19.05.2013 Views

LA ESTACIÓN DOWNBELOW

LA ESTACIÓN DOWNBELOW

LA ESTACIÓN DOWNBELOW

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Está en su derecho de hacer lo que hace. No es que me agrade, pero<br />

firmaré como testigo. Estoy de acuerdo en que resuelve las cosas... quizá del<br />

mejor modo posible.<br />

Llegó el papel listado del ordenador. Damon entregó los documentos a<br />

Jacoby para que los revisara. Jacoby señaló las líneas donde debían firmar y<br />

pasó el expediente a Talley, el cual lo cogió como si fuera algo precioso.<br />

—Señor Talley —dijo Damon, levantándose y, siguiendo un impulso, le<br />

ofreció la mano. Era como una compensación por el disgusto que sentía. El<br />

joven sondista se levantó y la estrechó, con una expresión de gratitud—.<br />

¿Existe la posibilidad, aunque sea muy remota, de que posea usted una información<br />

que desea eliminar de su cerebro? ¿Es ése el motivo por el que hace<br />

esto? Le advierto que durante el tratamiento es probable que aflore. Y eso no<br />

nos interesa, ¿comprende? No tenemos intereses militares.<br />

Aquel no era el motivo. Dudaba mucho de que pudiera serlo. El muchacho<br />

no era un oficial de alto rango, como él mismo, que conociera las señales<br />

computarizadas y tuviera acceso a los códigos. La clase de cosas que un<br />

enemigo no debe poseer. Nadie había descubierto algo así en aquel hombre...<br />

nada de valor, ni allí ni en Russell.<br />

—No, no sé nada —afirmó Talley.<br />

Damon vaciló, todavía con escrúpulos de conciencia, con la sensación de<br />

que el abogado de Talley, por lo menos, debería protestar, hacer algo más<br />

vigoroso, utilizar todas las dilaciones permitidas por la ley en beneficio de<br />

Talley. Pero aquello le llevaba a la prisión, no le daba esperanza alguna.<br />

Estaban alojando a delincuentes en la sección de cuarentena, mucho más<br />

peligrosos, hombres que podrían conocerle, si Talley estaba en lo cierto. La<br />

Corrección le salvaría, le haría salir de allí, le daría la oportunidad de un<br />

trabajo, de libertad, de una nueva vida. Ninguna persona en su sano juicio se<br />

vengaría de alguien que ha sufrido un lavado de cerebro. Y el procedimiento<br />

era incruento, humano. Siempre se había pretendido que lo fuera.<br />

—Talley... ¿tiene alguna queja contra Mallory o el personal del Norway?<br />

—No.<br />

—Su abogado está presente. Se registraría... si usted quisiera formular esa<br />

queja.<br />

—No.<br />

Así pues, aquel truco no surtiría efecto. No era posible ningún retraso para<br />

proceder a una investigación. Damon asintió y salió de la estancia, sintiéndose<br />

sucio. Lo que estaba haciendo era una especie de homicidio, era echarle una<br />

mano a un suicida.<br />

Y de ésos también tenían en abundancia, allá en la sección de cuarentena.<br />

VIII<br />

Pell: Sector naranja nueve; 5/20/52; 19 h.<br />

Kressich se estremeció al oír el estruendo de algo que cayó en el pasillo, al<br />

otro lado de la puerta herméticamente cerrada, y procuró que su terror no se<br />

evidenciara. Algo estaba ardiendo, y el humo les llegaba a través del sistema<br />

de ventilación. Aquello era lo que le asustaba más, tanto a él como a los otros

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!