15.05.2013 Views

Lord Jim - Joseph Conrad - Biblioteca Digital de Cuba

Lord Jim - Joseph Conrad - Biblioteca Digital de Cuba

Lord Jim - Joseph Conrad - Biblioteca Digital de Cuba

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

www.elaleph.com<br />

<strong>Joseph</strong> <strong>Conrad</strong> don<strong>de</strong> los libros son gratis<br />

cuando un buen día, mientras me encontraba a la sombra <strong>de</strong> los escalones<br />

<strong>de</strong> la oficina <strong>de</strong> puerto vi que cuatro hombres caminaban hacia mí<br />

por el muelle. Me pregunté durante un momento <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> había salido<br />

ese grupo tan extraño, y <strong>de</strong> pronto, puedo <strong>de</strong>cir, grité para mis a<strong>de</strong>ntros:<br />

"¡Aquí vienen!"<br />

Y venían, no cabía duda alguna -tres <strong>de</strong> ellos gran<strong>de</strong>s, y uno más gran<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> perímetro <strong>de</strong> lo que ningún hombre viviente tiene <strong>de</strong>recho a ser-,<br />

recién <strong>de</strong>sembarcados, con un buen <strong>de</strong>sayuno a<strong>de</strong>ntro, <strong>de</strong> un vapor <strong>de</strong><br />

la línea Dale que había llegado una hora antes <strong>de</strong> la salida <strong>de</strong>l sol.<br />

Imposible equivocarse; a la primera mirada distinguí al alegre capitán<br />

<strong>de</strong>l Patna: el hombre más gordo <strong>de</strong> todo el bendito cinturón tropical<br />

que envuelve esta buena y vieja tierra nuestra. Lo que es más, unos<br />

nueve meses antes me había encontrado con él en Samarang. Su vapor<br />

cargaba en el puerto, y él mal<strong>de</strong>cía a las tiránicas instituciones <strong>de</strong>l<br />

Imperio alemán, y se remojaba en cerveza todo el día, un día tras otro,<br />

en la trastienda <strong>de</strong> De Jongh, hasta que De Jongh, quien cobraba un<br />

guil<strong>de</strong>r por cada botella sin siquiera mover un párpado, me llamó<br />

aparte y, con la carita correosa toda arrugada, me dijo, en confi<strong>de</strong>ncia:<br />

-Negocios son negocios, pero este hombre, capitán, me enferma.<br />

¡Uf!<br />

Yo lo miraba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la sombra. Se apresuraba un poco, a<strong>de</strong>lantado,<br />

y el sol que caía sobre él <strong>de</strong>stacaba su masa en forma asombrosa.<br />

Me hizo pensar en un elefantito adiestrado que caminase sobre las<br />

patas traseras. Y a<strong>de</strong>más estaba esplendoroso, <strong>de</strong> una manera extravagante,<br />

ataviado con un sucio traje <strong>de</strong> dormir, <strong>de</strong> rayas verticales color<br />

ver<strong>de</strong> intenso y anaranjado, con un par <strong>de</strong> raídas pantuflas <strong>de</strong> paja en<br />

los pies <strong>de</strong>snudos y un sombrero <strong>de</strong> corcho abandonado por alguien<br />

muy mugriento y que le iba dos números más chico, atado en la cima<br />

<strong>de</strong> la cabeza con una cuerda <strong>de</strong> manila. Fíjense que un hombre como<br />

ese no tiene la menor posibilidad cuando se trata <strong>de</strong> conseguir ropa<br />

prestada. Muy bien. Llegó, acalorado y <strong>de</strong>prisa, sin mirar a <strong>de</strong>recha ni<br />

izquierda, pasó a un metro <strong>de</strong> mí, y en la inocencia <strong>de</strong> su corazón corrió<br />

escaleras arriba, a la oficina <strong>de</strong>l puerto, para presentar su <strong>de</strong>claración,<br />

o informe, o como se llame.<br />

36

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!