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descanso... inicialmente, sólo el sol y las
estacas afiladas le molestaban. Qué
cosas: que alguien me explique por qué
al personaje basado en el defensor del
cristianismo de Rumanía le dan miedo
los crucifijos... yo más bien opino que al
muy cursi le horroriza ver cómo las histéricas
y chillonas de turno combinan polainas
y camisones blancos con cruces plateadas
(canta un poco, sí). Cuando ya no
se sabía cómo sacar más dinero con
Drácula, se le sacó. Y de qué manera
más rara: por un lado se ridiculizó, y por
otro se tostó y convirtió en negro.
Es extraño de justificar, pero en
los años sesenta Drácula y su estirpe
dejó de ser un personaje que inspiraba
miedo, y se le empezó a tomar a coña.
Personalmente, después de ver de qué
formas más absurdas se le mataba en
algunas películas anteriores, lo cierto es
que la verdad yo no me tomaba ya muy
en serio al bicho. Si bien hay auténticas
joyas, como "El Baile de los vampiros"
(1967), o la muy posterior "Amor al primer
mordisco" (1979), lo cierto es que más
vale olvidar las comedias. Hombre, algo
bueno se sacó: la aparición de vampiresas
ssessis...
Si lo de las comedias es reprochable,
lo otro es "pamatal-los". El movimiento
de "liberación" de la comunidad
negra/afroamericana/comoseautodenominenahora
estaba en pleno auge en
EEUU allá por los 60/70. Parte de este
fenómeno fue la aparición de cantidad de
"fenómenos artísticos vistos con los ojos
de un hermano". Entre ellos, la industria
del cine. A título personal, esta gente
tenía que pasar mucho hambre en sus
barriadas, porque sólo así puedo explicar
el nuevo grado gore de las películas
"Drácula negro" (1972) y posteriores:
antes drácula hipnotizaba, mordía levemente
a la víctima y le chupaba la sangre;
los dráculas negros directamente
desgarraban el cuello, engullían la carne,
y desmembraban a la víctima; todo ello
mientras gritaban como posesos al más
puro estilo gospel y practicaban vudú.
Cuando ya los chinos hicieron su versión
("Kung-Fu y los siete vampiros de oro",
1974), el tema étnico dejó muy claro que
la raza europeo-caucásica no tenía
parangón. La nueva versión de la
"Nosferatu" de 1922 en 1978 fue un agradable
interludio en esta "oscura" época...
Se tocó fondo allá por los años
70 cuando Drácula empezó a tener "desafios
personales" con otros personajes
tradicionales del género de terror
("Drácula contra Frankestein", 1971), y
cuando empezaron a aparecer los lacayos
(lobos, murciélagos, jorobados,
bichos, abogados...). Pero tan longevo y
fructífero personaje resurgió cual ave
fénix. Era indudable que Drácula era un
buque emblemático de Hollywood (y
algunos "ghettos" que por respeto a los
amantes del séptimo arte no mencionaré),
con carisma y personalidad, cuyos
actores normalmente se "comían" artísticamente
hablando al resto del reparto;
bueno, a veces no sólo artísticamente. Y
se empezó a cambiar el enfoque... ¿y si
Drácula no es malo, sino un personaje
atormentado?
Entramos así en una nueva
época dorada de los colmillos y las
capas, donde el espectador, al mismo
tiempo, temía y compadecía al vampiro
de turno, sintiéndose atraído por él, por
muy malvado que pareciera... El conde
se enamoró ("El gran amor de Drácula",
1972), tuvo descendencia ("El hijo de
drácula", 1972), sufrió ("Tiempos duros
para Drácula", 1975)... hasta llegar a una
buena película que restauró la magnificencia
del señor de las tinieblas: el
Drácula de Bram Stoker (1992). Por cierto,
para los profanos, Bram Stoker es el
escritor de la novela, no el director de la
película (sr. Francis Coppola). "Entrevista
con el vampiro" (1994), otra buena película
con los idolíssimos juveniles Brad
Pitt (aaaahhh, Brad, queremos un hijo
tuyo), Tom Cruisse (aaaaahhh, Tom, aquí
una jamona española y no la Penélope) y
Antonio Banderas (aaaaaahh, Antonio,
qué pelos me llevas) volvió a poner en
boca de todos a los vampiros.
Las imitaciones posteriores nos
han dejado algunas perlas: no hay necesidad
de matar a los vampiros en las películas,
porque ahora "pueden curarse";
hay vampiros renegados que protegen
humanos de otros vampiros (la saga de
¡Muérdeme, Kate! ¡Por favor!
Blade); gustan por su personalidad a
pesar de su orgullosa maldad
(Underworld y su secuela que está en el
cine desde hace muy poco); tienen crisis
de fe importantes (dudan de la existencia
de Jesús o resulta que son Judas
Iscariote... y no doy las referencias para
no fastidiar el “sorprendente” final de
dichas películas), y que la comunidad
negra debería por Dios dejar de hacer
películas de Drácula ("Un vampiro suelto
en Brooklin", con Eddie Murphy).
En la época en la que yo me he
criado, tuve la suerte de poder disfrutar
de muchas de estas películas... bueno,
je, disfrutar. Digamos que cuando anunciaban
una película de Drácula se despertaba
en mí un terror irracional que me
hacía incapaz de dormir durante varias
noches si no me dejaba encendida la luz.
Uno que es mu valiente un buen día decidió
que ya estaba bien, y que a los miedos
hay que vencerlos afrontándolos a lo
bestia; así que aproveché un ciclo de
películas de Drácula que echaban por
entonces y me obligué a verlas semana
tras semana. Superé mis temores, aunque
me costó años volver a dormir más
de seis horas seguidas sin tener "sueños
agitados" y sin despertarme con sudores
fríos. Luego me enteré que eso no era
"un sueño húmedo". Irónicamente, ahora
mismo soy un crítico de la pureza de las
películas de chupasangres, si bien ni soy
afamado ni estoy reconocido.
En definitiva, que la figura de los
vampiros viene de largo. Que ahora
mismo salgan con cierta recurrencia ha
contribuido a verlos como criaturas
comunes. Perohombreporfavor, quién no
conoce un vampiro en su vida cotidiana...
también hace pensar que, a pesar de lo
mal que se le trate, Drácula, señor de las
tinieblas, padre de vampiros, consorte de
macilentas damas, siempre estará ahí
para sorprendernos...
...y que la televisión de ahora
"está tan mal como lo ha estado siempre,
señora Dolores, alias la Dolo, porque lo
de los vampiros me lo sé por vivencias
personales... y no me tiente que le saco
un espejo a ver si se va a ver el reflejo
con los rulos... porque Drácula tiene estilo
y no necesita mirarse, pero otrassss..."
...y resulta que yo soy el friki.
Qué mundo, oiga...
Keep warhammening!
Crolador-.
PD: La Dolo existe, por si el lector lo
duda...
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