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La Tradición Puntana - Gobierno de San Luis

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LA TRADICIÓN PUNTANA 24<br />

cordillera y se refugiaron en Mendoza. A esta infausta noticia, agregábase la muy grave, <strong>de</strong> que<br />

los realistas se disponían a invadir las provincias <strong>de</strong> Cuyo, mientras otro ejército enemigo,<br />

amenazaría las provincias <strong>de</strong>l norte.<br />

Ante tan serio peligro, no se perdió ni la calma ni la confianza necesarias, aunque<br />

provisionalmente se tomaron las más acertadas disposiciones, tendientes a estar listos para<br />

afrontar los gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>beres <strong>de</strong>l momento.<br />

Dupuy dirigió una proclama a los habitantes, cuyo texto transcribimos íntegro, porque<br />

revela el espíritu que animaba al digno jefe y su confianza plena en la lealtad y valor <strong>de</strong> nuestro<br />

pueblo.<br />

El Teniente Gobernador <strong>de</strong> <strong>San</strong> <strong>Luis</strong>, a sus habitantes:<br />

«Puntanos: los últimos y <strong>de</strong>sgraciados acontecimientos <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong> Chile, y las<br />

ór<strong>de</strong>nes más estrechas <strong>de</strong>l Gobernador Inten<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la provincia, me hacen fijar la<br />

imaginación en la seguridad <strong>de</strong> esta jurisdicción que tengo la honra <strong>de</strong> mandar, en la <strong>de</strong><br />

nuestros intereses, en la <strong>de</strong> vuestras propias vidas, y en la <strong>de</strong> vuestras dulces esposas, y tiernos<br />

hijos; pero ─ ¿qué <strong>de</strong>beré temer cuando tiendo la vista sobre vuestro coraje, sobre la robustez<br />

<strong>de</strong> vuestros brazos y sobre vuestra <strong>de</strong>cidida adhesión a la causa, <strong>de</strong> que habéis dado tan<br />

in<strong>de</strong>lebles y tan repetidas pruebas? Tranquilizaos pues: No perdais <strong>de</strong> vista las asechanzas <strong>de</strong><br />

nuestros enemigos domésticos, para atacarlas y <strong>de</strong>struirlas en sus primeros pasos: Oid la voz <strong>de</strong><br />

vuestro jefe y sus ór<strong>de</strong>nes, para cumplirlas con la mayor exactitud: Confiad en sus <strong>de</strong>svelos<br />

para adoptar todas las medidas capaces <strong>de</strong> contener y escarmentar las tentativas <strong>de</strong> nuestros<br />

irreconciliables enemigos: No dudéis un momento que él será el primero, que a la par <strong>de</strong> los<br />

bravos puntanos, (en cualquier caso), <strong>de</strong>rramará su sangre, y se expondrá a recibir los primero<br />

golpes: Tranquilizaos pues, y estad prontos a cumplir sus segundas ór<strong>de</strong>nes, para dar una<br />

prueba, en caso necesario, <strong>de</strong> que el patriotismo, la intrepi<strong>de</strong>z y obediencia <strong>de</strong> los puntanos, no<br />

equivocaron jamás el concepto <strong>de</strong>l Supremo <strong>Gobierno</strong>, que tan justamente habéis merecido:<br />

<strong>San</strong> <strong>Luis</strong> y octubre 17 <strong>de</strong> 1814.<br />

Firmado: Vicente Dupuy»<br />

Esta proclama, la hizo circular en toda la campaña por intermedio <strong>de</strong> su secretario Juan<br />

Manuel Panelo, comisionado, a la vez, para recoger un exacto conocimiento <strong>de</strong>l número <strong>de</strong><br />

ciudadanos capaces <strong>de</strong> tomar las armas, una noticia individual <strong>de</strong> los españoles europeos<br />

avecinados en la provincia y <strong>de</strong> los americanos indiferentes a la causa patriótica. En<br />

consecuencia, or<strong>de</strong>naba a las autorida<strong>de</strong>s civiles y militares, lo hicieron reconocer como tal<br />

comisionado, se le auxiliáse y obe<strong>de</strong>ciése en todo lo relativo a su <strong>de</strong>licada misión.<br />

Como a Renca se habían confinado algunos realistas y, entre ellos, un sacerdote fanático<br />

por el rey, aprovechó la ocasión para dirigir otra proclama a ese vecindario, advirtiéndole<br />

estuviese prevenido contra la propaganda dañina <strong>de</strong> esos hombres ingratos, que faltaban a los<br />

<strong>de</strong>beres <strong>de</strong> la hospitalidad, pretendiendo extraviar la opinión <strong>de</strong> los sencillos habitantes.<br />

Dupuy estaba listo para acudir con sus tropas don<strong>de</strong> fuese necesario.<br />

En diciembre, se trasladó Pueyrredón a Mendoza, para visitar al general <strong>San</strong> Martín. En<br />

carta que dirigió a Dupuy, y cuya original poseo, le habla <strong>de</strong> la cariñosa acogida con que fue

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