noche de perr - Emeequis

*Músico coqueto
y loco, bajista de
El Palomazo
Informativo y
Monocordio,
y colaborador de
El Weso en WRadio
imagen CORTeSÍa OCeSa
sonorama
Por Martín Durán*
martin_duran_chavez@hotmail.com
Unza unza time!
Cuando el Papa Gregorio XIII promovió su calendario, seguro
que nunca quiso imponer que sólo los viernes y sábados
fueran días para salir de fiesta, reventar el alma y celebrar
la vida. Bueno, eso espero, pues yo acabo de comprobar que
un lunes puede ser perfecto para morir: morir de éxtasis, de
amor o de cualquier otra forma.
La noche del lunes 30 de marzo, en que yo estaba un poco
escéptico de que se llenara el Vive Cuervo Salón para ver a
Emir Kusturica & The No Smoking Orchestra, me llevé la grata
sorpresa de ver y sentir esa hermosa vibra musical y humana
como una ola que te pega en la cara cuando eres niño, que te
arrastra pero te deja con ganas de más y más y más, y todo
se convierte en una increíble y divertida interacción con las
marejadas sonoras.
Fue uno de esos lunes que no se cambian por ningún viernes,
un lunes de gran sorpresa. Debo admitir que conocía el
trabajo de Emir Kusturica como cineasta, como compositor, y
había escuchado a TNSO en disco… sólo en disco, por lo cual,
al escuchar el poder de esta agrupación en vivo y a todo calor,
me vino a la mente la sensación de que hay cds que deberían
de llevar la leyenda “Muestra médica no negociable” impresa
en algún lugar, porque una grabación jamás llenará el ambiente
Aquí, una receta para melómanos sin cura:
la discografía de The No Smoking Orchestra
• 1984. Das ist Walter
• 1985. Dok cekas sabah sa sejtanom
(Esperando el infierno con el diablo)
• 1987. Pozdrav iz zemlje Safari
(Los mejores deseos desde la tierra de los safaris)
• 1989. Male price o velikoj ljubavi
(Pequeña historia de un gran amor)
• 1997. Ja nisam odavle
• 1998. Black Cat White Cat
(banda sonora de la película)
• 2000. Unza Unza Time
• 2004. Life is a Miracle
• 2007. Opera Time of the Gypsies (cd, dvd)
• 2007. The Wish
con ese aroma de los decibeles sonoros y espirituales de una
banda entregada a su público sin reservas. Es por eso que un
disco sólo será una mínima muestra —y un buen legado histórico,
por supuesto— de lo que es ver un grupo como éste en
vivo, experiencia que vale la pena una vez en la vida.
TNSO surgió a principios de los ochenta bajo la batuta
de su vocalista, el DR Nelle Karajlic —en los tiempos de la ex
Yugoslavia, su guerra separatista y la persecución étnica—,
como una forma de resistencia cultural y protesta política y
religiosa.
Cobijados por la corriente del “nuevo primitivismo”, usaron
como arma la ironía hacia los viejos dinosaurios (¿le suena
conocido?), pero fue hasta el 86 que el talentoso y multifacético
Kusturica se unió a esta banda, primero como bajista
y después como guitarra rítmica y compositor. Así, TNSO se
conformó de una gran amalgama de artistas y de sonidos
que mezclaron y amasaron todos los estilos europeos que
influenciaron a la ex Yugoslavia, más un ingrediente inglés
y en cierta medida mundial: el punk. Y es que —aunque les
duela a algunos performanceroscineastascondechis, que la
noche del concierto tenían cara de “somos bien intelectuales,
wey”— esa noche fue de rock, de punk con toques balcánicos,
sin silencios porque tienen mucho que decir. Una noche
salvaje, ellos en posición de ataque y nosotros, el público, recibiendo
los disparos de emoción en un solo acto que
fue coronado con la aparición de un enorme arco,
como si un gigante imaginario quisiera jugar con los
ocupantes del escenario. Fue cuando El Juez (Dejan
Saparavalo) retó a Emir a un duelo restregando sus
instrumentos, violín y guitarra respectivamente, y los
llevaron al límite de las frecuencias y de las rítmicas. Un
acto circense, sutil, sencillo y creativo, como todo lo que
esa noche se percibió, noche de lunes, por cierto.