fue parte de la
escena original con el antropólogo (real o no) que se continúa
repitiendo en varias comunidades indígenas de Formosa.
Pagar o «reconocer» (como suelen denominar a este
tipo de transacción las y los tobas) no nos asegura que estemos
libres del problema complejo de la «representación del otro».
Por otra parte, ofrecer el beneficio de la co-autoridad textual a
3 Gomez, Mariana: «Prólogo imprudente de una antropóloga (des)ubicada». Trabajo
realizado en el marco del seminario de doctorado Reflexividad, Método y Arte de la
Etnografía, dictado por Ruth Behar. Marzo-abril 2007.
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