descargar “Kipus de la Solidaridad” - Hermanos Maristas Chile

Aún así, la opción por los más sencillos estuvo muy presente
en los primeros Hermanos, con las tempranas fundaciones de
Rengo (1915), que duró muy poco, y Constitución (1923).
En los años treinta, cristalizó este anhelo en obras muy específicas,
como la escuela Cemento Melón de La Calera, destinada
a los hijos de los obreros y, sobre todo, en la Fundación
“Diego Echeverría” de Quillota, que empezó como un hogar
para huérfanos.
De todas formas, los colegios maristas de provincia funcionaron
en sus primeras décadas al filo de la sustentabilidad
económica, pues la escolaridad que se cobraba era realmente
módica. Eran más bien los internados los que aportaban
algún beneficio. De esta forma, se convertían en centros de
integración social, pues a menudo convivían en ellos los hijos
de los patrones con los hijos de los obreros agrícolas.
El despegue económico y lo que podríamos designar como
una progresiva “elitización económica” de los colegios, se inició
en la década de los sesenta, principalmente con la reforma
educativa que culminó en 1968, reforma que —entre otras cosas—
hizo del liceo fiscal una institución popular y de amplia
cobertura. Muchos Hermanos lamentaron que en 1967 se cerrara
el colegio de Constitución y en 1972 ocurriera lo mismo
con la Escuela Cemento Melón. Los avatares políticos de la
época no dejaron espacio a una serena reflexión del tema.
Sin embargo, en 1981 se decide la apertura de la obra de
Tocopilla y desde esa fecha se intensifica la opción por los más
pobres a través de varias iniciativas y “en todos los niveles”,
como reza la “Prioridad de Chosica”. A nivel de las obras se
funda La Pintana, La Serena y Alto Hospicio. A nivel de los
procesos educativos se instaura el “Proyecto 14”, que quiere
involucrar a los alumnos de todos los colegios en la formación
en la conciencia social y el compromiso con la justicia. A nivel
de las comunidades religiosas, se intensifica la opción por una
vida más sencilla y austera, tanto en los ritmos de consumo
interno como en las residencias de las comunidades.
Paralelamente, la Provincia de Chile se embarca en un compromiso
de nivel financiero, consistente en destinar copiosas
sumas de dinero, no solamente a apoyar los colegios subvencionados
propios, sino también a otras instituciones. No menos
importante es el aporte solidario que, a través de diversos
beneficios, se entrega al personal que labora en todas las
obras maristas.
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BOLIVIA:
A diferencia de Perú y Chile, la llegada de los Hermanos a Bolivia
en 1956 tenía el objetivo explícito de dedicarse a los más
necesitados. Por ello las primeras obras se establecen en pequeñas
poblaciones del Oriente, alejadas de los centros de riqueza
y poder. Cuando, más tarde, se funda un nuevo colegio en la
ciudad de Cochabamba, se elige uno de los barrios más pobres.
Todas las obras de Bolivia son gratuitas, manteniendo hasta
ahora ese carácter que quisieron darle sus fundadores. La excepción
es el Colegio Marista de Santa Cruz, que contribuye
con sus recursos a apoyar la formación inicial de los Hermanos
Maristas y diversos proyectos de los colegios gratuitos.
A lo largo de los años se ha vuelto a destacar el sentido social
de las nuevas obras en Cochabamba y Sta. Cruz. Específicamente
en Cochabamba, los Centros Educativos Maristas
se encuentran en barrios formados por reubicados provenientes
de las minas. También se han ampliado las opciones
de enseñanza con la formación agropecuaria, salas de computación,
talleres, etc. en favor de la juventud necesitada de
un título técnico, para mejorar sus posibilidades laborales. Al
mismo tiempo, en todos nuestros colegios se ha incrementado
el servicio del comedor para asegurar el acceso básico a la
alimentación. Algunas obras cuentan, además, con un centro
de salud.
Cabe una especial mención al programa de voluntariado
“Proyecto Bolivia” que durante los últimos veinte años ha permitido
el servicio de jóvenes españoles, particularmente en la
zona de la Siberia, aledaña a Comarapa. Otras experiencias,
promovidas por la ONG Marista SED, se han focalizado en comunidades
campesinas del Oriente, cercanas a Roboré y San
José de Chiquitos.