Energía y Minas, nº 4 - Consejo General de Colegios Oficiales de ...

Para los títulos de Grado, de acuerdo con los descriptores
del Marco Europeo de Cualificaciones
para el Espacio Europeo de Educación Superior,
se garantizará que los estudiantes:
Hayan demostrado poseer y comprender conocimientos
de un área de estudio que parte de la
base de la educación secundaria general, y se
suele encontrar a un nivel que, si bien se apoya
en libros de texto avanzados, incluye también
algunos aspectos que implican conocimientos
procedentes de la vanguardia de su campo de
estudio.
Sepan aplicar sus conocimientos a su trabajo o
vocación de una forma profesional y posean las
competencias que suelen demostrarse por medio
de la elaboración y defensa de argumentos y la
resolución de problemas dentro de su área de
estudio.
Tengan la capacidad de reunir e interpretar datos
relevantes (normalmente dentro de su área de
estudio) para emitir juicios que incluyan una
reflexión sobre temas relevantes de índole social,
científica o ética.
Puedan transmitir información, ideas, problemas
y soluciones a un público tanto especializado
como no especializado.
Hayan desarrollado aquellas habilidades de
aprendizaje necesarias para emprender estudios
posteriores con un alto grado de autonomía.
Una vez señalado lo anterior, nuestra reflexión
debe ir más allá por lo que, a la vista del Libro
Blanco del Título de Grado en Ingeniería de
Minas y Energía, vemos que éste cumple perfectamente
con los tres documentos elaborados
por el Ministerio de Educación, de los que
hemos señalado lo más importante, por lo que
reiteramos su actualidad y seguimos manteniendo
que la troncalidad sea, como mínimo del 70%
de los créditos totales de la carrera, así como
que, dicho título proporciones todas las competencias
necesarias para el ejercicio profesional,
sin perjuicio de que las atribuciones profesionales
deban ser conferidas por Ley.
Desde aquí, además pedimos una vez mas la
participación real y efectiva de los Colegios y
Organizaciones profesionales en los diseños de
los currículos de los estudiantes ya que dicha
opinión influirá de una manera positiva en el
futuro empleo de los nuevos graduados.
Creemos firmemente que el plan de estudios
debe ser común en todas las escuelas donde se
imparta el nuevo título de Grado o, al menos la
troncalidad señalada anteriormente, ya que es
necesario unificar el título de cara a la sociedad
y por supuesto, al mercado de trabajo, y sobre
todo, por su homologación en el Espacio Europeo
de Educación Superior.
Existen varios indicadores sociales que hacen
necesario lo señalado anteriormente, entre los
que cabe destacar que, actualmente el número
de titulos que se ofertan no paran de crecer,
estando en torno a las 2.690 titulaciones, y lo
que se pretende con todo el proceso de reforma
de las carreras es adecuar la oferta de títulos a la
demanda de la sociedad y, concretamente en las
enseñanzas de minas quedaría un solo título de
Grado que sería el que necesita la sociedad y la
empresa, en definitiva, los empleadores.
Otro indicador, no menos importante que el anterior
es que cada año se incorporan menos alumnos
a las universidades, entre otras cosas, debido
a los bajos índices de natalidad, actualmente
el número de alumnos está en torno a
1.442.000, por lo que la reforma parece inevitable,
sobre todo porque podría darse el caso que
si se mantiene el número de las titulaciones
señaladas, en algunos centros de enseñanza no
existiría matrícula en algunos títulos, como ya
está empezando a suceder.
Entendemos que el titulo de Grado en Ingeniería
de Minas y Energía es un título atrayente, actualizado
y sugestivo, conformando la trayectoria
del currículum académico y su resultado final un
producto acabado, usando la terminología usada
en la Unión Europea, moderno y preparado para
cumplir los objetivos indicados en el Marco
Europeo de Cualificaciones para el Espacio
Europeo de Educación Superior.
Además, no existiría ningún problema para que el
Libro Blanco del titulo de Grado en Ingeniería de
Minas y Energía, sea el que se imparta en las
escuelas, ya que así lo señala y lo recomienda el
Ministerio de Educación en sus propios documentos.
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OPINIÓN
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