Año 7 Nº28 - Diciembre 2011 - Argentores

dice del padre de su hijo: “lo amé con inocencia, con
sacrificio, a perderlo o ganarlo todo: eso solo justifica
en una mujer de alma honesta un amante. Un
marido, en cambio, puede justificarlo la necesidad,
el miedo a estar sola, el deseo de tener un compañero
de minucias diarias... bah!, cosas adocenadas”.
La mayoría de los comentarios en los diarios son
desfavorables y estalla la polémica. Alfonsina reacciona
de inmediato: contesta al crítico de La Nación
Octavio Ramírez en el mismo diario, a los pocos días
retira la pieza a la compañía y la hace publicar en la
revista Bambalinas el 16 de abril “en el deseo que la
lea y la juzgue el que quiera”, y escribe un artículo
en la revista Nosotros, titulado Entretelones de un
estreno. Edmundo Guibourg, que elogia la seguridad
y vigor de la pieza, opina por otro lado que
“denigra al hombre” y concluye lúcidamente que
los críticos vieron “un partipris exagerado en el reparto
de virtudes y vicios que la autora asigna a los
dos sexos y de allí que no formularan un juicio muy
favorable”.
Después del polémico debut, Alfonsina se aleja
de los escenarios profesionales, y sólo figura a fines
de 1927 como traductora del italiano de Pétalos
que lleva el viento , una obra de su amigo Folco Tes-
tena. Pero sigue con sus cátedras, hace teatro con
sus alumnos, y continúa escribiendo. Una comedia
en tres actos, La debilidad de Mr. Dougall, inédita
hasta 1984 en que Julieta Gómez Paz la edita en-
“Después de un polémico
debut en teatro,
Alfonsina se aleja de los
escenarios profesionales
y solo figura como
traductora del italiano
de Pétalos que lleva
el viento, obra de su
amigo Folco Testena.”
tre las Obras escogidas, muestra otra protagonista
orgullosa, Carmen, que elige su futuro. Cuatro años
después, cuando publica en 1931 las dos “farsas
pirotécnicas”, en su teatro se ha producido un “giro
estético” como en su poesía; pasa de la estructura
convencional de la comedia a otras formas renovadoras
y libres.
Cimbelina en 1900 y pico está inspirada en Cymbeline,
una de las últimas obras de Shakespeare, a
su vez inspirado en un cuento de Bocaccio, cuyas
fuentes se hallan en antiguos romances medievales.
Alfonsina imagina escenarios, vestuarios y acción
escénica con precisión, gracias a sus conocimientos
teatrales, con elementos novedosos para la época.
La otra farsa, Polixena y la cocinerita, se inspira en
una tragedia troyana de Eurípides, Hécuba, a su vez
inspirada en personajes de la mitología griega. Pero
la acción transcurre en una cocina y la troyana esclava
de los griegos, la mujer “bárbara” cautiva, es la
“cocinerita”, la esclava moderna; tiene un final trágico
y un epílogo sorprendente. Allí la acción se traslada
al infierno plutoniano, a orillas de un “fantás-
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Gabriela Mistral,
Alfonsina y Juana
de Ibarbourou en
Montevideo en
enero de 1938.
tico mar anaranjado”, donde Eurípides mantiene un
burlesco diálogo con el personaje del Pez Musical,
una voz masculina y una cabeza que aparece entre
las rocas marinas. Hace referencia a sucesos reales
y además se ríe de la pieza y de sí misma. El Pez le
informa a Eurípides que una mujer “tomó de tu tragedia
Hécuba el magnífico episodio de la muerte de
Polixena y lo puso en versos suyos. Y tiembla, Eurípides;
la acción pasa en una cocina (...) ¡y entre olores
de repollos y ajos!”. Eurípides arde en ira y quiere saber
el nombre de la “lirófora”; cuando el Pez confiesa:
“Alfonsina Storni”, Eurípides se suicida: “¡Adiós
amigos! ¡Perezco, perezco voluntariamente!”. Esta
pieza inusual, de una notable audacia y originalidad,
muestra el gran sentido del humor de Alfonsina.
Su teatro para niños la señala también como una
precursora en ese campo, por el despliegue de imaginación
y fantasía poética que hace en obras para
las que escribe letra y música como Pedro y Pedrito,
Blanco...Negro...Blanco, o El dios de los pájaros, que
estrena el 10 de noviembre de 1934 en el Odeón dirigiendo
a sus alumnos del Teatro Infantil Labardén. En
1935 Alfonsina es operada de un cáncer de mama; no
soporta el tratamiento de rayos, y sigue trabajando.
El 1º de enero de 1937 publica su pieza Secretos
de mujer en el diario El Litoral de Santa Fe. El 18 de
agosto y el 11 de septiembre de 1938 se presenta en
el Teatro Colón el Intervalo Poético de Alfonsina en
Judith, drama coreográfico en dos cuadros de Carlos
Cucullu, con Raymundo del Barrio en El recitante
y Agustina Fonrouge Miranda en La voz de Judith.
En octubre la enfermedad de Alfonsina hace crisis;
viaja a Mar del Plata, se despide de su hijo, y envía a
La Nación su último poema: Voy a dormir. El 25 de
octubre a la madrugada, a los 46 años, se interna
en el mar.
En su homenaje, el 10 de noviembre en el Teatro
íntimo que dirigen Milagros de la Vega y Carlos
Perelli se estrena Polixena y la cocinerita. En una
“Función en Homenaje y Pro-Estatua de Alfonsina”,
del 6 de diciembre en el Teatro Nacional de Comedia
(Cervantes), organizada por sus ex-alumnos del
Conservatorio Nacional, se estrena la farsa Cimbeli-
na en 1900 y pico, “que fue dirigida por ella misma
y continuada y puesta en escena por la profesora
Blanca de la Vega”. El 11 de diciembre en el Colón,
el Teatro Infantil Municipal Labardén presenta Blanco...
Negro... Blanco..., que Alfonsina ensayara con
sus alumnos, con dirección de Blanca de la Vega.
En 1939, la compañía de comedias para niños de
Ofelia Cortesina en el Apolo presenta el 2 de mayo
Blanco... Negro... Blanco... en un “gran homenaje”.
En 1956 se denomina Alfonsina Storni a una calle de
Buenos Aires y en 1980 a una plaza.
La desvalorización de la producción de Alfonsina
dramaturga, que tiene la “leyenda negra” de ser menos
valiosa que su poesía, procede de la crítica de
su primer estreno, pero es una obra precursora que
merece recuperarse.