Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la ... - Educarchile

UNIVERSIDAD
TECNOLÓGICA
METROPOLITANA
“Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche
de la VIII, IX y X Región”
Informe de Resultados 2008
UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA METROPOLITANA
VICERRECTORÍA DE TRANSFERENCIA TECNOLÓGICA
Dirección de Transferencia Tecnológica
Centro de Desarrollo Social
Programa Pueblos Indigenas e Interculturalidad

© UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA METROPOLITANA
Casilla 9845, Santiago de Chile
REPRESENTANTE LEGAL
Haydée Gutiérrez Vilches (S)
© Corporación Nacional de Desarrollo Indígena
CONADI
Unidad de Cultura y Educación, 2008.
Inscripción Nº
I.S.B.N.:
Santiago de Chile, Septiembre de 2008
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN
Programa de Comunicación y Cultura
Universidad Tecnológica Metropolitana
PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL EN CUALQUIER FORMA Y POR
CUALQUIER MEDIO.
LAS IDEAS Y OPINIONES CONTENIDAS EN ESTE LIBRO SON DE RESPONSABILIDAD EX-
CLUSIVA DE LOS AUTORES Y NO EXPRESAN NECESARIAMENTE EL PUNTO DE VISTA DE LA
UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA METROPOLITANA.

“Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche
de la VIII, IX y X Región”
Informe de Resultados 2008
Informe preparado por:
Hans Gundermann (Antropólogo)
Jaqueline Canihuán (Lingüista)
Ernesto Castillo (Metodólogo)
Alejandro Clavería (Antropólogo)
Con la colaboración de los antropólogos
Sr. Cesar Faúndez
Sr. Roberto Reveco
Sr. Alejandro Chavarría
Temístocles Lizama
UNIVERSIDAD
TECNOLÓGICA
METROPOLITANA

Agradecimientos
Agradecimientos
Queremos entregar expresos agradecimientos a los y las entrevistadores
y entrevistadoras mapuche que constituyeron parte fundamental de la
investigación y de su exitosa conclusión. Su esfuerzo y tenacidad en el
trabajo y en desenvolverse en condiciones de terreno difícil, en un
invierno lluvioso en el sur del país, todo ello es digno de elogio. Vayan
pues nuestros reconocimientos para: Clara Paine, Carmen Muñoz Piñaleo,
Agustina Pavian, Transito Marilao, Carmen Aillañir, Victor Paillacoi, José
Camargo, Juan Carlos Domihual, Javier Quidel, Juan Antonio Paillacoi,
Mariela Huaiquil, Irene Mora Calluqueo, Gloria Quidel, Daniel Paillacoi,
Vicente Millacura, Rafael Macheo, Leonel Melin, Juan Huenupan y Manuel
Collinao.
Finalmente, debemos dejar expresa constancia de la generosidad de
los integrantes de algo más de dos mil hogares mapuche y del grupo de
personalidades, representantes y lideres culturales mapuche, quienes
dispusieron de su tiempo, de su experiencia y de sus saberes para
informarnos o contarnos las vicisitudes que vive su lengua y su cultura.
Tenemos la esperanza que los resultados de este estudio puedan ayudar
a provocar un cambio profundo al interior de la comunidad mapuche y
en las agencias estatales correspondientes para realizar en conjunto un
esfuerzo tendiente a detener y revertir el muy preocupante estado en
que se encuentra el mapuzugun.
El serio riesgo de desaparición del mapuzugun es algo que, de llegar en
el futuro a concretarse, transformará completamente la cultura
mapuche, empobrecerá a todo Chile y hará menos rica y diversa a toda
la humanidad.
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I. Introducción 8
II. Los haberes lingüísticos 10
III. El aprendizaje del castellano y el mapuzugun en los 5
hogares mapuche
IV. Uso, desuso y contextos sociales del mapuzugun 5
V. Percepciones y actitudes mapuches ante el mapuzugun 5
VI. De la Competencia Lingüística 5
VII. Aspectos Metodológicos 5
Anexos
Indice
Indice
Conclusión 5
Bibliografía 5
Informe de Resultados 2008
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I. I. Introducción
Introducción
El informe que se entrega a continuación contiene los resultados del
estudio “Perfil Sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y
X Región” realizado durante el año 2007 en las regiones del centro sur
que concentran la mayoría de población mapuche de Chile. Como es
sabido, los grandes problemas de permanencia de las lenguas indígenas
de Chile no tienen, hasta la presente investigación, estudios
sociolingüísticos suficientes que describan y analicen la situación y las
tendencias en curso. Los estudios conocidos poseen algunas limitaciones
importantes y se hacia indispensable profundizar en la descripción y la
interpretación del estado de vigencia y desplazamiento de las lenguas
indígenas por el castellano en el país.
Respecto al mapuzugun este estudio otorga nueva claridad acerca de
los haberes o capital lingüístico en la lengua originaria y las características
sociolingüísticas principales del estado del bilingüismo imperante en
las regiones estudiadas (aprendizaje, formas de uso, etc.) Además,
con base en los resultados alcanzados, formula un modelo explicativo
multidimensional de las propiedades y características que presenta el
proceso de desplazamiento del mapuzugun por el castellano en las
regiones de origen y más densamente pobladas por los mapuche (Region
del Biobío, de la Araucanía y las recientes de los Rios y de los Lagos). El
desarrollo de este modelo supuso el análisis de la relación entre
características sociolingüísticas y las socioeconómicas y culturales bajo
el supuesto de que la lengua se desarrolla dinámicamente en un contexto
sociohistórico.
De manera complementaria, se estudio la lealtad lingüística hacia la
lengua originaria a través de las actitudes y los argumentos y razones
Informe de Resultados 2008
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por las cuales se enseña o se deja de enseñar la lengua. Estas actitudes
informan acerca de las disposiciones sociales, en un nivel más profundo,
para la eventual recuperación lingüística. También se integró a los
análisis, percepciones y juicios sobre la lengua y la situación de
permanencia o perdida del mapuzugun que tienen autoridades, lideres
y personalidades mapuche en las regiones estudiadas.
La estrategia metodológica de la investigación se organizó como un
estudiode encuestas destinada a conocer en extensión las dimensiones
sociolingüísticas más relevantes sobre el amplio territorio en que
actualmente reside la gente mapuche del sur de Chile.
Complementariamente y en apoyo de lo anterior se consideró un
componente cualitativo que contribuyera a dimensionar e interpretar
los resultados cuantitativos del estudio. Se consideró que la entrevista
a personalidades y autoridades mapuche respecto de la lengua, sus
transformaciones y los factores incidenetes en ellos, como una vía de
acceso adecuada a esto elementos de información que las encuestas no
pueden adecuadamente aprehender. Con el fin de alcanzar la información
necesaria se diseñó y aplicó un grupo de herremientas de levantamiento
de datos: Encuestas a hogares; test de actitudes lingüísticas, test de
competencia lingüística y entrevistas a autoridades y personalidades
mapuche.
El marco muestral del estudio definió un grupo importante de comunas
(56 en total) con mayor presencia de población mapuche (igual o superior
al 8%) con lo cual quedo representada alrededor de un 82% de la
población mapuche de lastres regiones en estudio. Sobre ese universo
se planteo una muestra de 1800 casos con una sobrerepresentación de
un 10% para cubir eventuales pérdidas. Con lo que la muestra ascendió
a 1999 casosy, en definitiva a 2017 (para encuestas efetivamente
realizadas), la gran mayoria de las cuales fue incorporada al análisis
(se desecharon menos de un decena por problemas de inconsistencia
interna).La muestra se definió como estratificada según la zona de
residencia rural o urbana (definida a través del Censo de Población y
Vivienda 2002) y el grado de competencia en el uso de l mapuzugun;
esto es, comunas en las que a através de la encuesta CASEN se conocía
la proporción de población mapuche que habla y/o entiende el
mapuzugun, realizando el punto de corte en una proporción igual o superior
al 34%, y comunas en que este porcentaje es inferior al 34%.
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

El informe se organiza en una serie de capítulos. El primero de ellos
denominado “Los haberes lingüísticos” entrega los resultados obtenidos
en cuánto al capital lingüístico mapuche; esto es, a la distribución del
conocimiento y las capacidades con la lengua originaria y, en relación
con ello el estado del bilingüismo mapuzugún – castellano en la actualidad.
El segundo capítulo se denomina “El aprendizaje del castellano y el
mapuzugún en los hogares mapuche” y en él se describe y analiza cuán
bilingüe o monolingüe castellano está siendo el aprendizaje de una
lengua por parte de las nuevas generaciones mapuche. El capítulo tercero
se denomina “uso, desuso y contextos sociales del mapuzugún” donde,
como su nombre lo indica, se aborda el empleo efectivo y los contextos
sociales del uso del mapuzugún; se busca entonces dimensionar cuándo,
dónde y bajo qué circunstancias hoy es una lengua empleada y cuán
profundo está siendo el dominio efectivo del castellano en la comunicación
cotidiana de la gente mapuche. El capítulo siguiente, “percepciones y
actitudes ante el mapuzugún”, analiza declaraciones y justificaciones
acerca de la enseñanza de la lengua y, junto con ello, el perfil de las
actitudes hacia el idioma mapuche que tienen los mapuche de hoy. Luego,
en el capítulo denominado “de la competencia lingüística” se presentan
resultados referidos a los cambios en el bilingüismo, la intensidad del
desplazamiento del mapuzugún por el castellano y se concluye con la
formulación de un modelo comprehensivo (multidimensional) que explica
el proceso en curso. En aspectos metodológicos se entrega diversos
antecedentes complementarios útiles para una mejor dimensionamiento
de los resultados del estudios.
Informe de Resultados 2008
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II. II. Los Los haberes haberes haberes lingüísticos
lingüísticos
En este capítulo expondremos antecedentes sociolingüísticos con la
finalidad de establecer las dimensiones y algunos atributos de la
comunidad lingüística mapuche del sur de Chile. Corresponde a lo que
pudiéramos denominar como los haberes o el capital lingüístico, el bagaje
existente para la comunicación en lengua vernácula. Un punto de partida
necesario consiste en datar los parámetros básicos del bilingüismo
castellano – mapuzugun presente en esa extensa región.
a) Bilingüismo y monolingüismo según la encuesta sociolingüística
a hogares mapuches
Un primer elemento de juicio está referido al monolingüismo del
mapuche. Según los resultados de la encuesta practicada a 2017 hogares
mapuches y con mapuches y a los 7801 individuos que los integraban no
hay personas monolingües absolutos del mapuzugun. Existen algunos
casos particulares de ancianos y ancianas en que la lengua mapuche
prima ostensiblemente, pero que mantienen conocimientos del
castellano como para que ocurra la comunicación, siquiera precaria pero
no insuficiente, con hablantes de esa lengua. Se trata pues de hablantes
subordinados del castellano respecto del mapuzugun, corresponden
principalmente a ancianos y suman muy pocos casos. Así las cosas, la
comunidad mapuche debe ser definida como una comunidad bilingüe
mapuzugun castellano, o monolingüe castellano, en proporciones por
presentar y discutir.
Para un 53,4% de los individuos de la muestra de 5 años o más, hombres
y mujeres en proporciones equivalentes, se indica en los hogares que
no poseen capacidades lingüísticas con la lengua mapuche, tanto que
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son incapaces de comprender el sentido de lo que se habla en actos
verbales de terceros que la emplean. Expresado en cifras absolutas
proyectadas, corresponde a 137.228 personas mapuche de las tres
regiones estudiadas. Esta mayoría relativa sería monolingüe del
castellano. El resto (un 46,6%), corresponde a variaciones de bilingüismo
mapuzugun castellano. Así lo indica la tabla siguiente. En ella se hace
manifiesto, además, la importancia agregada del castellano cuando este
se presenta como la primera lengua aprendida y cada vez más la única
lengua adquirida.
Tabla N° 1
Bilingüismo y monolingüismo mapuche – castellano según primera
lengua aprendida en la VIII, IX y X Región.
Bilingüismo y
monolingüismo
Primera lengua aprendida
Mapuzugun Mapuzugun Castellano Total
-castellano
Bilingües 40092 14803 64806 119701
mapuzugun - (46,6%)
castellano
Monolingües —- —- 137228 137228
(castellano) (53,4)
Total 40092 14803 202034 256929
(15,6%) (5,8%) (78,6%) (100%)
Fuente: Encuesta sociolingüística a hogares mapuches, mayo-junio 2007.
Distribuciones desfavorables para la lengua mapuche no terminan aquí.
Para una elevada proporción de personas se reconoce que la comprensión
de la lengua hablada es baja, escasa o limitada (un 33,7% de los casos).
Y para otro 17,2% la comprensión se realiza con algunas dificultades.
Lo anterior sin contar con que aun entre los casos de un mediano o alto
nivel de comprensión, por razones psicológicas y sociales una parte de
ellos no traduce ese mejor nivel en protagonismo mediante su
participación activa en actos de intercambio verbal.
Si pasamos ahora a la capacidad de producción discursiva y a
intercambios comunicativos en la lengua mapuche, respecto de un 27,5%
se señala que sus capacidades se limitan a la emisión de algunas
expresiones y frases sencillas; cuestión que, en casos límite, no es más
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

que la expresión de algunos saludos y frases de circunstancia. Otro
21,4%, en tanto, puede comunicarse en la lengua mapuche pero con
dificultades. A fin de cuentas, apenas la mitad de los hablantes activos
podría hacerlo de manera suficientemente desarrollada como para
entonces calificarlos de hablantes cabales. Y ellos no son todos los
bilingües dado que un grupo pequeño pero visible es hablante pasivo.
Un balance preliminar nos indica, entonces, que la lengua mapuche no
sólo es una lengua nacional minoritaria y minorizada, sino que entre los
propios mapuche del sur del país su vigencia se presenta con un
contingente de hablantes visiblemente disminuido.
La tabla siguiente reúne la información proveniente de los hogares en
cuanto a capacidades de comprensión y de producción en la lengua
mapuche.
Tabla N° 2.
Capacidad de comprensión y de producción con el mapuzugún en la
VIII, IX y X Región
Capacidad de
comprensión
Capacidad de producción con el mapuzugun
Puede hablar Puede hablar Puede Total
o intervenir o intervenir responder o
sin dificultades con dificultades plantear sólo
frases sencillas
Entiende todo 45206 9094 3090 57390
o mucho (49,8%) (10,0%) (3,4%) (63,2%)
Entiende bastante ——- 10389 6068 16457
(11,4%%) (6,7%) (18,1%)
Entiende sólo ——- ——— 16982 16982
un poco (18,7%) (18,7%)
Total 45206 19483 26140 90829
(49,8%) (21,4%) (28,8%) (100%)
Fuente: Encuesta sociolingüística a hogares mapuches, mayo-junio 2007.
Se les consultó a los integrantes de los hogares o un representante con
conocimiento de la situación interna respecto de la capacidad de
comprensión del mapuzugun (en términos de entendimiento de los
referentes del habla entre personas que se comunican en mapuzugun) y
de la capacidad de producción con la lengua mapuche (en términos de
capacidad de participar activamente con terceros –preguntar, responder,
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emitir opiniones y juicios, sostener una diálogo- en mapuzugun). Se
entiende que la producción lingüística supone un desempeño activo y
una demostración más completa de capacidades y habilidades de
comunicación con la lengua. Para la comprensión y la producción se les
propuso tres categorías que expresan niveles altos, medios y bajos de
comprensión, por una parte, y producción, por otra. Resulta de lo
anterior varias categorías o tipos de desempeño con la lengua tradicional.
El tipo más relevante es el de aquellos que mantienen conocimientos y
realizan un desempeño activo alto con la lengua. Los podemos denominar
como hablantes desarrollados. Representan un 49,8% de los casos.
Corresponde a la situación más adecuada de conocimiento y manejo
activo de la lengua. Se les puede considerar como reales o potenciales
bilingües equilibrados en la medida que manejan con similar destreza
la lengua vernácula y quizá lo hacen con suficiente frecuencia en una
diversidad de contextos.
Le sigue luego un grupo que realiza una comprensión alta del contenido
de los actos de habla, pero que a la hora de participar como hablante
activo reconoce que lo hace con dificultad o dificultades. Corresponde
a un tipo de hablante que por desuso, frecuente ausencia de contextos
de habla en mapuzugun, hábito de hacer cambio de código con
implicación del castellano, uso frecuente del castellano como salida de
alternancia de lenguas y fenómenos de este tipo, no se considera con la
experticia y destreza en la práctica como para desenvolverse de manera
expedita y autónoma en la comunicación sólo con el mapuzugun.
Considera que posee extensamente el mapuzugun pero que ello se realiza
bien en el entendimiento de los contenidos de la comunicación más que
en la emisión discursiva con la lengua indígena. Estos casos representan
un 10,0% del total de casos de hablantes. De manera similar, a los
anteriores, una variante de estos hablantes limitados es el caso de
aquellos que mantienen a la vez restricciones de comprensión y, en
correspondencia con ello, dificultades de producción en mapuzugun. Su
entendimiento de los discursos en lengua vernácula no es elemental y,
algo más que el balbuceo de unas frases logran generar en el intercambio
discursivo con terceros. Su envergadura alcanza a un 11,4% del total de
hablantes. Uno y otro tipo podrían identificárseles como categorías de
hablantes subordinados del mapuzugun respecto del castellano.
Aunque comparten con los dos casos previos la condición de hablantes
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

subordinados del mapuzugun, se les puede distinguir de aquellos que
manifiestan poseer una comprensión desarrollada de la lengua, pero
que han perdido por el contexto lingüístico predominantemente
castellano o por la misma razón nunca adquirido la destreza (amén de
la incidencia de represiones y auto represión lingüísticas, de manera
más evidente en medios urbanos) y tampoco tienen el hábito o sienten
la seguridad para emitir más que unas pocas frases. Aunque pueden
implicarse en la comunicación con hablantes mapuche, lo hacen
mayoritariamente en castellano. Alcanzan un 3,4% del conjunto.
Corresponden perfectamente con el perfil de los hablantes pasivos del
mapuzugun. La condición de hablante pasivo también la mantiene otro
grupo bastante más numeroso que a la virtual incapacidad o bloqueo
para hablar más allá de asuntos elementales aúnan el reconocimiento
de mantener limitaciones de entendimiento. Son por lo tanto hablantes
pasivos que arrastran consigo limitaciones de aprendizaje. La noción
compuesta de pasivos con limitaciones de aprendizaje puede sintetizar
este cuadro. Alcanzan a un 6,7% de los casos.
Por último, podemos aislar otra categoría de hablantes: la de aquellos
que logran una comprensión limitada y en relación con ello una producción
lingüística igualmente elemental. Puede incluso dudarse acerca de su
estatus de hablante de la lengua nativa. Su grado de conocimiento y
destreza con el mapuzugun es el de hablantes incipientes, pero al así
llamarlos perdemos de vista que puede tratarse de personas que lograron
en algún momento de sus vidas esa adquisición elemental y que la han
mantenido por largo tiempo. En particular debido a los contextos sociales
e interacciones que les proveen las comunidades locales y redes sociales
en las que están implicados hoy completamente dominadas por la
comunicación en castellano. Así las cosas, podemos llamarles más bien
como bilingües elementales en lo que al mapuzugun se refiere. La
envergadura de este grupo alcanza a un 18,7% del total considerado.
Avancemos sobre otras dimensiones de caracterización. Una de ellas
atiende a la condición de género y generación de la comunidad mapuche
y al cómo en ellos se distribuye el conocimiento y manejo de la lengua
aborigen. Una primera constatación nos señala que la permanencia y la
pérdida del mapuzugun se presenta de manera bastante homogénea
entre hombres y mujeres. El género no es un factor significativo de
variación y diferenciación lingüística, al menos en cuanto a su vigencia.
No obstante, las mujeres presentan porcentajes ligeramente más
Informe de Resultados 2008
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elevados que los hombres en cuanto a monolingüismo castellano, lo que
puede atribuirse a una presencia femenina relativamente mayor en
medios urbanos, contexto de vida en donde las condiciones son más
agresivas para la pervivencia de la lengua vernácula. De esta manera,
mientras un 52,8% de los hombres aparece como monolingüe castellano,
entre las mujeres asciende a 54,1%. A la inversa con el bilingüismo,
según lo pone en evidencia la tabla siguiente. Debe entonces descartarse
como peregrina la idea bastante extendida de que en las mujeres
mapuche podemos encontrar un reservorio lingüístico del que carecerían
en la misma medida los hombres; más visos de realidad tendría lo
contrario. Esa creencia pudo ser efectiva en el pasado bajo otras
condiciones de residencia y movilidad de la sociedad mapuche, pero no
en el presente.
Tabla N° 3
Bilingüismo y monolingüismo mapuche – castellano según género en la
VIII, IX y X Región
Género / Bi o Bilingües Monolingües Total
monolingüismo mapuzugun del castellano
castellano
Hombres 61573 68764 130337
(47,2%) (52,8%) (100%)
Mujeres 58127 68463 126590
(45,9%) (54,1%) (100%)
Total 119700 137227 256927
(46,6%) (53,4%) (100%)
Fuente: Encuesta sociolingüística a hogares mapuches, mayo-junio 2007.
Si entre hombres y mujeres no encontramos variaciones de gran alcance
en el capital lingüístico de que disponen, ocurre exactamente al contrario
si pasamos a considerar las generaciones. De modo estable se progresa
con el mapuzugun desde capacidades altas y prácticas lingüísticas
frecuentes entre las generaciones de adultos mayores y mayores, hasta
capacidades y desempeños menos presentes o de los que carecen adultos,
adultos jóvenes y adolescentes. Algunos datos pueden ilustrar esta
aseveración.
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

Tabla N° 4
Bilingüismo y monolingüismo mapuche – castellano según edad en la
VIII, IX y X Región
Edad / Bi o Bilingües Monolingües Total
monolingüismo mapuzugun del castellano
castellano
5-34 años 49800 86556 136356
(36,5%) (63,5%) (100%)
35 años y más 69901 50671 120572
(58,0%) (42,0%) (100%)
Total 119701 137227 256928
(46,6%) (53,4%) (100%)
Fuente: Encuesta sociolingüística a hogares mapuches, mayo-junio 2007.
Los valores del bilingüismo mapuzugun castellano y el monolingüismo
castellano tienden a invertirse cuando se compara estratos de edad
altos (arriba de los 35 años) y bajos (34 o menos años). En un caso los
bilingües representan una mayoría visible de un 58% y en el otro se
reducen a punta más de un tercio (36,5%). En el mismo sentido, los
monolingües del castellano aumentan desde un 42,0% a un 63,5%. Esta
tendencia a la declinación del bilingüismo deberá ser abordada con más
atención al momento de analizar la dinámica social de la lengua y las
tendencias de reemplazo lingüístico en curso.
Está extensamente documentada en la literatura sociolingüística la
fuerza con que en muchos contextos nacionales y regionales la vida
urbana ejerce presiones sobre las lenguas indígenas en favor de aquellas
oficiales, nacionales o, en cualquier caso, las de uso general para la
comunicación de la población. La detección de variaciones importantes
en el bilingüismo de los residentes mapuche de los campos y las ciudades
y pueblos del sur de Chile puede indicarnos la necesidad de considerar
con más atención este juego de fuerzas para el caso que se estudia.
Tanto aquellas tendencias urbanas que conducen al reemplazo lingüístico,
como aquellas rurales que favorecerían (u obstaculizarían al menos) la
permanencia del mapuzugun. Acudimos nuevamente a una tabla de datos
para obtener un punto de apoyo en esta materia.
Informe de Resultados 2008
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Tabla N° 5
Bilingüismo y monolingüismo mapuche – castellano según residencia
urbana o rural en la VIII, IX y X Región
Residencia / Bi o Bilingües Monolingües Total
monolingüismo mapuzugun del castellano
castellano
Residencia urbana 18650 62204 80854
(23,1%) (76,9%) (100%)
Residencia rural 101051 75023 176074
(57,4%) (42,6%) (100%)
Total 119701 137227 256928
(46,6%) (53,4%) (100%)
Fuente: Encuesta sociolingüística a hogares mapuches, mayo-junio 2007.
El monolingüismo castellano prevalece ampliamente en los medios
urbanos (76,9%) en desmedro del bilingüismo. Este es todavía
mayoritario en las áreas rurales donde su presencia se sobrepone con
un 57,4% de los casos a los monolingües. La notoria diferencia porcentual
permite sospechar acerca de la fuerza de la tendencia al reemplazo
lingüístico que se tiene en las condiciones de la vida urbana. Y, al mismo
tiempo, acerca del mejor efecto de conservación-reproducción que está
presente en las zonas rurales. Con todo, en las últimas zonas la
prevalencia no es tan amplia y también allí los contextos y exigencias
de la comunicación estarían actuando en dirección del reemplazo y el
monolingüismo.
En el centro sur de Chile el pueblo mapuche se distribuye sobre un amplio
territorio (el Alto Biobío por el norte hasta Chiloé por el sur) segmentado
en tres (y ahora cuatro) regiones administrativas. La Región del Biobío
con dos zonas bien definidas: el alto Biobío con la comuna homónima y
la provincia costera de Arauco, especialmente sus comunas
meridionales: Lebu, Los Alamos, Cañete, Contulmo y Tirúa. Desde un
punto de vista histórico cultural la zona pehuenche del Alto Biobío puede
considerarse como un bolsón o núcleo lingüístico relativamente aislado
en la cordillera andina hasta hace algún tiempo. Recuérdese, sin ir más
lejos, que el camino de penetración por el río Queuco a cuya ribera se
ubican la mayoría de las comunidades pehuenche de la zona se terminó
de construir recién a principios de la década de 1980. En contraste, la
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

provincia de Arauco ejemplifica el caso de una zona con temprana
anexión a la soberanía nacional durante el siglo XIX, rápida formación
de un sistema agrario de campesinos y haciendas, una historia de
desplazamientos indígenas y de conflictos en torno a la tierra y una
fluida relación mapuche con centros urbanos, la minería del carbón y la
propia capital regional Concepción. Esa historia de aislamiento relativo
en un caso y relaciones intensas en el otro arrastra consecuencias
lingüísticas de signo inverso: mientras la zona pehuenche se nos
presenta como un área con bastante vitalidad lingüística, la zona
lafkenche de Arauco paga el costo de su mayor exposición y vinculación
con la región. Los datos que reflejan esta diferencia serán presentados
más adelante.
La Región de la Araucanía, por su parte, es de las tres regiones la de
más tardía incorporación al Estado nacional y la que concentra mayor
cantidad de población mapuche, en algunas zonas con una densa
concentración de comunidades, incluso en las inmediaciones de la capital
regional Temuco. La masividad de su presencia unido a una historia
agraria moderna y de desarrollo urbano un tanto más tardío que el de
las otras regiones permitiría, por una vía que no es la del aislamiento,
una mayor continuidad lingüística. Hasta qué punto eso es así resulta
un asunto por precisar. Las características de la distribución de la
población mapuche en la Araucanía (alta densidad relativa en la región,
en el interior y en las inmediaciones de las principales ciudades) brinda
la oportunidad también de poner a prueba las tesis ecológicas del
reemplazo lingüístico. Según ellas, a mayor proximidad geográfica y
consecuente exposición de los hablantes de una lengua a los centros
urbanos y núcleos de población y actividad que sostienen otra lengua
(en este caso una oficial, socialmente dominante y prestigiosa), mayor
será la pérdida o el saldo lingüístico negativo para la primera. Tendremos
ocasión de ver con cierto detalle esta cuestión.
La Región de los Lagos, ahora dividida en la de Los Ríos al norte y de los
Lagos más al sur, nos presenta una historia distinta. Allí se hizo efectiva
una modalidad de dominación colonial, más claramente durante el siglo
XVIII (y desde el siglo XVII en Chiloé y el área de influencia de Valdivia),
mientras que en el XIX se fue configurando un sistema agrario y urbano
moderno que consideró áreas de colonización extranjera. Es una zona
en la que, asimismo, una política de reducciones no se desplegó con la
extensión requerida para una mejor protección de las tierras Williche,
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razón por la cual las presiones, violencia y desplazamientos de indígenas
hacia la cordillera de la costa y el borde costero, como asimismo el
confinamiento en las zonas boscosas de los Andes, dieron forma a la
distribución mapuche del área continental de esta región. El prolongado
mestizaje Williche español en la Isla de Chiloé dejó limitado a unos
pocos núcleos del centro y sur de la isla aquellos identificados como
indígenas. Áreas de colonización moderna como la de Chiloé continental
en la misma región arrastró también a personas y familias Williche.
Como es previsible a partir de esta prolongada y heterogénea historia,
podemos esperar una realidad lingüística a la vez recesiva para el
mapuzugun, en lo general, y con fuertes variaciones según áreas de la
región. La tabla siguiente nos permitirá dimensionar en cifras, todavía
a escala regional, la variedad de la realidad sociolingüística mapuche
del sur de Chile.
Tabla N° 6
Bilingüismo y monolingüismo mapuche – castellano según regiones
administrativas ( VIII, IX y X Región)
Residencia / Bi o Bilingües Monolingües Total
monolingüismo mapuzugun del castellano
castellano
Región del Biobío 8239 12817 21056
(39,1%) (60,9%) (100%)
Región de 100843 68089 168932
la Araucanía (59,7%) (40,3%) (100%)
Región de los Lagos 10618 56322 66940
(15,9%) (84,1%) (100%)
Total 119700 137228 256928
(46,6%) (53,4%) (100%)
Fuente: Encuesta sociolingüística a hogares mapuches, mayo-junio 2007.
Las diferencias interregionales son acentuadas y, al parecer, también lo
son las variaciones internas. Destacar suficientemente lo anterior nos
pone a resguardo de inferencias teleológicas en el análisis de la
trayectoria y tendencias del cambio sociolingüístico mapuche. El
mapuzugun se ha sostenido, retrocedido y también ampliado en uno y
otro momento histórico y en una y otra región. Y si la dirección de los
cambios actuales se orienta en dirección al reemplazo por el castellano,
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

los puntos de arranque de esta tendencia moderna fueron bastante
variados, como diversos son también sus resultados actuales, no
existiendo una necesidad histórica o social para que en definitiva el
cambio termine de darse como reemplazo de lenguas.
Hemos dado a entender que una explicación completa acerca de la
situación y los cambios sociolingüísticos del mapuzugun no pueden
prescindir de una adecuada contextualización sociohistórica. Y ella tiene
una expresión espacial que corresponde no sólo con regiones, sino
también con provincias y comunas que conviene analizar. Así nos parece
que queda bien demostrado por el vínculo que planteáramos entre
procesos regionales variables y derroteros también variables de la lengua.
Algunos espacios subregionales aparecen claramente diferenciados, sea
por la persistencia de la lengua o por la pérdida de ella, o por estados
intermedios más difusos. Así, en la actual Región de los Ríos (Provincias
de Valdivia y Osorno) se reconoce una zona septentrional andina en que
la persistencia del mapuzugun (la zona de Panguipulli, en especial) está
gravemente amenazada pero la lengua no ha desaparecido. En las
antípodas se encuentra la isla de Chiloé, en la Región de los Lagos,
prácticamente sin hablantes. Zonas como las de Llanquihue y Provincia
de Palena se asemejan a Chiloé, aunque por distintas razones. Otras
como Osorno y Valdivia, más al norte, se distancian de áreas como las
de Panguipulli, pero sin que el estado de la lengua sea el de una completa
desaparición.
La variación intraregional también está presente en la región de la
Araucanía, dentro de un panorama general de mayor permanencia y de
contrastes menos acentuados que en la zona Williche o de los Lafkenche
de Arauco. Hay áreas como la zona costera, o la comuna de Padre Las
Casas muy cerca de Temuco con una vitalidad algo mayor que la Provincia
de Malleco (exceptuando Lumaco e inmediaciones) o las comunas andinas
de Cautín. Y algo mayor también que las comunas del valle central de
Cautín sur. No obstante, una exploración más detallada de los datos
disponibles debería entregarnos pistas que expliquen no tanto la
variación inter zonas de la región, relativamente baja en este caso,
como la heterogeneidad intra comunal (incluso en algunos municipios
muy rurales) y la ausencia de correlación entre el tamaño de los centros
urbanos (lo que puede asociarse a la fuerza de sus influencias sobre los
alrededores rurales) y el reemplazo de la lengua entre los campesinos
indígenas.
Informe de Resultados 2008
23

24
A su vez, ya hicimos notar el contraste entre una provincia de Arauco
con un fuerte retroceso de la lengua originaria en razón de los procesos
históricos allí vividos y la vitalidad que todavía manifiesta en la zona
andina del rio Biobío. En esta región, el aislamiento geográfico y la alta
exposición parecen guardar una relación directa con la continuidad y el
cambio lingüístico, cuestión que no cabe extender más allá: ni a las
comunas andinas de más al sur (con menos vigencia relativa), ni a la
zona costera de Cautín (con un aumento de hablantes).
Existen otras entidades subregionales que resulta de interés tratar. Una
categoría de ellas es la de las identidades territoriales, un tipo de realidad
socio organizativa que ha tenido importancia en la organización y
demandas mapuche de los últimos años. Con fines de análisis y sin
ninguna pretensión normativa, circunscribimos espacialmente unas y
otras a ciertas comunas y sectores de comunas. Por no corresponder a
entidades oficialmente reconocidas y por encontrarse en general poco
formalizadas, las circunscripciones y límites espaciales de las Identidades
Territoriales no son todo lo claras que quisiéramos. Consultando la
documentación disponible sobre el particular, en especial aquella de la
Comisión de Verdad Histórica y Nuevo Trato y averiguando los resultados
de los estudios del Programa Orígenes sobre lofche históricos en la
zona y sus redes de relaciones, hemos avanzado en una delimitación
tentativa. Estas delimitaciones deben entenderse como definiciones
de trabajo y no algo necesariamente definitivo. Por Identidad Territorial
Pewenche se entiende usualmente a la gente mapuche del sector
altoandino correspondiente a las comunas de Alto Biobío en la VIII Región
y la de Lonquimay en la IX. Por Identidad territorial Lafkenche a los
mapuche del borde costero de la Provincia de Arauco (comunas de Los
Alamos, Cañete, Contulmo y Tirua) y las comunas de Saavedra y Toltén,
así como los sectores costeros de Carahue y Teodoro Schmidt en la
provincia de Cautín. Como naqche se han comenzado a conocer los
mapuche del secano interior de Malleco incluyendo Purén, Los Sauces,
Lumaco y Traiguén, y también a los de la comuna de Galvarino y Cholchol
en la de Cautín. Por wenteche se reconoce, provisoriamente, a los
mapuche del sector de Padre Las Casas, Temuco rural y Lautaro. Y por
Identidad Territorial Huilliche, finalmente a todos los todas las comunas
de la X Región (actual región de los Ríos y Región de los Lagos),
incluyendo la isla y provincia de Chiloé.
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

Conviene apreciar qué ocurre con el monolingüismo y el bilingüismo del mapuzugun
según estas “identidades territoriales” ¿Son ellas reservorios subregionales de
continuidad lingüística?; ¿Se hace allí presente un balance más auspicioso con la
lengua tradicional o se trata ante todo de una realidad etnopolítica que poco tiene
que ver con los procesos culturales y lingüísticos que acaecen en el seno del pueblo
mapuche?; ¿qué diferencia presentan en el campo sociolingüístico con áreas no cubiertas
por estas denominaciones? Empecemos considerando la tabla siguiente.
Tabla N° 7
Bilingüismo y monolingüismo mapuche – castellano según identidades
territoriales en VIII, IX y X Región)
Identidad territorial Bilingües Monolingües Total
/ Bilingüismo mapuzugun castellano
castellano
Pewenche 2644 182 2826
(93,6%) (6,4%) (100%)
Lafkenche 14462 14190 28652
(50,5%) (49,5%) (100%)
Naqche 17649 6134 23783
(74,2%) (25,8%) (100%)
Wenteche 32827 22808 55635
(59,0) (41,0%) (100%)
Williche 10618 56322 66940
(15,9%) (84,1%) (100%)
Sin definición de 41501 37591 79092
identidad territorial (52,5%) (47,5%) (100%)
Total 119701 137227 256928
(46,6%) (53,4%) (100%)
Fuente: Encuesta sociolingüística a hogares mapuches, mayo-junio 2007.
No parece haber una relación positiva entre identidad territorial y mayor
permanencia relativa de la lengua mapuche. Algunas de las identidades
territoriales presentan elevados porcentajes de bilingüismo (caso
pewenche y naqche), otras por el contrario los presentan notoriamente
bajos (williche) o acercan la distribución a la media general (lafkenche,
wenteche). La persistencia de la lengua y su reproducción en el seno de
la sociedad mapuche no dependerían de una localización geográfica en
la que durante el pasado y bajo recreación en el presente se dieron
nucleamientos y liderazgos zonales o subregionales. Etnopolítica y
Informe de Resultados 2008
25

26
dinámica lingüística corren por carriles diferentes y, tal parece, en
direcciones distintas aunque no necesariamente opuestas.
Para concluir este primer nivel de caracterización de las principales
dimensiones sociolingüísticas del mapuzugun del presente,
consideraremos otra subunidad regional: las áreas de desarrollo indígena
(ADIs). Creadas como parte de la política indígena de los gobiernos de
la Concertación de Partidos por la Democracia, busca concentrar la acción
y recursos estatales en áreas indígenas homogéneas. Suele corresponder
a sectores de antiguo y denso asentamiento indígena y, en esa medida,
pudiera aquí encontrarse una relación directa de estas entidades con la
continuidad del mapuzugun. Como se puede suponer, la persistencia de
la lengua no se vincula genéticamente con la existencia de una ADI: uno
y otro fenómeno dependen más bien de una realidad previa, la de
corresponder con sectores de antiguo, continuo y denso poblamiento
mapuche que favorece la permanencia de una y justifica la creación de
la otra. Apreciemos entonces la situación del mono y bilingüismo en el
ADI Alto Biobío (que corresponde con la comuna homónima), el ADI Lleulleu
en la comuna de Tirua (y Contulmo), la de Puel Nahuelbuta que
cubre las comunas de Lumaco, Purén, Los Sauces, Traiguën y Galvarino
y, más al sur, el ADI Budi en la comuna de Saavedra.
Tabla N° 8
Bilingüismo y monolingüismo mapuche – castellano según Áreas de
Desarrollo Indígena (ADI) en la VIII, IX y X Región)
Área de Desarrollo Bilingües Monolingües Total
Indígena / Bilingüismo mapuzugun
castellano
castellano
ADI Alto Biobío 1248 128 1376
(90,7%) (9,3%) (100%)
ADI Lago Lleulleu 1411 775 2186
(64,5%) (35,5%) (100%)
ADI Puel Nahuelbuta 17649 6134 23783
(74,2%) (25,8%) (100%)
ADI Lago Budi 4073 848 4921
(82,8%) (17,2%) (100%)
Zonas no ADI 95318 129343 224661
(42,4%) (57,6%) (100%)
Total 119699 137228 256927
(46,6%) (53,4%) (100%)
Fuente: Encuesta sociolingüística a hogares mapuches, mayo-junio 2007.
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

Las Áreas de Desarrollo Indígenas (ADI) resultan ser sectores particulares
de la Región del Biobío (ADI Alto Biobío y Lago Lleulleu) y de la Araucanía
(Puel Nahuelbuta y Lago Budi) en que se hace presente una alta
concentración de bilingües mapuzugun - castellano (no olvidando, sin
embargo, que dentro de un amplio arco de competencias), en notorio
contraste con las zonas no ADI donde el promedio de bilingüismo baja
de la media general. Dada la focalización en ellas de varias agencias
estatales y en virtud de la vigencia lingüística detectada, esta
convergencia pudiera dar pie a trabajos de interés en el campo de la
recuperación, estabilización y desarrollo lingüístico con participación
del Estado.
b) Bilingüismo y monolingüismo según el test de competencia
interhablantes aplicado a integrantes de los hogares encuestados
Los especialistas estiman que la mejor manera de evaluar la capacidad
de producción lingüística oral de un grupo social es a través de la
aplicación de instrumentos de medición en la propia lengua y, por lo
tanto, a cargo de personas que la dominen suficientemente. Ello permite
evitar los peligros de las autoafirmaciones de competencia. Este último
es el medio hasta ahora empleado para conocer la magnitud de la
continuidad o la pérdida de las lenguas de los pueblos originarios
continentales de Chile. La dificultad principal radica en la posibilidad
de que las autoatribuciones de conocimiento, capacidad de uso y
destrezas lingüísticas pueden sub o sobre valuarse a partir de
percepciones de competencia que no guardan una suficientemente
precisa correspondencia con la competencia objetivamente demostrable.
Esta dificultad aumenta cuando, como ha sido la tónica hasta ahora, se
acude a informantes calificados y, a veces, otros que no lo son tanto
acerca del nivel de competencia de otros integrantes de los hogares
indígenas. Ello se ha buscado evitar a través de la triangulación de
datos y de cadenas lógicas de información en un mismo test, que
permitan realizar evaluaciones de consistencia y, a partir de ellas,
búsqueda de explicaciones de casos y demanda de correcciones cuando
ello no se logra. A juzgar por los resultados obtenidos, los riesgos
inherentes al empleo de un instrumento con estas características fueron
en gran medida evitados. Los censos o encuestas de este tipo pueden
ser sospechosos de inexactitud, pero suelen entregar resultados
coherentes, a veces comprobados mediante mediciones independientes.
Y este es el caso que aquí analizamos.
Informe de Resultados 2008
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28
El Proyecto “Perfil Sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII,
IX y X Región” aplicó entre mayo y julio de 2007 un instrumento de
medición directa a una muestra de 2007 personas mapuches mayores
de 8 años, rurales y urbanas de las regiones VIII, IX y X. Los
entrevistadores fueron hablantes capaces de desenvolverse bien en el
mapuzugun. Sus resultados son importantes por haber sido alcanzados
a través de una metodología a la que se reconoce como confiable.
También son preocupantes por las tendencias de desplazamiento de la
lengua nativa por el castellano que ellos ponen en evidencia. Debemos
también señalar que estos resultados son convergentes con los obtenidos
a través de una encuesta a cada hogar visitado en el que se consultaba
acerca de las capacidades de sus integrantes con la lengua. En este
caso la afirmación de competencia resultó marcadamente semejante a
lo obtenido con la medición de competencia.
La Tabla N° 6 muestra los resultados a través de cifras ponderadas y
proyectadas al universo mapuche del sur de Chile (Regiones Del Biobío,
Araucanía, Los Ríos y Los Lagos). Según esto, un 61,7% de la población
mapuche mayor de 10 años no tiene competencia en su lengua..
Posiblemente conozcan algunos saludos y algo de vocabulario, pero no
pueden comunicarse siquiera de manera básica con el mapuzugun. Esta
es una proporción muy alta de personas, que se acerca a casi dos tercios
del total. Cabe recordar que esas personas son monolingües del
castellano, sólo pueden comunicarse con el castellano. Conveniente es
precisar también que todos los mapuches, hablantes y no hablantes de
su lengua pueden comunicarse en castellano. A la inversa, un 38,3% sí
tiene competencia.
Si comparamos esa proporción con la declarada a través de la encuesta
a hogares, encontramos que en esta última el porcentaje de presuntos
hablantes competentes es claramente mayor, con un 8,3% de diferencia.
Según lo anterior, cuando se trabaja con declaraciones de competencia
se tiende a incluir individuos que bajo un escrutinio directo (test de
competencia) no logran calificar como hablantes. Estos resultados van
a contracorriente de lo esperado en el sentido de que con un instrumento
de medición indirecto más bien se suponía encontrar subdeclaración de
competencia. Y, por el contrario, con este último se obtiene una visible
sobredeclaración. No creemos que esté incidiendo mayormente un
esfuerzo de los entrevistados por aparecer ellos y los integrantes de su
hogar con más haberes lingüísticos que los que efectivamente poseen.
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

Más bien, el instrumento empleado para registrar comprensión y
producción declarada –un instrumento que quiso ser sensible a todas
las condiciones de posesión de la lengua, aun las más elementalesincluyó
un cierto número de caso con conocimientos tan básicos de su
lengua que con el filtro del test ya no pudieron quedar inscriptos como
hablantes. En particular, muchos de la categoría de los que “entienden
sólo un poco” y a la vez “pueden responder o plantear sólo frases
sencillas” que corresponde a un 18,7% del universo mapuche del sur de
Chile. Su primera lengua seguramente fue el castellano, ella es empleada
en prácticamente todos los eventos de comunicación verbal y su vida
cotidiana transcurre en ambientes (como los urbanos) primordialmente
castellanizados, pero que han logrado a través de su vida obtener algo
de vocabulario, alguna oraciones estándar y nada más..
La competencia básica (un 4,0%) e intermedia (un 9,6%) expresan, como
lo indica cada una de las expresiones, grados de conocimiento: elemental
en un caso, algo mayor en el otro. Tienen en común ser insuficientes
para una buena comunicación en la lengua mapuche. Aunque en grados
distintos, ninguna de las dos puede entenderse como una etapa de
aprendizaje. La mayoría de los casos corresponde a personas adultas.
Una competencia alta es poseída por un 24,7% de las personas mapuches,
especialmente adultos y adultos mayores. Corresponde a la proporción
de la población que posee el mayor capital lingüístico en su idioma.
Entre ellos se encuentran algunos mayores y ancianos que, además,
dominan mejor su lengua que el castellano; pero hoy día esto es más la
excepción que la regla.
Tabla N° 9
Distribución de la competencia con el mapuzugun por los individuos, evaluada en
cifras ponderadas y proyectadas al universo mapuche regional
Competencia Frecuencia
N° %
Sin competencia 153406 61,7%
Competencia básica 9898 4,0%
Competencia media 23855 9,6%
Competencia alta 61341 24,7%
Total 248500 100%
Fuente: Test de competencia lingüística, mayo-julio de 2007, UTEM-CONADI
Informe de Resultados 2008
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En concordancia con la información provista por la encuesta a hogares,
no se encontró monolingüismo en mapuzugun, caso muy difícil de
constatar si pensamos que se trata de una lengua en constante contacto
con el castellano. Aunque se tratase de hablantes muy ancianos, es
dudosa la existencia de monolingüismo si consideramos las actuales
condiciones en que vive la sociedad mapuche: permanentemente
expuesta a medios de comunicación (radio, televisión), con redes sociales
geográficamente dispersas, con movilidad frecuente, entre otros.
En situaciones de bilingüismo como las presentes hoy, la lengua recesiva
(la que retrocede y es desplazada) puede poseerse sin que las personas
la empleen activamente en la comunicación con otras. Entienden en
mayor o menor medida, pero no hablan. Son los hablantes pasivos, que
se distinguen de los activos o aquellos que hacen intervenir el idioma
en la comunicación oral. Los hablantes pasivos existen cuando se emplea
mayoritariamente la lengua dominante, en este caso el castellano, y no
se necesita, no se tiene la práctica o se han construido bloqueos mentales
que hacen innecesario, impracticable o insoluble su empleo. Este
fenómeno está presente entre los poseedores del mapuzugun, pero su
cuantía no es muy significativa. Según la Tabla N° 10 sólo un 0,7% del
total es pasivo con competencia básica; un 4,4% es pasivo con
competencia intermedia y un 0,1% pasivo con competencia alta. Como
puede apreciarse, el fenómeno de la competencia pasiva se presenta
en todos los niveles, pero sobresale en el de los intermedios.
Tabla N° 10
Competencia pasiva y activa con el mapuzugun evaluadas en cifras
ponderadas y proyectadas al universo mapuche regional
Competencia Frecuencia
N° %
Sin competencia 153406 61,7%
Básica activa 8153 3,3%
Básica pasiva 1745 0,7%
Intermedia activa 12955 5,2%
Intermedia pasiva 10899 4,4%
Alta activa 61122 24,6%
Alta pasiva 219 0,1%
Total 248500 100%
Fuente: Test de competencia lingüística, mayo-julio de 2007, UTEM-CONADI
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

La aplicación del test de competencia confirma que hay zonas en que el
mapuzugun ha desaparecido, en otras se conserva poco y en otras se
mantiene vital. La Tabla N° 11 muestra esta variación según regiones
administrativas. La Región X (ahora las Regiones De los Ríos y De los
Lagos) presenta la situación más problemática de permanencia de la
lengua. Apenas un 6,7% de la población mapuche de la zona –
principalmente mayores y ancianos- tiene competencia alta y esta se
concentra en las comunas cordilleranas de la provincia de Valdivia. La
competencia intermedia y la básica presentan porcentajes exiguos, lo
que en su conjunto habla de la interrupción de la continuidad de la
lengua. Como resultado, un 90,8% del total no tiene competencia alguna
en la lengua originaria.
En una posición intermedia se encuentra la Región del Biobío, pero
recordando que allí encontramos dos zonas con un marcado contraste.
Por una parte, el área pehuenche en la comuna de Alto Biobío con muchos
hablantes competentes de todas las edades y, por otra, el sur de la
provincia de Arauco (comunas Lebu, Cañete, Los Álamos, Contulmo y
Tirua), con una situación parecida a la de algunas áreas de la Región de
Los Lagos y de Los Ríos. Tomado en su conjunto, sólo un 10,8% de de
las personas tiene competencia alta, un 6,9% competencia intermedia y
un 2,3% competencia básica. En consecuencia, un 80,0% no tiene
competencia alguna en su lengua y son monolingües del castellano.
Tabla N° 11
Distribución de la competencia con el mapuzugun según regiones de
residencia
Nivel de competencia en mapuzugun Total
Sin competencia
Básica Intermedia Alta
Octava 15657 445 1342 2121 19565
Región 80,0% 2,3% 6,9% 10,8% 100%
Novena 80212 8715 21689 54974 165590
Región 48,4% 5,3% 13,1% 33,2% 100%
Décima 57537 738 824 4245 63344
Región 90,8% 1,2% 1,3% 6,7% 100%
Total 153406 9898 23855 61340 248499
61,7% 4,0% 9,6% 24,7% 100%
Fuente: Test de competencia lingüística, mayo-julio de 2007, UTEM-CONADI
Informe de Resultados 2008
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32
En la Región de la Araucanía las cosas mejoran considerablemente, pero
sin que la situación allí presente pueda ser considerada libre de
problemas. Apenas un poco más de la mitad de las personas mapuches
tienen competencia en su lengua (un 51,6%), pero sólo un tercio del
total (33,2%) demuestra una competencia alta. Una competencia alta
es la situación de dominio a la que se debe aspirar para asegurar la
vitalidad de la lengua. Pero, junto con personas que pueden
desenvolverse fluidamente con su lengua encontramos también un 13,1%
de los casos con competencia intermedia y un 5,3% con competencia
básica. Los demás son hablantes exclusivos del castellano. La Región
de la Araucanía mantiene entonces el mayor reservorio de hablantes del
mapuzugun en el sur de Chile, aunque no debe olvidarse que el
desplazamiento de la lengua continúa también allí.
Otro factor relevante de variación en la vigencia de la lengua mapuche
es la residencia rural o urbana. Como cabe esperar, la permanencia del
idioma es mucho mayor en las zonas rurales que en los pueblos y ciudades
del sur de Chile. La Tabla N° 12 muestra que los hablantes son escasos
en el grupo de residentes urbanos (un 6,0% de alta, un 5,3% de
intermedia y un 2,1% de básica) y aumentan bastante en las zonas rurales
(un 33,0% de alta, un 11,5% de intermedia y un 4,8% de básica). Las
fuertes diferencias entre uno y otro grupo pueden explicarse por la
enorme presión que recibe la gente indígena urbana para hablar el
castellano, así como la ausencia de estímulos y de redes sociales
suficientes para la transmisión y uso de la lengua propia cuando se la
posee.
Tabla N° 12
Competencia con el mapuzugun según residencia rural o urbana en el
sur de Chile (Regiones VIII, IX y X).
Residencia Nivel de competencia en mapuzugun Total
Sin competencia
Básica Intermedia Alta
Residencia 66143 1626 4030 4585 76384
urbana 86,6% 2,1% 5,3% 6,0% 100%
Residencia 87263 8272 19825 56755 172115
rural 50,7% 4,8% 11,5% 33,0% 100%
Total 153406 9898 23855 61340 248499
61,7% 4,0% 9,6% 24,7% 100%
Fuente: Test de competencia lingüística, mayo-julio de 2007, UTEM-CONADI
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

A su vez, la Tabla N° 13 siguiente entrega información acerca de la
distribución del bilingüismo y del monolingüismo castellano de los
mapuches según la condición de género. Contra lo que suele decirse,
las mujeres no poseen un mayor capital lingüístico vernáculo que los
hombres mapuche. La situación de posesión de la lengua nativa es
bastante semejante con una pequeña ventaja a favor de los hombres.
Algo similar se presentó con las declaraciones de competencia en la
encuesta a hogares. Es probable que la extendida práctica de movilidad
y migraciones laborales de las mujeres mapuche, en un cierto número
de casos con retornos y reinserciones rurales luego de un ciclo de trabajo
urbano, pueda explicar la diferencia indicada.
Tabla N° 13
Competencia con el mapuzugun según condición de género en el sur
de Chile (Regiones VIII, IX y X).
Género Nivel de competencia en mapuzugun Total
Sin com- Básica Intermedia Alta
petencia
Hombres 62516 4457 7743 30103 104819
59,6% 4,3% 7,4% 28,7% 100%
Mujeres 90890 5441 16111 31237 143679
63,3% 3,8% 11,2% 21,7% 100%
Total 153406 9898 23854 61340 248498
61,7% 4,0% 9,6% 24,7% 100%
Fuente: Test de competencia lingüística, mayo-julio de 2007, UTEM-CONADI
Las Áreas de Desarrollo Indígena (ADIs) creadas bajo el amparo de la
Ley N°19253, consideradas ahora bajo el escrutinio de las evaluaciones
directas inter hablantes, muestra en la mayoría de los casos (la excepción
es Lleu-lleu en Arauco) un desempeño considerablemente mejor de la
lengua nativa que las zonas no ADI o que los promedios generales. En
efecto, Budi, Puel Nahuelbuta y Alto Biobío muestran bajos porcentajes
de monolingües del castellano y de medianos a altos promedios en
competencia lingüística desarrollada. Lo que contrasta claramente con
las zonas no ADI (competencia alta de un 20,9%) o con la situación
global (24,7% de competencia alta general). Una distribución de valores
equivalente se nos presentó al considerar las ADIs con los datos
proporcionados por la encuesta a hogares. Para los fines de un trabajo
de recuperación- desarrollo lingüístico las ADIs pueden cumplir un papel
Informe de Resultados 2008
33

34
interesante en cuanto zonas con estándares relativos altos de vigencia
del mapuzugun.
Tabla N° 14
Competencia con el mapuzugun según Áreas de Desarrollo Indígena
(ADIs) en el sur de Chile (Regiones VIII, IX y X).
Áreas de
desarrollo
Indígena
Competencia en mapuzugun
Sin com- Competen- Competen. Compe- Total
petencia cia Básica Intermedia tencia Alta
Alto Biobío 255 74 67 973 1369
18,6% 5,4% 4,9% 71,1% 100%
Lago Lleu- 1476 166 92 360 2094
lleu 70,5% 7,9% 4,4% 17,2% 100%
Puel 6623 1991 4047 11700 24361
Nahuelbuta 27,2% 8,2% 16,6% 48,0% 100%
Budi 889 393 786 3267 5335
16,7% 7,4% 14,7% 61,2% 100%
No ADI 144163 7274 18863 45041 215341
66,9% 3,4% 8,8% 20,9% 100%
Total 153406 9898 23855 61341 248500
61,7% 4,0% 9,6% 24,7% 100%
Fuente: Test de competencia lingüística, mayo-julio de 2007, UTEM-CONADI
Las identidades territoriales, a su vez, muestran entre ellas e incluso
en su interior la heterogeneidad que caracteriza a la situación de vigencia
y vitalidad lingüística mapuche en el día de hoy. Contrasta, por ejemplo,
el caso Williche (con un 9,2% de bilingües), respecto del Pewenche donde,
a la inversa, los bilingües llegan a un 89,1% de los casos. Contrasta
también, ahora al interior de una misma identidad territorial, la
diferencia entre la zona del Lago Budi (Adi Budi) con un 83,3% de bilingües,
respecto del porcentaje Lafkenche que llega a un 36,5% de bilingües.
Las identidades territoriales mapuches de hoy no tienen una
correspondencia definida con fenómenos lingüísticos que les sean
característicos. Constituyen más bien realidades de la política étnica y
la etnopolítica que apelan a una memoria histórica para constituirse
como sujetos colectivos, sin que en ello esté presente un estado de
homogeneidad lingüística e incluso cultural remarcable.
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

Tabla N° 15
Competencia con el mapuzugun según identidades territoriales en el
sur de Chile (Regiones VIII, IX y X).
Identidades
territoriales
Competencia en mapuzugun
Sin com- Competen- Competen. Compe- Total
petencia cia Básica Intermedia tencia Alta
Pewenche 302 237 362 1880 2781
10,9% 8,5% 13,0% 67,6% 100%
Lafkenche 17490 1518 2471 6059 27538
63,5% 5,5% 9,0% 22,0% 100%
Williche 57537 738 824 4245 63344
90,8% 1,2% 1,3% 6,7% 100%
Naqche 6623 1991 4047 11700 24361
27,2% 8,2% 16,6% 48,0% 100%
Wenteche 30015 2425 7379 14597 54416
55,2% 4,5% 13,6% 26,8% 100%
Sin 41440 2989 8771 22859 76059
clasificar 54,5% 3,9% 11,5% 30,1% 100%
Total 153407 9898 23854 61340 248499
61,7% 4,0% 9,6% 24,7% 100%
Fuente: Test de competencia lingüística, mayo-julio de 2007, UTEM-CONADI
Informe de Resultados 2008
35

III. III. El El aprendizaje aprendizaje aprendizaje del del castellano castellano y y el
el
mapuzugun mapuzugun en en los los hogares hogares mapuche
mapuche
Las nuevas generaciones de mapuche están masivamente adquiriendo
por primera lengua el castellano. La mayoría no aprendió y no está
aprendiendo el mapuzugun como primera o segunda lengua. Para
empeorar las cosas, se señala que en el presente, cuando se aprende el
mapuzugun los conocimientos y habilidades que se adquieren
generalmente no permiten una producción lingüística desarrollada.
Apreciemos esta situación con base en la siguiente tabla que especifica
en valores ponderados el monolingüismo castellano y el bilingüismo según
cuál fue la primera lengua aprendida en las tres regiones de estudio.
Tabla N° 16
Monolingüismo y bilingüismo mapuzugun castellano según la primera
lengua aprendida en las regiones VIII, IX y X.
Bilingües que tienen por primera lengua
mapuzugun mapuzugun castellano Monolingües Total
y castellano del castellano
Región 1905 724 5610 12817 21056
del Biobío (9,1%) (3,4%) (26,6%) (60,9% (100%)
Región de 36252 10147 54445 68089 168933
la Araucanía (21,5%) (6,0%) (32,2% (40,3%) (100%)
Región de 1708 3932 4978 56322 66940
los Lagos (2,6%) (5,9%) (7,4%) (84,1%) (100%)
Total 39865 14803 65033 137228 256929
(15,5%) (5,8%) (25,3%) (53,4%) (100%)
Fuente: Encuesta sociolingüística a hogares mapuches, mayo-junio 2007.
Informe de Resultados 2008
37

38
Como podía esperarse a partir de lo ya avanzado en la sección previa,
el aprendizaje del castellano y el mapuzugun varía considerablemente
de región en región. Muy pocos bilingües se presentan en la región X
donde prima visiblemente el aprendizaje inicial del castellano,
realizándose con posterioridad en la vida de los sujetos, prácticamente
como un resultado agregado, la adquisición de mapuzugun. Una situación
parecida es la que se presenta en Arauco, al sur de la VIII Región: allí la
lengua tradicional debe enfrentar una drástica restricción en el número
de hablantes, la ausencia de contextos sociales en que la comunicación
en mapuzugun se realice suficientemente, y su desaparición o muy débil
presencia en circunstancias de interacción comunicativa críticas para
la reproducción lingüística. Por ejemplo, la interacción entre madres
(hoy masivamente monolingües del español) e hijos pequeños que
adquieren una(s) lengua(s) para la comunicación. Con todo, es una región
que en su balance general se beneficia de la mejor distribución del
bilingüismo y el aprendizaje del mapuzugun como primera lengua o al
unísono con el castellano que está presente entre los pewenche del alto
Biobío.
La Región de la Araucanía muestra la mejor distribución regional del
bilingüismo y de un aprendizaje inicial del mapuzugun. Aunque el declive
es menos pronunciado que en otras partes, los signos son preocupantes
porque muestran que se está produciendo masivamente esa indeseable
situación en que la lengua indígena si se adquiere es más por defecto
que por un bilingüismo activo preocupado por mantener un equilibrio y
complementación entre las dos lenguas. Ya es una realidad en esta región
el que una gran mayoría (un 72,5%) tenga el castellano como primera
lengua y que los bilingües mayoritariamente llegan a serlo luego de
aprender el castellano. El diagnóstico de esta realidad se hace dramático
si lo analizamos de manera separada por estratos de edad, una cuestión
que se aborda con más detalle en la sección que estudia la dinámica y
evolución de las relaciones entre castellano y mapuzugun.
De todos modos, algo se puede avanzar comparando la distribución del
bilingüismo y la secuencia de aprendizaje del mapuzugun en dos grandes
estratos de edad que corresponden aproximadamente a la mitad de la
población (5-34 años y 35 años y más). Según se aprecia en la tabla
siguiente, las diferencias en cuanto al monolingüismo castellano, a la
distribución de bilingües y la cuantía o circunstancias del aprendizaje
del mapuzugun divergen fuertemente. Entre los jóvenes mapuche hay
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

una mucho más alta proporción de monolingües del español (63,5% contra
un 42,0%), son muchos menos los que aprenden la lengua indígena como
primera lengua (4,5% contra 28,0%), o al unísono (3,9% contra 7,8%),
imponiéndose los que llegan a ser bilingües luego de obtener el castellano
(28,1% respecto de un 22,2%).
Tabla N° 16
Monolingüismo y bilingüismo Mapuzugun-Castellano según la primera
lengua aprendida respecto de género, generación y residencia en las
regiones VIII, IX y X.
Bilingües que tienen por 1º lengua
mapuzugun mapuzugun Castellano
y castellano
Monolingües
del
castellano
Género Hombres 20894 7979 32700 78764 130337
(16,0%) (6,1%) (25,1%) (52,8%) (100%)
Mujeres 18971 6823 32333 68463 126590
(15,0%) (5,4%) (25,5%) (54,1%) (100%)
Generación 5-34 6110 5366 38329 86556 136355
años (4,5%) (3,9%) (28,1%) (63,5%) (100%)
35 años 33755 9437 26709 50671 120572
y más (28,0) (7,8%) (22,2%) (42,0%) (100%)
Residencia Urbana 2953 2408 13289 62204 80854
(3,7%) (3,0%) (16,4%) (76,9%) (100%)
Rural 36912 12395 51744 75023 176074
(21,0%) (7,0%) (29,4%) (42,6%) (100%)
Fuente: Encuesta sociolingüística a hogares mapuches, mayo-junio 2007.
Total
Tocante a posibles diferencias en la secuencia y distribución del
aprendizaje de una primera lengua y la llegada a la condición de bilingües,
nuevamente confirmamos la formulación realizada más arriba en cuanto
a que entre hombres y mujeres no existen diferencias de número
destacadas. Unas y otros mantienen valores muy similares en cuanto a
monolingüismo castellano, distribución del bilingüismo y momento de
adquisición del mapuzugun, cuando llega a aprenderse. De todos modos,
se puede hacer notar aquí también que son los hombres y no las mujeres
quienes alcanzan valores ligeramente superiores en favor de la lengua
tradicional.
La marcada similitud entre hombres y mujeres hace contraste cuando
se compara a los mapuche urbanos (wariache) con los rurales: las
Informe de Resultados 2008
39

40
diferencias entre unos y otros son de amplitud equivalente a las que se
presentan cuando comparamos los dos estratos de edad. Como es sabido,
la situación de la lengua mapuche en los sectores urbanos es desfavorable
y ello se refleja en la distribución del bilingüismo (23,1% respecto de un
57,4% rural) y en las secuencias de aprendizaje de una y otra lengua:
primero el mapuzugun un 3,7%, seguramente durante una residencia
rural previa, respecto de un 21,0% rural. Pero estas marcadas diferencias
no deben llevar a engaño en el sentido de creer que es en los medios
rurales donde estarían todavía presentes requisitos suficientes para un
desenvolvimiento satisfactorio de la lengua mapuche. En realidad, con
todo y las mejores distribuciones que hemos hecho notar, allí también
se hacen presentes graves obstáculos para la continuidad del mapuzugun.
Un segundo tema importante de analizar es el de los agentes de
enseñanza del mapuzugun y con ello algunas características que la
enseñanza-aprendizaje adquiere en una situación de bilingüismo con
tendencias de subordinación lingüística. A estos efectos, se solicitó
información en los hogares entrevistados acerca de las personas que
mantenían conocimiento y habilidades con el mapuzugun, en calidad de
hablantes pasivos o activos, acerca de quiénes y según qué jerarquía
habían aprendido lo poco o mucho que sabían. La tabla siguiente organiza
esa información precisando los agentes que para cada caso fueron
seleccionados como personas concurrentes en el aprendizaje. Los
puntajes están ponderados y proyectados al conjunto de la población
mapuche de las tres regiones estudiadas. Respecto de los agentes de
enseñanza se indican los puntajes obtenidos cuando se los mencionó en
cada uno de los cuatro órdenes de importancia consignados en la tabla.
La cifra entre paréntesis que acompaña algunos valores indica para
cada orden de importancia la posición, hasta la octava, que ocupó cada
agente según el puntaje alcanzado.
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

Tabla N° 16
importancia otorgada a los agentes de enseñanza del mapuzugun en
la experiencia de aprendizaje personal
Agentes
de
enseñanza
Importancia otorgada como agente de enseñanza/
aprendizaje
1ra. 2da. 3ra. 4ta. Total %
1. Madre 40078 42590 4210 1157 88035 26,7%
(2) (1) (6)
2. Padre 44486 27806 3499 1109 76900 23,4%
(1) (2) (8)
3. Abuela 734 6404 6919 9382 30050 9,1%
paterna 5(3) (3) (3) (1)
4. Abuelo 5455 3559 11490 3033 23537 7,2%
paterno (6) (6) (1) (4)
5. Tío(s) 3306 5954 10747 3526 23533 7,1%
/tía(s) (8) (4) (2) (3)
6. Abuela 7095 5740 5580 2905 21320 6,5%
materna (4) (5) (4) (5)
7. Abuelo 4714 3388 4106 2168 14376 4,4%
materno (7) (7) (7) (6)
8. Otro 2056 3381 4627 3457 13521 4,1%
familiar (8) (5) (2)
9. Profesor 6647 1834 2381 677 11539 3,5%
(a) (5)
10. Amigo/a 2667 2552 2810 2116(7) 10145 3,1%
mapuche
11. Otros, 2572 2826 3097 1666(8) 10161 3,1%
no
familiares
12. Cónyu- 2100 1019 2365 467 5951 1,8%
ge o pareja
Fuente: Encuesta sociolingüística a hogares mapuches, mayo-junio 2007.
Varias observaciones se imponen de la lectura de los datos contenidos
en la tabla precedente. Una primera es que la enseñanza/aprendizaje
por lo general no tiene un solo o un par de agentes de enseñanza. Es un
proceso plural al que suelen concurrir diversas personas. Así lo
atestiguaría la capacidad de un cierto número de personas consultadas
de jerarquizar hasta ocho o incluso más categorías de personas. Por
Informe de Resultados 2008
41

42
cierto, mientras más pobre en comunicación mapuche es el hogar, el
círculo parental y la red de relaciones sociales locales, menos extensa
será la red social interviniente en un itinerario de aprendizaje y más
comunes serán combinaciones no esperadas de agentes incidentes en
un eventual aprendizaje de mapuzugun.
Una segunda, también de orden general consiste en que, como se
suponía, la enseñanza de la lengua es cuestión de un grupo primario, el
del hogar y el círculo de parientes más cercano. En particular respecto
del primero, se otorga una enorme importancia al rol de la madre y del
padre en la transmisión de la lengua, al punto que sólo ellos congregan
la mitad de las referencias (un 50,1% de las casos) concentradas en los
dos primeros lugares del orden de importancia atribuido a su acción de
enseñanza. Así las cosas, desde la experiencia y la memoria de las
personas, la enseñanza del mapuzugun se realiza principalmente en el
hogar y a cargo de los padres.
Les siguen en importancia los abuelos y tíos. Por tratarse de una sociedad
con tendencia a la residencia patrilocal (hasta hace un par de décadas
por lo menos), la mayor proximidad física y social en algún grado
facilitaría que los abuelos paternos, la abuela en particular, y los tíos
(podemos presumir que en alguna mayor proporción los siblings
masculinos del padre) incidan más intensamente en el aprendizaje que
otros parientes por el lado de la madre. Se mencionan también algunos
familiares más distantes y personas afines pero en muy baja proporción.
Estos datos sugieren, en consecuencia, que a mayor distancia parental,
menor es la influencia de esas categorías de personas como agentes de
enseñanza. Habría, así, un círculo estrecho de parientes, empezando
por los padres, con los cuales los niños y jóvenes interactúan permanente
o frecuentemente, responsables de la transmisión del mapuzugun.
Suponemos que en la mayoría de los casos esta transmisión se realiza
de manera espontánea, sin que medie, salvo en ocasiones, una
planificación o propósito deliberado de enseñanza. De allí la importancia
del ambiente lingüístico “natural” con presencia suficiente del mapuzugun
como para que se genere un efecto de transmisión. Este ocurre entonces
cuando se dan varias condiciones: se poseen conocimientos y capacidades
para hacerlo y, más allá de eso, cuando la comunicación lingüística en
ese círculo parental todavía ocupa a la lengua nativa con la suficiente
frecuencia y desarrollo. Y cuando, además, entre las opciones que abre
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

el bilingüismo presente no se toma con exclusividad, por inercia o
decisión, una opción de comunicación con los infantes y niños
exclusivamente en castellano. No es raro que se tienda a emplear la
lengua mapuche con los de la misma generación y sobre todo con los
mayores, pero se tiende a cambiar automáticamente de lengua al
dirigirse a los niños. El cambio de lengua también ocurre cuando entre
los partícipes de un acto de comunicación se encuentran mapuches que
no conocen y no entiende nada o lo suficiente en mapuzugun. Cabe
reconocer que sobre estos aspectos se sabe poco y es urgente generar
ese conocimiento de tal manera de orientar mejor acciones
favorecedoras de la lengua.
Son entonces agentes de traspaso de la lengua vernácula los integrantes
del hogar y un círculo de parientes cercanos. Otras categorías de
mapuche y, por cierto, los no mapuche tienen poca o nula incidencia
directa en la inculcación de la lengua. Más bien al contrario si aceptamos
que de las relaciones sociales externas provienen señales que confirman
el desprestigio del mapuzugun y afirman ideológica y prácticamente el
dominio del castellano. No obstante, hay dos categorías de agentes que
están adquiriendo importancia respecto de la lengua de una nueva
manera: los profesores o profesoras que hoy imparten enseñanza,
elemental en la mayoría de los casos, en establecimientos escolares y,
en segundo término, los cónyuges o parejas no mapuche de los
matrimonios y uniones interétnicas.
La extensión con que hoy en las regiones mapuches se enseña el
mapuzugun es nueva. Está presente en numerosas escuelas como
experiencia piloto, a veces se presenta como asignatura y
excepcionalmente como lengua de aula. Profesores mapuche y unos pocos
no mapuche toman a su cargo esta acción innovadora. La mayoría de
estos agentes de enseñanza, formal, de la lengua es mapuche, pero no
del círculo parental, y su acción no se realiza en el hogar sino en el aula.
Un cierto número de personas (un 3,5%) consignó a la escuela como
fuente de aprendizaje. Por cierto, no en una posición de privilegio.
Destaca no obstante la referencia: empieza a pensarse y a
responsabilizarse a la educación formal como un agente positivo para
la lengua. El problema es que las iniciativas emprendidas tienen un
techo extremadamente bajo: muchas veces no consiste en otra cosa
que el aprendizaje de vocabulario y frases convencionales. Pudiera
tenderse a volcar sobre las instituciones escolares la responsabilidad
Informe de Resultados 2008
43

44
de la reproducción del mapuzugun, cuestión que entraña el gran peligro
de desentender a los agentes, ámbitos, situaciones y contextos sociales
del rol que históricamente han cumplido en esta materia. Es un rol que
a todas luces resulta insoslayable.
Como se conoce, los matrimonios y parejas interétnicas no son históricamente muy
numerosos en las zonas rurales de vida tradicional mapuche. No obstante, tales uniones
están aumentando y son definitivamente más comunes en los medios urbanos. A lo
anterior se debe agregar que la presencia de un jefe de hogar o su cónyuge no
mapuche puede acompañarse de otros miembros no mapuches (suegros, hijos de
anteriores uniones, otros parientes, allegados). Los datos que presentamos a
continuación son indicativos de una realidad en pleno desarrollo.
Tabla N° 17
Identidad étnica mapuche autoadscrita según residencia urbana y
rural y según categorías de integrantes del hogar
Categoría de integrantes del hogar Autoidentificación étnica
mapuche
Mapuche No
mapuche
Total
RESIDENCIA Jefe de hogar y 84112 5388 89500
RURAL cónyuge o pareja 94,0% 6,0% 100%
Familiar del jefe de 108967 2499 111466
hogar 97,8% 2,2% 100%
No familiar del jefe 563 38 601
de hogar 93,7% 6,3% 100%
Subtotal 193642 7925 201567
93,7% 6,3% 100%
RESIDENCIA Jefe de hogar y 28476 10945 39412
URBANA cónyuge o pareja 72,2% 27,8% 100%
Familiar del jefe 41612 9833 51445
de hogar 80,9% 19,1% 100%
No familiar del jefe 174 91 265
de hogar 65,7% 34,3% 100%
Subtotal 70253 20869 91122
77,1% 22,9% 100%
TOTAL 263895 28794 292689
90,2% 9,8% 100%
Fuente: Encuesta sociolingüística a hogares mapuches, mayo-junio 2007.
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

Según los datos precedentes habría un porcentaje de personas en hogares
de o con indígenas que no es mapuche o no se consideran como tal. No
negamos que puede darse algunos casos de personas que a pesar de
contar con antecedentes biográficos indígenas directos optan por la
autodeclaración como no mapuches. Pero tenemos la impresión que
serían pocos casos: gente mapuche entre mapuches salvo alguna
circunstancia excepcional no niega su pertenencia. En especial en las
regiones y zonas del sur del país donde las relaciones y delimitaciones
étnicas son una realidad, y en momentos en que ya es mucho menos
problemático que en el pasado la autocensura. Casi todos los que se
declararon como no mapuches no lo son efectivamente. Según la
información reunida, entonces, un 6,3% de la población rural que integra
hogares de indígenas y un 22,9% en zonas urbanas del sur serían
“chilenos” o no mapuche. Este porcentaje sube visiblemente en el caso
de las parejas (jefe de hogar y su cónyuge) urbanas, alzándose hasta
un 27,8%. La diferencia según el tipo de residencia es bastante
importante, en los hogares urbanos se aproxima a un cuarto de la
población y esto en el sur de Chile. La expansión de las alianzas y el
emparentamiento entre mapuches y no mapuches es visible y al parecer
en expansión; una de tantas materias de la que sabemos relativamente
poco.
No parece que el modesto porcentaje de matrimonios y emparejamientos
interétnicos rurales tenga un impacto decisivo sobre la lengua. Pero el
salto que en esta materia se advierte en los medios urbanos y el que
seguramente se verificará en el mismo campo durante la próxima
generación hace pertinente la pregunta por los patrones de transmisión
lingüística que se dan al interior de estos hogares. Como ocurre en
muchos lugares del mundo, la lengua dominante y universal se transforma
en el vehículo de comunicación interno, a lo cual se pliegan los hablantes
de la lengua minorizada. Muy pocos y a costa de un grande y perseverante
esfuerzo logran, excepcionalmente, traspasar la lengua indígena. En la
gran mayoría de los casos esta situación clausura la continuidad. Si a
eso agregamos los ambientes y demandas de comunicación en los
contextos sociales tan marcados por el uso del castellano, entonces
tampoco hay estímulos externos que ayuden a una reversión o reajuste
interno.
Un último tema que abordaremos en este capítulo es la percepción de
mantenimiento o perdida de la lengua originaria por parte de aquellos
Informe de Resultados 2008
45

46
que declaran poseerla. Apreciaremos la distribución de los valores de
las categorías de sólo “mantiene la lengua” (a partir de que la aprendió),
percibe que ha aprendido más (especialmente por parte de las
generaciones jóvenes), “ha perdido práctica (en la producción
lingüística) pero mantiene el conocimiento” y “la ha olvidado” (verifica
un retroceso muy fuerte en su conocimiento y capacidades). Junto con
ello, los alcances que ello tiene si se considera residencia (rural o urbana),
estratos de edad (5-35 años y 35 y más años) y la región donde radica.
La tabla siguiente integra esa información.
Tabla N° 18
Percepción de permanencia o pérdida del mapuzugun según tipo de
residencia, generación de pertenencia y región de residencia
Percepción de permanencia o pérdida
Mantiene
el
mapuzugun
Ha incrementado
su conocimiento
Ha perdidopráctica
pero
mantiene
el conocimiento
RESIDENCIA Rural 60177 26448 17529 4569 108723
55,3% 24,3% 16,1% 4,2% 100%
Urbana 8651 4725 4637 2115 20128
43,0% 23,5% 23,0% 10,5% 100%
GENERA- 5-34 años 18180 22971 9726 3217 54094
CIÓN 33,6% 42,5% 18,0% 5,9% 100%
35 años y 50642 8202 12440 3476 74757
más 67,8% 11,0% 16,6% 4,6% 100%
REGIÓN Región del 5155 1023 2061 581 8820
Biobío 58,4% 11,6% 23,4% 6,6% 100%
R. de la 58655 27988 17729 4428 108800
Araucanía 53,9% 25,7% 16,3% 4,1% 100%
Región de 5018 2161 2376 1676 11231
los Lagos 44,7% 19,2% 21,2% 14,9% 100%
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región
Ha
olvidado
el
mapuzugun
Fuente: Encuesta sociolingüística a hogares mapuches, mayo-junio 2007.
TOTAL
Como era esperable bajo los términos de una lengua minorizada y sujeta
a procesos de desplazamiento y reemplazo, las percepciones de pérdida
y las pérdidas efectivas asociadas se acentúan en los medios urbanos
(percepción de disminución de capacidad práctica un 23,0% y de olvido
-una situación extrema de pérdida- un 10,5 %). Esto contrasta con el

16,1% y el 4,2% rural. La explicación de esta diferencia es imaginable:
se supone que en el medio rural están los mayores, existe un número de
hablantes más numeroso y perviven aún ambientes sociales de
comunicación en que se emplea mapuzugun; en el urbano la gente
mapuche vive muchísimo más disgregada, el contexto comunicativo
está completamente castellanizado, los contextos y situaciones de
comunicación para intercambios en mapuzugun son pocos y las
oportunidades de comunicación con esta lengua también menos
frecuentes. Así las cosas, lo que debe llamarnos también la atención es
que estos fenómenos están presentes en el campo, y no como algo
excepcional. Debemos entonces acordar que los procesos de penetración
del castellano en los contextos, situaciones y oportunidades de
comunicación en el campo están también considerablemente avanzados,
y ello afecta el sector de mapuches con conocimientos y habilidades en
su lengua. Pero esto también puede variar según la generación de
hablantes de que se trate y de las regiones que se considere.
Contra lo esperado, las generaciones jóvenes que han aprendido el
mapuzugun no manifiestan un perfil propio respecto de las generaciones
mayores en cuanto a la pérdida de la lengua luego de adquirida. La
percepción de haber aprendido más, notoriamente más alta en la
generación joven que en la de los adultos, debe interpretarse en el
sentido de que consideran haber aumentado su capital lingüístico,
especialmente durante su desarrollo personal (niñez, adolescencia,
temprana adultez). Lo que, en contrapartida, hace aparecer valores
más bajos en cuanto a la mantención de la lengua en comparación a las
generaciones mayores. Finalmente, la región de la Araucanía, como era
de suponer, presenta valores en general más altos para mantenimientoincremento
y menores para pérdida de práctica, estancamiento y olvido
que la del Biobío y la de Los Lagos. Como bien sabemos, en estas últimas
y salvando microrregiones, la situación del mapuzugun es muy difícil,
lo que arrastra consecuencias y percepciones de disminución y pérdida.
Informe de Resultados 2008
47

IV.Uso, IV.Uso, desuso desuso y y contextos
contextos
sociales sociales del del mapuzugun
mapuzugun
En las páginas que siguen buscaremos justificar con base en la
información de la encuesta a hogares que el mapuzugun es una lengua
de y para las relaciones intraétnicas: de las interacciones sociales, los
ámbitos y contextos de comunicación mapuches. Cuando no ha sido
todavía reemplazada por el castellano como instrumento para la
comunicación. Es una lengua recesiva en el sentido de su cobertura
social: está limitada y circunscrita, y cada vez lo está más, al pequeño
universo de lo mapuche: cuantitativamente hablando (dada la
disminución progresiva de sus hablantes) y cualitativamente considerada
(circunscrita sólo a ciertas situaciones y relaciones).
Pero no siempre esto fue así. En el pasado, fue la lengua universal y
normalmente exclusiva de los mapuche en una muy extensa región de
Chile (mucho más amplia que la actual) y del norte de la Patagonia. Por
lo demás, para finales del siglo XIX e inicios del XX existen testimonios
de que el mapuche era conocido y empleado también por agentes de
mercado (comerciantes ambulantes y aquellos establecidos en pueblos
y pequeñas ciudades del sur de Chile, incluso en el comercio de la periferia
de Temuco, la capital de la Araucanía). Y tampoco es del todo así en el
presente, momento en que personas no mapuches (algunos agentes
estatales y autoridades locales, intelectuales, personas diversas que
sienten afinidad) se interesan por la lengua y realizan algunos esfuerzos
de aprendizaje formal e informal; y, siquiera de modo convencional,
intercalan saludos, frases y respuestas simples en la relación con gente
mapuche hablante. En el pasado pudo darse regionalmente otra
situación, otro balance de relaciones entre las lenguas en conexión,
pero las condiciones de subordinación a que fueron sometidos los
mapuche hicieron ilusoria cualquier opción en este sentido. Ello tanto
Informe de Resultados 2008
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50
en el plano más político cultural (cualquier voz en contrario, autorizada
o no, fue desoída) como en el societal: a medida que la gente mapuche
fue aprendiendo o desarrollando su castellano, el mapuzugun fue
haciéndose innecesario en mayor número e importancia de dominios de
la comunicación.
Por lo demás, la nación, en concreto sus autoridades, las clases
dominantes en las regiones del sur, los sectores intelectuales, las
instituciones educacionales y también la población en general, la del
sur de Chile en particular, nunca se han pensado como un país en verdad
plurilingüe. Sí se ha respetado y promovido en alguna medida ciertas
lenguas prestigiosas como el inglés, francés y alemán. Pero a aquellas
carentes de prestigio como el mapuzugun, en la práctica simplemente
se las olvidó por más de un siglo. No fue un “tema país” como suele
decirse hoy; sospechamos que ni siquiera fue un tema, salvo quizá para
algún estudioso. Aun hoy podría discutirse si los empeños en curso son
una forma de administración de la demanda cultural o un esfuerzo más
ambicioso de reposicionamiento de la principal lengua originaria del
país. Ni regional ni nacionalmente existió condición alguna para otra
cosa y habrá que observar si en el futuro hay voluntad política de avanzar
más allá de los logros, por cierto limitados, que por ahora se tienen.
En lo que sigue describiremos algunas características del uso y de las
situaciones sociales en que todavía se emplea el mapuzugun.
Realizaremos, primero, una estimación de la competencia pasiva y
activa, es decir de los haberes y capacidades que ponen en juego los
que intervienen, cuando intervienen, en el intercambio comunicativo
mapuche. Luego, intentaremos establecer con quien o entre quienes se
habla mapuzugun preferentemente Para lograr un mejor acercamiento
será conveniente, además, conocer de las ocasiones y frecuencia de
uso de la lengua. Finalmente, nos remitiremos a las situaciones sociales
y contextos en que se testifica el uso del mapuzugun.
a) Hablantes pasivos y activos
En el capítulo I hicimos un primer balance de los haberes o capital
lingüístico de la lengua mapuche evaluado a partir de capacidades de
comprensión y producción con el mapuzugun. Retomamos ahora esa
presentación para analizar esta dimensión a partir de las categorías de
hablante pasivo y activo, cuestión pertinente a esta sección ya que
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

emite a una característica básica del uso o empleo de una lengua. Un
hablante pasivo es aquel que sólo comprende en un continuum de menos
a más el sentido de actos de habla entre terceros sin que pueda, por
diversas razones, intervenir como hablante. Un activo, por el contrario,
tiene la capacidad de producir lingüísticamente y generar comunicación
a partir de su discurso; pero también estas capacidades se encuentran
distribuidas en un arco muy amplio que va desde un hablante muy
elemental hasta uno que se desempeña de manera conspicua.
Con base en las capacidades de comprensión y producción elaboramos
una tipología de hablantes que, resumidamente, consta de:
a) Hablantes activos competentes o desarrollados con un 49,8% de los
casos de hablantes (algo menos de un cuarto del total de individuos
de la muestra). Posiblemente en su mayoría son bilingües equilibrados
y también algunos bilingües subordinados del castellano por el
mapuzugun.
b) Hablantes activos limitados o restringidos que corresponden en su
gran mayoría con bilingües subordinados del mapuzugun respecto
del castellano. Unos tienen una comprensión alta del contenido de
los actos de habla, pero como hablantes activos reconocen
dificultades (un 10,0%), o bien manifiestan dificultades de
comprensión, lo que aumenta un grado más sus tropiezos con la
producción oral (un 11,4%). Sumados representan un 21,4% de los
casos. Corresponden a bilingües subordinados del mapuzugun por el
castellano.
c) Hablantes pasivos del mapuzugun que reconocen buena o incluso
alta comprensión de la lengua (3,4%) o con aprendizaje insuficiente
(6,7%) y que en caso de llegar a generar una emisión en la lengua
indígena, esta se limita a algunas expresiones y frases sencillas.
Concentran entonces un 10,1% de los casos. Son hablantes pasivos,
por lo que al calificarlos de bilingües, se debe especificar que lo son
bajo un extremo grado de subordinación al castellano.
d) Hablantes pasivos elementales en que se reúne comprensión limitada
y, caso de haberla, una producción lingüística igualmente mínima
(alguna frase aprendida para la ocasión, algún léxico). El tamaño de
este grupo alcanza a un 18,7%.
Como se puede apreciar, la tipología se organiza según la condición de
hablante pasivo/activo y el grado alto/bajo de las capacidades de
Informe de Resultados 2008
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comprensión y producción en mapuzugun. A partir de ello inferimos
también la distribución de los tipos de bilingüismo existentes. Una
pequeña digresión para ordenar la distribución del bilingüismo. Se
recordará que la mayoría de las personas mapuche (un 53,4%) son
monolingües del castellano. De entre el 46,6% restante, los análisis
referidos a conocimientos y capacidad de producción lingüísticas arrojan
un porcentaje de un 49,8% de bilingües a los que podemos atribuir la
condición de coordinados y algunos individuos que con justicia
deberíamos considerar como bilingües en que el castellano se encuentra
en posición subordinada. Le sigue luego un 31, 5% de bilingües en que
el mapuzugun se encuentra subordinado (dificultades de comprensión
y/o de producción en la lengua), en tanto que el restante 18,7% son
bilingües incipientes o elementales (en el sentido de pocos conocimientos
y menos destrezas de producción) del mapuzugun.
Apreciemos a continuación la distribución de activos y pasivos según
tipo de residencia, grandes categorías de edad y región.
Tabla N° 19
Tipos de hablantes activos y pasivos según grandes categorías de
edad, tipo de residencia y región
Competencia activa y pasiva
Activo
competente
Activo
limitado
Pasivo
con
conocimientos
EDAD 5-34 años 6414 7083 4898 10147 28542
22,5% 24,8% 17,2% 35,6% 100%
35 y más 38703 12401 4260 6794 62158
años 62,3% 20,0% 6,8% 10,9% 100%
RESIDENCIA Rural 41784 17204 7915 13817 80720
51,8% 21,3% 9,8% 17,1% 100%
Urbana 3334 2279 1244 3125 9982
33,4% 22,8% 12,5% 31,3% 100%
REGION Región del 1734 1405 576 1049 4764
Biobío 36,4% 29,5% 12,1% 22,0% 100%
Región de 41043 17153 7781 13896 79903
la Araucanía 51,4% 21,5% 9,7% 17,4% 100%
Región de 2311 926 802 1996 6035
los Lagos 38,3% 15,2% 13,3% 33,1% 100%
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región
Pasivo
elemental TOTAL
Fuente: Encuesta sociolingüística a hogares mapuches, mayo-junio 2007.

) Con quién o entre quiénes se habla mapuzugun
Se consultó acerca de con quién o entre quienes los miembros del hogar
con haberes lingüísticos indígenas se comunicaban empleando la lengua
mapuche. Asimismo, se pidió hacer el esfuerzo de jerarquizar la
importancia de los interlocutores citados sobre la base de la mayor o
menor frecuencia de la comunicación con la lengua. La tabla siguiente
resume la información reunida. Nos pareció oportuno agrupar las
distintas opciones en un grupo de cuatro categorías de interlocutores,
las que nos parece que mejor ayudan a comprender la concurrencia de
interlocutores que emplean el mapuzugun en la actualidad. El primero
de ellos es el círculo familiar inmediato (los esposos o pareja, hijos,
padre y madre de los niños, jóvenes y adultos jóvenes en el hogar). El
segundo es el círculo de familiares cercanos tales como abuelos, tíos,
nietos, primos, etc. El tercero, los familiares más distantes y, finalmente
otras personas no familiares (amigos, otras personas no mapuche,
profesores, etc.).
Tabla N° 20
Importancia otorgada a categorías de interlocutores frecuentes con el
mapuzugun
Interlocutores
frecuentes
Importancia otorgada
1ra. 2da. 3ra. 4ta. Total %
Grupo familiar inme- 59860 37832 15269 5094 118055 51,5%
diato (cónyuge o
pareja, hijos, padre
y madre)
Círculo de familiares 6754 9228 10650 6071 32703 14,3%
cercanos (abuelos,
tíos, nietos, etc.)
Familiares distantes 5126 8937 6830 5245 26138 11,4%
Otros no familiares 13703 15716 14885 8052 52356 22,8%
(amigos, vecinos,
otras personas mapuches
vinculadas)
Total 85443 71713 47634 24462 229252 100%
Fuente: Encuesta sociolingüística a hogares mapuches, mayo-junio 2007.
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Varias constataciones se imponen. La primera de ellas es que el grupo
familiar inmediato (el hogar) es el más frecuentemente mencionado
como fuente de interlocutores en la lengua. Concentra un 51,5% del
puntaje acumulado, ponderado y proyectado. Luego le sigue de muy
lejos el círculo de familiares cercanos, hasta los familiares distantes,
en ese orden (un 14,3% y un 11,4%, respectivamente). Una posición
relativamente mejor ocupan la categoría de otras personas no familiares
como amigos, “cercanos”, “vecindario”, “conocidos”, etc. Lo anterior
destaca, entonces, la centralidad que ocupan los integrantes del hogar
como actores del intercambio lingüístico. Pero, a los niños del hogar y a
los niños en general se les habla poco en mapuzugun (y mucho o sólo en
castellano) y así lo destacan las respuestas específicas referidas a “hijos”
y “niños”. Por otro lado, con otra y muy diversa gente mapuche se
habla mapuzugun y con bastante asiduidad relativa, tanto como las
circunstancias lo permiten. En tal caso, la lengua mapuche no sólo es
empleada, principalmente, entre interlocutores pertenecientes a grupos
y círculos familiares, en gradación de menor frecuencia según la mayor
distancia genealógica respecto de un hogar o de un Ego determinado.
Es una lengua de los hogares y de las relaciones de sus miembros con
terceros parientes y no parientes, pero principalmente adultos. Esta es
una constatación importante.
La lengua mapuche es una lengua de interlocutores adultos y, también,
de adultos mayores. Los que no la poseen tienden a quedar excluidos o
a conformarse con un rol de hablantes pasivos o a quedarse en posición
de incomunicación en los eventos de intercambio en la lengua vernácula.
Y de parte de los adultos y mayores no habría una práctica consistente
de ir involucrando a aquellos que no hablan o presentan rezagos, mayores
o menores, con la lengua. Aunque se puede estar adquiriendo conciencia
de este estado de cosas, tal parece que ello no ha acarreado un giro en
las prácticas de comunicación con la lengua mapuche.
c) Frecuencia de uso
Abordaremos en dos niveles la frecuencia de uso del mapuzugun por
parte de quienes lo poseen: el individuo hablante y la comunidad local
de habla. Con esta última expresión describimos la localidad de residencia
de los hablantes (o barrio urbano), donde residen y pasan todo o parte
importante de su tiempo y la red de comunicación e interlocución de la
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

que participan, cualesquiera que sean sus características y las lenguas
y los modos de presencia de cada una de ellas en el lugar.
Tabla N° 21
Frecuencia estimada de uso del mapuzugun por parte de hablantes
según grandes categorías de edad, residencia y región
Frecuencia de uso del mapuzugun
Diariamente,
varias
veces al
día
Ocasionalmente,
a
veces
Raramente,
muy
pocas
veces
Nunca TOTAL
EDAD 5-34 años 6053 10082 10268 3700 30103
20,1% 33,5% 34,1% 12,3% 100%
35 y más 24543 21175 12656 3866 6224 0
años 39,4% 34,0% 20,3% 6,2% 100%
RESIDENCIA Rural 29239 26962 19472 6427 82106
35,6% 32,8% 23,7% 7,8% 100%
Urbana 1358 4295 3446 1139 10283
13,3% 42,0% 33,7% 11,1% 10%
REGION Región del 1135 1879 1577 258 4849
Biobío 23,4% 38,8% 32,5% 5,3% 100%
Región de 27284 27282 19890 6874 81330
la Araucanía 33,5% 33,5% 24,5% 8,5% 100%
Región de 2177 2097 1456 434 6164
los Lagos 35,3% 34,0% 23,6% 7,0% 100%
Fuente: Encuesta sociolingüística a hogares mapuches, mayo-junio 2007.
Debe recordarse que un alto número de personas son hablantes pasivos,
como ya viéramos y que ellos están limitados para emplear el
mapuzugun, salvo de manera pasiva. Por tal motivo es que no debe
extrañar encontrar frecuencias y porcentajes en general bastante bajos
de empleo del mapuzugun. No puede decirse que una lengua es sujeta
de uso profuso si –y aquí señalamos porcentajes generales- un 33,1% de
los que poseen conocimientos y capacidades con la lengua (muy variados
como se sabe) emplea cotidianamente la lengua en el hogar, un 33,8% lo
hace ocasionalmente, un 24,8 raramente, en muy pocas ocasiones y
cerca de otro 8,2% indica que no lo hace nunca. Nótese que en la tabla
anterior y en estas proporciones generales empleamos los datos de uso
en el hogar, claramente mejores que los señalados para su empleo fuera.
El mapuzugun tiene relativamente pocos hablantes y se emplea poco.
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Veamos ahora qué sucede con las redes de habla según grandes
categorías de edad, zonas de residencia y regiones. La tabla precedente
muestra sin ambigüedades el empleo más bien esporádico y raro de la
lengua indígena entre los integrantes del grupo de edad bajo los 35
años, y su notorio aumento, en cambio, en la categoría de empleo
cotidiano, todos los días y posiblemente varias veces al día, para el
caso de los que tienen 35 o más años. Correlativamente hay menos que
no emplean nunca la lengua o su uso es una rareza.
También sin ambigüedades aparecen los datos del empleo del mapuzugun
en los medios rurales respecto de los urbanos. En estos últimos la tónica
es el empleo esporádico y muy ocasional o escaso. Aumentan también
aquellos que no lo emplean nunca. A la inversa es en el caso rural donde
prevalece el uso cotidiano (alrededor de un tercio del total) y el empleo
esporádico. Ya hemos indicado las poco auspiciosas condiciones urbanas
para el empleo del mapuzugun, incluso al interior del hogar: ambiente
fuertemente castellanizado, hábitos e inercias lingüísticas difíciles de
superar, mayor presión social y autorepresión lingüística, etc.
Algunas dudas levantan, sin embargo, los resultados desagregados por
región. En la del Biobío los relativamente buenos resultados deben
atribuirse al impacto de los datos del Alto Biobío en una región que
posee en Arauco comunas con capital lingüístico, condiciones y uso
efectivo considerablemente más bajos que los que evidencian los
porcentajes. En la de la Araucanía no levanta dudas la homogénea
distribución en un tercio de hablantes que emplean la lengua cotidiana
y frecuentemente, otro tercio que lo haría ocasionalmente y un tercio
restante que lo hace rara vez (24,5%) o nunca (8,5%). La región de los
Lagos muestra un alto porcentaje de hablantes que emplean la lengua,
de manera similar a la Araucanía. Esto no resulta coherente con lo que
sabemos de esa región: pocos hablantes en solo algunas zonas y
ambientes intensamente castellanizados desde hace muchos años.
Podemos explicar estos resultados señalando que el número de hablantes
es pequeño, efectivamente, respecto de un elevado porcentaje, mucho
más amplio que en la Región del Biobío, de mapuches monolingües del
castellano. La presencia de una alta proporción de competentes entre
los hablantes debe entonces ser explicada, por pocos que estos sean.
Dos razones distintas convergen en este resultado. Uno de ellos es la
tendencia a exagerar por parte de un cierto número de entrevistados la
frecuencia de uso por parte de ellos mismos y sus familias como una
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

manera de afirmación de su lengua y cultura. Lo anterior en una región
en que la población mapuche ha adquirido, en relación a la de la
Araucanía, una viva conciencia de pérdida cultural: respuestas que
exageran el uso y su frecuencia pueden entenderse entonces como un
modo de afirmación cultural y lingüística. La segunda es que en el sur
de la Región de los Lagos hay un cierto número de migrantes mapuche
desde la Araucanía, atraídos por las posibilidades de trabajo que ofrece
la dinámica industria de la piscicultura y los productos marinos de la
zona.
Veamos ahora qué sucede con las localidades, sectores rurales y barrios
donde vive la gente mapuche en el sur de Chile, considerada como un
todo. A la pregunta por la frecuencia del empleo de la lengua indígena
las respuestas globales son indicativas: en un 30,1 de los casos se señala
que en la localidad, sector o el barrio de residencia nunca se habla
mapuzugun (no se escucha, no se observa, el monolingüismo castellano
es completo); un 38,0 precisa que el empleo de la lengua existe pero es
ocasional o esporádico; un 13,5 indica que ello ocurre con frecuencia y
un 15,9% opta por afirmar que el empleo del mapuzugun es una cuestión
de todos los días, en abundancia, a pesar del dominio del castellano.
Tabla N° 22
Frecuencia estimada de uso del mapuzugun en la comunicación al
nivel de localidades rurales (o barrios)
Frecuencia de uso del mapuzugun
Permanentemente
Con
frecuencia
A veces,
ocasionalmente
Nunca TOTAL
RESIDENCIA Rural 307 250 641 214 1412
21,7% 17,7% 45,4% 15,2% 100%
Urbana 13 21 123 391 548
2,4% 3,8% 22,4% 71,4% 100%
REGION Región del 56 13 110 29 208
Biobío 26,9% 6,3% 52,9% 13,9% 100%
Región de 229 219 531 307 1286
la Araucanía 17,8% 17,0% 41,3% 23,9% 100%
Región de 35 39 123 269 466
los Lagos 7,5% 8,4% 26,4% 57,7% 100%
Fuente: Encuesta sociolingüística a hogares mapuches, mayo-junio 2007.
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Analizando ahora las respuestas según la zona de residencia y la región
resultan varios antecedentes que conviene explicar. La diferencia entre
el empleo del mapuzugun visto en las localidades y barrios de residencia
es abrumadoramente favorable para los sectores rurales: un 71,4 de las
respuestas urbanas señala que en los barrios no se habla nunca el
mapuzugun. Según esto, las redes de habla mapuche son básicamente
rurales y a ellas se plegarían los hablantes con residencia urbana. Pero
estas localidades y sectores también pagan tributo al dominio del
castellano como lengua general de los mapuche: un 45,4% de las
respuestas estipulan el empleo sólo ocasional de la lengua indígena en
ellas. Si la mayoría de los indígenas de Chile es hoy urbano, y los mapuche
no son la excepción, y si ello tiende a aumentar en los años venideros,
surge entonces un desafío para la construcción de sociabilidades menos
agresivas para el mapuzugun en este medio.
Finalmente, la distribución de las atribuciones de uso de la lengua según
regiones resulta bastante consistente con el perfil general que hemos
ido construyendo de cada una. En la región del Biobío salva la situación
el aporte de la comuna pehuenche del Alto Biobío; en la de los Lagos
corresponde a lo que era plausible encontrar; al remitirse a localidades,
sectores y barrios las respuestas se personalizan mucho menos. Y la
Araucanía sigue presentando el mejor desempeño global favorable para
la lengua.
d) Dominios y situaciones de interacción social en que se emplea el
mapuzugun y sus contextos
Ya sabemos que el mapuzugun se emplea poco. Los hablantes activos y
con un cierto desarrollo de competencia representan una notoria minoría.
La tónica dominante de las localidades y sectores mapuche de las tres
regiones estudiadas es que en la mayoría de los casos cotidianos, no
excepcionales, se habla poco (esporádicamente, a veces) la lengua
originaria o es ya una rareza escucharla. Ni hablar de los barrios urbanos.
Sabemos también que se habla con ciertas categorías de personas
mapuche; como cabe suponer, un pequeño número considerados
cuantitativamente. Podemos ahora completar este panorama analizando
las tendencias y posibles patrones de empleo del mapuzugun en los
dominios y situaciones de interacción social en que se implica la gente
mapuche. Para realidades sociales con bi o multilingüismo, el concepto
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

de dominio designa esferas de actividad, de interacción social y de
comunicación, tipos de relación e interacción, así como valoraciones y
posiciones características por parte de los actores involucrados; en este
caso mapuches. A estos dominios, del tipo como trabajo, hogar, familia,
comunidad, deporte, religiosidad, etc., pueden corresponder opciones
socialmente confirmadas de uso de una u otra lengua o de dos o más
indistintamente, en la medida que converjan tipos de interlocutores
en los lugares y momentos apropiados y respecto de campos de
significado también determinados. Por situación de interacción social
denominamos a cualquier tipo de relación más o menos común y
recurrente (no necesariamente continua en el tiempo) que implica una
locación (una ubicación, un lugar de ocurrencia), una duración (un tiempo
mayor o menor en que transcurre la interacción) e intercambios verbales.
Las orientaciones o finalidades de esta concurrencia definen el grado
de congruencia de la interacción en los dominios (Romaine, 1996: 62-
64). Una introducción puede encontrarse en Holmes (1992: 23-28).
Respecto de aquellos que se declaraba competencia en mapuzugun
pedimos que se seleccionara de entre un repertorio de situaciones de
interacción aquellas en que las personas participaban empleando la lengua
mapuche. Los puntajes obtenidos se sumaron y se proyectaron
ponderados al universo. Previendo el efecto del contexto sobre las
situaciones de interacción, posibilitándolas, restringiéndolas o
impidiéndolas, la información se desagregó según la residencia rural o
urbana de los hablantes.
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Tabla N° 23
Frecuencia relativa del empleo del mapuzugun según residencia rural
o urbana y situación de interacción comunicativa
Situaciones de interacción Residencia
comunicativa
Rural Urbana Total
Con los familiares cuando se 59436 7161 66597
encuentran o visitan 15,9% 17,5% 16,0%
Entre los integrantes 53410 5980 59390
del hogar 14,3% 14,7% 14,3%
Con los vecinos mapuche en 48584 3728 52312
la localidad o el barrio urbano 13,0% 9,1% 12,6%
Con otras personas mapuche 40330 4448 44778
en un velorio 10,8% 10,9% 10,8%
Cuando se encuentra con 35693 4592 40285
otros mapuche en la calle 9,5% 11,3% 9,7%
Viajando en un bus rural 34549 3408 37957
entre pasajeros mapuche 9,2% 8,4% 9,1%
En el trabajo (campesino o 32672 3262 35934
asalariado) con otros mapuche 8,7% 8,0% 8,6%
En reuniones sociales con 31079 3891 34970
amigos y parientes
(un convite, etc.)
8,3% 9,5% 8,4%
En otras situaciones sociales 17649 2590 20239
entre mapuches (misceláneas) 4,7% 6,3% 4,9%
En las reuniones escolares 13038 1079 14117
con otros mapuche 3,5% 2,6% 3,4%
Con funcionarios mapuche 8369 686 9055
de servicios e instituciones
públicas
2,2% 1,7% 2,2%
Total 374809 40825 415634
100% 100% 100%
Fuente: Encuesta sociolingüística a hogares mapuches, mayo-junio 2007.
La residencia rural campesina del centro sur de Chile es, por así decirlo,
el lugar “natural” de la lengua mapuche. Allí es donde tiene permanencia
centenaria, aunque con cambios en la propia geografía que cobija la
sociedad indígena y su organización sociopolítica. Allí se encuentran
parte importante de las situaciones sociales características de la vida
mapuche y es donde por tanto, en mayor medida que en cualquier otra
parte, se emplea la lengua originaria. La experiencia de residencia y
vida urbana tiene otras características (con itinerancia, disgregada de
otros indígenas, más impersonal y anónima), las antípodas de la vida
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

ural en cuanto a condiciones y oportunidades para la lengua. El ejercicio
de la lengua en estos nuevos destinos de vida y trabajo mapuches se
realiza en los hogares cuando ello es posible, al interior de la red familiar
dispersa entre el campo y varias locaciones urbanas, y con ocasión de
visitas, viajes y traslados temporales a la localidad o sector donde
persisten parientes y desde donde se salió.
Los wariache, según suele decírseles, mantienen un menor capital
lingüístico tradicional, tienen menos oportunidades de aplicarlo y el
contexto social general es menos favorable y hasta hostil para su
despliegue; todo ello, se entiende, guarda entre sí una relación recursiva:
puesto que hay menos oportunidades y hostilidad, entonces se desestima
o se auto reprime el uso de la lengua; puesto que se ocupa en su
reemplazo el castellano, entonces lentamente se va perdiendo destreza
y hábito con el mapuzugun y los más jóvenes no lo aprenden o lo hacen,
cuanto más, de manera pasiva, etc., etc. Bajo este cuadro ocupan poco
la lengua y lo hacen en la red étnica de relaciones que los conecta con
otros parientes urbanos y en las situaciones sociales en que interactúan
con sus congéneres rurales. Así lo evidencia la información reunida.
Los mapuches urbanos presentan declaraciones con valores equivalentes
o superiores en aquellas situaciones de interacción en que está presente
la red de relaciones étnicas; tiende a ser menor donde ésta se hace
menos nítida.
Visto en su conjunto, podemos reconocer dos niveles en que están
presentes situaciones sociales donde con variantes se ocupa el
mapuzugun. Un primer nivel es el de las relaciones parentales, la red
social más inmediata. El más conservador en materia lingüística sería
el ámbito del hogar rural o urbano junto con el de la familia extensa o el
segmento de parentela localizada en el campo con el que se mantienen
más relaciones. Menos conservador y fuera de la tradición son las nuevas
relaciones con familiares y amigos, como los cumpleaños, las reuniones
informales, las “pichangas”, el fútbol, los amigos en un bar o cantina,
el trabajo asalariado en el campo, la ciudad o la zona central, etc. Otra
variante es la de los encuentros y contactos ocasionales en buses rurales,
realizando gestiones y trámites en oficinas, con ocasión de la entrega
de pensiones y subsidios, por esos mismos días en el comercio
pueblerino, entre vecinos mapuches en un barrio, etc. En las situaciones
definidas por las relaciones sociales descritas se puede hablar mapuzugun
si las contrapartes están en posición de hacerlo y si no se tiene la
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presencia de no mapuches o de mapuches no hablantes. En este último
caso, el ocultamiento (hablar en voz más queda) y/o el cambio de código
al castellano es común. De todos modos, podemos estipular una relación
proporcional entre puesta en ejercicio de la lengua y situaciones de
interacción intraétnicas: a más cercanía familiar, especialmente en o
con los del campo, y de no mediar otros factores concurrentes, más se
tenderá a emplear el mapuzugun. A medida que las relaciones van
perdiendo el sello del parentesco, la vecindad, comunalidad y amistad,
menos probable es el uso de la lengua vernácula.
Se debe mencionar, en un segundo nivel de relaciones sociales agregada
ciertas instituciones mapuches sustentadas en lo que desde Louis Faron
se conoce como las congregaciones rituales. En efecto, velorios (elhtún)
y ritos propiciatorios (gillatun) son tipos de reunión o congregación
amplia de personas a los que se asocian las normas y los valores
tradicionales y en donde se espera que se haga uso de la lengua del
pueblo mapuche. Cuando tiene lugar algún txawün (reunión) amplio, o
en torneos de futbol de campo se menciona que el uso extensivo del
mapuzugun puede darse y florecer. Se advertirá, sin embargo, que
situaciones de interacción social amplias como las mencionadas son
muy esporádicas en el tiempo y que los discursos en la lengua propia
están reservados para quien la posee con suficiente desarrollo. Los
demás suelen permanecer como escuchas. Algo similar ocurre en otra
escala con ciertas prácticas curativas tradicionales (machitün) en que
se espera su empleo y efectivamente se practica la lengua.
Si prácticamente todos los mapuche son hablantes del castellano y un
mapuzugun desarrollado lo poseen relativamente pocos, éstos además
lo ponen en ejercicio sólo bajo requisitos y condiciones favorables como
las resumidas. Ellas estimulan que el switch code o cambio de lengua
tenga lugar, rompiendo la inercia de los hábitos de la comunicación en
castellano. Como hemos insistido, esto ocurre preferentemente en las
relaciones y espacios sociales intraétnicos, tradicionales, familiares,
íntimos. Los pueblos, las plazas de mercado, las oficinas públicas, las
escuelas están en posición opuesta a eso y el uso del mapuzugun se
hace presente pero de manera esporádica y selectiva. Así tienden a
indicarlo los datos reunidos y agregados en la tabla precedente.
Cabe alguna salvedad. No siempre los nuevos o no tradicionales espacios
de interacción son desfavorables para la lengua mapuche. Nos
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

encontramos con la sorpresa, en los alrededores de Temuco, de que se
nos dijera que el sitio en el que en esa localidad más se practicaba el
mapuzugun hoy era el Club de Ancianos, una organización surgida por
iniciativa estatal dentro de una política nacional hacia el adulto mayor.
Las reuniones del Club eran ocasión, a falta de otras, en que los ancianos
de la localidad se reunían y gustaban de comunicarse en su lengua ya
que en sus hogares y vecindad inmediata tenían menos posibilidades
por el avance del castellano entre sus hijos y nietos como lengua única.
Según los antecedentes de qué disponemos, no hay en el presente campos
o dominios de experiencia mapuche exclusivos de la lengua originaria,
aquellos en los que se emplee exclusivamente la lengua mapuche. Otra
manera de decirlo es que no hay campo o dominio en que el castellano
haya dejado de penetrar y en los hechos reemplazado, en parte o todo,
al mapuzugun. Por cierto, en un ngillatún se habla más mapuzugun y en
algunos pasajes del rito, exclusivamente mapuzugun (como las oraciones
a los dioses, por ejemplo). Podemos decir que la gente siente que el
rito es un terreno de lo propio, lo tradicional, el lugar de la continuidad
cultural y allí es propio y recibe aprobación el empleo del mapuzugun.
Pero ello no quiere decir que en el gillatün se use sólo la lengua mapuche
ya que, aunque se quiera, muchos son hablantes pasivos y más todavía
suman los monolingües del castellano. Y ello ciertamente no los inhabilita
para asistir y participar en un gillatün. Como sea, es uno de los lugares
de los tiempos presentes donde el orgullo cultural se hace presente y,
aunque el monolingüismo castellano no impide la asistencia, en algunos
sitios de la Araucanía esta condición es también motivo de sentimientos
de incomodidad y eventualmente de lugar a evaluaciones individuales
de poca consistencia cultural. Pero insistamos: aun en lo más íntimo de
la cultura puede estar el castellano: la lengua de las oraciones de las
rogativas y gillatün en la ex Región de los Lagos no siempre es el mapuo
chezugun. Y en este ámbito de cuestiones conviene estar atento a no
confundir lo normativo, el deber ser cultural, con lo efectivamente
ejecutado, lo manifestado en los hechos por los hablantes.
Las anotaciones anteriores son útiles para tratar un tema relevante en
la teoría y la investigación sobre el bilingüismo. Cabe preguntarse: ¿la
situación de conocimiento y uso del mapuzugun y el castellano que hemos
venido elucidando puede considerarse como diglosia? Como se
recordará, en su sentido original propuesto por Ferguson (1959), este
concepto designaba las situaciones de bilingüismo o de variación dialectal
Informe de Resultados 2008
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en que hay especialización, más o menos estable, de funciones de esas
lenguas o variedades. La diglosia en su formulación clásica es la de una
lengua “culta” con funciones distintas a las de una “baja” o popular
empleada para otros fines. Las situaciones de diglosia suelen estar
asociadas a condiciones de dominación social y política, pero no siempre
se da esta relación. Una rediscusión y desarrollo importante del concepto
se encuentra en Fishman (1988: 120-133), y es reelaborado y ampliado
por Fasold (1996:71-108). En esta medida, el estudio de la subordinación,
minorización, posición económica y sociopolítica del grupo poseedor de
una lengua nativa y la relación de todo ello con las lenguas o variedades
concurrentes debe analizarse de manera más general, representando
los estados de diglosia sólo un resultado posible.
A nuestro entender, el caso de las lenguas indígenas de Chile ejemplifica
bien situaciones en que tiene lugar una minorización social y lingüística
de las lenguas indígenas sin que haya diglosia. En la terminología de
Fishman, hay bilingüismo pero no diglosia; una situación característica
de procesos de cambio y reemplazo lingüístico en rápida progresión
(op.cit.). Si no hay una competencia y empleo extendido de la lengua
indígena, si los procesos de aprendizaje son tendencialmente y en
progresión ascendente realizados mediante el castellano, si los contextos
y dominios de comunicación están dominados por el castellano y si, por
último, no son identificables dominios y funciones exclusivas o donde
con claridad y establemente prevalece el mapuzugun y si, por último, la
tendencia en todos esos campos es al reemplazo por el castellano,
entonces, muy difícilmente podemos sostener una hipótesis de diglosia.
Su existencia pudiera ser favorable a la lengua nativa: aunque lengua
minoritaria y minorizada conserva una prevalencia clara en ciertos
dominios sociales y comunicativos, representando así un punto de sostén
social importante; pero ello no es el caso.
Según la versión amplificada de los fenómenos de diglosia que nos
propone Fasold (1996: 99-102) pudiéramos entre los mapuche identificar
dos diglosias paralelas. Pero, en el campo de las diferencias estilísticas
de lenguaje y no entre las lenguas, por las razones antedichas. Se trata
de variaciones al interior del castellano y del mapuzugun. De una parte,
por el lado de la lengua nacional encontramos un castellano formal
empleado en la producción escrita, la actividad intelectual y académica;
en general, circunstancias formales de la comunicación en la sociedad
amplia. Está presente preferentemente en el estrato mapuche más
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

letrado, profesionalizado y urbano. Y en el otro lado del continuum
encontramos el castellano más popular, con acentos y detalles sureños
e incluso unas pocas interferencias del mapuzugun que habla el común
de la gente mapuche, con un sello todavía mayoritariamente campesino
y rural del sur de Chile. Es una variedad que se emplea en la comunicación
cotidiana y en las circunstancias informales de relación social. Una se
usa para unas y la otra variante estilísticas para otras funciones
recibiendo sanciones sociales, como le ha tocado vivir a más de un
poblador rural que no domina la versión “culta formal”, cuando intenta
cumplir funciones comunicativas correspondientes empleando la única
variante estilísticas que domina.
De otra parte, el mapuzugun reconoce estilos formales de comunicación
y un estilo de oratoria que se diferencia nítidamente –o al menos así se
lo concibe- del estilo de comunicación que se emplea cotidianamente
para la comunicación ordinaria. Los prolongados saludos con ocasión de
visitas (pentukun) que estipula la etiqueta mapuche y la oratoria
(weupin) en eventos de carácter público y político (txawün) son las
ocasiones privilegiadas en que se pone en acción esta variante estilística
formal de alto prestigio. No debemos olvidar, sin embargo, que mientras
el manejo del castellano “culto formal” aumenta en línea con la expansión
del acceso a la educación y la profesionalización, el estilo formal y de
oratoria del mapuzugun va haciéndose una rareza.
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V. V. Percepciones Percepciones y y actitudes
actitudes
mapuches mapuches ante ante el el mapuzugun
mapuzugun
a) Transmisión, enseñanza, continuidad y pérdida lingüística en la
percepción mapuche
En la encuesta a hogares y en las entrevistas realizadas a personalidades
culturales, sociales y representantes mapuches se consultó por las
razones y circunstancias que llevan a los padres y más en general a los
mayores de los hogares y familias mapuche a enseñarles la lengua a los
hijos, a los niños menores. Lo que se señala a continuación está basado
en los materiales reunidos a través de esos instrumentos. Primero
analizaremos justificaciones y fundamentos para la transmisión de la
lengua y los aspectos problemáticos implicados en ello. Un similar
ejercicio abordamos luego respecto de la situación contraria, en que no
hay enseñanza de la lengua, en la mayoría de los casos porque ya no se
tiene el capital lingüístico para hacerlo, pero también a veces cuando
precisamente si se tiene conocimientos y capacidades con la lengua
tradicional.
· Hablar y enseñar el mapuzugun a las nuevas generaciones en las
nuevas condiciones de la vida mapuche
El mayor número de respuestas a la pregunta genérica: ¿Por qué se les
habla (o hablaba) mapuzugun a los niños de la casa (habló o enseñó en
el caso de no haber niños en el hogar)? se concentra en algo bastante
abstracto: “porque soy mapuche”; “para no perder mi lengua”; “que
no se pierdan nuestras raíces”; “que no se pierda la costumbre”; “para
no perder la identidad”; “que no se pierda el idioma de nosotros”;
“que ellos (los hijos) sepan que somos mapuches”; “para que lleven el
conocimiento mapuche y no se pierda en el tiempo”; “que sepan de
Informe de Resultados 2008
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dónde vienen y que son de origen mapuche”; “porque es nuestra lengua
y no queremos que se pierda”, etc., etc.
Puede advertirse que ellas se concentran en la estipulación de lealtad y
compromiso cultural con el pueblo mapuche y con su lengua el mapuzugun.
Es común también que se haga referencia a las dos cosas al unísono. En
efecto, nos referimos a un 86,9% de los casos de la muestra a hogares
(912 unidades) en que se señalan acciones de transmisión de la lengua.
Ello se desagrega en un 25,9% de los casos en que el énfasis está puesto
en la lealtad y compromiso culturales, un 35,9% en que lo está en la
lealtad y el compromiso lingüísticos y un 25,1% en que se consignan
expresamente ambas dimensiones. Por cierto, no nos pronunciamos
acerca de sus resultados de aprendizaje; esto es algo que tratamos en
otro capítulo; aquí nos interesamos por las motivaciones expresadas,
sustentadas en una identificación y compromiso étnico, lingüístico o
de ambos aspectos a la vez.
¿Que nos enseñan estas declaraciones? Por lo pronto, son
racionalizaciones acerca de las motivaciones concurrentes en la dinámica
social interna de la lengua mapuche. Son, asimismo respuestas
expresivas del extendido sentido de pertenencia y la fuerte
identificación con el pueblo mapuche que está presente entre muchos
miembros de esta sociedad. Representa una dimensión simbólica y, por
tanto, cultural e ideológica que es empleada como justificación de los
esfuerzos mayores o menores que estos hogares emprenden o han
emprendido en pro de la lengua y cultura aborígenes. Entonces, la
adhesión emocional y el orgullo étnicos se canalizarían, entre otras
formas, a través de la práctica y la transmisión lingüística. No obstante,
cabe insistir en que son las prácticas comunicativas efectivamente
realizadas las que dan origen y mantienen un proceso de reproducción o
reemplazo lingüístico, y no las identificaciones étnicas o la formaciones
discursivas que las acompañan, aun cuando puedan constituirse en un
elemento contribuyente digno de considerar.
A veces, pero muchas menos que las ya señaladas, la justificación radica
en el compromiso personal o familiar para la transmisión de lengua y
cultura: porque la lengua la hablaban sus parientes mayores (padres,
abuelos) y resulta importante, por respeto y amor a ellos, o por
compromiso de ellos mismos, que su saber y sus conocimientos
lingüísticos sigan presentes en la familia. Por ejemplo: “porque nuestro
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

idioma nunca debe perderse, esto me enseño mi padre y madre y lo
mismo tengo que enseñarles” (a los hijos); “para que él (nieto) diga
que su abuela le transmitió algo”. Esta implicación toma a veces
modulaciones más personales: “para que no digan que yo fui egoísta
con mis hijos”, “para que aprendan lo que yo sé”; e incluso con tonos
lúdicos y placenteros: “porque a ellos les gusta escuchar mapuzugun”,
(porque) “me gusta hablar en mapuzugun”; “porque me gusta hablar el
idioma con los niños”. Esta manera de fundamentar el ejercicio y
transferencia de la lengua puede entenderse como una versión, en una
escala de agregación social más limitada, de la adhesión al azmapu
(costumbre) y por esta vía a la cultura mapuche. El énfasis puesto en la
dimensión familiar representa a pocos casos, apenas un 3,2%. El grueso
de las declaraciones se asienta en argumentos alusivos a la cultura y la
lengua mapuche ampliamente consideradas.
Claro está, debe recordarse, que en muchos mapuches no hablantes también está
presente esa intensa identificación con su pueblo. El no poseer habilidades lingüísticas
los imposibilita sin embargo como agentes transmisores en este canal de expresión
cultural que presupone, precisamente, la existencia de capital lingüístico. Ambos
aspectos representan un conjunto interdependiente y ambos deben concurrir para que
se dé un nexo virtuoso entre conciencia étnica y desenvolvimiento lingüístico. Pero
aquí preguntamos a aquellos en que esa transmisión era posible.
Una variante de respuesta al por qué se transmitía la lengua a los
menores en el hogar insistió no en fundamentos valóricos y tomas de
posición cultural acerca de ella, sino que en el estado favorable de la
práctica de la lengua. Algunos ejemplos recalcan el peso de las prácticas
comunicativas heredadas: “estamos acostumbrados (a hablar
mapuzugun), así como nos criaron yo les he criado”; “porque siempre
hablábamos mapuzugun y ellos así aprendieron”; “en esos tiempos
estábamos más acostumbrados a hablar más en mapuzugun”; “mi madre
hablaba bien”. Otras declaraciones subrayan la fuerte presencia de la
lengua en la comunicación cotidiana y su efecto positivo sobre el
aprendizaje: “yo casi no se hablar castellano”; “por costumbre, porque
para nosotros es más fácil hablar mapuzugun”; “porque siempre
hablábamos mapuzugun y ellos así aprendieron”. De resultas de lo
anterior es que, entonces, el mapuzugun “se entendía más” en el hogar
y en la red familiar inmediata que el castellano. Corresponde a un 2,1%
de los casos. De esta manera, lograba sostenerse porque estaba presente
en ese hogar un ambiente lingüístico propicio de intensa comunicación
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con la lengua indígena. Se reconoce, no obstante, que tales ambientes
comunicativos escasean y un panorama como el descrito está presente
en una minoría de hogares. En la generación pasada fue todavía algo
bastante general en una región como la Araucanía.
En otros casos las respuestas tuvieron una orientación distinta a la
mera descripción de un estado de cosas comunicativo favorable al
interior de la familia o su justificación con arreglo a valores de lealtad
y compromiso cultural y lingüístico. Se trata de argumentos que aprecian
la lengua como un recurso o un medio para otros fines que los puramente
lingüísticos o culturales. Identificamos cuatro fórmulas de justificación
que se rigen por una definición instrumental: la lengua como un recurso
cultural de defensa, el idioma como ilustración, la lengua como demanda
externa y el mapuzugun como demanda interna. Reúnen un 6,7% de los
casos.
La primera de ellas se refiere a la necesidad de conocer y manejar la
lengua frente a un eventual empleo malicioso por otros mapuche en la
localidad: “que no lo engañe la otra persona”; que “nunca sean
engañados por nadie”; “que no la hagan tonta”. También fue verbalizado,
ocasionalmente, como un medio de valoración mapuche frente a los no
indígenas: “es necesario que aprendan y nadie lo pase a llevar”. Pero
esto nos lleva a la segunda variante de justificación por razones
instrumentales: la lengua como una forma ilustrada de capital cultural.
Poseer el mapuzugun no es en la actualidad un problema. Muchos
reconocen que lo fue y todavía lo es hasta cierto punto. Pero, tiende a
imponerse una visión que destaca algunas ventajas: dado su renovado
estatus de lengua legítima puede ahora pensarse como una ventana al
conocimiento: “porque (con la lengua) se desarrollan más”; “para que
(con el mapuzugun) aprendan más”; “para que sepan dos idiomas”;
“para que aprendan y hablen dos lenguas”; “es bueno que sepan dos
idiomas”.
Desde los medios escolares en particular se viene demandando sobre
las familias una participación activa en la enseñanza de la lengua
mapuche. Esto tiene por finalidad complementar los esfuerzos que en
la materia se viene realizando en los establecimientos adscritos a planes
piloto de educación bilingüe intercultural en comunidades escolares con
alta prevalencia indígena del país. Los resultados de aprendizaje son
por lo general bastante modestos dado que una política de lenguas
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

originarias requiere bastante más que las limitadas y aun precarias
acciones en curso. Como sea, impulsa a veces un cambio en la percepción
mapuche sobre la lengua, desde una francamente desvalorada a otra
más positiva, y estimula prácticas más frecuentes y distendidas de
intercambio y transmisión con el mapuzugun. Esta paradójica novedad
(impulso externo a la recuperación y enseñanza de la lengua desde la
misma institución estatal que por décadas la desvalorizó y reprimió su
uso) no deja de causar cierta perplejidad a las familias mapuches. Pero,
compartiendo la visión de que la educación formal es un camino de
superación personal y movilidad social y económica, atienden en lo que
está a su alcance estos nuevos requerimientos: “porque los profesores
le piden eso”; “para aprender porque en la escuela le dicen que
aprendan”; “dar información que piden en la escuela”; “para fortalecer
lo que le enseñan en la escuela”.
Por último, también se justifica la necesidad de la lengua por
requerimientos internos de comunicación: “porque estamos en una
comunidad indígena y para comunicarnos con los demás”; para que
“puedan comunicarse con las personas ancianas que hablan mapuzugun”.
Existen zonas mapuches en que la vigencia de la lengua todavía amerita
el recurso al mapuzugun para una comunicación más rica con la
comunidad. No es indispensable como antaño debido a que ya no hay
propiamente monolingües del mapuche. Pero sí es útil y conveniente
tanto por el empleo todavía extendido de la lengua en la comunicación
cotidiana (en la zona pehuenche de Alto Biobío, por ejemplo) y para un
intercambio comunicativo de mejor calidad.
Con mucha frecuencia se señala como razón para la transmisión de la
lengua su compromiso con ella, pero fraseado algunas veces como un
“para que no se pierda” o “que se mantenga”, “para que no se pierda
la cultura”. Son bastante menos frecuentes frases portadoras de un
sentido del tipo: “porque son importantes las dos lenguas: el mapuche
y el castellano”; “porque el mapuzugun es un idioma que también vale”.
Habría una extendida percepción, entonces, de la situación precaria de
la lengua, de un estado de emergencia con ella. Masivamente se
advierten y verbalizan, con más o menos precisión, las tendencias de
reemplazo o substitución que se viven con la lengua. No podría ser de
otra manera si recordamos el estado de monolingüismo castellano casi
completo en varias zonas y la visibilidad de los fenómenos de precariedad
social de la lengua mapuche: muchos hablantes pasivos por factores de
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aprendizaje y/o contexto lingüístico insuficientes; distribución
declinante de las competencias según tramos de edad; considerable
proporción de niveles bajos de competencia con el mapuzugun, etc.
Son posibles otros ángulos de análisis de estas percepciones, según las
variantes que nos presentan. ¿Qué puede significar una expresión como
“para que aprendan algunas palabras” del mapuzugun?, que vertieron
algunas personas entrevistadas cuando se les consultó por la razón o
razones que justificaban hablarles a los hijos o los menores de la casa.
En algunas ocasiones esta expresión se complementó con frases del
tipo: “para que sepan el otro modo de hablar” (indígena); “porque
algunas veces preguntan qué significan algunas palabras” mapuches, o
“para que aprendan (algo) porque en el colegio les preguntan y tienen
que responder”. Como ya se dijo estamos en presencia de un ambiente
social que empieza a cambiar de signo respecto de la lengua. Buena
señal de ello son las declaraciones de compromiso lingüístico y cultural
con el idioma, e incluso el que la vida escolar empiece a relacionarse
con el mapuzugun de una manera no represiva. No obstante, repárese
en una extendida manera de situarse para hablar de la lengua: aquella
que pudiéramos denominar como el extrañamiento, en el sentido de
que es algo que está afuera y más o menos distante. Se habla desde el
castellano respecto de una materia lingüística definida y evaluada como
propia pero que en la mayoría de los casos no se posee cabalmente, se
encuentra en estado de receso, está lejos de las capacidades y
habilidades personales o familiares, o incluso de las competencias que
maneja la comunidad o localidad de referencia.
Es un tipo de fraseo que posiciona a los sujetos en un lugar de
exterioridad con respecto a la lengua y, además, la inferioriza. Porque
desde donde se emite todo lo anterior, y entran aquí aun los más
encendidos postulados de reconocimiento y adhesión, sigue siendo la
lengua nacional –el castellano- y experiencias de vida no tradicionales,
intensamente relacionadas con el trabajo asalariado, la vida urbana, la
movilidad espacial, la educación formal, etc. Puede hacerse ver como
importante la lengua y la cultura, pero en no pocos casos llega a
materializarse en un “para saber algunas palabras del idioma”. En los
mismos actos de hacer visible y reevaluar el mapuzugun se desliza un
subtexto que de una manera distinta respecto del pasado lo posiciona a
la vez de manera exterior e inferior.
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

· La interrupción de la transmisión y sus justificaciones
Las respuestas a la pregunta acerca de por qué no se les habla (o hablaba)
mapuzugun a los niños de la casa (habló o enseñó en el caso de no haber
niños en el hogar) permite ampliar las consideraciones acerca de la
heterogénea, pero también ambigua y hasta contradictoria percepción
y también relación con la lengua que mantienen los mapuche. En un alto
número de casos que asciende a 68,6% de los casos válidos (1080), se
acuerda falta de capacidad de los progenitores (y/o abuelos o mayores
del hogar), para hablar, enseñar o transmitir la lengua. Y estas situaciones
son verbalizadas en términos de: “no tengo tanto conocimiento de la
lengua mapuche”; “no sé hablar mapuzugun”, “porque yo nunca lo
aprendí a hablar”, “porque no sabemos hablar este idioma, no
comprendo cómo se pronuncia”, “porque nadie me ha enseñado a hablar
a mí”, o “mi mama sabe pero los niños nunca van a su casa y yo no sé
hablar mapuzugun”, etc. Son las respuestas esperables en hogares
mapuche monolingües del castellano, bilingües recesivos o con hablantes
pasivos; en definitiva, con insuficiente conocimiento de la lengua
indígena.
Respecto de un cierto número de estos hogares se señaló que no poseían
capacidades con el mapuzugun, pero que además no se quiso o no se
tomó interés o iniciativa para su aprendizaje y enseñanza, o bien se
aducen factores externos para justificar la falta de aprendizaje. En su
conjunto reúnen un 5,0% de los casos. La primera variante queda bien
expresada por declaraciones del tipo: “porque (no me) gusta y además
no pude aprender”; “porque yo sabía hablar mapuzugun muy poco y me
daba vergüenza hablarlo”, “no sé mucho el mapuzugun, nunca me
enseñaron, porque a ellos ya no les interesaba”, “nunca nos ha interesado
la lengua williche, tampoco aprenderlo”, “porque yo no sé nada sobre
mi lengua, a mi no me enseñaron cuando yo era chica, mi marido
tampoco no sabe nada, porque él no es mapuche”.
La segunda por expresiones que recalcan la existencia de ambientes
lingüísticos exclusivamente castellano: “en este lugar no se cultiva o
no se practica mucho la lengua”, “mis padres no hablaban williche, ni
tampoco en el sector se habla este idioma”, “no le hablé a mis hijos,
porque no se usa el mapuzugun en esta zona”, “vivíamos en Santiago y
porque para entender (las cosas) hay que hablar castellano”. Son
ambientes presentes principalmente en medios urbanos, donde por eso
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mismo se argumenta una baja funcionalidad del idioma: “porque no es
necesario hablar mapuzugun en el pueblo”. También se trae a colación
la discriminación sufrida: “no nos enseñaron, porque mis padres fueron
discriminados por hablar williche (zugun) y de ahí se fueron olvidando
de sus raíces williches”. Uno de los responsables de discriminación sería
la escuela: “se olvidó (de la lengua) porque en la escuela le quitaron
hablar el mapuzugun”; “no manejo el idioma y (antes) en la escuela se
prohibió el mapuzugun”. Escuela que, como se lleva dicho, ahora se
ocupa, aunque precariamente, de la lengua: “igual (en el sentido de
‘ahora’) se les enseña en la escuela”, “no les he enseñado a mis hijos,
porque yo no sé hablar muy bien, la niña aprende (algo) en el colegio”,
“le enseño, las palabras que yo sé, pero en la escuela le enseñan bien”.
En estas últimas frases se hace suficientemente manifiesta lo que
pudiéramos postular como la tesis del relevo por la escuela: en el seno
de la sociedad mapuche se empieza a pensar el aprendizaje del
mapuzugun como un tipo de práctica consciente y externamente
planificada, siendo la escuela la institución que preferentemente deberá
encargarse de ello. Pero, cabría preguntarse, ¿qué capacidad actual o
previsible puede tener la escuela pública para realizar ese relevo? Los
mismos mapuches no desconocen la precariedad y limitaciones de la
enseñanza pública del mapuzugun a la que tienen acceso. Si esto es
así, muchos de ellos, posiblemente, lo que tienen en mente es un
aprendizaje elemental, la incorporación de rudimentos del lenguaje,
algo de lo cual es deseable conocer siquiera un mínimo suficiente y no,
necesariamente, la adquisición de una lengua a cabalidad y con
perspectiva. Un cierto número de testimonios dan a entender esto
último. Por tanto, el relevo por la escuela forma parte de un conjunto
mayor de temas de los que son parte la externalización de la adquisición
de la lengua, pero más como adhesión cultural que como el aprendizaje
de una segunda lengua con valor funcional e importancia comunicativa
efectivos. La otra cara de esta representación –lo que se aduce para la
enseñanza del mapuzugun- la analizamos más arriba.
Los comentarios del párrafo precedente vienen a tono con otra línea de
respuestas ante la pregunta de por qué no se transmitía la lengua en el
hogar, a pesar de que se reconoce la posesión en grados diversos de
conocimientos y competencia lingüísticos. Suman un 21,1% de los casos
y representan un conjunto bastante abigarrado. Corresponde a
situaciones en las que a pesar de esas capacidades, ellas no se concretan
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

en prácticas, planificadas o no, con consecuencias de aprendizaje. Y no
se materializan por una multitud de razones. Algunas de ellas aluden a
restricciones comunicativas que se viven en el seno de los hogares. Por
ejemplo, a partir del hecho de que “ellos (los hijos) estudian y no
conversan con uno”, “porque su esposa es “chilena” (no indígena) y
como (la lengua) no se habla frecuentemente es difícil que aprendan”,
“se acostumbró con el castellano, mi hijo es mezclado (mapuche-
”chileno”) y menos le hablaba”.
Otras se refieren a la falta de iniciativa, ausencia de interés o
insuficiente motivación para practicar y enseñar la lengua. Esta falta
de impulso queda bien expresada por las siguientes respuestas: “nunca
me motivé a hablarles”, “no tuve tiempo para enseñarles el mapuzugun”,
“no hay persona interesada (en el hogar) para hablar el mapuzugun”,
“estoy acostumbrada a hablar (sólo) castellano”, “me acostumbré a
hablar (sólo) castellano con mi marido”, “porque se ha perdido la
costumbre de hablar”, “sí, nos habló, pero nunca aprendimos”, etc.
Una variante de lo anterior es el desinterés consciente, la falta de
voluntad sustentada en una decisión razonada, a diferencia de los casos
anteriores en que no se destaca un ejercicio reflexivo. Por ejemplo,
“no lo quiero hablar”, “creo que no vale la pena aprenderlo… a uno
como persona no le sirve para dialogar con personas no mapuches”, “a
nadie ahora le interesa hablar en mapuzugun”. De manera más precisa,
ello puede tomar la forma de una devaluación: “porque no sirve para
ninguna cosa”, “porque no era una cosa interesante”; o bien de una
opción: “para que no le cueste hablar castellano”, “para que aprendieran
a hablar perfecto el castellano”.
A veces se señala incapacidad de enfrentar las dificultades que son
propias a la enseñanza de una segunda lengua, el mapuzugun, cuando
la lengua general es el castellano, trasladando así la responsabilidad de
la no enseñanza y continuidad de la lengua a estos problemas: “no me
entiende nada de lo que yo hablo”, “no me van a entender”, “no se
habla, porque nadie nos entiende”, “sí les hablo, pero mis nietos no
entienden y no lo toman en cuenta”.
La alusión a los problemas de la enseñanza trae a colación un aspecto
de la enseñanza-aprendizaje de una lengua tradicional en la que pocas
veces se repara en su cabal importancia. El aprendizaje del mapuzugun
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se da como segunda lengua; es la condición de aprendizaje prevalente
hoy, cuando llega a realizarse. Nos referimos al hecho de que no se
trata (o no logra concebirse plenamente) al mapuzugun como una lengua
minorizada y en franco retroceso respecto de la cual no es suficiente,
como antaño, el dinamismo del ambiente comunicativo hogareño y
familiar para asegurar una adecuada transmisión y reclutamiento de
nuevos hablantes a las prácticas comunicativas. Dicho de otra manera,
se sigue tratando la transmisión de la lengua como algo que puede
dejarse al curso de los acontecimientos de la vida diaria mapuche. Y
ello ya no es posible hoy sin consecuencias recesivas como las que se
están generando.
En otras ocasiones se hacen presente de forma nítida y abierta
respuestas de rechazo, las que pueden radicar en los propios progenitores
o mayores de la familia: “él (jefe de hogar) nunca ha querido que se
hable mapuzugun en la casa”, “a mi esposo no le gusta”, “ellos (los
padres) no quieren y no les gusta hablar”. Y con mayor frecuencia en
las nuevas generaciones. Menudean respuestas que hablan del rechazo
activo de los receptores (en situación de aprendizaje de una segunda
lengua). Se les interpela en términos de que: “ellos se ríen”, “no
comprenden (lo que se les habla) y se enojan”, “ellos (los hijos)se
avergüenzan”, “no sacamos nada con hablar porque no nos toman en
cuenta los niños”, “les he tratado de enseñar a mis hijos y nietos, pero
se ríen de mi, así que no les enseñé mas”, “trato de enseñarles, pero
ellos se enojan conmigo y me retan, les da vergüenza a mis hijos y me
critican porque yo soy mapuche”.
Hogares con conocimientos del mapuzugun suelen también aducir
factores externos o de contexto para justificar la no transmisión o
enseñanza de la lengua, eventualmente combinados con razones internas
a los hogares. La escuela pública y la enseñanza formal, el desempeño
allí, sus presiones y represiones aparecen bien destacadas: “(sabe) muy
poco porque a los niños los castigaban en la escuela, los profesores les
prohibían hablar en mapuche”; “porque por el colegio era muy delicado
(problemático, perjudicial) hablar chezugun a los hijos”; “los niños no
quieren, porque en la escuela se burlaban”. También aparecen algunas
modulaciones menos inculpatorias pero que muestran bien el ambiente,
los problemas y las prioridades: “se les hablaba, pero en el colegio se
les olvidó, pero si entienden”, “porque ella estaba en la escuela internada
y no va casi nunca a la casa”; “porque en el colegio no hablan
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

mapuzugun”; “en el colegio hablan puro castellano, en el pueblo también”.
Las opciones tomadas son claras: favorecer la educación, que se imparte
en castellano, lengua general hoy de la comunidad lingüística local a la
que se pertenece: “porque en ese tiempo era más necesario aprender
castellano para estudiar”; hoy lo es más seguramente.
Para un porcentaje importante y creciente de los mapuche del sur de
Chile su experiencia de vida es en la actualidad exclusiva o principalmente
urbana. Y ello tiene sus consecuencias no sólo para el uso de la lengua.
Arrastra también consecuencias para su conservación y transmisión:
“en el pueblo no se habla mapuzugun” y por lo tanto no se justifica su
transmisión: “porque no, y además no sirve de mucho, y nadie ya está
usando el mapuzugun”. Muchos consideraron y consideran que el cambio
en el tipo de residencia implica dejar atrás la lengua: “llegamos a la
ciudad y no se nos habló más”. A resultas de lo anterior, no se habla y
por tanto no se enseña “porque (ya) nunca vivimos en el campo”,
asociando directamente lengua indígena a ruralidad. Estas decisiones
no son siempre obvias, puede haber motivaciones poderosas. La lengua
y su ostentación expone al prejuicio y las vejaciones: “no tocamos (más)
el tema de la lengua, porque si lo hablo soy discriminada por los vecinos,
me tratan de ‘india’”. El impacto de las experiencias agraviantes en el
campo y la ciudad por la posesión de la lengua deja huellas y
consecuencias en la falta de incentivos para transmitirla a los hijos:
“por que nosotros sufrimos mucho por no saber hablar la lengua
castellana”; “en ese tiempo a los niños se les prohibía hablar el
mapuzugun, se les discriminaba mucho”.
Sorteando ese por momentos penoso pasado, el futuro importa mucho.
Y en él no tiene lugar el mapuzugun, más allá de simbolizar la cultura y
el pueblo mapuche. Muchos, seguramente una mayoría, lo percibe bien:
“ellos (los hijos, los niños) no quieren aprender y dicen que el mapuzugun
no les va a servir para el futuro, para dialogar con personas no
mapuches”. En un mundo mucho más abierto y móvil que en el pasado,
podemos agregar.
· Condiciones, problemas y dilemas
La identificación y adhesión cultural, lingüística y el compromiso
parental, junto con haberes o capital lingüístico familiar no son
condiciones suficientes, aunque la última de ellas es del todo
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indispensable. Para que arrojen consecuencias de transmisión, la
identificación, el compromiso y el capital lingüístico requieren que la
lengua se practique asiduamente y que ojalá se efectúen prácticas
sistemáticas (diversificadas, con continuidad en el tiempo) con
participación de los niños. Pero para que esto ocurra, no es suficiente
el capital lingüístico. Es indispensable un ambiente comunicativo en el
que la lengua se haga presente con profusión. De lo cual resulta que las
mejores prácticas de enseñanza que pueden dirigirse hacia los más
pequeños, a través de recursos pedagógicos informales, de preferencia
deben tener lugar en un ambiente lingüístico rico en intercambios con
la lengua originaria. Cuando todo ello concurre, entonces una dinámica
positiva para la incorporación se hace presente y su asimilación y empleo
por las nuevas generaciones resulta plausible.
Esa concurrencia falla en cada vez más contextos y situaciones sociales
propias de la vida mapuche. Empezando por el hogar, continuando por
el vecindario y sector de residencia las interacciones sociales se
sostienen en un ambiente lingüístico castellanizado. Esto mismo se
multiplica exponencialmente en los bastante más diversos ámbitos y
dominios de comunicación de los que participan hoy la mayoría de los
mapuche. Para bien o para mal el castellano es la lengua principal de la
vida social mapuche de hoy.
La realidad sociolingüística mapuche que buscamos describir muestra
que, por el contrario, la concurrencia de esas condiciones y requisitos
es cada vez menos frecuente. Muy pocos, cada vez más pocos hogares
mapuche presentan condiciones propicias. Y ello tiene su explicación
en la acción combinada de capitales lingüísticos decrecientes, unido a
ambientes comunicativos familiares cada vez más castellanizados. Es
decir, realidades de monolingüismo castellano, o de bilingüismo en rápida
inflexión hacia modalidades con subordinación del mapuzugun. Dado lo
anterior, entonces, se puede dar una ecuación paradojal entre, por una
parte, una fuerte y quizá ascendente identificación étnica como
mapuches y, por otra, una declinante práctica de uso y transferencia de
la lengua para sostenerla en el tiempo.
Como sabemos, la distribución de la lengua presenta variaciones
regionales importantes, correspondientes con los diversos procesos
históricos de relación entre los mapuche y sociedad nacional, entre
castellano y mapuzungún. Como hemos visto, están presentes áreas
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

geográficas en que la dinámica de la lengua mapuche adquiere
características específicas (variaciones en los procesos de persistencia
y cambio lingüístico, momento del ciclo de desplazamiento lingüístico,
etc.). Constituyen áreas históricas en que han tenido lugar procesos
sociales de larga duración con consecuencias de continuidad y cambio
lingüístico homogéneos en términos relativos: el Alto Biobío como una
zona de refugio pehuenche; la provincia de Arauco como una zona
tempranamente abierta a la colonización y al cambio cultural y lingüístico;
la Araucanía como una zona de incorporación y reorganización social
tardía (“Pacificación”, conformación del sistema reduccional y del
régimen general de propiedad en la zona), área de aislamiento relativo
pehuenche en la franja cordillerana y de comunas septentrionales de la
Región de los Ríos y área de integración temprana, incluso desde
momentos coloniales, en el resto del sur (Valdivia, Osorno, Llanquihue
y Chiloé). Los fenómenos ocurridos en estas áreas ponen el contexto
sociohistórico del cambio lingüístico. De tal modo que la descripción y
la valoración de fuerzas y factores internos y externos debe hacerse
teniendo en consideración estas historias.
La interrupción del flujo de transmisión de la lengua no es algo nuevo y
en algunas zonas se presentó ya en la generación de los abuelos e incluso
de los bisabuelos. Por eso es que en las declaraciones de por qué no se
enseñaba la lengua en el hogar menudean las declaraciones de no
conocimiento, y en la mayoría de los casos ello es atribuible a que los
padres o incluso abuelos (abuelos y bisabuelos de los niños que deberían
aprender la lengua) ya no traspasaron sus conocimientos a sus hijos. A
veces y muy explícitamente porque ellos no quisieron hacerlo. Por varias
razones. En ocasiones, simplemente porque el ambiente social
castellanizado se imponía con su presencia y todos se dejaban llevar
por la corriente, por lo común sin siquiera hacer clara conciencia de lo
que estaba ocurriendo. Y cuando se razonaba, por lo general se evaluaban
los pros y contras funcionales del mapuzugun y el castellano. Y en este
balance el castellano se imponía por razones bien contundentes como la
lengua del futuro.
b) Actitudes mapuche ante el mapuzugun
Como parte de la investigación se aplicó un test de actitudes dirigido a
detectar líneas de razonamiento, temas sensitivos y disposiciones
respecto del mapuzugun en la población estudiada, lo que, en conjunto
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con otros antecedentes, pudiera enriquecer el entendimiento de la
comprensión subjetiva de la lengua que está presente hoy entre los
integrantes del pueblo mapuche. A continuación se presenta el material
y se exponen algunos de los temas y tendencias principales detectadas.
Se obtuvo información de actitudes de 2006 casos, a razón de un
individuo seleccionado al azar entre aquellos que fueran accesibles
durante la jornada de trabajo, por cada hogar en que se aplicó la encuesta
de caracterización sociolingüística del hogar. El test consta, según puede
verse más abajo, de 23 aseveraciones cognitivas (representada por
aquellas afirmaciones que enuncian juicios, ideas, razonamientos sobre
la lengua), afectivas (aquellas que reflejan sentimientos, estados de
ánimo, la repercusión emocional asociada a la lengua, adhesiones e
identificaciones emocionales, rechazos y sentimientos de malestar, etc.),
y conativas (aquellas en que se traducen disposiciones a la acción frente
a la lengua, en cualquier sentido que ello se oriente). Estas aseveraciones
se formulan de manera afirmativa o negativa y respecto de ellas es que
se pidió tomar posición en una escala nominal que va desde el máximo
acuerdo hasta el máximo desacuerdo (muy de acuerdo; de acuerdo;
indiferente; en desacuerdo; o muy en desacuerdo).
En la elaboración de estas aseveraciones se consideró adecuado
redactarlas con arreglo a algunas dimensiones temáticas de interés.
Son tres generales y algunas derivadas. Primero, nexos entre lengua
originaria y vida social mapuche. Desde luego, la vida tradicional o
fuertemente tradicional (la vida rural, de las costumbres, de los
ambientes comunicativos que allí se dan); pero también la vida moderna
o modernizada en la cual se desenvuelven hoy quizá la mayoría de los
mapuches, estando cada vez más expuestos a su influencia. Segundo,
la legitimidad de la lengua, la creencia en su valor, su importancia, su
centralidad cultural, su importancia para el país. Como puede suponerse,
las fuentes de esa legitimidad pueden ser internas pero también y de
manera relevante para los fines de esta investigación: externas (del
resto de la sociedad, de las agencias públicas, de la sociedad (“chilena”).
Finalmente, la reproducción de la lengua (su permanencia) y su antítesis,
el desplazamiento (el reemplazo por el castellano), una cuestión central
para lenguas que, como el mapuzugun, se encuentran sometidas a
fuertes presiones para su reemplazo por lenguas oficiales, como el
castellano.
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

Tabla N° 24
Grado de conformidad o disconformidad respecto de aseveraciones
referidas a temas relevantes del mapuzugun en relación con vida
social mapuche, legitimidad y reproducción lingüística
Dimensiones
Lengua
originaria
y vida
social
mapuche
Legitimidadlingüística
Tradicional
Moderna
Interna
Externa
Grado de conformidad
o disconformidad
Aseveraciones
Muy de De Indife- En des- Muy
acuerdo acuerdo renteacuerdo en
desacuerdo
1.Sin el mapuzugun no 18,4%
es posible mantener la
costumbre mapuche
55,3% 4,3% 19,7% 2,3%
2.El mapuzugun es im- 35,3%
portante para transmitir
nuestra historia
60,7% 1,8% 2,0% 0,2%
3.Los niños no necesitan
aprender mapuzugun
para surgir en la vida
3,6% 30,3% 7,8% 50,6% 7,7%
4.Me da pena, pero es
cierto que el idioma
mapuche no le sirve a
la gente indígena para
mejorar su vida
3,5% 33,2% 8,9% 46,1% 8,3%
5. El mapuzugun no sirve
para comunicarse
en la vida moderna
5,0% 34,9% 7,7% 44,1% 8,3%
6. Me gusta escuchar
programas de radio
en mapuzugun
28,2% 53,9% 9,1% 7,7% 1,1%
7. Es útil que los mapuche 39,9%
aprendan a escribir
en mapuzugun
55,5% 1,9% 2,6% 0,1%
8.El mapuzugun es tan im- 36,1%
portante como el
castellano
57,1% 2,9% 3,8% 0,1%
9.Da gusto que las autoridades
y funcionarios públicos
mapuche hablen
en mapuzugun
32,7% 63,5% 2,5% 1,2% 0,1%
10. Las autoridades y funcionarios
de gobierno debieran
hablar mapuzugun
28,1% 62,4% 4,7% 4,5% 0,3%
11.Los chilenos no tienen
nada que aprender
del mapuzugun
3,6% 20,2% 5,7% 59,3% 11,2%
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Dimensiones
Reproducción
y
desplazamiento
lingüístico
Retroceso
(no
reproducción)
Reproducción
interna
Reproducción
externa
Aseveraciones
12.En la escuela a los ni- 5,9% 27,8% 10,4% 50,2% 5,7%
ños los molestan porque
hablan mapuzugun
13. Me daría pena que el 42,1% 50,5% 3,5% 3,6% 0,3%
mapuzugun se perdiera
14.Hablar mapuzugun 2,3% 15,7% 4,3% 60,4% 17,3%
es cosa de los ancianos
15. Me gustaría que 34,2% 59,1% 3,8% 2,7% 0,2%
toda la familia hablara
mapuzugun
16. Es triste que los pa- 27,9% 61,6% 4,5% 5,7% 0,3%
dres no hablen mapuzugun
con sus niños
17. Los mapuches tenemos 40,3% 57,1% 1,7% 0,0% 0,9%
que preocuparnos más por
mantener el mapuzugun
18.Estoy dispuesto(a) 24,4% 57,0% 9,3% 8,8% 0,5%
a dedicar parte de mi
tiempo para aprender
(más) mapuzugun
19. Principalmente es 6,6% 42,7% 6,2% 39,5% 5,0%
tarea de los abuelos
enseñarle mapuzugun
a los niños
20. Hay que saber bien 19,9% 61,3% 4,0% 13,6% 1,2%
mapuzugun para hablarlo
21. Me molesta que los 23,8% 49,0% 11,4% 14,2% 1,6%
dirigentes mapuches
no hablen mapuzugun
22. Mantener y aumentar 10,2% 31,0%% 15,2% 37,3% 6,3%
el mapuzugun es una
tarea del gobierno más
que de los mapuche
23. La enseñanza del 28,5% 61,9% 3,4% 6,1% 0,1%
mapuzugun debería
ser obligatoria para
los niños
Fuente: Encuesta sociolingüística a hogares mapuches, mayo-junio 2007.
Comentemos las distribuciones de valores a que arribamos y sus
implicaciones. Tomemos primero el tema de la lengua originaria en la
vida social mapuche, empezando por los nexos que se establecen con la
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región
Grado de conformidad
o disconformidad
Muy de De Indife- En des- Muy
acuerdo acuerdo renteacuerdo en
desacuerdo

vida tradicional (Aseveración N°1). A una exigencia de consistencia
lingüística y cultural diríamos cerrada adhiere, tal parece, la gente
mapuche: un 73,7% hace suya la afirmación de que cultura (costumbre)
requiere de manera indispensable de la lengua (mapuzugun) para su
continuidad. En contraparte un 22,0% toma partido por una relación
más abierta y flexible, prestando conformidad a la idea de que la
continuidad cultural mapuche depende también de otras cosas y no sólo
o necesariamente de la lengua. La estrecha relación marcada entre
continuidad lingüística y continuidad cultural se prolonga a la memoria
colectiva, los relatos del pasado, la historia étnica (Aseveración N°2).
Sus valores se elevan a un 96,0%: la lengua mapuche sería un vehículo
privilegiado, aunque no exclusivo, para la transmisión de los
conocimientos y relatos históricos.
Cuando dirigimos la atención a la relación entre lengua y vida moderna
o modernizada (se entiende: urbana, o con acceso generalizado a
servicios, bajo formas de vida y trabajo nuevas, con mayor movilidad
laboral, social, espacial, con dilución de las fronteras entre lo rural y lo
urbano, etc.) nos encontramos con aspectos y valoraciones de interés
en el tema que estamos revisando. Mayoritariamente, aunque en grados
sensiblemente más bajos que en las dos afirmaciones recién comentadas,
los mapuche valoran la pertinencia del mapuzugun para comunicarse
con los demás, surgir en la vida actual, generar mejorías en las
circunstancias de vida que se tienen. Así, un 58,3% de los casos en la
Aseveración 3 (aprendizaje del mapuzugun para la vida moderna por
los niños), un 54,4% en la Aseveración 4 (utilidad del mapuzugun para
mejorar la vida) y un 52,4% en la aseveración 5 (utilidad del mapuzugun
como instrumento de comunicación en la vida moderna) rechazan la
proposición sobre la inutilidad de su lengua vernácula frente a estos
aspectos. No obstante, los valores en contrario tampoco son
despreciables: un 33,9% participaría de la idea que sin mapuzugun los
niños podrían de igual manera surgir en la vida; un 36,7% no estuvo
dispuesto a suscribir la utilidad relativa de la lengua originaria para
generar mejorías de vida y un 39, 9% se resta a apoyar la pertinencia
de la lengua para la comunicación en la vida moderna.
Resulta evidente en la experiencia indígena que un mejor acceso a
oportunidades externas (laborales, residenciales, educacionales,
sociales) de movilidad, empleo, profesionalización, acceso a servicios
etc., no depende de la lengua o no está relacionado con ella. Esa misma
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experiencia, o la de los padres y los abuelos más bien, les ha entregado
ejemplos en contrario, que la lengua puede ser un problema muy real.
Pero, aun así, más de la mitad de los casos se niega a confirmar el
desacople de ambos planos. Y esto se reafirma cuando pasamos a la
consideración del consumo de la lengua a través de medios de
comunicación como la radio (un 82,1% señala gustarle o apreciar
positivamente tal consumo) o al empleo de un medio de registro gráfico
de la lengua como la escritura (un 95,2% señala la utilidad del mapuzugun
escrito; en realidad, como algo deseable y por lo menos potencialmente
realizable).
Se perciben los problemas, hay distancia, se advierte el divorcio entre
vida moderna y lengua. Pero la distribución de las repuestas sugiere el
anhelo de que ambas dimensiones coexistan sin merma de la lengua y
la cultura: la aspiración de emplearla en fines internos (transmitir la
palabra), o por recibir la lengua desde la radiofonía o emplearla mediante
la escritura así lo confirman. Más abajo abordaremos con mayor detalle
estos aspectos.
Apreciemos ahora algunos elementos que nos permitan fijar un piso
respecto de la legitimidad de la lengua vernácula. Un primer aspecto es
la consideración de la lengua en sí misma. En una proporción bastante
alta (un 93,2% de los casos) está de acuerdo o muy de acuerdo con que
el mapuzugun tiene el mismo valor, igual calidad que el castellano
(Aseveración N°8). Comentaremos más adelante que valores tan
significativos podrían estar realzados por los procesos étnicos de las
últimas dos décadas. Cuando pasamos ahora a lo que pudiéramos
denominar como legitimidad externa, en tanto que la fuente de ella
proviene desde esferas, espacios institucionales, agentes y agencias
externas, seguimos encontrando una fuerte aprobación. En particular
respecto de la Aseveración N°9 referida el empleo de la lengua por
mapuches integrantes de las agencias públicas. Un 96,2% de las
respuestas comparte la satisfacción de ese hecho cuando ocurre. Pero
los casos en que ello se presenta son pocos, así es que representa más
una situación deseable que una notoria realidad. Algo a lo cual aspirar
que también está presente en la Aseveración N°10 respecto de que las
autoridades y funcionarios de gobierno (al menos los que se vinculan
con los mapuche) aprendan y empleen el mapuzugun (las opciones de
acuerdo y alto grado de acuerdo suman un 90,5% de las preferencias).
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

Es más bien una aspiración de legitimidad externa que algo realizado.
Pero en el seno de esta aspiración al reconocimiento y valoración externa
se desliza también la duda acerca del valor y el sentido que para los
otros puede tener la lengua indígena. Así, la Aseveración N°11 señala
en un fraseo negativo el aporte que la lengua (y la cultura mapuche)
pueden hacer a los “chilenos” y la sociedad nacional; la afirmación
trata del saber que el conocimiento de la lengua pudiera aportarles a
los “chilenos” (los no mapuches). Un 23,8% se inclina por las opciones
de acuerdo y muy de acuerdo con que ello es así. O sea, casi un cuarto
de los entrevistados no aprecian que pueda darse ese saber. O sea, se
valora en alto grado la lengua, pero cuando se plantea la posibilidad de
que otros (los “chilenos”) compartan y se beneficien de ese valor,
entonces, aunque la mayoría cree en el valor de ese compartir cultural
(un 70,5% de las opciones) un grupo visible también lo rechaza. Es cierto
que en algunas respuestas puede estar implicada la tendencia al purismo
cultural, pero no se trata sólo de un asunto de exclusividad cultural o la
perspectiva de negación de la recepción por los otros. Algo de esto
puede haber, pero no en lo fundamental. Confróntese la Aseveración N°
12 en que un 33,7% comparte la afirmación de existencia de prejuicios
sobre la lengua en el medio escolar; pero al mismo tiempo otro 55,9%
no lo considera así o, al menos, no estuvo dispuesto a afirmarlo.
En el amplio campo del retroceso lingüístico, el reemplazo del mapuzugun
por el castellano y las condiciones de reproducción de la lengua seguimos
encontrando una importante adhesión hacia el mapuzugun. La
Aseveración N°13 referida a la eventual pérdida y desaparición del
idioma concita una elevada desaprobación (para un 92,6% de las personas
ello sería algo pesaroso). Reforzando lo anterior, en la Aseveración N°14
se pide pronunciarse respecto de si el uso de la lengua es algo de la
generación de los mayores, entonces un 77,7% manifestó disconformidad
con lo anterior. No obstante, un 18,0% estipula que la lengua debe ser
sólo o principalmente empleada por ellos. Aunque no se trata de una
proporción elevada, llama la atención pues supone la existencia de una
tendencia de segundo orden que concibe a los agentes activos de la
lengua en contraposición con la aseveración precedente respecto de lo
lamentable que sería su desplazamiento. Ello se ve apoyado por una
Aseveración, la N°19, que plantea que la enseñanza del mapuzugun es
algo principalmente de los abuelos. Más allá de que por lo general son
los mayores los que hoy poseen la lengua (confróntese, entre otros el
Informe de Resultados 2008
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capítulo I), resulta obvio que no puede pervivir estando distribuida de
esa manera si se quiere que la lengua salga del proceso recesivo que la
afecta. Sin embargo, un 49,3%, prácticamente la mitad de los casos se
pronunció por aprobar la afirmación de que la enseñanza del mapuzugun
es tarea, principalmente, de los abuelos.
En términos más abstractos, habría un importante acuerdo acerca de lo
deseable que sería el hecho de que la lengua constituyera un patrimonio
cultural de la familia. Así se desprende de las respuestas a la Aseveración
N°15 que se refiere a la aspiración de empleo de la lengua en la familia
(un 93,3% lo aprecia afirmativamente) y también la Aseveración N°16
que pide pronunciarse acerca de los padres que no actúan
suficientemente en su rol de transmisores del mapuzugun (un 89,5%
reprueban el que no lo estén haciendo). Pero, con esta última
proposición, al mismo tiempo está implícito el que los padres
efectivamente no le hablan el mapuzugun a los hijos, los hacen poco o
de manera descomprometida. En esa misma línea encontramos la
Aseveración N°17 que habla de la mayor preocupación que deben tener
los mapuche en la persistencia de la lengua: un 97,4% se hace parte de
esa afirmación, uno de los índices de aprobación más altos de todo el
test. Pero lo mismo se contrabalancea con la Aseveración N°18 que
apunta a apreciar la disposición al involucramiento personal en el
aprendizaje del mapuzugun. Aunque mantiene un porcentaje de
aprobación alto (un 81,4% de las adhesiones), se advierte la baja respecto
de la mucho más despersonalizada cuestión de la preocupación colectiva
(“los mapuche tenemos que”) por su lengua.
También en el ámbito de la reproducción interna de la lengua y sus
condiciones, la Aseveración N°20 está dirigida a detectar la disposición
a una evaluación purista de la lengua, a su uso sólo si se maneja con un
alto nivel de eficacia. Los resultados son notables ya que un 81,2% de
las respuestas se inclinan por adherir a una opción de purismo. Apenas
un 14,8% de los casos no toma esta línea de respuesta y se sitúa, en
consecuencia, bajo una postura más flexible y funcional. Puede haber
varias razones para esto último. Las comentaremos más abajo. Esa
misma ausencia de tolerancia lingüística y flexibilidad, y también de un
limitado diagnóstico de la situación de la lengua, se nos presenta ante
las opciones adoptadas en la Aseveración N°21 acerca del desagrado
que pudiera causar el que los dirigentes y líderes mapuches en general
no hablan su lengua. Un 15,8% se inclina por no prestar mayor
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

importancia a ello ni sienten que les causa molestia esa carencia. Es
decir, no se vincula la función política o etnopolítica con la lengua como
una condición necesaria. Pero, para la mayoría sí están vinculadas. Un
72,8% adhiere a una postura de molestia por esa carencia cultural en
sus representantes y líderes.
La otra cara de la continuidad de la lengua, el anverso de la acción
interna de los propios mapuche es la inducción externa. Difícilmente
puede esto esperarse del resto de la sociedad, para quien en general
esta lengua les es ajena o simplemente la desconocen, sino de algunas
agencias estatales. Y aquí volvemos a encontrar relativamente bien
perfilada la tendencia a desplazar la función de transmisión o, en este
caso, a otorgar una destacada importancia a instituciones externas en
su transmisión. En efecto, la Aseveración N°22 pide optar por los
mapuche o el Estado como el principal agente de la continuidad y
desarrollo del mapuzugun, y resulta que un 43,6% se inclinó por atribuir
esa responsabilidad a la propia sociedad indígena, pero al mismo tiempo
un 41,2% se inclinó por aprobar la idea de que en el “gobierno” está
radicada la mayor responsabilidad en mantener y aumentar el
mapuzugun. Para fines prácticos, la institucionalidad educativa.
Esa notable distribución de respuestas puede entenderse en parte por
la idea, relativamente extendida, de que la crisis del mapuzugun obedece
a la acción histórica del Estado y de la sociedad chilena sobre la lengua:
si existe esa responsabilidad, entonces también le cabe su reparación.
Asimismo, se está generalizando la idea de que a la escuela pública le
cabe un papel (¿principal?) en la enseñanza y transmisión de la lengua.
Ello empieza a plantearse desde la implementación de un programa
piloto de Educación bilingüe intercultural en el país con un considerable
número de establecimientos involucrados. Esto y la lealtad lingüística y
cultural estarían tras la alta adhesión que tuvo la Aseveración N°23 en
cuanto a que la enseñanza del mapuzugun debería ser obligatoria para
los niños (un 90,4%). Es una afirmación que interpela el compromiso
cultural, pero también lo externaliza en sus consecuencias prácticas: la
“enseñanza obligatoria” es algo que sólo se puede operacionalizar en
los establecimientos escolares públicos (aquellos a los que la gran
mayoría de los niños y jóvenes mapuches asiste).
El acuerdo o desacuerdo sobre diversas materias abordadas por el test
(lengua y vida social mapuche, reproducción de la lengua, legitimidad y
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categorías asociadas) no se ordenan estrictamente según la formulación
cognitiva, conativa o afectiva de las afirmaciones sobre las que se
pidió tomar partido en una escala ordinal de cinco términos. No obstante,
las opciones que se toman ante proposiciones que están formuladas o
implican aspectos emocionales suelen en un alto grado dirigirse hacia
las lealtades lingüísticas y culturales. En efecto, las aseveraciones N°9,
13, 15 y 16 que están formuladas o implican emociones, afectos, placeres
y gustos alcanzan altos valores de lealtad. En un nivel intermedio se
ubican las afirmaciones N° 6 y 21. La proposición N°4 no sería la
excepción a pesar del porcentaje apenas superior a la mitad que se
obtiene sumando las alternativas “En desacuerdo” y “Muy en
desacuerdo” ante la aseveración de que el mapuzugun no es útil hoy
para mejorar su vida. En realidad expresa una alta lealtad cultural aunque
la experiencia mapuche vaya en general a contrapelo de ello.
La misma distribución encontramos con frases cuya formulación es
exclusiva o principalmente cognitiva (la descripción, caracterización,
tipificación de algo). Algunas aseveraciones como las N° 2 y 8 tienen
altos valores en el sentido de la adhesión a la lengua (su importancia
como medio de transmisión del saber histórico, el valor intrínseco del
idioma). En otros casos de afirmaciones con sentido o implicaciones
cognitivas (en particular las N°1, 5, 11, 14 y 20) los valores se distribuyen
de manera mucho menos concentrada porque no interpelan la lealtad
cultural declarada exclusivamente sino que la confrontan más
estrechamente con las prácticas y la realidad.
Las respuestas a las afirmaciones que implican compromisos activos o
cursos de acción en una u otra dirección (aseveraciones conativas o
con inducciones a ello) oscilan entre dos polos: el compromiso lingüístico
grupal (Aseveración N°7 y 17) o individual (N°18) y, por otro lado, el
desplazamiento de esas tareas a personas e instituciones externas (la
escuela, los profesores, de manara menos nítida las agencias estatales),
como queda de manifiesto en las aseveraciones N°10, 22 y 23. Todas
las opciones tomadas se inclinan favorablemente en el sentido de la
recuperación, la continuidad, la enseñanza, la generalización, etc. de
la lengua. Pero ya sabemos tanto de los enormes problemas implicados
en objetivar estas declaraciones como compromiso (colectivo e
individual, particularmente este último), y de las imputaciones de
responsabilidad de acción por terceros.
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

En definitiva, volvemos a encontrar temas abordados más arriba como
la alta lealtad lingüística y cultural en abstracto y una mayor dispersión
de valores cuando adhesiones emocionales, de conocimiento o de acción
se ponen en relación con la vida contemporánea y la integración a la
sociedad mayor. Destaca la identificación de esta última como partícipe
importante en la solución a los problemas que afectan la lengua y cultura.
Abundemos a continuación en algunos de estos temas.
El guión que ordena el diálogo entre una disposición general, expresada
en una consistente lealtad lingüística centrada en los atributos y
propiedades imputadas a la lengua (valoración de su conocimiento, de
la importancia intrínseca de su riqueza cultural, de su relevancia social,
de su posición axial como seña identitaria), y la ponderación de las
implicancias que emergen al considerar las presentes condiciones de
vigencia o pertinencia de esa misma lengua, nos lleva a examinar algunas
de las razones que podrían incidir en la merma que sufre la lealtad
lingüística al ser contrastada con consideraciones radicadas en el ámbito
de las prácticas y vivencias (y esto de cara tanto al mundo de las
relaciones intra mapuche, como a las relaciones interétnicas).
Los valores relativamente más bajos de adhesión lingüística se presentan
cuando la lealtad lingüística y cultural se confronta con la experiencia
histórica, la realidad social y las exigencias y desafíos de la vida social
contemporánea. Pero recordemos que se trata de una lealtad lingüística
declarada. La etnografía en los contextos mismos de aplicación de la
encuesta arrojó un recurrente diálogo en que menudearon con
entrevistados, familiares y amigos presentes las quejas, con diversos
énfasis, por la sensible pérdida de competencia en mapuzugun que se
aprecia actualmente. Precisamente, los mismos encuestados
constituyen, en elevada medida, el correlato real de esta situación, la
encarnan: la mayoría de ellos carece de competencia en mapuzugun, o
bien han ido perdiendo el acervo lingüístico en esa lengua que alguna
vez tuvieron. Nos enfrentamos entonces a una declaración de lealtad
lingüística hacia una lengua que se percibe y se siente en disminución,
en proceso de pérdida. Constatación que está por cierto en sintonía
con la situación más general de los idiomas indígenas del país: el
mapuzugun, como otras lenguas originarias está viviendo un proceso
de rápido retroceso frente al avance del castellano.
Informe de Resultados 2008
89

90
Valorar positivamente la lengua importa un “darse cuenta”, siquiera
primario, de ese valor, hacer conciencia por lo menos básica en torno a
él. Para ello es preciso que se integre en un marco que lo dote de sentido,
que supere la mera valoración de la lengua en sí misma. Es necesario
que la lengua “readquiera su valor” a partir de su vertebración en un
marco de sentido más complejo. Es lo que ilustra de manera elocuente
un dirigente y empresario mapuche de la comuna de Freire (una de las
personalidades mapuches entrevistadas en el marco de este mismo
estudio), al referirse al sentido que debe guiar los esfuerzos de
recuperación del mapuzugun: “recuperemos el idioma porque el idioma
es necesario para poder nosotros, en nuestra cosmovisión, manejar
nuestro destino. Esa es la justificación de recuperar un idioma […] sino
es como recuperar el latín; porque alguien me puede decir ¿porqué no
revitalizamos el latín que era tan completo, tan sabio, no? Si el idioma
no va a ser necesario como instrumento, como herramienta para poder
desarrollarnos bajo nuestra propia cosmovisión, y de esa manera ser
un aporte a Chile. Porque Chile va a ganar con eso, porque va a tener
un grupo de personas potenciadas, y esa potencialidad que en este
momento está suprimida, aplastada, va a salir a flote en beneficio de
Chile”. (Hugo Alcaman).
La cita es expresiva, en una versión bastante acabada, de la concepción
etnificada sobre la identidad de los pueblos indígenas que se ha ido
construyendo en las dos últimas décadas, a la luz de la cual se releva el
valor de los atributos culturales, sociales e históricos que sustentan
esa condición étnica. En esta perspectiva, la lengua es apreciada como
uno de los principales atributos de la identidad cultural revalorizada de
los pueblos indígenas. Su pérdida se interpreta entonces como pérdida
de identidad y merma de la riqueza cultural y espiritual de una sociedad
nacional multicultural. Una postura bien perfilada como la citada se
presenta en una proporción pequeña de la población mapuche de las
regiones estudiadas. Entender la lealtad lingüística hacia el mapuzugun
como rasgo integrante de una disposición más general de pertenencia
a, y valoración de, la identidad mapuche, es todavía algo presente más
bien entre intelectuales y profesionales mapuches, o incluso de dirigentes
y plantel activo de las organizaciones, y que componen lo que
genéricamente, y en su diversidad, se denomina o conoce como
movimiento mapuche. Sin embargo la contundencia de las distribuciones
de opciones presentadas más arriba llevarían a considerar el influjo,
por irradiación, que este tipo de concepciones estaría alcanzando entre
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

la población mapuche. Un reflejo de la acción e influencia de ese conjunto
de orgánicas y espacios reflexivos mapuches que aquí hemos resaltado
en su dimensión de catalizadores de una visión etnificada de la sociedad
mapuche.
Sin embargo, el activismo mapuche no es el único vector del discurso y
práctica etnificadora. Desde el retorno a la democracia el Estado,
principalmente a través de sus agencias étnicas (CONADI, Orígenes), y
de legislaciones específicas, particularmente la ley indígena de 1993,
ha jugado un rol importante en este mismo sentido. Y esto dentro de un
ambiente nacional influenciado por debates y corrientes globales que
enfatizan el valor de la diversidad, la cultural y étnica entre ellas. Las
agencias étnicas estatales y su acción (programas, proyectos y
beneficios) son profusamente conocidos por la población mapuche del
sur del país. Quizá lo sean menos para los mapuches urbanos. Nociones
y slogans como desarrollo con identidad, y esfuerzos programáticos en
torno al fortalecimiento organizacional indígena, la revalorización de la
medicina tradicional mapuche, el rescate de prácticas tradicionales
(nguillatún, palín) y a la recuperación del mapuzugun son conocidos al
menos de manera indirecta o referencial por la gran mayoría de los
sujetos mapuches. El repertorio de ideas y prácticas reseñado tiene un
efecto etnificador y se ha instalado como el lenguaje idóneo en el que
el mundo indígena organizado dialoga con las agencias estatales (las
étnicas en particular). La acción etnificante del Estado, unida al influjo
del propio movimiento mapuche, explicaría mucho de la lealtad lingüística
declarada por los encuestados. Dicha lealtad sería uno de los frutos de
la conjunción efectuada entre ambos factores. Es más, quizá una mayor
incidencia deba atribuírsele a las agencias estatales, por su cobertura y
sistematicidad; su acción cubre de manera más completa y persistente
los espacios geográficos, organizacionales y sociales en los que se
desenvuelve la vida de los sujetos mapuches.
Las lealtades lingüísticas declaradas puestas en relación con otros
elementos del test permiten advertir algunas tensiones e inconsistencias
entre líneas de respuesta que problematizan la disposición general.
Observemos dos de las afirmaciones conativas ya citadas, a saber, la
Aseveración N°17 “Los mapuches tenemos que preocuparnos más por
mantener el mapuzugun” y la N° 18 “Estoy dispuesto(a) a dedicar parte
de mi tiempo para aprender (más) mapuzugun. La primera se plantea
con un alcance general (los mapuche) y como un mandato (normativo e
Informe de Resultados 2008
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92
imperativo: “tenemos que”). Sus porcentajes acumulados de “muy de
acuerdo” y “de acuerdo” se acercan a la unanimidad (97.4%). En la
segunda, sondeando la disposición personal, las mismas opciones (“De
acuerdo” y “muy de acuerdo”) concentran un 81.4% de las respuestas.
En ambos casos la opción “De acuerdo” marca el mismo porcentaje. La
diferencia se debe al marcado descenso que sufre la categoría muy de
acuerdo en la afirmación N°18 hasta casi la mitad del primero (40,3%
contra 24,4%). Reafirmando esto, pero en movimiento inverso, las
opciones en desacuerdo e indiferente, elevan sus porcentajes en la
segunda afirmación respecto de la primera.
Si bien todavía nos mantenemos en cotas altas de lealtad lingüística, el
significativo descenso que registra la disposición personal a aprender
la lengua pueda quizás marcarse como una primera merma que un
conjunto de consideraciones centradas en la utilidad y viabilidad ejerce
sobre la referida lealtad. En la ponderación individual de la disposición
a aprender la lengua adquieren mayor peso aspectos como la dificultad
que implicaría tal esfuerzo. Recuérdese que la mayoría de la población
mapuche ya no cuenta con las competencias lingüísticas necesarias para
desenvolverse, aún a nivel básico -es decir más allá de formulas de
saludo o despedida y del manejo de algunas expresiones característicasen
mapuzugun. Entran a tallar también consideraciones acerca de la
utilidad, empleo o expectativas de logro asociadas a la re adquisición
lingüística como motivaciones para emprender el esfuerzo.
A pesar de que existe conciencia de este déficit en los habares o capital
lingüístico, paradojalmente se marcan juicios que exigen altos
desempeños comunicativos. Tal es el caso de los planteamientos que
condicionan el desempeño en la lengua vernácula a un alto dominio de
la misma. Es lo que reflejan las respuestas dadas frente a la afirmación
nº 20 “Hay que saber bien mapuzugun para hablarlo”, donde las opciones
muy de acuerdo-de acuerdo acumulan el 81,2%, contra el 14,8% que
congregan las alternativas en desacuerdo-muy en desacuerdo. Cómo
entender esto, en circunstancias que cada hablante, por poco que hable,
tiene un alto valor dado el activo retroceso que vive la lengua? Tres
factores se estarían presentando. Primero, se trata de una lengua con
variaciones y estándares estilísticos que los dominan los hablantes
conspicuos. Segundo y en relación con el punto anterior y la historia
social y política mapuche, existe una tendencia al purismo presente en
los juicios y evaluaciones acerca del desempeño de los hablantes. Y
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

tercero, la sanción social hacia la producción deficiente en mapuzugun
en las interacciones sociales, incluido el antecedente de los dos puntos
anteriores: en diversas declaraciones emitidas al calor de la encuesta,
como así también en las entrevistas a personalidades y dirigentes
mapuches, se esgrimía este factor como una suerte de justificación
para las situaciones de inhibición a hablar la lengua. En el no atreverse
a hablarla resaltaban las eventuales reconvenciones, e incluso burlas, a
que se ven expuestos, por parte de otros mapuches, aquellos que
practican el mapuzugun, aún en el medio familiar, sin tener un adecuado
dominio del mismo.
La declarada lealtad cultural y lingüística se relativiza un tanto por
contradicciones y ambigüedades relativas a sus hablantes, su
distribución, desempeño y empleo. Como hemos comprobado, los
hablantes de la lengua se concentran entre quienes tienen mayor edad,
realidad ante la cual los encuestados niegan aprobación como algo
inmutable, aunque corresponde con la realidad presente de la lengua.
Ante la afirmación N°14 “Hablar mapuzugun es cosa de ancianos”, un
77,7% se manifiesta muy en desacuerdo-en descuerdo, frente al 18%
que opta por las opciones muy de acuerdo-de acuerdo. Sin embargo,
cuando deben pronunciarse sobre la responsabilidad de los ancianos en
el traspaso y aprendizaje de la lengua a las nuevas generaciones las
opiniones se dividen claramente, como lo muestran los resultados de la
Aseveración N°19 “Principalmente es tarea de los abuelos enseñarles
mapuzugun a los niños”: muy de acuerdo-de acuerdo reúne el 48,8%,
mientras que muy en desacuerdo-en desacuerdo el 44,5%. Como vemos,
una leve mayoría apoya este aserto. En una primera lectura podría
interpretarse como el descanso que los individuos mapuches realizan,
en términos de la responsabilidad en la enseñanza de la lengua, sobre
los adultos mayores mapuches, atendido el carácter de reserva lingüística
que éstos representan. Pero, más propiamente sería el reflejo de un
proceso más profundo: el corte en la cadena de transmisión de la lengua,
junto a la pérdida de contextos de uso, que se viene acentuando desde
varias décadas atrás (y que se manifiesta en que la actual generación
de individuos mapuches de entre 20 y 40 años, los padres de aquellos
niños y jóvenes que actualmente asisten a las escuelas y liceos,
presentan un agudo déficit de competencias en la lengua vernácula). Lo
anterior sería también la causa directa de otro fenómeno, que como
comentamos más arriba, se generaliza dentro del panorama actual del
mapuzugun: la tendencia a la externalización de la enseñanza de la
Informe de Resultados 2008
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94
lengua desde las familias hacia las escuelas, particularmente aquellas
que imparten programas de educación intercultural bilingüe.
Problemático se presenta también el contraste entre la conciencia de la
erosión lingüística que sufre el mapuzugun, por una parte, y aquella
concepción que liga las posibilidades de continuidad de una cierta
identidad cultural mapuche esencial (vista de manera substantivada y
restringida a ciertos usos, prácticas y costumbres tradicionales) a la
pervivencia de la lengua vernácula, por otra. La Aseveración N°1 “Sin
mapuzugun no es posible mantener la costumbre mapuche” arrojó los
siguientes resultados: muy de acuerdo-de acuerdo un 73,7%, y muy en
desacuerdo-en desacuerdo un 22,0%. Si el mapuzugun está en proceso
de pérdida y si, como vemos en los porcentajes recién presentados,
una amplia mayoría sostiene que sin dicha lengua no es posible el
sostenimiento de la costumbre mapuche, es esta misma costumbre la
que se encuentra amenazada. Posiblemente para la intelectualidad
mapuche esto no represente ni una encrucijada tan inevitable ni una
amenaza tan seria. Esa elite esta esmerada, con todas las dificultades
y contradicciones que es dable esperar, en reconstruir una tradición al
servicio de un proyecto de futuro más amplio. La población mapuche
en cambio acoge los estímulos etnificantes en medio de un cuadro social
complejo y abigarrado, en donde los resabios de esa tradición conviven
y aún aparecen mixturados con elementos campesinos, obreros,
poblacionales. En esa vivencia el mapuzugun aparecería como un
elemento capaz de distinguir, de peculiarizar los elementos y expresiones
pervivientes de esa tradición. Esto ayudaría a explicar el sentido que
hace para la amplia mayoría de los encuestados asociar tan fuertemente
mapuzugun a costumbre mapuche.
Como sea, abrazar esta asociación resulta problemático no sólo por el
proceso de pérdida que sufre el mapuzugun, sino por las dificultades
que enfrenta esta lengua para validarse ante la propia población
mapuche y sortear así la amenaza de la intrascendencia. Requiere ganar
autoridad no sólo desde la tradición, sino que también como una
herramienta vigente, útil para desenvolverse con éxito, o al menos
satisfactoriamente, en las actuales condiciones de desarrollo de la
sociedad nacional. Las afirmaciones Nº 3, 4 y 5 abordan esta dimensión.
Para estas tres afirmaciones las menciones de rechazo (la suma de muy
en desacuerdo y en desacuerdo) son: para la primera (N°3"Los niños no
necesitan aprender mapuzugun para surgir en la vida”) un 58,3%; para
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

la segunda (N°4 “Me da pena, pero es cierto que el idioma mapuche no
le sirve a la gente indígena para mejorar su vida”) un 54,4%, y para la
tercera (“El mapuzugun no sirve para comunicarse en la vida moderna”)
un 52.4%. A la inversa, la aprobación (en que se suma muy de acuerdo y
de acuerdo) varía entre 33,9% para la primera, 36,7% para la segunda,
y 39,9% para la tercera. En tanto, la indiferencia para estas tres
afirmaciones alcanza valores que giran alrededor del 8%. Si bien el
rechazo es mayoritario, son valores que confrontan la elevada lealtad
lingüística declarada más bien en abstracto. Nótese el contraste entre
la afirmación N°17 “Los mapuches tenemos que preocuparnos más por
mantener el mapuzugun” con un 97,4% de apoyo y la afirmación N°5,
donde sólo un 52,4% toma distancia de la idea que “el mapuzugun no
sirve para comunicarse en la vida moderna”.
La lealtad lingüística sufre una muy considerable merma cuando es
revisada a la luz del potencial acordado al mapuzugun como un medio
apto para la comunicación en contextos sociales modernos y como
instrumento idóneo para ayudar a mejorar las condiciones de vida de
los mapuche, a nivel individual y colectivo. El proceso de revalorización
de la lengua vernácula en el marco del reforzamiento de la identidad
cultural colectiva mapuche, al parecer todavía no logra traspasarse sin
inconsistencias sobre aquellos dominios de articulación más concreta
con las condiciones discursivas, económicas y sociales generales. En
esto seguramente incide el desprestigio que históricamente ha marcado
en los tiempos modernos a lo mapuche y a su lengua. Desprestigio que
aún pervive y que constituye una carga onerosa al momento de competir
con las restantes formas de inscripción social y matrices de significado
que dominan en la sociedad nacional. Sin embargo, si lo consideramos
en perspectiva, esta merma no debiera resultar desalentadora: hace
menos de dos décadas y ante un ejercicio semejante al que ahora
comentamos, seguramente no hubiéramos encontrado respuestas tan
proclives hacia el mapuzugun. El hecho de que más de la mitad de los
encuestados rechace estas afirmaciones revela una validación
ascendente de la lengua entre la población mapuche, en lo que puede
considerarse un logro del actual ciclo etnificante.
Refrenda lo anterior el que los encuestados consideren que el mapuzugun
tiene elementos que aportan a la sociedad general, como lo muestran
los resultados obtenidos ante la afirmación N°11 “Los chilenos no tienen
nada que aprender del mapuzugun”. Se inclinaron por muy en desacuerdo-
Informe de Resultados 2008
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en desacuerdo: 70,5%, y muy de acuerdo-de acuerdo sólo un 23,8%.
Estos resultados permiten una lectura derivada: la población mapuche
en forma muy mayoritaria se muestra contraria, posiblemente sin
haberlo concientizado, a aquellos postulados más extremos o integristas
que se emiten desde ciertos segmentos del movimiento mapuche, en el
sentido de que la reconstrucción y el reforzamiento de la identidad
cultural mapuche es un proceso en el cual la sociedad winka no le cabe
ninguna influencia e ingerencia. Los encuestados confirman, en cambio,
que la misma revalorización del mapuzugun por parte de los mapuches
importa un redimensionamiento de su valor intrínseco como riqueza
con alcances transculturales.
Por otra parte, la revalorización del mapuzugun conlleva una exigencia
para la actual dirigencia mapuche, tal como lo apreciamos en las
respuestas dadas a la afirmación Nº 21 “Me molesta que los dirigentes
mapuches no hablen mapuzugun”, en que un 72,8% se declara muy de
acuerdo-de acuerdo, frente al 15,8% que se manifiesta muy en
desacuerdo-en desacuerdo. Resalta aquí una indiferencia relativamente
elevada: un 11,4%. Un dirigente mapuche hoy día debe hablar mapuzugun
si juzgáramos como un mandato el posicionamiento afectivo (me
molesta), la resonancia sentimental y la disposición de ánimo que esta
frase despierta. Nuevamente tendríamos que decir que hace algunos
años posiblemente hubiéramos encontrado una distribución de opciones
bastante diferente a la que ahora obtenemos.
Igualmente décadas atrás no habríamos esperado que una parte
importante de los mapuche confiaran en el Estado la tarea de recuperar
el mapuzugun. Las respuestas a la afirmación N° 22 “Mantener y
aumentar el mapuzugun es una tarea del gobierno más que de los
mapuche” arroja para muy de acuerdo-de acuerdo: 41,2% y para muy
en desacuerdo-en desacuerdo: 43,6%. Nuevamente nos encontramos
aquí con una indiferencia alta, la más alta de todo el test: 15,2%. Esa
parte importante de los mapuche esta en igualdad proporcional con
quienes creen que tal labor deben realizarla principalmente los propios
mapuches. En el actual proceso de revalorización cultural de los pueblos
indígenas del país el Estado ha jugado, como ya lo resaltamos, un papel
decisivo a través de sus agencias étnicas. Como visión y discurso
podemos concordar en que esto representa un rasgo novedoso dentro
del Estado, pero que se concreta a través de prácticas muy clásicas. El
41,1% que se acopla a esta afirmación parece entregar una respuesta
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

acondicionada a una apelación de dependencia: sí, pero también como
responsabilidad.
Es perceptible a través del test un marcado orgullo lingüístico y prestigio
étnico interno. El panorama se transforma en duda y ambigüedad a
medida que pasamos a la consideración de la inserción de la lengua y la
cultura en un marco de existencia considerablemente más abierto,
complejo y disputado, a través de cuyo tamiz se rebajan visiblemente
esas valoraciones.
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VI. VI. De De De la la Competencia Competencia Lingüística
Lingüística
Cuando se estudia la competencia lingüística de los hablantes se
consideran cuatro destrezas básicas: comprender, leer, escribir y hablar.
El Marco Común Europeo (MCM) se refiere principalmente al concepto
de competencia comunicativa la que comprende varios componentes:
el lingüístico, el sociolingüístico y el pragmático. En nuestra
investigación nos centramos en la competencia lingüística que incluye
las destrezas léxicas, fonológicas y sintácticas de una lengua,
independientemente del valor sociolingüístico de sus variantes y las
funciones pragmáticas de sus realizaciones. Un individuo concreto posee
competencia lingüística comunicativa lo que implica que no sólo se
relaciona con el alcance y la calidad de los conocimientos, por ejemplo,
las distinciones fonéticas realizadas o la extensión y la precisión del
vocabulario sino también con la organización cognitiva y la forma en
como se almacenan estos conocimientos. Los conocimientos varían de
un individuo a otro, pueden ser conscientes y de fácil expresión o
simplemente no serlo, asimismo hay variabilidad en la organización de
los mismos.
Como hemos visto, la variable de competencia lingüística se refiere al
nivel de dominio de las destrezas lingüísticas básicas, que además nos
entregar una tipología de hablantes presentes en la comunidad de habla.
Con relación al mapuzugun omitimos la destreza de escribir dadas las
condiciones actuales de carencia de hablantes alfabetizados en
mapuzugun, por lo que nos hemos centrado sólo en las destrezas de
comprensión, producción específicamente en el plano oral. En este
informe se presentamos lo siguientes aspectos:
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1. uso de saludos
2. conocimiento de conceptos de uso común
3. ubicación espacial
4. conocimiento y uso de términos de parentesco
En un segundo momento revisamos la variabilidad del mapuzugun en el
plano fonológico, variabilidad que nos permite un primer acercamiento
a la variación por zonas, lo que denominaremos variantes dialectales.
Un mismo individuo puede presentar muchas variaciones en el uso de
destrezas y de habilidades, una misma zona geográfica puede presentar
también variabilidad entre los distintos sectores en los que se ubique la
comunidad lingüística, este tipo de variación puede darse a nivel
fonético, sintáctico, morfológico o sintáctico.
TIPOS DE HABLANTES
a) bilingües mapuzugun- castellano: El primer tipo de hablantes
corresponde a aquellos que presentan un uso mayoritario del
mapuzugun, situación que se observa en los hablantes ancianos tanto
hombres como mujeres quienes se expresan fluidamente en la lengua
de estudio y responden a cabalidad la encuesta, lográndose con ellos
establecer una conversación. Este tipo de hablantes si bien tiene un
alto manejo del mapuzugun, presenta a la vez un español altamente
interferido cuando estructuran frases en este idioma, por lo que
podríamos definirlos como bilingües subordinados, que son quienes
en la segunda lengua un control menor que en la lengua materna.
(1)
Encuestador: Mari Mari lamgen, inche Carmen pigen, ¿eymi iney
pigeymi?
Entrevistado: Kewpuman, pigen
Encuestador: eymi iney pigeymi?
Entrevistado: Kewpuman pigen
(Registro 08-311-2-015-09-2-2)
b) bilingües castellano mapuzugun: este tipo de hablantes presenta
un bilingüismo más consciente y coordinado. Se trata de hablantes
que separan ambos idiomas a la hora de estructurar un discurso.
Hay un mayor control entre las dos lenguas.
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

c) bilingües pasivos: Los hablantes pasivos son aquellos que entienden
el mapuzugun y que responden en castellano. Pueden llegar a
comprender discursos complejos y extensos sin dificultad, sin
embargo no logran estructurar respuestas. Por ejemplo:
(1)
Encuestador: Mari mari, inche Daniel pigen, ¿eymi iney pigeymi?
Entrevistado: Rosa
Encuestador: mapuchezugukeymi?
Entrevistado: mas o menos no más
Encuestador: fey tamu müley miawi lamgen?
Entrevistado: may
Encuestador: chumgechi tami mapu, tami ruka?
Entrevistado: kümelkaley
Encuestador: chem mew ta küzawküleymi lamgen?
Entrevistado: küzawkelhan, no
Encuestador: küzawkelhaymi?
Entrevistado: no, dueña de casa no más
(Registro 101-1-046-05-1-1)
En este caso la entrevistada, de edad mediana, mujer, aunque
entiende muy bien el mapuzugun, no responde en este idioma sino
en castellano.
d) bilingües incipientes: corresponde a quienes en la segunda lengua,
en este caso el mapuzugun, tienen un conocimiento elemental y no
automático. Para este caso de estudio se trata de hablantes con
competencia básica.
Encuestador: inche Daniel pigen, ¿eymi iney pigeymi?
Entrevistado: Luis
Encuestador: Mapuchezugukeymi?
Entrevistado: May, may, pu peñi wenüy
Encuestador: fey tamu müleymi peñi, fey tamu müleymi peñi?
Entrevistado: fey
Encuestador: tamu müleymi?
Entrevistado: tamu müleymi
Encuestador: kimlhaymi?
Entrevistado: gelhay
Encuestador: chem müley tami mapu mew?
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Entrevistado: ¿cuál es mi tierra?
Encuestador: chem müley tami mapu mew?
¿chem mew kuzawkeymi? ¿Chem mew küzawkeymi? ¿Küzaw?
Encuestado: chaaa, esa palabra
Encuestador: ¿Goymaimi?
Entrevistado: ……..
Encuestador: en que trabaja peñi?
Entrevistado: aahh… estoy estudiando
(Registro 09-101-044-02-1-4)
El ejemplo presentado ilustra una realidad muy común, sobretodo
en hablantes juveniles como este caso. Se trata de un hablante que
manifiesta conocer el idioma, sin embargo las respuestas que entrega
en mapuzugun son incorrectas, incluso al no entender repite lo mismo
que el encuestador. Sin embargo cuando se le aplica una parte del
test correspondiente a palabras sueltas puede reconocer el
significado. Asimismo hay en él una noción del mapuzugun y una
adscripción a su origen étnico. Ha confundido la pregunta,
¿mapuchezugukeymi? Por la pregunta si él es mapuche, asimismo ha
agregado pu peñi wenüy, que corresponde a ‘los amigos y hermanos’
y que en este caso no corresponde a la pregunta efectuada, asimismo
cuando se le pregunta si el se encuentra allí presente, repite lo mismo
que el encuestador. Una vez que admite el desconocimiento responde
igualmente en mapuzugun ‘gelay’ que en este caso tampoco es
gramaticalmente correcto. Aunque se da a entender. Se trata de un
ejemplo muy interesante porque es un tipo de hablante muy común
en edades juveniles. Ahora bien, como hay interés de su parte por
continuar con el conocimiento de la lengua y sumado al manejo y
reconocimiento que tiene de algunas expresiones y palabras se trata
de un hablante que con práctica y estudios pudiera revertir su proceso
personal y adquirir el mapuzugun.
e) monolingües de español: Hablan exclusivamente un solo idioma,
no tienen competencia ninguna en el idioma mapuche, y al aplicársele
el test de competencia presentan desconocimiento de todo. Este
tipo de casos se encontró en la décima región, específicamente en
la ciudad de Osorno, veamos los ejemplos:
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

(1)
Entrevistador: Iney ta pigeymi?
Encuestado: no, no me recuerdo
Entrevistador: chew mapu müley?
Encuestado: tampoco
Entrevistador: chezugukeymi?
Encuestado: no
(Registro 10-301-1-088-16-1-1)
Este es un caso en el que el hablante durante la conversación previa
ha manifestado que conoce el mapuzugun y cuando se enfrenta al
test no logra estructurar ninguna respuesta.
De los tipos de hablantes identificados observamos que cuatro de
ellos tienen conocimiento del idioma mapuche en distintos niveles,
mientras que el quinto grupo corresponde a los monolingües de
español. Para el caso de monolingüismo en mapuzugun se registran
casos de ancianos que presentan sordera, por lo que es difícil
aventurar un monolingüismo absoluto en mapuzugun, si consideramos
las relaciones de contacto, la presencia de medios de comunicación
como radio y televisión, donde hay un constante uso del español,
pudiera darse en estos casos de un bilingüismo pasivo en castellano,
porque siempre hay un grado de comprensión de este idioma.
I. Uso de Saludos
El uso de los saludos entre los encuestados utilizando la lengua mapuche,
es muy utilizado en los sectores donde se realizaron las encuestas. La
mayoría de los entrevistados respondieron en mapuzugun a dicha
pregunta. Este aspecto resulta interesante de destacar porque nos indica
la existencia de una modalidad discursiva presente en los hablantes,
aún cuando no sean competentes en la lengua mapuche. Estamos frente
a hablantes que conocen de la existencia del idioma mapuche como un
elemento propio de su cultura y origen.
El saludo es el inicio de un tipo discursivo denominado pentukun.
Definiremos el pentukun como el saludo que se efectúa entre dos o más
personas que se encuentran, las que efectúan una serie de preguntas
para informarse acerca de los sucesos individuales, familiares y
Informe de Resultados 2008
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104
comunitarios de los interlocutores.
Pen - tuku -n
Encontrarse/ver- tocar- INF
‘encontrarse y tocarse’
Por lo que se puede entender el pentukun como un acto de encuentro,
que implica no sólo un saludo de palabras, sino también contacto físico
(darse las manos y un abrazo).
En la actualidad se observan dos tipos de pentukun:
· Pentukun informal: Este acto de saludo es considerado muy simple y
se efectúa en cualquier encuentro cotidiano entre dos o más personas.
Por ejemplo:
A: mari, mari, lamgen Buenos días hermano.
B: mari, mari lamgen Buenos días hermana
A: chumleiymi, lamgen? ¿cómo estás hermana?
B: kümelkalen, eymi kay? Yo estoy bien, y tú?
A: Kümelakalen kafey. Estoy bien también.
A: Pewkallal, Lamgen Nos vemos, hermano
B: Pewkallal, lamgen Nos vemos hermana
Sin embargo aunque se trate de un saludo mínimo, de igual forma se
estila entre los mapuche el saludo mínimo como parte de la norma
habitual
· Pentukun Formal: Este tipo de saludo es mucho mas amplio, puesto
que incluye descripciones respecto de lo que se habla. Analizando un
pentukun ritual, se pueden observar cuatro partes:
1. Se inicia el pentukun, señalando el origen familiar del hablante
(küpalme) y su origen territorial (tuwün), así como también el
estado en que han llegado al encuentro. El hablante termina de
explicar la situación de salud y estado general de los que se
encuentran a su cargo, partiendo por los más cercanos a él (familia
nuclear), los miembros de su comunidad (familia extensiva). Se
1 Weu – pi- n
grito- decir- term.verbal
‘ decir un grito’
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

finaliza esta primera parte con un grito denominado ‘weupin’ 1
2. Una vez emitido el primer weupin, el hablante expresa como es
su situación en el instante de la conversación, detallando a su
receptor aspectos de su realidad personal (küpal y tuwün). Esta
segunda parte concluye con un segundo weupin.
3. La tercera parte continúa con el segundo hablante quien comienza
a referirse a sí mismo de manera similar al hablante 1, a la vez
que pregunta al hablante 2 acerca de antecedentes de él y su
grupo que desea conocer. Finaliza emitiendo el weupin.
4. En la cuarta parte, el hablante 1, responde las preguntas del
hablante 2, a la vez que le invita a continuar el encuentro, y
ambos terminan este saludo con un weupin.
Se trata de un discurso altamente descriptivo y especifico, en el que
prima la presencia de detalles, por lo que suponemos el uso de la
nemotecnia como un recurso muy utilizado por parte los hablantes,
estableciéndose además un orden que permite que los participantes
vayan intercalando la información, teniendo como marcador el weupin,
característica que además le entrega el carácter ritual al momento de
la emisión. 2 Según Ong, ‘en el habla oral, una palabra debe producirse
con una u otra entonación o tono de voz: enérgica, excitada, sosegada,
irritada, resignada o como sea. Es imposible pronunciar oralmente una
palabra sin entonación alguna’ (1987:103), y esto precisamente lo que
ocurre en la realización del pentukun, el discurso se matiza con gestos
y entonaciones que van señalando el momento en que debe darse el
cambio entre los participantes, así como los temas que se van revisando
en cada parte.
Ong, además nos dice ‘las realizaciones orales pueden ser
impresionantes en su grandilocuencia y sabiduría de la comunidad, ya
sean prolijas, como en la narración formal, o breves y apotegmáticas,
como en los proverbios. Con todo, la sabiduría está relacionada con un
contexto social total y relativamente inviolable’ (1987:104) lo que se
corrobora en el pentukun, que generalmente tiene una duración extensa,
2 es importante señalar, que la existencia de este discurso formal en mapudungun,
pareciera ser la base de los actuales discursos políticos emitidos por los lideres
mapuche actuales, aunque éstos, según lo observado por la autora de este artículo,
presentan una ausencia de weupitun, sin embargo mantienen la estructura de
saludo e introducción en los textos discursivos actuales, por lo que se podría
afirmar, que el discurso que manejan en la actualidad muchos líderes políticos
mapuche, encuentra su sustento en esta construcción verbal
Informe de Resultados 2008
105

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con la idea que ningún detalle sea omitido.
Si bien, durante la encuesta no se realiza un pentukun formal, sólo se
realiza el saludo mínimo y se esbozan preguntas tendientes a distender
el ambiente y generar un diálogo entre encuestador y entrevistado, es
importante recurrir a la explicación acerca de la importancia del pentukun
en la cultura mapuche.
Lo que se puede observar en las encuestas de competencia respondidas
es que la mayoría (agregar %) de hablantes entrevistados respondió las
preguntas referidas al saludo, a su estancia y situación laboral de manera
adecuada, sin embargo cuando se trató de la pregunta respecto de si
hablaban mapudungun, hay una tendencia a no responderla. Si analizamos
esta oración encontramos lo siguiente:
Mapuzugukeymi?
Mapu-zugu-ke-ø-ymi
SUST-VERBO-EST-PSD-3SG
¿Hablas mapuzugun?
La oración tiene la presencia del morfema –ke- que corresponde al
aspecto estativo y que está ausente en las estructuras oracionales
anteriores. La presencia de un morfema aspectual indica que hay
elaboración en la oración, es decir, hay una complejidad en esta
estructura, complejidad que no siempre es comprendida por un hablante
de competencia básica.
II. Conceptos
En este ítem se presentan quince conceptos aislados pertenecientes a
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

Palabra Campo semántico
Txewa ‘perro’ Animales domésticos
Iñchiñ ‘nosotros varios’ Pronombres personales
Pichi ‘pequeño, diminutivo’ calificativos
Apoy ‘lleno’
Tiye ‘aquel, aquello, aquella’ demostrativos
Küpan ‘venir’ Verbo de movimiento
Liq ‘blanco’ colores
Epu ‘dos’ cantidad
Kom ‘todo’
Piwke ‘corazón’
Yu ‘nariz’ Partes del cuerpo
Fün ‘semilla’ Nombres comunes
Ilho ‘carne’
Zomo ‘mujer’
los siguientes campos semánticos:
Al revisar este item de preguntas se destacan los siguientes aspectos:
1. El campo semántico que presenta un menor número de respuestas
corresponde al concepto de “semilla”. Este concepto es el menos
respondido por los hablantes. Muchos de ellos respondieron que no
conocían el concepto en mapuzugun:
Encuestador: semilla, ¿chumgechi pigerkey semilla faw püle kay?
(¿cómo se dice semilla por este sector?)
Entrevistado: ¿en mapuche?
Encuestador: may (sí)
Entrevistado: no, ahí si que me pilló!
(Registro 09-101-2-090-05-1-5)
Existen a la vez distintas opciones de respuestas para este concepto,
que están asociadas al proceso de la siembra principalmente, tales como
/tukukan/ /ketxan/ o bien se asocia esta palabra a /kachilla/ préstamo
lingüístico del español para significar ‘trigo’, es lo que según Flores
Farfán un préstamo integrado ‘material español que la comunidad en
mayor o menor medida, utiliza como repertorio de la misma’ (1999:142).
Puede que estemos frente a la pérdida de un vocablo y que por tratarse
de un concepto genérico y no específico exista una tendencia a ser
asociado por los encuestados con actividades agrícolas. Por ejemplo:
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Encuestador: semilla kay, chem pigerkey?
Entrevistado: semilla, trigo puh, kachilla, poñü, alfiza que quiere
decir arveja
(Registro 09-102-2-019-01-1-2)
Encuestador: chem pigekey ‘semilla’? mapuchezugun mew
semilla... chem piafunmew? (¿Cómo se dice semilla en idioma
mapuche? ¿Cómo digo semilla?)
Entrevistado: semilla, poñü, kachilla, alfiz, awaz, wa…
Semilla, papa, trigo, arvejas, habas, maíz…
(Registro 10-511-2-128-02-1)
Encuestador: ¿semilla?
Entrevistado: semilla: alfiz
(Registro 10-511-2-126 Sabina)
2. El concepto para el color liq (blanco) presenta una tendencia a
variación de nominación en las zonas de Panguipulli y comunas
aledañas, asimismo en la zona cordillerana de la novena región,
como las comunas de Cunco, Curarrehue,
La variación nos muestra el uso de las siguientes palabras para esta
denominación:
/pülan/ [p®lan]
/blank/ [blank]
/plank/ [plank]
/pülank/ [p®lank]
Las cinco formas tienen los siguientes fonemas:
/p/ oclusivo, bilabial, sordo
/b/ oclusivo, bilabial, sonoro
Al revisar los registros sonoros encontramos que estos fonemas se
ubican en las mismas zonas dialectales donde el sonido se realiza. Otro
aspecto, es que según la estructura fonológica observada en cada uno
de los vocablos mencionados se trata de la mapuchización del concepto
‘blanco’, el que ha sido adaptado a la fonología del mapuzugun, de allí
el uso de fonemas sonoros o sordos dependiendo la procedencia
geográfica de los hablantes. A la vez inferimos que el término /lig/
está perdiendo vigencia de uso entre los hablantes. Al respecto se hace
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

necesario indagar las zonas en que dicha situación ocurre y las
características de los hablantes que utilizan el préstamo en vez de la
palabra original. En esta situación no se trata de préstamo lingüístico
para enriquecer el mapuzugun sino de pérdida de un concepto que está
siendo reemplazado por otro del idioma mayoritario y de mayor prestigio
en la sociedad. Esta situación nos muestra a través de este ejemplo el
proceso de desplazamiento lingüístico que vive el mapuzugun por el
castellano. Es interesante observar que muchos hablantes que
respondieron con la nativización son hablantes pertenecientes a todos
los grupos etáreos, indicador que el vocablo forma parte del conjunto
léxico de la comunidad lingüística. Tenemos también una situación de
préstamo integrado o sustitución léxica.
III. Ubicación Espacial
Las respuestas entregadas por los hablantes muestran que existen en
la mayoría de los hablantes de competencia alta, media y pasivos
comprensión de la ubicación espacial de ellos en relación con un
elemento, en este caso el mar. Cabe destacar que ‘lhafkenh’ es un
vocablo polisémico que tiene el significado de ‘mar, océano’ y ‘lago’.
Esta doble significancia no se da en todas las regiones de estudio sino
en determinadas zonas, principalmente en la región cordillerana donde
tiene la doble función.
Las respuestas obtenidas nos muestran hablantes que reconocen el lugar
de su ubicación personal en relación con el objeto mencionado, siendo
siempre acertada la respuesta para aquellos que respondieron tanto en
español como en mapuzugun.
Un aspecto importante de observar es que la ubicación espacial no
siempre se señala oralmente sino que puede ser además mediante la
gestualidad, reconociendo en este último caso los encuestadores que la
respuesta dada fue la adecuada, por lo que nos fiamos de sus registros.
(1)
Encuestador: ¿Chew püle müley ta lafken?
Entrevistado: ¿chew püle?
Encuestador: may
Entrevistado: feyta Mewin
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Encuestador: may
(Registro 10-506-2-088)
En este primer ejemplo observamos que el entrevistado identifica el
lugar donde se ubica el mar desde su ubicación. Hay plena conciencia
de ubicación espacial, así como el uso de los locativos correspondientes
a ubicación: chew como interrogativo de lugar y ‘püle’ como locativo.
(2)
Encuestador: Chew püle ti lafken, faw püle kay?
Entrevistado: Wente müley lafken
Encuestador: Feley
Este segundo ejemplo muestra el uso de otro locativo ‘wente’, indicando
que el hablante se ubica en una posición y desde allí observa donde se
ubica el cuerpo de agua, que para este caso resulta ser un lago, dado
que se trata de una comuna cordillerana, donde el concepto adquiere la
significancia de ‘río o lago’
(3)
Encuestador: ¿Chew püle müley ta lhafkenh?
Entrevistado: Lhafkenh? Naqmapu müley
Encuestador: Ah
En este tercer ejemplo el hablante nos plantea una ubicación diferente,
él se ubica en un sector alto y desde allí se ubica en dirección al mar.
‘nagmapu’ señala que el mar esta en el sector de las tierras de abajo,
el locativo es ‘nag’, lo que está abajo.
(4)
Encuestador:¿Chew püle müley ta lhafkenh, lamgen?
Entrevistado: Lhafkenh?
Encuestador: May, ¿chew püle müley?
Entrevistado: Lhafkenh müley pa’ llá, pal sur püle ka
Esta entrevistada mantiene el uso de los locativos, aunque alterna con
el castellano a la hora de ubicar el sector, que desde su posición, ubica
el mar y señala donde se encuentra.
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

El uso de locativos se mantiene y se utiliza sin mediar alternancia de
código, el locativo ‘püle’ es preciso en indicar lugar. Un aspecto a
considerar en este ítem, es que el estudio de las ubicaciones espaciales
a través del uso de locativos requeriría el uso de material audiovisual,
a fin de revisar la pragmática del discurso y la gestualidad asociada a la
misma.
IV. Terminosa de Parentesco
El sistema de parentesco mapuche presenta nombres específicos para
cada término. Catrileo (1996) distingue términos 39 términos en los
que se incluyen todas las relaciones de parentesco que van desde los
padres hasta tíos y primos y sus vínculos particulares. En el instrumento
aplicado a los hablantes se consideró el uso de dos términos de
parentesco, a partir de hablantes de avanzaran al nivel intermedio de
la entrevista:
Weku ‘tío materno’
Lhaku ‘abuelo paterno, su nieto’
Las respuestas encontradas en este estudio muestran ausencia de estos
conceptos, encontrándose tres tipos de respuestas:
· Respuesta incorrecta
· Respuesta en español
· Desconocimiento de respuesta adecuada
(1)
Encuestador: ¿eymi kimimi ta chem pigey pi ta awelu paterno?
Entrevistado: ¿awelu paterno?
Encuestador: may, ¿chem pigey?
Entrevistado: chem pigey pi ta… mmm… awelu!
Encuestador: chem pigey pi ta tío materno, ¿chem pigekey
chezugunmu?
Entrevistado: ahí no estoy…
(Registro 08-203-2-001-03-1-3)
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Se trata de un hablante de alta competencia lingüística en mapuzugun,
sin embargo, en su repertorio lingüístico no está la distinción que el
idioma tiene para los conceptualizar el parentesco y acude al uso del
genérico abuelo propio del idioma castellano. Se destaca como se ha
nativizado la palabra al vocablo awelu a la fonología del mapuche, la
bilabial /b/ se ha transformado en /w/ glide 3 que en el mapudungun
permite la construcción /we/ mientras que con la bilabial exige la
diptongación /ue/, combinación de sonido que no se da en el idioma
mapuche junto a una bilabial. Según Flores Farfán ‘la cuestión de la
nativización también pasa por el mayor o menor grado de bilingüismo,
y desde luego se produce también en función del monolingüismo. A mayor
bilingüismo podemos esperar menos nativización y viceversa, salvo con
excepciones puristas” (1999:216).
(2)
Encuestador: abuelo paterno, chumgechi pigekey mapuchezugunmu?
Entrevistado: fücha awelu
Encuestador: ¿kam tío materno? ¿Kam tío chumgechi pikemu?
Entrevistado: tío no más, no significa otra palabra.
(Registro 08-203-2-002-02-1-1)
En este ejemplo encontramos la combinación de mapuche y castellano:
Fücha ‘calificativo, indica grande, antiguo, anciano, tiempo extenso’
Awelu ‘del castellano abuelo’
El hablante crea una palabra nueva en reemplazo del concepto que el
idioma tiene para ello, ante la pérdida el hablante recurre a un sistema
combinatorio donde no queda excluido el sentido que para la cultura
tiene un ‘abuelo”, un anciano de experiencia y recorrido de vida, de allí
el uso de “fücha”. Este mismo concepto es parte del vocablo “füchache”
que indica el genérico de anciano.
En este mismo hablante observamos además que no conoce el concepto
para tío materno, declaración planteada abiertamente al responder que
no hay significado para ello. Se trata de un hablante de alta competencia
que en el uso del castellano tiene constantes interferencias del castellano
3 El glide también se conoce como semivocal o semiconsonante dependiendo de los
contextos en los que aparezca.
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

por lo que resulta una paradoja que desconozca los conceptos solicitados.
Casos como éste nos muestran parte del desplazamiento acelerado que
vive el mapudungun como una lengua minorizada frente al castellano.
(3)
Encuestador: ¿chem piafuymi eymi mapuchezugunmu, abuelo
paterno?
Entrevistado: fütache, fütache awelito
Encuestador: Pero, ¿chem piafuymi abuelo paterno?
Entrevistado: awelito no más, será no más.
Encuestador: ¿kimlhaymi?
Entrevistado: no, no.
Encuestador: ¿tío materno?
Entrevistado: malle ka!
Encuestador: ¿ñuke küpalmu?
Entrevistado: may, malle ka
(Registro 09-101-2-090-01-3-1)
Este ejemplo se revisa porque presenta similitudes con el anterior donde
hay un uso asumido del genérico abuelo, el hablante reafirma su postura
que se trata de esa palabra la que corresponde a la pregunta que se le
realiza, aunque haya insistencia de parte del encuestador. Ahora bien,
si observamos su respuesta para tío materno su respuesta es equivocada
ya que ‘malle’ corresponde a tío paterno, y aunque el encuestador le
aporta el dato de que el tío materno viene del linaje de la madre ‘ñuke
küpalmu’ aún así el mantiene su postura. Aquí tenemos un hablante de
competencia alta, que nos muestra un proceso de pérdida o ausencia
de conceptos de parentesco en su repertorio, aunque se trate de un
hablante anciano, hablante considerado en general como un hablante
‘poseedor de la lengua’ 4 .
(4)
Encuestador: abuelo paterno, ¿chem pigekey?
Entrevistado: awelu?
4 Poseedor de la lengua: hablante que maneja el idioma mapuche con una alta
competencia, tiene como primera lengua el mapudungun y ha adquirido el castellano
a través de la escolarización o el contacto con los hablantes en caso que no se haya
escolarizado (Caniguan: 2005)
Informe de Resultados 2008
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Encuestador: eymi ta mi chaw, chem piafuymi mapuzugunmu?
Entrevistado: awelito no mah puh!
Encuestador: tío materno kay, tami ñuke ñi wentxu lamgen?
Entrevistado: tío, tío no máh… weku le dicen
(Registro 09-117-2-069-02-3-1)
Si bien este ejemplo presenta la misma situación que nuestros dos
casos anteriores, hemos elegido este ejemplo para observar como este
hablante comienza señalando que no conocer el concepto tío materno, y
a medida que avanza la entrevista ella entrega la respuesta, pero a la
vez se excluye de su uso ‘le dicen’, es decir, son otros hablantes quienes
utilizan el concepto mientras él en su habla cotidiana recurre al genérico
del castellano, aunque exista la palabra en su repertorio lingüístico.
(5)
Encuestador: ¿abuelo paterno? ¿Eymi tami chaw ñi chaw?
Entrevistado: inche tañi chaw ñi chaw
Encuestador: may… ¿chem pikefimi eymi? ¿kimlaymi?
Entrevistado: chezki
Encuestador: tío materno, eymi tami ñuke ñi wentxu lamgen?
Entrevistado: ¿malle?
Encuestador: malle eymi tami…
Entrevistado: lamgen, ñi wentxu lamgen
Encuestador: no, eymi tami ñuke ñi wentxu lamgen, ¿kimlhaymi?
Entrevistado: kimlhan
(Registro 09-205-1-033-02-1-2)
Aquí tenemos un modelo de entrevistado que responde de manera
equivocada ambas preguntas, son respuestas que corresponden a lo
contrario de lo solicitado. El encuestador ha entregado información para
lograr la respuesta y a pesar de ello este hablante equivoca la respuesta.
(6)
Encuestador: lhaku, chem pigeafuy wigkazugunmew?
Entrevistada: lhaku, tía
Encuestador: ¿lhaku?
Entrevistada: por ahí me pilló…! Lhaku, ¿qué es lo que es? ¿Abuelita?
Encuestador: cerquita está… se trata de varón
Entrevistada: abuelito!
Encuestador: ahí!
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

Entrevistada: aaah!
Encuestador: weku, chem pigeafuy wigkazungunmew?
Entrevistada: ¿weku? Tío!
(Registro 10-506-2-088-01-6-1)
Este hablante tiene una competencia alta y va respondiendo la entrevista
en mapuzugun y establece una conversación fluida con su encuestador,
sin embargo cuando se le pregunta por un concepto que desconoce cambia
inmediatamente de código, es decir va del mapuzugun al castellano en
un fenómeno conocido como alternancia de códigos. Estamos frente a
un hablante que ante un elemento ausente en su repertorio acude al
otro idioma que habla y “obliga” a su interlocutor (el encuestador) a
continuar el diálogo en español.
Los ejemplos revisados nos muestran los principales tipos de respuestas
que se observan en las encuestas realizadas, donde podemos observar
el proceso que vive el mapuzugun en hablantes de alta competencia y
en cómo se descubre en ellos el desplazamiento de un concepto, dado
en contacto habitual que existe con el español.
La ausencia o pérdida de términos de parentesco propias del léxico de
un idioma y parte de su identidad lingüística y cultural, nos muestra
como no sólo se trata del proceso de desplazamiento que vive una lengua
minorizada sino también como sus patrones culturales están debilitados
y prontamente reemplazados.
Encontramos entrevistas donde el hablante presenta una competencia
alta y sin embargo, ante la pregunta de los términos de parentesco su
respuesta es incorrecta o manifiesta desconocimiento. O bien, por
ejemplo zonas donde la mayoría de los hablantes presenta
desconocimiento del término abuelo paterno ‘lhaku’ y responden
‘chacha’ y al contrastar encuestas con hablantes ancianos de la misma
zona, éstos responden adecuadamente con la palabra pertinente.
Variantes del Mapuzugun:
De acuerdo a las grabaciones escuchadas podemos distinguir zonas que
difieren unas de otras a nivel fonético principalmente. Cada una de
estas zonas tiene una denominación para la lengua de uso, estos es, los
Informe de Resultados 2008
115

116
hablantes dan al idioma un nombre, con el que además distinguen a la
lengua mapuche.
· Chedungun 5 : las zonas de la cordillera de los Andes en la VIII región,
comuna de Alto Bío Bío da esta denominación a la lengua mapuche
junto con la zona costera de la octava región, ambas zonas tienen la
particularidad de tener el mismo fonema dental fricativo sonoro
//
Observemos el cuadro fonológico:
Bilabial Labio dental Alveolar retro postal palatal velar
dental fleja veolar
Oclusiva p t t k
Nasal m n
Vibrante
múltiple
Vibrante
simple
Africada ts t
Fricativa v
Lateral
fricativa
Aproxi- w
mante
Lateral l l
aproximante
El cuadro fonológico nos muestra un conjunto de sonidos conformado
por 19 sonidos consonánticos y 6 sonidos vocálicos que se mantienen
en todas las variantes de la lengua mapuche. Asimismo en esta zona
lingüística encontramos un aspecto a nivel gramatical que marca una
diferencia con las otras variantes del mapuzugun, esto es las terceras
personas gramaticales que presentan diferencias. Observemos los
siguientes cuadros:
5 Para escribir palabras originarias de esta variante utilizaremos el grafema ‘d’ de
modo que pueda ser entendida la variación existente con las otras zonas dialectales
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

1. Las personas gramaticales 6 del mapuzugun son las siguientes:
Persona singular Dual plural
1era Iñche Inchiw Inchiñ
2da Eymi Eymu Eymün
3era Fey Fey egu Fey egün
2. En la zona descrita encontramos lo siguiente:
singular Dual plural
Iñche Inchiw Inchiñ
Eymi Eymu Eymün
Kizu kizu egu kizu egün
El uso del vocablo ‘kizu’ en sus variantes /kizu/, /kishu/ en las otras
zonas de habla mapuche es para significar ‘sólo’ ‘solitario’ y no forma
parte de los pronombres personales. En todas las otras zonas los
pronombres de tercera persona se forman con el vocablo fey.
· Tsesumun: esta denominación la entregan los hablantes de la zona
de San Juan de la Costa y la isla de Chiloé, donde además encontramos
una variante del idioma mapuche con léxico que difiere con la mayoría
de las otras zonas, sin embargo esto no impide la comunicación
entre los hablantes.
Los encuestados se autoidentifcan como ‘williche’ y son enfáticos en
señalar que su variedad de habla es distinta a la generalidad del idioma
mapuche. El cuadro fonológico que hemos obtenido con los hablantes
registrados nos presenta un conjunto de sonidos que presentamos a
continuación.
6 Veer: Augusta(1910), Harmenlink(1986), Moesbach(1925), Loncón(1996)
Informe de Resultados 2008
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Bilabial Labio dental Alveolar retro postal palatal velar
dental fleja veolar
Oclusiva p t t k
Nasal m
Vibrante
múltiple
Vibrante
simple r
Africada ts t
Fricativa s
Lateral
fricativa
Aproximante
w
Lateral l
aproximante
Este cuadro consonántico nos muestra 17 fonemas en los cuales hay la
presencia de sonidos africados y fricativos en mayor número que en las
otras variantes, asimismo observamos la no existencia de los sonidos
dentales nasal /n/ y la lateral /l/. Otro aspecto que destaca es la ausencia
del sonido vocálico /ü/
· Mapunzugun, esta acepción se escucha en los hablantes de la zona
cordillerana de Panguipulli y sus alrededores. Puede también
encontrarse el nombre de mapunchezugun. Ante la pregunta:
Encuestador: mapuzugunkeymi lamgen?
Entrevistado: mapunzuguken ka!
(Registro 10-511-2-128-06-2-1)
En el ejemplo observamos el uso de la nasal alveolar /n/ entre una
vocal y una dental, y es el hablante el que destaca el sonido.
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

Bilabial Labio dental Alveolar retro postal palatal velar
dental fleja veolar
Oclusiva p t t k
Nasal m n
Vibrante
múltiple
Vibrante
simple
Africada ts t
Fricativa f
Lateral
fricativa
Aproximante
w
Lateral l l
aproximante
Este cuadro consonántico nos muestra la presencia de 20 sonidos
consonánticos, existiendo aquí una diferenciación en el ámbito de la
sonoridad con el cuadro de la zona de Alto Bío-Bío, donde los sonidos
africados y fricativos son sordos marcando una diferencia de sonoridad
entre zonas geográficas.
· Mapuchezugun: en las zonas de Puerto Saavedra, Teodoro Schmidt
y Toltén, los entrevistados respondían a la pregunta si habla
mapuzugun, como mapuchezugun. Por ejemplo:
Encuestador: Mapuzugukeymi peñi?
Entrevistado: may, mapuchezunguken kay
(Registro 09-116-2-064-02-1-1)
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Oclusiva p t t k
Nasal m n
Vibrante
múltiple
Vibrante
simple
Africada tr Bilabial Labio dental Alveolar retro postal palatal velar
dental fleja veolar
t
Fricativa f
Lateral
fricativa
Aproximante
w
Lateral l l
aproximante
Este cuadro consonántico nos presenta 18 sonidos, existiendo similitud
entre este cuadro y el anterior, salvo por la presencia en el anterior de
algunos otros sonidos.
Chezugun 7 :
Recibe esta denominación en la zona costera de la VIII región
correspondiente a la provincia de Arauco. Los hablantes durante las
encuestas aplicadas
7 Igual que para el caso del chedungun de la zona cordillerana de las regiones VIII y
norte de la IX, usaremos el grafema “d” para escribir el mapuchezugun con el fin de
diferenciar la variante.
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

Bilabial Labio dental Alveolar retro postal palatal velar
dental fleja veolar
Oclusiva p t t k
Nasal m v n
Vibrante
múltiple
Vibrante
simple
Africada ts t
Fricativa
Lateral
fricativa
Aproximante
w
Lateral l l
aproximante
En esta zona encontramos 19 sonidos consonánticos, existiendo
similitud con el mapuche hablado en la zona cordillerana en términos de
su constitución fonológica. La diferenciación se da principalmente a
nivel gramatical.
Mapuzugun. Esta acepción en la más difundida entre los hablantes,
principalmente porque es la denominación más utilizada a nivel
académico y político y de acuerdo al uso dado por los hablantes
corresponde a la zona cercana a las comunas de Temuco, Victoria,
Lautaro, Nueva Imperial y Vilcún.
Informe de Resultados 2008
121

122
Oclusiva p t t k
Nasal m f n
Vibrante
múltiple
Vibrante
simple
Africada tr Bilabial Labio dental Alveolar retro postal palatal velar
dental fleja veolar
t
Fricativa
Lateral
fricativa
Aproximante
w
Lateral l l
aproximante
Revisando los cuadros fonéticos de las diferentes zonas dialectales
identificadas, vemos que existe el mapuzugun es un sistema lingüístico
que presenta un conjunto de sonidos homogéneos cuya diferencia es
principalmente a nivel de sonoridad: sordo/sonoro. Sin embargo hay
que destacar que en el caso del grupo de sonidos correspondiente a la
zona williche, hay mayor diferenciación a nivel de sonidos consonánticos
y vocálicos.
Considerando la ausencia de investigaciones centradas en estudios de
fonología de la lengua (lo que no quiere decir que no existan), esta
visualización a grandes rasgos de este conjunto de sonidos, es una
invitación a profundizar en estos aspectos de la lengua mapuche y de
esta manera conocer más de su estructura y de las características que
la identifican.
Situación de Contacto Lingüístico Mapuzugun - Castellano
El contacto entre las lenguas es un fenómeno que existe desde los inicios
de las lenguas en la humanidad. Se trata de una situación que ha ocurrido
y ocurre en todas las regiones de la tierra. No existe en la actualidad
una lengua que se encuentre completamente aislada y sin contacto.
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

En el caso del idioma mapuche, es una lengua que en términos históricos
precisos desconocemos todas las situaciones de contacto que ha vivido 8 ,
sin embargo actualmente podemos percibir su vinculación en el plano
léxico con el quechua y definitivamente con el castellano, lengua con la
cual lleva cinco siglos de contacto y cuyos rasgos están presentes desde
ese tiempo en el hablante de esta lengua.
Durante el periodo colonial la cultura mapuche experimenta grandes
transformaciones. Las guerras de resistencia, los pactos, el comercio y
las relaciones de frontera van acompañadas de importantes procesos
de apropiación e innovación cultural que requieren el uso inminente del
castellano. Una de las transformaciones más conocidas y emblemáticas
la constituye la apropiación del caballo que han traído los españoles, a
la vez que los mapuches encuentran una extraordinaria cantidad de
caballares en la Cordillera de los Andes, los cuales comienzan a utilizar.
Y en este mismo proceso de apropiación cultural, es donde agregamos
el ingreso de los préstamos del castellano al mapudungun,
principalmente ligado a palabras que señalan cosas que hasta ese
momento no existían en la cultura mapuche, tales como el sumpiru
‘sombrero’, kawellu ‘caballo’, waka ‘vaca’ serapaño ‘pañuelos para la
cabeza’ entre otras palabras que se acomodan a la lengua a partir de
esta fecha. Se trata de los primeros préstamos lexicales del español al
mapuche.
Como sabemos el castellano y el mapuzugun no tienen el mismo
inventario de sonidos sino que existen diferencias marcadas. Asimismo
esta situación ocurre en el ámbito de la morfología y la sintaxis. Las
observaciones con las que ejemplificamos la situación de contacto entre
los idiomas citados
Los resultados de las emisiones de los hablantes nos muestran efectos
del contacto entre el castellano y el mapuche, especialmente a nivel
morfológico y sintáctico 9 . Como se ha señalado, los hablantes a quienes
8 Hasta ahora no se ha desarrollado trabajo alguno que indique las relaciones que
existe entre el mapuzugun y otras lenguas de la región o el mundo.
9 Las situaciones de contacto a nivel fonológico, implican un análisis profundo a
nivel de sonidos, realizando comparaciones, verificaciones y descripciones de la
lengua mapuche y castellana, situación que en esta ocasión no nos convoca.
Informe de Resultados 2008
123

124
se les aplicó el test de competencia lingüística, fueron en su mayoría 10 ,
habitantes de zonas rurales, cuya actividad laboral principal es la
agricultura, de manera que los ejemplos aquí citados corresponden a
descripciones correspondientes a este ámbito.
Hasta ahora la mayoría de los análisis que se han realizado al idioma
mapuche son en el nivel morfológico, principalmente por el carácter
aglutinante y polisintético 11 del mapuzugun.
Observemos los ejemplos:
(1)
Sembrakeyiñ
Sembrar- ke- O- yiñ
VERB – ASP.EST – TIEMPO- 3PL
‘Siempre sembramos’
(Registro 10-511-2-128-02-1)
En el ejemplo (1) observamos como el verbo “sembrar” reemplaza al
verbo mapuche “ganün”. El hablante genera un nuevo verbo con base
en español y conjugación en mapuzugun. Allí vemos que el hablante ha
optado por- utilizar la raíz española y continuar el proceso con las
terminaciones del mapuche. Estamos frente a un verbo que se
“mapuchiza”, se trata de un préstamo lexical que reemplaza a un verbo
original. Los préstamos lingüísticos en algunas situaciones contribuyen
a enriquecer una lengua cuando aportan léxico nuevo a ésta, sin embargo
en situaciones como las que observamos en estos ejemplos, el préstamo
es un indicio del desplazamiento que sufre la lengua por una lengua
mayoritaria. Lo que observamos es que el desplazamiento del idioma
mapuche por el idioma español debido a la situación de contacto continuo
entre ambas 12 .
10 Con las excepciones de hablantes entrevistados en las ciudades de Temuco,
Villarrica
11 “Aglutinante, porque tiene palabras y frases verbales que se forman de la
combinación de distintas partículas llamadas sufijos o unidades con significados
que se agregan a un morfema base. El significado de estas palabras depende de la
combinación de estas partículas. Polisintético, porque cada uno de estos sufijos
tienen identidad y significados propios, además de ser segmentables” (Loncón,
33:2000).
12 Existen además razones de carácter sociolingüístico en las cuales no
profundizaremos en este apartado.
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

(2)
nielhan crialhan, crialhan ofisha müten pichin mapu
Nie-lha-n cria-lha-n cria-lha-n ofisha müten pichin mapu
Tener-NEG-1SG criar-NEG-1SG oveja no más DIMIN tierra
‘No tengo, no crío, no crío ni oveja siquiera, poca tierra’
(3)
ka txipaken visitan enfermo yo fangelikangetun ta inche
Ka txipa- ke- Ø- n visita -Ø-n enfermo yo vangelika- ngetu-Ø-n
CONJ salir- EST- PR-1SG visitar-PR-1SG enfermo 1SG
evangelica-ENF-VERB-PR-1SG
‘y yo siempre salgo a visitar enfermos, yo soy evangélica’
En los ejemplos (2) y (3) se observa una situación de uso de verbos con
raíz castellana y conjugaciones en mapuzugun. Situación que
constatamos a partir del primer ejemplo. En el ejemplo (3) se aprecia
además un proceso de verbalización de un sustantivo, lo interesante
aquí es que se verbaliza un sustantivo del español, es decir se incorpora
el concepto a la lengua, se construye según la fonología de la misma y
posteriormente se conjuga de acuerdo a sus parámetros.
En la actualidad, el idioma mapuche, carece de un estudio en el cual se
hayan indagado y profundizado las situaciones de contacto de la lengua
tanto con el español o bien con otras lenguas vecinas en los distintos
niveles de la lengua: fonológico, léxico, morfológico, sintáctico,
semántico entre otros. La lengua mapuche requiere una investigación
seria y exhaustiva con la cual contribuir a su proceso de revitalización
en las zonas que lo requieren así como también el diseño de materiales
escritos y audiovisuales para los hablantes con el fin de permitir la
continuidad y la vida del idioma más allá de las comunidades lingüísticas
rurales. O de los entornos cerrados y exclusivos en que muchas veces la
hemos encontrado.
La lengua mapuche es un patrimonio de todos los hablantes y del Pueblo
Mapuche en su conjunto, es una lengua viva y sobre cuya vitalidad son
responsables toda la sociedad en su conjunto. El mapuzugun, es hasta
ahora un idioma poco explorado y que exige mayor atención de parte de
la ciencia en su conjunto.
Informe de Resultados 2008
125

a) Diseño Muestral
Base Teórica Específica para el Estudio
VII. VII. Aspectos Aspectos Metodológicos
Metodológicos
Para esta investigación, en donde se necesitaba obtener una distribución
de las características sociolingüísticas a estudiar, se tiene como una única
alternativa el método probabilístico, con el cual se tendrán resultados,
dados ciertos márgenes de error. Teóricamente, la Ley de los Grandes
Números y los márgenes estadísticos de error derivados de ella, sólo pueden
ser aplicados efectivamente a los resultados de encuestas representativas
que se basan en muestras al azar.
Los tipos básicos de métodos de selección al azar, son los siguientes,
optándose por alguno o una combinación de ellos, dependiendo de la
complejidad de la investigación.
· El simple.
· El estratificado.
· El método de conglomerados.
· El método multietápico.
El método aplicado a esta investigación se puede definir, además de
aleatorio (al azar), como estratificado, de conglomerados, multietápico y
con una aplicación del método aleatorio simple sistemático en la selección
de las unidades a encuestar, obteniéndose la información en proporciones.
Se utilizó un muestreo estratificado según la conjunción de las variables
Área de Residencia (urbana – rural) y Grado de Competencia en el uso de la
Informe de Resultados 2008
127

128
lengua mapuche. Esta estratificación tuvo como objetivos aplicar
estrategias de muestreo diferentes en las áreas urbanas y rurales, acorde
con la forma diferente de agrupación del pueblo mapuche en ellas, obtener
estimaciones más precisas y con niveles de error estadísticos similares en
cada estrato, que permitiera posteriormente comparar resultados entre
ellos, y finalmente, disminuir la posibilidad de obtener una mala muestra o
con una distribución no tan representativa de su respectivo universo.
La selección de la muestra se realizó por conglomerados, lo que permitió
mejorar la calidad del levantamiento de los datos, ya que por una parte,
facilitó la identificación de los hogares a encuestar, y por otra, redujo el
tiempo y costo de desplazamiento de los entrevistadores.
La aplicación del método aleatorio simple sistemático, en donde cada hogar
tuvo la misma probabilidad de ser seleccionado, permitió dispersar mejor
la muestra en cada entidad seleccionada.
Los resultados de este estudio mayoritariamente son expresados en forma
de proporciones, que después fueron expandidos a sus respectivos
universos, por lo que se debió aplicar un método de muestreo que respetara
esta característica.
El método de selección de las unidades muestrales fue multietápico debido
a la existencia de más de un nivel de sorteo.
Por último, cabe consignar que la unidad básica de muestreo fue el hogar,
agrupación social que permitió obtener información respecto al individuo,
que constituye la unidad de análisis de este estudio.
Antecedentes Disponibles
Según el último Censo de Población y Viviendas de Abril de 2002, de las
15.116.435 personas empadronadas, 604.349 se declararon
descendientes del pueblo mapuche. La distribución regional del pueblo
mapuche de detalla en el cuadro siguiente:
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

Cuadro Nº 1
Distribución de la Población Total y Mapuche según Región
Población
Región Total Mapuche
1 428.594 5.443 0,9%
2 493.984 4.382 0,7%
3 254.336 2.223 0,4%
4 603.210 3.549 0,6%
5 1.539.852 14.748 2,4%
6 780.627 10.079 1,7%
7 908.097 8.134 1,3%
8 1.861.562 52.918 8,8%
9 869.535 202.970 33,6%
10 1.073.135 100.664 16,7%
11 91.492 7.604 1,3%
12 150.826 8.717 1,4%
13 6.061.185 182.918 30,3%
Total 15.116.435 604.349 100,0%
100,0% 9,4%
Fuente: Censo de Población y Viviendas, Abril de 2002.
La población mapuche representa el 9,4% de la población nacional y las
regiones de mayor concentración son la VIII, IX y X Región, además de
la Región Metropolitana que ha sido la receptora de la mayor cantidad
de inmigrantes mapuches.
De acuerdo a lo expresado en los términos de referencia, el interés de
este estudio es centrar la atención en las regiones de origen y más
densamente pobladas por la etnia mapuche. En el cuadro siguiente se
detalla la distribución de esta población total y mapuche según región y
área urbana – rural.
Informe de Resultados 2008
129

130
Cuadro Nº2
Distribución de la Población Total y Mapuche según Región y Área
Urbana - Rural
Área Región Total Mapuche
Urbana 8 1.528.306 35.908 10,1%
9 588.408 58.944 16,5%
10 734.379 47.103 13,2%
Total 2.851.093 141.955 39,8%
Rural 8 333.256 17.010 4,8%
9 281.127 144.026 40,4%
10 338.756 53.561 15,0%
Total 953.139 214.597 60,2%
Total 8 1.861.562 52.918 14,8%
9 869.535 202.970 56,9%
10 1.073.135 100.664 28,2%
Total 3.804.232 356.552 100,0%
Fuente: Censo de Población y Vivienda, Abril de 2002.
Tal como se aprecia en el cuadro anterior, la mayor parte de la población
mapuche que reside en esta zona se concentra en zonas rurales (60,2%)
y principalmente en la IX Región (40,4%) y un porcentaje no despreciable
igual a 39,8% reside en zonas urbanas.
Esta alta proporción de la población mapuche que reside en zonas urbanas,
mostró la necesidad de extender la cobertura de este estudio a las
zonas urbanas que originalmente en los términos de referencia de este
estudio, por consideraciones históricas o prácticas, ha sido restringida
a comunidades indígenas rurales. Según opinión de expertos, ambos
segmentos de población están expuestos a estímulos y factores distintos
relacionados con el uso y conservación de su lengua y cultura, lo que
avala esta ampliación de la cobertura a las zonas urbanas.
Una segunda variable relevante desde el punto de vista muestral, fue el
grado de competencia en el uso del mapudungun. Existía información
disponible de la distribución del pueblo mapuche según esta variable
estimada por la Encuesta Casen 2003, en función de las siguientes
preguntas:
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

En Chile, la ley reconoce la existencia de 8 pueblos originarios o
indígenas, ¿pertenece usted a alguno de ellos?
1. Sí, Aymará
2. Sí, Rapa-nui
3. Sí, Quechua
4. Sí, Mapuche
5. Sí, Atacameño
6. Sí, Coya
7. Sí, Kawaskar
8. Sí, Yagán
9. No pertenece a ninguno de ellos.
¿Algún miembro del hogar habla o entiende alguna de las
siguientes lenguas: Aymará, Rapa-nui, Quechua, Mapuche, Coya,
Kawaskar o Yagán?
1. Habla y entiende à ¿Cuál? ______________________
2. Sólo entiende à ¿Cuál? ______________________
3. No habla ni entiende ninguna
Cuadro Nº 3.a
Distribución de Comunas según Proporción de población Mapuche y
Grado de Competencia en el uso del Mapudungun
Grado de Competencia (Proporción de
población mapuche que habla y/o
entiende Mapudungun)
Región Proporción de población Mayor o Menor a No contesta Total
mapuche en la comuna igual a 34% 34%
8 Mayor o igual a 8% 5 1 0 6
Menor que 8% 7 34 5 46
Subtotal 12 35 5 52
9 Mayor o igual a 8% 21 7 0 28
Menor que 8% 0 3 0 3
Subtotal 21 10 0 31
10 Mayor o igual a 8% 1 23 0 24
Menor que 8% 0 16 2 18
Subtotal 1 39 2 42
Total Mayor o igual a 8% 27 31 0 58
Menor que 8% 7 53 7 67
Total 34 84 7 125
Fuente: Encuesta Casen 2003.
Informe de Resultados 2008
131

132
Cuadro Nº3.b
Distribución de Comunas según Proporción de población Mapuche y
Grado de Competencia en el uso del Mapudungun
Grado de Competencia (Proporción
de población mapuche que habla y/
o entiende Mapudungun)
Región Proporción de población Mayor o Menor a No Total
mapuche en la comuna igual a 34% 34% contesta
8 Mayor o igual a 8% 17.606 2.460 0 20.066
Menor que 8% 6.701 25.539 612 32.852
Subtotal 24.307 27.999 612 52.918
9 Mayor o igual a 8% 141.103 58.162 0 199.265
Menor que 8% 3.705 0 3.705
Subtotal 141.103 61.867 0 202.970
10 Mayor o igual a 8% 2.882 71.204 0 74.086
Menor que 8% 0 26.415 163 26.578
Subtotal 2.882 97.619 163 100.664
Total Mayor o igual a 8% 161.591 131.826 0 293.417
Menor que 8% 6.701 55.659 775 63.135
Total 168.292 187.485 775 356.552
Fuente: Encuesta Casen 2003.
El estudio se circunscribió a las 58 comunas con mayor presencia de
población mapuche (igual o superior a 8%), con lo cual se garantiza la
representación directa del 82% de la población mapuche residente en
las tres regiones en estudio. La limitación de la cobertura a sólo a 58
comunas se fundamenta principalmente en el significativo número de
comunas con baja densidad de población mapuche, y las limitaciones
del marco muestral a que tiene acceso el contratista (el INE no entrega
información básica, a nivel de vivienda, que permita identificar en
terreno los hogares que se declararon descendientes del pueblo mapuche
en el último Censo, y sólo se cuenta con información a nivel de manzanas,
lo que requería que el contratista realizara un catastro previo de hogares
mapuches para la selección de la muestra y esto, en comunas de baja
densidad, resulta muy costoso). Este criterio está fundado en la tradición
y prácticas corrientes de encuestas.
Se estratificó por zona de residencia (urbana – rural) y nivel de
competencia sociolinguística basada en antecedentes de los cuadros
3.a. Dentro de la agrupación de las 58 comunas definidas como la
población objetivo, se definieron dos estratos, uno urbano y otro rural,
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

y dentro de cada uno de ellos se subdividió la población en otros dos,
uno conformado por las comunas en que el 34% ó más de su población
mapuche habla y entiende el mapudungun, y el otro, por comunas en
que menos del 34% de su población mapuche habla o entiende su lengua
nativa.
· Estrato 1: Área Urbana – Nivel de Competencia Alto
· Estrato 2: Área Urbana – Nivel de Competencia Bajo
· Estrato 3: Área Rural – Nivel de Competencia Alto
· Estrato 4: Área Rural – Nivel de Competencia Bajo
Unidades Muestrales
El muestreo fue multietápico y la selección se hizo en tres etapas. Las
unidades muestrales fueron: la manzana censal (en el área urbana) o
comunidad indígena (en el área rural), el hogar particular y la persona.
Las Unidades Primarias de Muestreo (UPM), se seleccionaron con
probabilidad proporcional a su tamaño, medido éste en cantidad de
hogares o familias mapuches.
La selección de las Unidades Secundarias de Muestreo (USM), los
hogares, se hizo con probabilidad igual. En el área urbana, en cada
manzana se seleccionó en promedio 5 hogares, y el en área rural, en
cada comunidad se seleccionó en promedio 20 hogares, a los cuales se
les aplicó un cuestionario que recaba información para la caracterización
general, cultural y sociolinguística.
Finalmente, como se requería aplicar un instrumento para medir la
actitud sociolinguística y un test de competencia en la lengua mapuche,
fue necesario seleccionar en cada hogar una persona mayor de 10 años.
Tamaño Muestral
El tamaño de la muestra propuesto ascendió a 1.800 hogares, que
contestaron el cuestionario con preguntas de caracterización general,
cultural y sociolenguística, más 1.800 personas mayores de 10 años,
que fueron seleccionadas aleatoriamente dentro de cada hogar
encuestado mediante una tabla de selección aleatoria o de Kish (uno
por hogar).
Informe de Resultados 2008
133

134
A continuación se detalla los tamaños muestrales por Estrato y sus
respectivos márgenes de error muestral.
Cuadro N°4
Tamaño Muestral y Márgenes de Error por Estrato
Fuente: Elaboración propia
Para estimar los errores muestrales a priori, se supuso que la selección
corresponde a un M.A.S. (Muestreo Aleatorio Simple), para estimadores
de proporción con varianza máxima y un nivel de confianza de 95%. La
expresión del error muestral en función del tamaño de la muestra es de
la siguiente forma:
Donde:
Zona Nivel Universo Muestra M.E.
Urbano Alto 30.690 450 4,6%
Bajo 60.572 450 4,6%
Total 91.262 900 3,3%
Rural Alto 130.901 450 4,6%
Bajo 71.254 450 4,6%
Total 202.155 900 3,3%
Total Alto 161.591 900 3,3%
Bajo 131.826 900 3,3%
Total 293.417 1.800 2,3%
me = z*
p*q
n
me: Margen de error muestral
z : Coeficiente de confianza (z = 1,96 para un 95% de nivel de confianza)
p : proporción de casos con la característica en estudio (p = q = 0,5
para V. Máxima))
n : tamaño muestral
Selección de la Muestra y Empadronamiento
Antes de aplicar la entrevista, se realizó un empadronamiento de las
unidades primarias de muestreo para construir el marco muestral
secundario desde el cual se seleccionaron los hogares a encuestar.
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

Las unidades primarias fueron seleccionadas desde el listado de
manzanas, en la parte urbana, o listado de entidades o localidades
pobladas, en la parte rural. Las unidades primarias de muestreo fueron
identificadas en la cartografía correspondiente al mismo Censo de
Población y Viviendas de Abril de 2002, y luego, nuestro personal de
terreno, realizó el empadronamiento de cada unidad seleccionada. Este
empadronamiento consiste en el recorrido en forma ordenada y
sistemática de cada manzana o entidad poblada registrando los hogares
que la componen y sus características básicas (identificación del hogar
mediante su dirección y/o nombre de la familia, y caracterización de
sus integrantes en función de las siguientes variables: Sexo, Edad,
Actividad, y Pertenencia al pueblo mapuche.
A cada hoja de ruta se le adjuntó un croquis para ayudar al encuestador
a identificar la muestra en terreno. En Anexo Nº se adjunta el Manual
del Empadronador y Hoja de Direcciones de la muestra.
b) Procesamiento de los Datos
A medida que se realizan las entrevistas y se aplicaba el test de
competencia sociolinguística en las comunas, los cuestionarios revisados
por cada supervisor de terreno, fueron enviados a Santiago para su
posterior procesamiento.
El trabajo de procesamiento consistió básicamente en la preparación
de los cuestionarios para su ingreso a medio magnético, codificación
de las preguntas de respuesta abierta y validación final de los datos.
A continuación se detalla cada uno de estos procesos orientados a obtener
la base de datos depurada, con información válida y confiable, que
permitiera su análisis posterior.
Preparación de los Instrumentos
El proceso de preparación de los instrumentos se inició con la asignación
de un folio único para identificar y relacionar los distintos formularios
utilizados en este estudio. Los formularios aplicados en cada hogar
fueron tres:
Informe de Resultados 2008
135

136
· La encuesta sociolinguística.
· El cuestionario de actitudes linguísticas.
· El test de competencia lingüística.
Estos tres instrumentos, que el supervisor enviaba corcheteados en un
lote, eran separados en dos partes para ser procesados en forma paralela
y cada una de ellas se identificaba con un número único correlativo de
cuatro dígitos, que facilitara su posterior unión en forma confiable. De
esta forma se contó con una variable de respaldo que garantizaba el
perfecto relacionamiento de los datos una vez terminado el
procesamiento de los datos.
A continuación, una vez codificada la variable de reconocimiento de los
hogares extendidos, se enviaba a digitar simultáneamente la encuesta
sociolinguística y el test de actitudes. En forma paralela, el test de
competencia ya separado del lote original, era enviado para su
codificación y contraste con el archivo digital que contenía la grabación
de la entrevista, a la investigadora encargada del análisis
sociolingüístico.
Digitación de las Encuestas
Para ingresar los datos a la base de datos magnética se desarrolló un
programa en lenguaje Clipper. Se optó por esta modalidad debido a que
presentaba mayores facilidades para administrar bases de datos
relacionales. Además, permitía agrupar en la pantalla del computador las
variables de acuerdo a los distintos módulos que conforman el cuestionario
y separar las preguntas que se aplicaban a un integrante del hogar de las
otras preguntas que se aplicaban a todos los miembros del hogar y no
necesariamente seguir el ordenamiento original de cada instrumento. Esta
característica permitió aumentar significativamente la confiabilidad del
proceso de ingreso de datos y facilitó el trabajo de los digitadores.
En esta etapa trabajaron simultáneamente cuatro operadoras, bajo las
órdenes del mismo programador que diseñó el sistema de captura de datos.
Una vez terminada la digitación de los cuestionarios se hizo un recuento
de las encuestas ingresadas a la base de datos y se comparó los datos
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

eportados por los supervisores en el estado de avance final de terreno.
Las diferencias encontradas fueron solucionadas digitando las encuestas
faltantes o eliminando las repetidas.
Codificación de las Encuestas
El proceso de codificación de las encuestas consistió en clasificar las
respuestas abiertas mediante códigos numéricos, asignando un valor
estándar a cada tipo de respuesta, generando de esta forma un conjunto
exhaustivo y excluyente de categorías de respuestas que reflejan en
forma total, y en un número acotado, todas las respuestas recibidas.
Esta agregación de categorías permite trabajar con un conjunto menor
de tipos respuestas y obtener información más útil para análisis
estadístico.
Una vez terminada la digitación de las encuestas, se separaron las tres
variables correspondientes a las preguntas de respuesta abierta y fueron
enviadas en formato Excel al Jefe de Proyecto que se encargó
personalmente de su codificación.
En esta encuesta, las preguntas de respuesta abierta que debieron ser
codificadas fueron las siguientes:
· Pregunta 25: ¿Por qué se habla (o hablaba) mapuzugun a los niños de
la casa (habló o enseñó en el caso de no haber niños en el hogar)?
· Pregunta 26: ¿Por qué no se les habla (o hablaba) mapuzugun a los
niños de la casa (habló o enseñó en el caso de no haber niños en el
hogar)?
· ¿Cuáles son las principales fuentes de ingreso y actividades
económicas (laborales, productivas) del hogar? ¿De qué vive el hogar?
Validación de los Datos
El proceso de validación de los datos tiene por objetivo detectar y corregir
los errores cometidos por los distintos operadores durante el trabajo de
campo e ingreso de la información. Este proceso comprende las siguientes
tres etapas:
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Diseño de Malla de Validación
La malla de validación aplicada contiene la definición del recorrido de
respuestas aceptadas por cada pregunta y las respectivas subpoblaciones
que deben contestar cada pregunta. Además contiene un listado de
combinaciones de respuesta que no es posible que ocurra en la vida diaria.
El listado de situaciones improbables de ocurrir se detalla en Anexo N°2.
A partir de una tabulación preliminar de la base de datos, se realizó la
revisión de la malla de validación por el Jefe de Proyecto, quien contó con
la colaboración de un antropólogo que participó como supervisor de
encuestadores durante el trabajo de campo y su asesor metodológico
encargado de la supervisión de calidad del proceso. Esta revisión permitió
depurar y ampliar el listado de situaciones potencialmente incorrectas, e
implementar una segunda revisión con esta nueva malla de validación
ampliada.
Implementación de la malla de validación
De la misma forma en que se hizo el programa de ingreso de datos, y para
aprovechar las facilidades para administrar bases de datos relacionales,
se desarrolló un programa computacional de validación. Este programa
permitió identificar en la pantalla del computador, el error detectado y
desplegar en la misma pantalla el registro erróneo para su edición final.
El programa identifica en primer lugar los errores de rango y una vez
solucionados éstos, continúa con la revisión de los errores de consistencia
entre variables.
A medida que el revisor realiza su trabajo, los errores van siendo removidos
de la ventana hasta que el contador de errores alcanza valor cero.
Aplicación del programa de validación
El programa fue aplicado por personal con experiencia en revisión de
encuestas que habitualmente ha desempeñado estas mismas funciones en
la validación de la Encuesta CASEN y otras similares.
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

Anexos
Anexos
Anexo:1 Distribución de la Población Total y Mapuche según
Comuna, Etnia y Nivel de Competencia
Región Comuna Comuna Total Mapuche Competencia
8 8101 Concepción 216.061 4.694 2,2% 13,4%
8 8102 Coronel 95.528 2.852 3,0% 59,6%
8 8103 Chiguayante 81.302 1.933 2,4% 30,4%
8 8104 Florida 10.177 84 0,8% 12,6%
8 8105 Hualqui 18.768 307 1,6% 0,0%
8 8106 Lota 49.089 1.638 3,3% 5,3%
8 8107 Penco 46.016 823 1,8% 53,2%
8 8108 San Pedro de 80.447 2.688 3,3% 34,0%
la Paz
8 8109 Santa Juana 12.713 278 2,2% -
8 8110 Talcahuano 250.348 4.886 2,0% 5,9%
8 8111 Tomé 52.440 605 1,2% 16,3%
8 8201 Lebu 25.035 3.141 12,5% 37,0%
8 8202 Arauco 34.873 1.638 4,7% 0,0%
8 8203 Cañete 31.270 6.411 20,5% 40,1%
8 8204 Contulmo 5.838 1.064 18,2% 66,8%
8 8205 Curanilahue 31.943 1.700 5,3% 11,2%
8 8206 Los Alamos 18.632 2.460 13,2% 27,1%
8 8207 Tirúa 9.664 4.586 47,5% 45,2%
8 8301 Los Angeles 166.556 2.214 1,3% 35,6%
8 8302 Antuco 3.908 145 3,7% 0,0%
8 8303 Cabrero 25.282 348 1,4% 39,6%
8 8304 Laja 22.404 396 1,8% 11,2%
8 8305 Mulchén 29.003 642 2,2% 3,5%
8 8306 Nacimiento 25.971 326 1,3% 37,6%
8 8307 Negrete 8.579 187 2,2% 10,8%
Informe de Resultados 2008
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140
8 8308 Quilaco 4.021 100 2,5% 61,4%
8 8309 Quilleco 10.428 139 1,3% 28,3%
8 8310 San Rosendo 3.918 90 2,3% 20,2%
8 8311 Santa Bárbara 19.970 2.404 12,0% 82,4%
8 8312 Tucapel 12.777 111 0,9% -
8 8313 Yumbel 20.498 146 0,7% 0,0%
8 8401 Chillán 161.953 1.613 1,0% 0,0%
8 8402 Bulnes 20.595 148 0,7% 17,7%
8 8403 Cobquecura 5.687 103 1,8% 33,7%
8 8404 Coelemu 16.082 175 1,1% 0,0%
8 8405 Coihueco 23.583 222 0,9% 5,1%
8 8406 Chillán Viejo 22.084 236 1,1% 1,9%
8 8407 El Carmen 12.845 94 0,7% -
8 8408 Ninhue 5.738 17 0,3% 0,0%
8 8409 Ñiquen 11.421 79 0,7% -
8 8410 Pemuco 8.821 38 0,4% 65,9%
8 8411 Pinto 9.875 100 1,0% 30,9%
8 8412 Portezuelo 5.470 50 0,9% -
8 8413 Quillón 15.146 112 0,7% 15,9%
8 8414 Quirihue 11.429 93 0,8% 0,0%
8 8415 Ranquil 5.683 63 1,1% 30,6%
8 8416 San Carlos 50.088 306 0,6% 0,0%
8 8417 San Fabián 3.646 42 1,2% 26,2%
8 8418 San Ignacio 16.106 110 0,7% 0,0%
8 8419 San Nicolás 9.741 65 0,7% 0,0%
8 8420 Trehuaco 5.296 28 0,5% 30,8%
8 8421 Yungay 16.814 188 1,1% 23,8%
9 9101 Temuco 245.347 32.014 13,0% 23,6%
9 9102 Carahue 25.696 7.457 29,0% 43,7%
9 9103 Cunco 18.703 3.647 19,5% 56,6%
9 9104 Curarrehue 6.784 3.410 50,3% 27,6%
9 9105 Freire 25.514 11.120 43,6% 58,6%
9 9106 Galvarino 12.596 7.440 59,1% 69,1%
9 9107 Gorbea 15.222 1.340 8,8% 37,8%
9 9108 Lautaro 32.218 8.662 26,9% 46,2%
9 9109 Loncoche 23.037 4.923 21,4% 39,3%
9 9110 Melipeuco 5.628 2.090 37,1% 50,7%
9 9111 Imperial 40.059 21.339 53,3% 64,7%
9 9112 Padre las Casas 58.795 23.922 40,7% 61,9%
9 9113 Perquenco 6.450 2.424 37,6% 30,7%
9 9114 Pitrufquén 21.988 4.533 20,6% 37,7%
9 9115 Pucón 21.107 3.526 16,7% 20,5%
9 9116 Saavedra 14.034 8.986 64,0% 60,3%
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

9 9117 Teodoro Schmidt 15.504 5.876 37,9% 45,7%
9 9118 Toltén 11.216 3.578 31,9% 34,6%
9 9119 Vilcún 22.491 6.199 27,6% 64,1%
9 9120 Villarrica 45.531 7.817 17,2% 21,4%
9 9201 Angol 48.996 2.394 4,9% 30,8%
9 9202 Collipulli 22.354 3.538 15,8% 11,8%
9 9203 Curacautín 16.970 1.021 6,0% 9,6%
9 9204 Ercilla 9.041 4.202 46,5% 61,3%
9 9205 Lonquimay 10.237 4.546 44,4% 64,0%
9 9206 Los Sauces 7.581 1.349 17,8% 39,6%
9 9207 Lumaco 11.405 4.261 37,4% 72,2%
9 9208 Purén 12.868 2.472 19,2% 40,0%
9 9209 Renaico 9.128 290 3,2% 22,9%
9 9210 Traiguén 19.534 3.161 16,2% 39,9%
9 9211 Victoria 33.501 5.433 16,2% 33,3%
10 10101 Puerto Montt 175.938 7.925 4,5% 11,8%
10 10102 Calbuco 31.070 2.651 8,5% 5,3%
10 10103 Cochamó 4.363 143 3,3% 5,3%
10 10104 Fresia 12.804 801 6,3% 16,6%
10 10105 Frutillar 15.525 1.021 6,6% 4,9%
10 10106 Los Muermos 16.964 386 2,3% 0,0%
10 10107 Llanquihue 16.337 816 5,0% 2,6%
10 10108 Maullín 15.580 922 5,9% 2,7%
10 10109 Puerto Varas 32.912 1.359 4,1% 6,3%
10 10201 Castro 39.366 2.623 6,7% 8,0%
10 10202 Ancud 39.946 3.278 8,2% 5,2%
10 10203 Chonchi 12.572 1.247 9,9% 0,0%
10 10204 Curaco de Velez 3.403 208 6,1% 0,6%
10 10205 Dalcahue 10.693 730 6,8% 6,9%
10 10206 Puqueldón 4.160 491 11,8% 0,0%
10 10207 Queilén 5.138 866 16,9% 0,0%
10 10208 Quellón 21.823 4.865 22,3% 0,1%
10 10209 Quemchi 8.689 888 10,2% 0,6%
10 10210 Quinchao 8.976 1.566 17,4% 2,3%
10 10301 Osorno 145.475 12.517 8,6% 14,8%
10 10302 Puerto Octay 10.236 846 8,3% 0,6%
10 10303 Purranque 20.705 2.144 10,4% 11,2%
10 10304 Puyehue 11.368 1.205 10,6% 4,8%
10 10305 Río Negro 14.732 2.025 13,7% 10,0%
10 10306 San Juan de La Costa8.831 5.238 59,3% 23,6%
10 10307 San Pablo 10.162 2.120 20,9% 2,3%
10 10401 Chaitén 7.182 451 6,3% 0,5%
10 10402 Futaleufu 1.826 55 3,0% -
Informe de Resultados 2008
141

142
10 10403 Hualaihue 8.273 909 11,0% 0,6%
10 10404 Palena 1.690 108 6,4% -
10 10501 Valdivia 140.559 6.874 4,9% 10,0%
10 10502 Corral 5.463 619 11,3% 4,8%
10 10503 Futrono 14.981 2.662 17,8% 29,3%
10 10504 La Unión 39.447 3.586 9,1% 4,1%
10 10505 Lago Ranco 10.098 3.199 31,7% 9,9%
10 10506 Lanco 15.107 2.882 19,1% 60,0%
10 10507 Los Lagos 20.168 775 3,8% 12,9%
10 10508 Mafil 7.213 450 6,2% 7,3%
10 10509 San J. de la 18.223 4.202 23,1% 23,7%
Mariquina
10 10510 Paillaco 19.237 931 4,8% 1,5%
10 10511 Panguipulli 33.273 10.231 30,7% 25,9%
10 10512 Río Bueno 32.627 3.849 11,8% 3,3%
Total 3.804.232 356.552 9,4% 32,8%
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

1. Introducción
Anexo:2
Manual del Empadronador
La tarea de empadronamiento, que se realizará antes del levantamiento
de la encuesta, consiste en la obtención en terreno de un listado de
direcciones correspondientes a viviendas y hogares particulares que se
encuentren dentro de un área determinada. Además, se identificarán
los hogares con personas de origen mapuche, según la definición utilizada
en el Censo de Abril de 2002. El ordenamiento de estas direcciones
dentro de la hoja de registro debe ser igual al observado en terreno,
siguiendo algunas reglas básicas para realizar el recorrido del área a
empadronar que se explicarán más adelante.
Para realizar este empadronamiento se le hará entrega de un croquis
del área a empadronar y un conjunto de hojas especialmente diseñadas
para el registro de la información relevante.
2. Definiciones Básicas
A continuación se entrega algunas definiciones básicas que debe tener
presente al momento de realizar el empadronamiento.
Vivienda Es todo local, ubicado en un terreno o sitio, que ha sido
construido, convertido o dispuesto para el alojamiento
permanente o temporal de una o varias personas, que
constituyen uno o más hogares particulares.
Las viviendas se caracterizan por tener un acceso
independiente y separado. Esto significa que los
habitantes de la misma no necesitan pasar por recintos
de otra vivienda (living, comedor, cocina, etc.); se
puede acceder directamente a ella por un pasaje, pasillo,
corredor, patio, escalera u otro, sin alterar la privacidad
de los habitantes de otra vivienda. Además, la vivienda
está rodeada de paredes o muros que la separan de
otras viviendas.
Informe de Resultados 2008
143

144
La vivienda puede ser:
Una casa (o casa en cité), una casa en condominio,
departamento en edificio, pieza en casa antigua o
conventillo, mediagua o mejora, rancho, ruca o choza
u otro tipo: vivienda móvil, carpa, etc.
Hogar Es aquel constituido por una persona o un grupo de
personas. Al tratarse de dos o más personas, éstas
pueden tener (o pueden no tener) vínculos de
parentesco y habitualmente hacer vida en común, es
decir, se alojan y se alimentan juntas (habitan la misma
vivienda y tienen presupuesto de alimentación común.
Puede ocurrir que en una vivienda exista uno o más
hogares. Sin embargo, no puede darse que un hogar
ocupe más de una vivienda.
Son miembros del hogar:
Todas las personas que normalmente viven y comen
juntas en la vivienda. Se excluyen aquellas personas
que estuvieron ausentes más de seis meses en el último
año, exceptuándose el jefe de hogar y los niños menores
de seis meses.
También se consideran miembros del hogar a las
personas que se encuentren en las siguientes
situaciones:
Las personas que al momento de la encuesta, están
residiendo transitoriamente fuera del hogar, ya sea por
vacaciones, enfermedad, negocio, trabajo u otra razón,
siempre que los períodos de ausencia no superen los
seis meses. Estas personas por lo tanto no han definido
otro lugar de residencia habitual, es decir, que tenga
como residencia habitual solamente la vivienda que se
está encuestando.
Los extranjeros que trabajan o estudian en el país y
que han estado residiendo en la vivienda, o que tengan
intención de hacerlo, por seis meses o más.
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

Las personas que se encuentren cumpliendo condena,
sujetas a régimen de reclusión nocturna o de salida
diaria (sólo duermen en el recinto penitenciario),
siempre y cuando la persona tenga su residencia
habitual en el hogar encuestado. Los estudiantes
internos y los que estudian y residen en un lugar
diferente al de la residencia familiar, aunque
excepcionalmente excedan los seis meses de ausencia.
A diferencia de otro tipo de encuesta, las personas que
realizan servicio doméstico, y que residen
habitualmente en el hogar (servicio doméstico puertas
adentro), se considerarán como un hogar independiente
al de su empleador o patrón.
A continuación se especifican las instrucciones a las que deberá ceñirse
para realizar su trabajo. Se ha tratado de aclarar lo más posible diversas
situaciones con que puede encontrarse. Sin embargo, cuando esté en
terreno y no pueda ubicar el área asignada o tenga dudas sobre como
resolver una situación determinada, consulte a su Jefe de Grupo sus
dudas, ya sea telefónica o personalmente.
3. Instrucciones en relación al área que deberá empadronar
En el área urbana se le hará entrega de una fotocopia con la demarcación
del área o unidad de muestreo a empadronar. En el caso urbano la unidad
de muestreo corresponde a una o más manzanas censales, delimitadas
con lápiz de color o destacador. En este croquis las manzanas son
definidas mediante los nombres de las calles que la circundan. Una vez
en terreno, la primera tarea consiste en identificar en forma precisa la
manzana a empadronar, para lo cual se sugiere realizar un recorrido
previo del área, que le permita verificar si las calles corresponden a la
manzana señalada, y a continuación iniciar el empadronamiento en el
punto de partida señalado en el croquis. En áreas rurales se empleará
como unidad de muestreo un conjunto de viviendas próximas entre sí
definido en el Censo como localidad y entidad poblada.
Algunas situaciones que pueden presentársele en relación a esta área
son las siguientes:
Informe de Resultados 2008
145

146
1. Es posible que alguna de las calles que aparezcan en el croquis haya
cambiado de nombre. Deje constancia de esta situación rehaciendo
el croquis con los nombres reales de las calles, pero antes de eso
asegúrese bien que esta diferencia no corresponde a un error de
ubicación de su parte.
2. Pueden existir pequeñas entradas o pasajes que no aparezcan
dibujadas en el croquis de referencia. En este caso deberá también
rehacer el croquis y considerar todas las viviendas que se encuentren
en esas entradas o pasajes siempre que estén dentro de los límites
señalados.
Ejemplos:
Figura 1
El Rosal
Las Pataguas
Los Almendros
Los Abedulces
Croquis de Referencia
Las Pataguas
Los Almendros
3. Pueden existir pasajes o calles interiores que corten la manzana a
empadronar o parte de ella. En este caso considere separadamente
cada una de las partes en que ha quedado dividida, listándolas una
después de otra. Cuando esto ocurra enumere estas partes en el
croquis modificado en el orden en que las listó.
Ejemplo:
Figura 2
El Rosal
Las Pataguas
Los Almendros
Croquis de Referencia
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región
Los Abedulces
El Rosal
Pje. 1
Los Abedulces
Croquis Modificado en
Terreno
El Rosal
Las Pataguas
I
El Peral
II
Los Almendros
Los Abedulces
Croquis Modificado en
Terreno

En cualquiera de estas dos situaciones u otras semejantes, debe
señalar en el croquis los cambios detectados en terreno y todo aquello
que Ud. efectivamente empadronó.
4. Pueden existir bloques de departamento no identificados en el
croquis. En este caso especifique su ubicación relativa y su
numeración en el croquis modificado. Si se le ha indicado empadronar
la manzana completa deberá empadronar todos los bloques que allí
se encuentren sólo si la cantidad de viviendas no excede 100
viviendas.
4. Instrucciones para confeccionar el listado de hogares
Una vez perfectamente identificada el área a empadronar, su trabajo
consistirá en recorrer dicha área anotando en su hoja de direcciones
todos los hogares que encuentre en ella.
Deberá comenzar su listado en el lugar señalado con una X en el croquis
de su área a empadronar. Continué en el sentido contrario al movimiento
de los punteros del reloj, es decir en la dirección indicada por las flechas
junto a la X que indica el punto de partida en el croquis. Debe cubrir el
área entera dentro de los límites señalados con lápiz de color o
destacador.
Algunas de las situaciones que puedan presentársele son:
1. Por lo general cada vivienda corresponde a un sólo hogar (ver
definiciones Pág. 1), pero existen situaciones en que esto no ocurre,
aunque no es fácilmente comprobable desde el exterior. Por este
motivo usted deberá golpear la puerta de cada dirección de su
recorrido e inquirir a algún adulto responsable sobre la existencia de
uno o más grupos familiares en ella.
Asegúrese mediante preguntas adecuadas que el informante se está
refiriendo a hogares en el sentido explicado en la Página 1.
Aclarada la situación de que se trata, anote la dirección y el Nº de
personas que componen el hogar en las comunas correspondientes
de su hoja de direcciones utilice una línea separada para cada hogar.
Si en una dirección encuentra más de un hogar debe anotar en la
Informe de Resultados 2008
147

148
columna “observaciones” el nombre del jefe para cada uno de ellos.
Si se encontrara con una negativa a dar esta información o
desconocimiento por parte del entrevistado (como puede ocurrir con
los subarrendatarios) recurra a algún otro tipo de individualización
como por ejemplo: primera pieza a la derecha de la escala, fondo
del pasillo, casa interior, etc., acompañándola si lo cree necesario
con un croquis de ubicación en la hoja en blanco distinta a este tipo
de observaciones. Es fundamental que tenga presente que debe
identificar cada hogar con la suficiente claridad para que cualquiera
persona que no haya visitado previamente al área pueda ubicarlo
utilizando solamente las especificaciones que usted haya hecho. En
ningún caso crea que basta el número de personas del hogar para su
identificación.
2. Pueden existir viviendas cuya identificación sea ambigua por que
no posee un Nº municipal. En este caso anote s/n en la columna “Nº
de la casa” y ponga el nombre del jefe de hogar en la columna de
observaciones, no debe identificar por color ni por familia adelante
o atrás, siempre indague por el nombre de pila del jefe de hogar o
de la dueña de casa.
3. Puede ocurrir que una vivienda tenga dos o más puertas de entrada
con Nº diferentes. En este caso anote el número de la entrada principal
y en la columna observaciones ponga “otra entrada por números
XXX”.
4. Si al golpear la puerta de una vivienda no responde nadie a su
llamado, averigue a través de los vecinos a qué se debe esta
situación. En los casos en que la casa se encuentre desocupada en
forma permanente por estar inhabitable, porque se destinará a otro
uso, porque será demolida, etc., anote en la columna de
observaciones el código NVN. Si lo que ocurre es que sus habitantes
se encuentran fuera del trabajo, motivos de salud, vacaciones, etc.,
o la vivienda esta en venta o por arrendarse anote en la columna de
observaciones el código NHN, es decir, con el código NVN se entenderá
que la vivienda está clara y definitivamente abandonada, en cambio
con el código NHN se entenderá que los moradores de la vivienda se
encontraban ausentes en el momento del empadronamiento a la
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

vivienda está desocupada momentáneamente pero es susceptible
de ser habilitada con posterioridad.
5. Si en su recorrido encuentra viviendas o conjuntos de ellas en
construcción deje explícita esta situación en la hoja de
empadronamiento, anotando la ubicación y el Nº de casa o bloques
en construcción. El mismo criterio se aplica a la existencia de sitios
vacíos en los que podrían construirse viviendas más adelante.
6. Si en su recorrido se encuentra construcciones destinadas a fábricas,
negocios, colegios, oficinas, garages, hoteles, etc., averigue si en
su interior vive alguna persona o familia en forma permanente. Si
este es el caso inclúyala en su listado anotando en la columna de
observaciones por ejemplo “cuidador de fábrica”, “dueño de
almacén”, “mayordomo de hotel”, etc. Si no vive nadie en forma
permanente no incluya la dirección en su listado.
7. Si no existieran viviendas en el área que le corresponde empadronar
describa brevemente la situación en su hoja de direcciones, por
ejemplo: “el área entera está ocupada con construcciones destinadas
a locales comerciales y no se encontraron hogares en ellas”.
8. Puede ocurrir que en el área a empadronar las viviendas no se
encuentren alineadas como es usual y/o carezcan de numeración;
en este caso haga un croquis con la ubicación relativa de ellas, anote
en su hoja de direcciones el nombre del jefe de hogar de cada uno
de ellos y enumérelas en el croquis de acuerdo al recorrido que usted
realizó. Si no tuvieran numeración municipal o del sitio, asígneles
usted números correlativos de acuerdo al orden de su recorrido y
encierre dichos números en círculo tanto en el croquis como en su
hoja de direcciones. Haga esto último (encerrar los números en
círculo) sólo en el caso en que la numeración haya sido asignada por
usted, ya que de otra forma se originarán confusiones para identificar
posteriormente las viviendas en terreno.
Ejemplo:Viviendas dispersas y algunas sin numeración municipal.
Informe de Resultados 2008
149

150
DIRECCIONES DE LA MUESTRA
Nº Nº Calle Nº Casa/Dpto. ¿Cuántas ¿Algún Obser-
Hogar Hogar personas miembro vaciones
Secun- componen de este
dario este hogar es
hogar? mapuche?
1. Si
2. No
1 2 3 4 5 6 7 ¿Cuántos?
9
1 1 Los Almendros 340 4 2 Don Luis
1 2 340 3 2 Don Esteban
2 1 372 5 2
2 1 Los Abedules 4623 4 2
2 1 4657 4 2
5 1 Las Pataguas S/N 4 1 1 Don Nano
5 2 S/N 6 1 6 Don Luis
Cheuquepan
6 1 351 2 2
El Rosal — No hay
casas
NOTA: - A cada línea corresponde un hogar distinto
- Ante cualquier dificultad para identificar el grupo familiar
coloque el nombre de jefe en la columna de Observaciones.
9. Además para cada hogar, deberá anotar si alguno de sus integrantes
es de origen mapuche, para lo cual a continuación se adjunta la
definición utilizada por el INE.
¿Algún miembro de este hogar es Mapuche?
En caso de respuesta afirmativa anote el total de personas del hogar
con estas características en caso contrario, anote cero.
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

Anexo Nº3
Codificación de preguntas de respuesta abierta
P. 25. ¿Por qué se les habla (o hablaba) mapuzugun a los niños de la
casa (habló o enseñó en el caso de no haber niños en el hogar)?
1. Lealtad y compromiso cultural mapuche
2. Lealtad y compromiso lingüístico con el mapudungún
3. Compromiso personal o familiar para la transmisión de lengua
y cultura
4. Existencia de un ambiente lingüístico indígena propicio
5. Recurso cultural de defensa
6. Percepción de crecimiento (en el sentido de ilustración) de las
personas
7. Recurso instrumental (poder responder, poder hablar con los
abuelos, responder a requerimientos escolares, etc.)
98.Respuesta que no corresponde, es insuficiente o confusa
99.No sabe, no contesta
88.Sin registro de información
P. 26. ¿Por qué no se les habla (o hablaba) mapuzugun a los niños de la
casa (habló o enseñó en el caso de no haber niños en el hogar)?
1. La generación de los mayores (padres y/o abuelos) no conocían
la lengua, o la conocen muy poco, o eran pasivos en la lengua,
hogar funcionalmente monolingüe.
2. Hogar monolingüe o con pocos conocimientos de la lengua
indígena y con iniciativa escolar posterior en curso o
insuficiente.
3. Existiría conocimiento (variable) pero se argumentan diversos
impedimentos o falta de iniciativa para su transmisión.
4. Habría falta de conocimiento de los progenitores y/o abuelos,
junto con impedimentos, factores de contexto o falta de
iniciativa para enseñarles.
98.Respuesta que no corresponde, es insuficiente o confusa
99.No sabe, no contesta
88.Sin información registrada
P.27. ¿Cuáles son las principales fuentes de ingreso y actividades
económicas (laborales, productivas) del hogar? ¿De qué vive el
hogar?
Informe de Resultados 2008
151

152
1. Actividades silvoagropecuarias
2. Trabajo por cuenta propia no silvoagropecuario (artesano,
prestador de servicios menores como gasfitería, o mantiene
un taller de algo)
3. Pensiones, jubilaciones y subsidios
4. Actividades silvoagropecuarias y pensiones, jubilaciones o
subsidios
5. Trabajo asalariado
6. Ingresos profesionales
7. Actividades silvoagropecuarias y trabajo asalariado
8. Actividades silvoagropecuarias, trabajo asalariado y pensiones
9. Actividades silvoagropecuarias y trabajo por cuenta propia
10.Actividades silvoagropecuarias, trabajo por cuenta propia y
pensiones, jubilaciones y subsidios.
98.Respuesta que no corresponde, es insuficiente o confusa
99.No sabe, no contesta
88.Sin registro de información
Nivel de competencia
1. Sin competencia en mapuzugún
2. Competencia Básica activa
3. Competencia Básica pasiva
4. Competencia media activa
5. Competencia media pasiva
6. Competencia alta activa
7. Competencia alta pasiva
99.No evaluado
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

Anexo: 4
CUADERNO DE CÓDIGOS INSTRUMENTO MEDICIÓN DE COMPETENCIA
Para cada individuo sometido a la medición de competencia se incorporan
todas las variables de caracterización de la encuesta de hogar. Esto
incluye:
a) Folio de encuesta
b) Identificación del hogar entrevistado
c) Características sociodemográficas de la persona evaluada
d) Características sociolingüísticas declaradas
e) Variables de conexión con características del hogar
f) Variable de conexión con familiares (de la hoja 1)
g) Variable de conexión con pregunta N°22 de la encuesta de hogar.
h) Variables del test de competencia:
1. Nivel 1, comprensión de expresiones básicas del inicio de una
conversación, activo, expresión 1:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta evaluada como adecuada en mapudungún
2= pasivo (responde en castellano)
2. Nivel 1, comprensión de expresiones básicas del inicio de una
conversación, activo, expresión 2:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta evaluada como adecuada en mapudungún
2= pasivo (responde en castellano)
3. Nivel 1, comprensión de expresiones básicas del inicio de una
conversación, activo, expresión 3:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta evaluada como adecuada en mapudungún
2= pasivo (responde en castellano)
4. Nivel 1, comprensión de expresiones básicas del inicio de una
conversación, activo, expresión 4:
Informe de Resultados 2008
153

154
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta evaluada como adecuada en mapudungún
2= pasivo (responde en castellano
5. Nivel 1, comprensión de expresiones básicas del inicio de una
conversación, activo, expresión 5:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta evaluada como adecuada en mapudungún
2= pasivo (responde en castellano
6. Nivel 1, manejo de conceptos de uso común, pronombre: inchiñ:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta correcta en castellano
2= respuesta incorrecta
7. Nivel 1, manejo de conceptos de uso común, parte del cuerpo: nariz:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta correcta en mapudungún
2= respuesta incorrecta
8. Nivel 1, manejo de conceptos de uso común, numeral: epu:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta correcta en castellano
2= respuesta incorrecta
9. Nivel 1, manejo de conceptos de uso común, nombre: semilla
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta correcta en mapudungún
2= respuesta incorrecta
10. Nivel 1, manejo de conceptos de uso común, calificaivo: blanco:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta correcta en mapudungún
2= respuesta incorrecta
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

11. Nivel 1, manejo de conceptos de uso común, pronombre: tiye:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta correcta en castellano
2= respuesta incorrecta
12. Nivel 1, manejo de conceptos de uso común, nombre: carne:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta correcta en mapudungún
2= respuesta incorrecta
13. Nivel 1, manejo de conceptos de uso común, verbo: venir:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta correcta en mapudungún
2= respuesta incorrecta
14. Nivel 1, manejo de conceptos de uso común, nombre: antü:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta correcta en castellano
2= respuesta incorrecta
15. Nivel 1, manejo de conceptos de uso común, calificador: todo:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta correcta en mapudungún
2= respuesta incorrecta
16. Nivel 1, manejo de conceptos de uso común, nombre: perro
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta correcta en mapudungún
2= respuesta incorrecta
17. Nivel 1, manejo de conceptos de uso común, calificativo. apoy:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta correcta en castellano
2= respuesta incorrecta
Informe de Resultados 2008
155

156
18. Nivel 1, manejo de conceptos de uso común, nombre: mujer:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta correcta en mapudungún
2= respuesta incorrecta
19. Nivel 1, manejo de conceptos de uso común, calificativo: pequeño:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta correcta en mapudungún
2= respuesta incorrecta
20. Nivel 1, manejo de conceptos de uso común, nombre: piwke:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta correcta en castellano
2= respuesta incorrecta
21. Nivel 1, producción de frases descriptivas (animales), activo, 1:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= una respuesta
2= dos respuestas
3= tres o más respuestas
4= respuestas en español (pasivos)
22. Nivel 1, producción de frases descriptivas (aves), activo, 2:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= una respuesta
2= dos respuestas
3= tres o más respuestas
4= respuestas en español (pasivos)
23. Nivel 2, comprensión respecto de la ubicación espacial del
entrevistado, activo, 1:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta adecuada en mapudungún
2= respuesta adecuada en castellano (pasivo)
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

3= respuesta incorrecta en mapudungún
4= respuesta incorrecta en castellano
24. Nivel 2, comprensión y uso de numerales o negación por el
entrevistado, activo, 2:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta adecuada en mapudungún
2= respuesta adecuada en castellano (pasivo)
3= respuesta incorrecta en mapudungún
4. Respuesta incorrecta en castellano
25. Nivel 2, comprensión de los medios de transporte del entrevistado,
activo, 3:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta adecuada (positiva o negativa) en mapudungún
2= respuesta adecuada (positiva o negativa) en castellano
(pasivo)
3= respuesta incorrecta en mapudungún
4= respuesta incorrecta en castellano
26. Nivel 2, uso de pronombres y formas verbal dual en el mapundungún,
activo, 1:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta correcta en castellano
3= respuesta incorrecta en castellano
27. Nivel 2, uso de verbo, negación y tiempo verbal plural en el
mapundungún, activo, 2:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta correcta en mapudungún
2= respuesta incorrecta en mapudungún
3= respuesta incorrecta en castellano (pasivo)
28. Nivel 2, uso de verbos, negación y tiempo verbal futuro en primera
persona con el mapundungún, activo, 3:
Informe de Resultados 2008
157

158
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta correcta en castellano
2= respuesta incorrecta en castellano
29. Nivel 2, uso de verbo y relación sujeto-objeto (primera a tercera
persona singular) en el mapundungún, activo, 4:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta correcta en castellano
2= respuesta incorrecta en castellano
30. Nivel 2, uso de verbo y relación sujeto-objeto plural (primera persona
singular a tercera persona plural) en el mapundungún, activo, 5:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta correcta castellano
3= respuesta incorrecta en castellano
31. Nivel 2 producción, uso de términos de parentesco, activo 1:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta correcta en mapudungún
2= respuesta incorrecta en mapudungún
3= respuesta en castellano, inadecuada en mapudungún
32. Nivel 2 producción, uso de términos de parentesco, activo 2:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta correcta en mapudungún
2= respuesta incorrecta en mapudungún
3= respuesta en castellano, inadecuada en mapudungún
33. Nivel 2 producción, uso de términos de parentesco, activo 3:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta correcta en mapudungún
2= respuesta incorrecta en mapudungún
3= respuesta en castellano, inadecuada en mapudungún
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

34. Nivel 2 producción, uso de términos de parentesco y estado de
vida (-em), activo 4:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta correcta en mapudungún
2= respuesta inadecuada en mapudungún
35. Nivel 2 producción:descripción de las labores de siembra, activo1
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta correcta en mapudungún
2= respuesta insuficiente en mapudungún
3= respuesta en castellano (pasivo)
4= respuesta incorrecta en castellano
36. Nivel 2 producción, descripción de ceremonia tradicional, activo2
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta correcta en mapudungún
2= respuesta insuficiente en mapudungún
3= respuesta en castellano (pasivo)
37. Nivel 3, comprensión de un texto descriptivo de artefacto doméstico
y comida tradicional, pregunta 1: descripción de la construcción del
artefacto doméstico:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta adecuada en mapudungún
2= respuesta insuficiente en mapudungún
3= respuesta en castellano (pasivo)
38. Nivel 3, comprensión de un texto descriptivo de artefacto doméstico
y comida tradicional, pregunta 2: descripción de la forma de uso del
artefacto doméstico:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta adecuada en mapudungún
2= respuesta insuficiente en mapudungún
3= respuesta en castellano (pasivo)
Informe de Resultados 2008
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39. Nivel 3, comprensión de un texto descriptivo de artefacto doméstico
y comida tradicional, pregunta 3: descripción de la preparación de la
comida tradicional:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta adecuada en mapudungún
2= respuesta insuficiente en mapudungún
3= respuesta en castellano (pasivo)
40. Nivel 3, comprensión de un texto descriptivo de artefacto doméstico
y comida tradicional, pregunta 4: consumo y valoración personal de la
comida tradicional:
Código: 0= incapacidad de respuesta
1= respuesta adecuada en mapudungún
2= respuesta insuficiente en mapudungún
3= respuesta en castellano (pasivo)
41. Nivel 3, producción de texto generado por el entrevistado como
mínimo durante un periodo de 3 minutos:
Código: 0= incapacidad de producción
1= producción competente durante al menos el tiempo mínimo
solicitado
2= producción competente durante menos del tiempo solicitado
3= producción sin fluidez durante menos del tiempo solicitado
42. Nivel 3, producción de texto generado por el entrevistado como
mínimo durante un periodo de 3 minutos, uso de vocabulario:
0= incapacidad de respuesta
1= predominio de conceptos en mapudungún de uso común
2= interferencia notoria de conceptos castellanos de uso
común
43. Nivel 3, producción de texto generado por el entrevistado como
mínimo durante un periodo de 3 minutos, uso de personas gramaticales:
0= incapacidad de respuesta
1= predominio de personas gramaticales en mapudungún
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

2= interferencia notoria de personas gramaticales del
castellano
44. Nivel 3, producción de texto generado por el entrevistado como
mínimo durante un periodo de 3 minutos, uso de verbos:
0= incapacidad de respuesta
1= predominio de verbos en mapudungún
2= reemplazo verbos mapuche por otros equivalentes del
castellano.
Nota: todas las preguntas posteriores al punto en que el entrevistado
no puede seguir respondiendo se consignan con código 0= incapacidad
de respuesta.
Informe de Resultados 2008
161

162
a. Consistencia Personas
Anexo Nº 5
MALLA DE VALIDACIÓN
Error Descripción de error Sintaxis
1 No existe J. de Hogar o
existe más de un J. de Hogar Suma(P1=1) > 1 ó Suma(P1=1) = 0
2 Existe más de un Cónyuge
en el hogar Suma(P1=2) > 1
3 Edad de J. de Hogar 9)
(1 a 6 ó 9)
11 Tipo Educación “Básica” y
Curso fuera rango (1 a 8 ó 9) P7t = 3 y (P7c < 1 o P7c >9)
12 Tipo Educación “Humanidades”
y Curso fuera rango P7t = 4 y (P7c < 1 o (P7c > 6 y
(1 a 6 ó 9) P7c < 9) o P7c >9)
13 Tipo Educación “Media CH” y P7t = 5 y (P7c < 1 o (P7c > 4 y
Curso fuera rango (1 a 4 ó 9) P7c < 9) o P7c >9)
14 Tipo Educación “Media TP” y P7t = 6 y (P7c < 1 o (P7c > 5 y
Curso fuera rango (1 a 5 ó 9) P7c < 9) o P7c >9)
15 Tipo Educación “Tecnica
Antigua”y Curso fuera rango P7t = 7 y (P7c < 1 o (P7c > 6 y
(1 a 6 ó 9) P7c < 9) o P7c >9)
16 Tipo Educación “CFT” y (P7t = 8 ó P7t = 9) y (P7c < 1 o
Curso fuera rango (1 a 4 ó 9) (P7c > 4 y P7c < 9) o P7c >9)
17 Tipo Educación “I.P.” y Curso (P7t = 10 ó P7t = 11) y (P7c < 1 o
fuera rango (1 a 5 ó 9) (P7c > 5 y P7c < 9) o P7c >9)
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

18 Tipo Educación “Universita- (P7t = 12 ó P7t = 13 ó P7t = 14)
ria” y Curso fuera rango y (P7c < 1 o P7c >9 o P7c=8)
(1 a 7 ó 9)
19 Tipo Educación “Sin dato” y P7t = 99 y P7c 9
Curso distinto de “Sin dato”
20 Salto P8a - P8b (P8a = 1 y P8b = b) o (P8a = 2 y
P8b b)
21 Salto P8a - P9 (P8a = 1 y P9 = b) o (P8a = 2 y
P9 b)
22 No estudia ectualmente y
Ausencia por “Estudio” en
P8b P6 = 2 y P8b = 2
23 Menor de edad y Ausencia
por “Trabajo” P3 < 14 y P8b = 1
24 Menor de 5 años y contesta
P10 P3 < 5 y P10 b
25 Mayor o igual a 5 años y no
contesta P10 P3 > 4 y P10 = b
26 Contesta P10 (1 a 4, 9) y no ((P10 < 5 ó p10 = 9) y P11 = b)) ó
contesta P11 o viceversa (P10 = 5 y P11 b)
27 Contesta P10 (1 a 4, 9) y no ((P10 < 5 ó P10 = 9) y P12a = b)
contesta P12a o viceversa ó (P10 = 5 y P12a b)
28 Contesta P12b y no contesta
P12a P12b b y P12a = b
29 Contesta P12c y no contesta
P12b P12c b y P12b = b
30 Contesta P12d y no contesta
P12c P12d b y P12c = b
31 Contesta P12e y no contesta
P12d P12e b y P12d = b
32 Contesta P12f y no contesta
P12e P12f b y P12e = b
33 Contesta P12g y no contesta
P12f P12g b y P12f = b
34 Contesta P12h y no contesta
P12g P12h b y P12g = b
35 Contesta P10 (1 a 4, 9) y no ((P10 < 5 ó p10 = 9) y P13 = b)) ó
contesta P13 o viceversa (P10 = 5 y P13 b)
36 Contesta P10 (1 a 4, 9) y no ((P10 < 5 ó p10 = 9) y P14 = b)) ó
contesta P14 o viceversa (P10 = 5 y P14 b)
37 Sato P14 - Blanco P15 a P21 (P14 = 2 y (P15 b ó … ó P21
b)
38 Salto P14 - P15 (P14 = 1 y P15 b) ó (P14 = 2 y
Informe de Resultados 2008
163

164
P15 = b)
39 Salto P14 - P16 (P14 = 1 y P16 b) ó (P14 = 2 y
P16 = b)
40 Sato P16 - Blanco P17 a P21 (P16 = 2 y (P17 b ó … ó P21
b)
41 Salto P16 - P17 (P16 = 1 y P17 b) ó (P16 = 2 y
P17 = b)
42 Salto P16 - P18 (P16 = 1 y P18 b) ó (P16 = 2 y
P18 = b)
43 Salto P16 - P19 (P16 = 1 y P19 b) ó (P16 = 2 y
P19 = b)
44 Salto P19 - Blanco P20a a (P19 > 3 y P19 < 6) y (P20a b ó
P20f … ó P20f b)
45 Salto P19 - P20a (P19 > 0 y P19 < 4) y P20a = b
46 Contesta P20b y no contesta
P20a P20b b y P20a = b
47 Contesta P20c y no contesta
P20b P20c b y P20b = b
48 Contesta P20d y no contesta
P20c P20d b y P20c = b
49 Contesta P20e y no contesta
P20d P20e b y P20d = b
50 Contesta P20f y no contesta
P20e P20f b y P20e = b
51 Mayor o igual a 5 años y No P3 > 4 y (P21_1 = b y … y
contesta P21_1 a P21_11 P21_11 = b)
52 Menor de 5 años y Contesta P3 < 5 y (P21_1 b ó … ó
P21_1 a P21_11 P21_11 b)
b.Consistencia Hogar
Error Descripción de error Sintaxis
(A0=1 y (A1a=b o A1b=b o A1c=b))
o (A0=2 y (A1ab o A1bb o
101 Salto A0 - A1 a A10 A1cb))
(P24=1 y (P25=b o P26b)) o
102 Salto P24 - P25 y P26 (P24=2) y (P25b o P26=b))
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

Conclusiones
Conclusiones
Son notorias en el presente las diferencias regionales de distribución
de la lengua mapuche. Como se puede suponer, tal variación es en lo
general atribuible a los distintos procesos de conformación de las
sociedades regionales y a los patrones de relaciones sociales que allí se
fueron desarrollando. Lo es en el sentido que define condiciones o
parámetros externo e internos en que la existencia de la lengua se
desenvuelve históricamente.
La Araucanía tiene una incorporación comparativamente tardía al pleno
dominio nacional (finales del siglo XIX, a partir de la llamada
“Pacificación de la Araucanía”), precediéndole un periodo de siglos de
autonomía territorial y, en esa medida de desenvolvimiento de la lengua
igualmente no sujeto a condicionamientos externos 13 . No quiere esto
decir que la lengua carezca de influencias del castellano (así lo atestigua
el numeroso vocabulario que fue incorporando), como también,
corresponde decirlo, influencia del mapuzugun en el castellano de Chile.
Pero hasta ese momento no existe un dominio político estatal externo
que imponga condiciones e instituciones que obliguen a la adopción de
la lengua general. Y tampoco una organización de la sociedad en la que
los mapuche coexistan bajo condiciones de subordinación social, local y
regionalmente, con contingentes numerosos de personas de otras
proveniencias étnicas, hablantes exclusivos del castellano o,
simplemente, no hablantes del mapuzugún. La esfera del mercado es
quizá la que más tempranamente fue obligando al aprendizaje del
13 Salas, 1996:266, comparte nuestro juicio acerca de que la pérdida de autonomía
territorial y política representa un parteaguas en la suerte de la cultura y lengua
mapuche.
Informe de Resultados 2008
165

166
castellano por numerosos mapuche, como también a algunos agentes
locales de mercado “chilenos” aprender el mapuzugun. De esta manera,
no siempre el bilingüismo mapuzugun-castellano fue en la Araucanía un
asunto puramente mapuche. Se recuerda como, con seguridad hasta
principios del siglo XX, almaceneros de pueblo, pequeños comerciantes
ambulantes en el campo y chilenos pobres afincados entre indígenas
manejaban con distinta fortuna y destreza el mapuzugun.
Todo aquello cambió con la plena anexión del territorio mapuche al
dominio chileno. En los primeros cincuenta años la Araucanía adquirió
su conformación actual en materia de poblamiento, urbanización (con
un sistema en red de pueblos y ciudades a partir de un eje longitudinal
y otros secundarios en sentido perpendicular) y comunicaciones
(ferrocarriles, caminos y carreteras). Se establece un régimen de
propiedad de la tierra que incluye la campesina “reduccional” para los
mapuche, mediana y a veces gran propiedad agrícola y campesinado no
indígena en áreas marginales. La organización del Estado toma forma
rápidamente a través del funcionamiento de un régimen de
administración, instituciones judiciales y un sistema político regional
local, provincial y regional. Un papel importante jugarán en lo sucesivo
y para la materia que aquí nos ocupa la escuela pública 14 y la privada,
esta última a cargo de órdenes religiosas católicas y protestantes (por
ejemplo, en Quepe, Cholchol, Villarica e Imperial) con escuelas e
internados y escuelas urbanas asociadas. Desde hace algunas décadas
se suman escuelas rurales particulares. Pero también la conscripción
militar contribuye desde hace un siglo, además de la escuela, a la
escolarización mapuche masculina y a la generalización del castellano.
El sistema de relaciones interétnicas se redefine dramáticamente,
ocupando los mapuche posiciones de resistencia en la pobreza frente a
las presiones externas (por las tierras a las que se les redujo), a la vez
que abriéndose ampliamente hacia una “integración respetuosa” y, como
parte de ello, organizándose, buscando y demandando espacios de
participación política y social. Con todo, la memoria colectiva de unos
y otros, la atenazante pobreza, su dependencia económica, la
concentración de poder social y político en los empresarios agrícolas e
14 El sistema escolar completa su expansión por todas las áreas rurales en la década
de 1960.
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

industriales, las tensiones y conflictos locales que a veces escalaron a
dimensiones provinciales, ninguno de ellos los condujo a la integración
imaginada y esperada. Más bien se reelaboran representaciones que
estipulan diferencias, se reprodujeron y reinventaron estereotipos y se
construyeron prejuicios (“indio flojo, borracho y ladrón”; “winka
mentiroso, abusador, usurpador”, etc.) que naturalizan relaciones
marcadas por la explotación, la distancia social, a veces por la violencia.
Se forma una versión moderna de un sistema de relaciones interétnicas.
Posiblemente se trata de la única región del país en que ello es así de
nítido y brutalmente efectivo. Según este estado de cosas, la
contradicción entre una demanda de integración y la formación de un
sistema de relaciones interétnicas creada bajo las condiciones
estructurales modernas de la región, que fundamentalmente segrega y
también, a su modo, autoexilia, caracteriza el proceso histórico mapuche
del último siglo y medio.
Culturalmente esta contradicción se expresa en posiciones de afirmación
y valoración indígena de la historia, de sus prácticas sociales, de la
lengua, de sus creencias religiosas y, al mismo tiempo, sosteniendo
una persistente demanda a la clase política regional y a las agencias del
Estado por incorporación digna a la nación, acceso a la escolarización,
generalización del aprendizaje del castellano, profesionalización de
aquellos más capaces 15 . Las tensiones culturales que esto genera parecen
ser variadas. Una de ellas es la ambivalencia en los juicios y aserciones
que pueden apreciarse en los discursos sobre la cultura y la lengua, la
propia y la nacional 16 . Un aspecto de estas perspectivas encontradas es
la responsabilidad que se le adosa al Estado por la agresiva relación que
sus agencias guardan con la cultura y la lengua, y otro con las
insuficiencias y problemas que en este campo presentan esas mismas
agencias en la entrega de educación y en otorgar mayores oportunidades
culturales a los niños y jóvenes mapuche. La educación y la
castellanización asociada se han constituido internamente en algo
necesario e indispensable y al mismo tiempo se le critican sus efectos
etnocidas.
15 Ella no se ha resuelto, aunque ha cambiado la formación discursiva y el programa
desde el que se procesa: de uno asimilacionista a otro de la multiculturalidad.
16 Acerca de ello también nos hemos referido en el informe de investigación “Lengua,
cultura y educación intercultural en la Región Metropolitana. Estudio cualitativo
en colegios de comunas con alta presencia indígena” (Gundermann y Godoy, 2005).
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Estas perspectivas encontradas no develan suficientemente, entonces,
la complejidad de las relaciones en el campo educativo y lingüístico.
Conviene apreciarlo en las circunstancias locales de vida en que desde
casi un siglo a esta parte se desenvuelve la gente mapuche. Una
importante dependencia e interdependencia se aprecia en materias
económicas (trabajo agrícola, comercialización, abastecimiento
alimentario, subsidios y pensiones), en la demanda masiva de educación
que en un segundo nivel se dirige a pueblos y pequeñas ciudades, en
algunas formas de sociabilidad (asociado a la expansión del fútbol, por
ejemplo) que en algunas zonas son concurridas por una amplia gama de
población. Y hacia afuera de los espacios locales, es de larga data la
expulsión sistemática de contingentes de mapuches a otras regiones
del país para sortear la miseria en que los pone el minifundio y la
degradación de tierras y recursos productivos. Es en todo ello, sus
vicisitudes y problemas que en la Araucanía de un modo más intenso
quizá que en cualquier otra parte, va reproduciéndose la versión cultural
de un sistema de relaciones grupales estructuradas contradictoriamente
por la diferencia, la distancia y, a la vez, la dependencia y el anhelo de
integración.
Con una historia de relaciones interétnicas algo diferente a la que se
presentó más al norte, en las actuales regiones de Los Ríos y Los Lagos
las relaciones coloniales entre indígenas, españoles y criollos fueron
una realidad de larga duración. Esta misma zona no gozó de modo
equivalente a la Araucanía de un régimen de tierras reduccional y
protección jurídica (por precaria que esta haya sido), lo que facilitó,
dejó impunes y consagró numerosos desplazamientos violentos y abrió
la puerta a relativamente mayores expoliaciones de tierras. Por ello es
que en esa extensa área encontramos una distribución indígena
concentrada en la cordillera andina (zona de Panguipulli y Ranco, por
ejemplo) y de la Costa (San Juan de la Costa), o en el extremo sur de la
isla de Chiloé, con mucho menos presencia en las tierras de la depresión
central. Atendido el que, además, durante finales del siglo XIX y en
especial durante el siglo XX la población indígena no fue tan numerosa
como más al norte, las relaciones coloniales y el tono que tomaron después
las relaciones modernas se tradujo en presiones más efectivas y en
respuestas de resistencia menos tenaces que más al norte en relación
con recursos naturales, sociedad y cultura.
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

En el caso de la VIII Región del Biobío, la presión que tempranamente se
ejerciera sobre la llamada Baja Frontera desplazó gente mapuche de
norte a sur, a ambos lados de la cordillera de Nahuelbuta. En la provincia
de Arauco quedaron virtualmente arrinconados en su extremo meridional.
Es un área donde se formaron algunos pueblos, se incorporaron colonos,
campesinos no indígenas y, además, se formaron algunas grandes
propiedades agrícolas. A semejanza con la Araucanía, pero con arranque
algunas décadas más temprano, se formó aquí un parecido sistema de
relaciones interétnicas cuya arquitectura también se fundamenta en
fuerzas y tensiones como las descritas. El Alto Biobío, en cambio, tributa
de otro tipo de proceso. Esta área pehuenche se puebla de mapuches y
colonos chilenos que refluyen desde Argentina a finales del siglo XIX e
inicios del siglo XX. También por estas fechas se establecen algunos
fundos de cordillera en la zona. Es un área que permanece relativamente
aislada hasta unos 50 años atrás, momento en que se inician
explotaciones de bosques nativos en gran escala. En algunos sectores
los caminos de penetración se concluyeron recién a inicios de la década
de 1980. El aislamiento geográfico contribuyó a un aislamiento cultural
y lingüístico pehuenche al encontrarse limitados geográficamente y
separados de otros grupos mapuche del sur de Chile. El aislamiento
social asociado a las tensiones y conflictos con campesinos “colonos”
también contribuyó lo suyo. Las relaciones interétnicas tuvieron
históricamente flujos y reflujos pero siempre se mantuvieron
delimitaciones socio culturales claras. Todo ello contribuyó, vínculos
fundados en la diferencia y la disputa incluidos, en que se constituyera
como el área mapuche que hasta hoy mejor conserva su lengua. No
obstante, los signos de un bilingüismo desfavorable ya se hicieron
presentes.
Pero una lengua no desaparece por reemplazo simplemente porque dos
comunidades lingüísticas mantienen una relación más o menos
prolongada. Dependerá de la naturaleza de esas relaciones que, en tanto
se mantengan por largo tiempo, tendrán un impacto acumulativo
favorable o desfavorable, o relativamente neutro, para la permanencia
de una, otra o ambas lenguas.
La existencia de un sistema de dominación social y política tiene
consecuencias de amplio alcance en la cultura y la lengua mapuches.
Los factores políticos, entre otros, tienen una incidencia decisiva en el
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reemplazo de las lenguas regionales minoritarias y ello es cierto también
para el caso mapuche. Como señala Hagège “en la mayoría de las
sociedades erigidas en Estados, una característica fundamental de la
concepción que se hace de las bases de la unidad nacional es construir
estas últimas sobre la unidad lingüística” (2002:113). Y de ello no escapa
Chile, pero a través de lo que pudiéramos calificar como una versión
atenuada, aunque igualmente efectiva, del modelo francés. Como es
bien conocido, la historia francesa atestigua un largo proceso de
represión activa de las lenguas regionales y dialectos por la monarquía,
primero, y desde el siglo XIX por las instituciones del estado nacional. A
estos efectos, para la historia moderna chilena no contamos con
antecedentes de tipo legal (una ley) o administrativo (decretos,
ordenanzas, reglamentos) dirigidos explícitamente a la represión de
las lenguas indígenas del país. Parecen no existir, aunque es necesario
precaverse sobre el particular, en ausencia de investigaciones
exhaustivas sobre esta materia. No obstante lo anterior, por vía de los
hechos algunas agencias estatales estratégicas han ejecutado acciones
recurrentes de presión y represión lingüística. Usualmente bajo la
justificación de que las lenguas indígenas representan un obstáculo para
la adquisición de la lengua nacional y la educación formal.
La modulación que toma la pauta de integración regional mapuche en
el presente acentúa más estos problemas. Se recordará que en la
formación de las regiones sureñas los mapuches fueron campesinizados
a la vez que participaron como fuerza de trabajo asalariada en la
economía agraria de sus regiones. Pero ya en la segunda mitad del siglo
pasado la presión demográfica sobre la tierra transformó a la migración
en un elemento estructural de la sociedad mapuche. Y ello no se ha
detenido. La crisis del campesinado en las últimas décadas es también
crisis campesina mapuche. Como otros grupos de pequeños agricultores
del país han hecho de las migraciones temporales y definitivas un
elemento clave de su estructura de ingresos. Pero los cambios en curso
son más profundos ya que migración, temporal y definitiva se combinan
con una activa movilidad local: entre locaciones rurales y urbanas 17 y
también interregionales por una multitud de razones. Algunas son
17 Es visible el aumento de las residencias mapuches en pueblos y ciudades del sur de
Chile; no en vano los mapuches urbanos representan algo así como una cuarta parte
de la población de estas regiones del sur de Chile.
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

económicas, otras educativas, unas cuantas socio-parentales. La
dependencia de fuentes externas de ingreso en el mercado y del Estado,
el peso cada vez menor o en cualquier caso relativamente bajo de los
sustentos campesinos, la paulatina disminución de la población rural y
su evidente envejecimiento lleva a una situación en que desagrarización,
descampesinización y desruralización son una realidad que se impone
progresivamente.
Estos nuevos procesos refuerzan y reposicionan en un cuadro más
complejo las tendencias previas de la pauta de integración regional que
conocimos en gran parte del siglo XX. Esto tiene implicaciones en la
comunicación y en los instrumento de comunicación. Se debe en lo
general aceptar la ecuación según la cual con una intensificación de las
relaciones sociales entre indígenas y no indígenas 18 , en mayor medida
se generaliza el empleo del castellano, el desuso del mapuzugun y la
pérdida de valor social de la lengua. En efecto, la lengua mapuche del
sur de Chile está limitada a sus cultores indígenas y en los espacios
sociales ampliados de los que participan es normalmente desprestigiada
como “dialecto” sin valor y reprimida 19 . Lo anterior también se refuerza
desde dentro, a medida que hace carne la convicción de que el castellano
es indispensable para enfrentar el futuro y que para ello es obstáculo el
mapuzugun. O bien, como sustento ideológico de una visión de sociedad
atrasada, carente de suficiente civilización, rezagada en el camino del
progreso, asumiendo que la lengua y cultura indígenas representan hechos
del pasado (de los que eventualmente se puede uno enorgullecer), pero
que constituyen una limitación presente y un problema hacia adelante.
El castellano se universaliza y mira adelante, el mapuzugun sigue
deslizándose por la pendiente, su permanencia se orienta al pasado La
transición hacia bilingüismos subordinados y hacia el monolingüismo
castellano que prevalecen hoy es su consecuencia sociolingüística.
18 Principalmente por razones económicas, que obligan a extensas migraciones y
movilidad, al trabajo asalariado rural o urbano, regional o extraregional, a otras
relaciones con el mercado. En la actualidad también un aumento exponencial de las
comunicaciones a distancia y un incremento de las relaciones de sociabilidad
interétnicas, especialmente en áreas urbanas.
19 Ya menos en las escuelas de hoy, pero si todavía en los espacios de interacción
social mixtos donde en el mejor de los casos es tolerada.
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Se debe recordar, sin embargo, las nuevas señales que en la última
década y media se han dado desde algunas instituciones públicas
respecto de las lenguas y culturas indígenas del país. Como consecuencia,
la posición de la lengua indígena no es exactamente la misma que hace
dos décadas, por modesto que haya sido hasta ahora su efecto estructural
en las relaciones societales, en la acción de las agencias públicas en
política indígena y en la propia sociolingüística mapuche. Tampoco son
exactamente lo mismo, si nos trasladamos a un plano interno y subjetivo,
los valores que toman la lengua y cultura indígena en la propia
subjetividad mapuche. Es conveniente también recordar otras
situaciones preexistentes de contexto: debido a razones históricas la
lengua se mantiene o es reemplazada más en ciertas regiones y zonas
que en otras; el aislamiento histórico pehuenche es el mejor ejemplo
de continuidad, los huilliches de Chiloé pueden invocarse como un
ejemplo en contrario. Lo es también en parte por la vigencia de factores
internos, retardatarios o propiciadores del cambio, que siguen incidiendo
en el reemplazo de la lengua originaria o bien aportando a su
sostenimiento y reproducción. Esta consideración nos lleva a precisar
que el sistema de dominación estructural se objetiva localmente en
diversos planos y modalidades. Conduce al mapuzugun a la condición de
cultura de y para la etnia y a una lengua minorizada, pero también por
las formas diversas en que localmente (y en los grupos parentales) se
media esa dominación, a su actual reproducción, precaria y todo.
Los enunciados previos son generales. Su objetivación local y en las
redes sociales mapuches no es, entonces, automática, homogénea o
inalterable. En un sentido contrario al de las tendencias señaladas,
prácticas y decisiones familiares (del hogar, pero entendido como
integrante de una red de relaciones parentales y locales) parece estar
en estas materias jugando un rol crítico de persistencia y hasta de
resistencia cultural. Redes sociales y grupos familiares bilingües
lingüísticamente conscientes en microzonas con una base amplia de
bilingües parecen estar actuando favorablemente en la continuidad de
la lengua, aunque por otra parte mantengan muy activas relaciones con
centros urbanos y estén implicados en circuitos de largo larga distancia.
Cuestión que a veces se acompaña, como en el caso pehuenche, de un
aislamiento histórico
La consideración de este plano societal interno y microsociológico puede
ayudarnos a explicar la heterogeneidad interna mapuche en la
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

transmisión y persistencia del mapuzugun. Constatamos una notoria
variación regional, pero también una intraregional, e incluso
intracomunal e intralocal. Acerca de lo primero se debe acudir a la
historia regional y a sus procesos culturales, como ya lo hemos hecho
más arriba. Respecto de lo segundo resulta fructífero ahondar, más allá
de los procesos de reemplazo en curso que atestiguan estados más o
menos avanzadas y pulsos más o menos acentuados según regiones y
microrregiones, en los fenómenos de apego y afirmación lingüística,
como en los de desprestigio y negación insertas en un juego de relaciones
sociales externas e internas procesadas localmente. Estos se mantienen
latentes o se activan y se sostienen en un nivel micro sociológico, en el
de los grupos locales parentales y, en última instancia, en los hogares
familiares. Sólo así podría explicarse que dentro de zonas en que
concurren factores de reemplazo que presionan homogéneamente se
manifieste tanta variación interna. ¿Y a qué puede estar asociada esta
variación en la negación, o afirmación (al menos disposición afirmativa)
hacia el mapuzugun en el plano familiar? Por cierto, además, de los
haberes lingüísticos, a una participación cultural definida que contra
resta o equilibra las presiones de desprestigio, desvaluación,
envilecimiento, vergüenza y negación que se hacen presentes de manera
persistente en la vida social de la lengua mapuche. Puede entenderse lo
anterior como una forma de resistencia cultural en la medida que se
haga presente, como así ocurre en diversos casos, una definida
consciencia de lealtad cultural.
Según lo que llevamos dicho no procede sin más suscribir las ideas en
curso sobre la permanencia o cambio de la lengua. El recordado Adalberto
Salas es quien más explícitamente ha formulado un esquema
razonablemente complejo, pero discutible, acerca de la distribución y
la dinámica del bilingüismo mapuzugun - castellano y el desplazamiento
del primero por el segundo. Varias hipótesis coordinadas se encuentran
en la base de su argumento. Primero, su comprensión de la distribución
del bilingüismo en un continuum rural – urbano; distribución que, como
segundo aspecto, se aprecia afectada favorable o desfavorablemente
por el aislamiento geográfico (ruralidad más extrema o la integración
que se realiza con la residencia urbana o la proximidad a los centros
urbanos). En tercer lugar, acepta que la antigüedad de las relaciones
entre mapuches y no mapuche tiene un efecto en la persistencia de la
lengua, cuestión que puede apreciarse cotejando regiones y áreas del
sur de Chile. Finalmente, considera que las tomas de posición mapuches
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respecto de la lengua propia, la nacional y el bilingüismo tienen un
efecto sobre la persistencia o no de la lengua nativa, su empleo,
transmisión y vitalidad (Salas, 1992:43-56; 1996: 266-268). El continuum
rural (las comunidades mapuches) – urbano (los centros urbanos donde
residen, o a los que se remiten los mapuches para distintos efectos) y
la del aislamiento - integración geográficos pueden considerarse
variantes de la ya clásica tesis del continuum folk – urbano elaborada
por Redfield en la década de 1940 (cf. Redfield, 1944 y 1963). Para
estos efectos, lo rural o tradicional corresponde con la persistencia y
vigencia social de la lengua, y lo urbano o moderno con su desplazamiento
hacia el monolingüismo castellano. La explicación histórica con base en
“la antigüedad del contacto” se impone en virtud de la heterogeneidad
de los procesos que afectan a grupos mapuches distribuidos por un muy
extenso territorio del sur de Chile. Las prácticas lingüísticas mapuches,
a su vez, nos llevan a la consideración de un plano microsociológico de
análisis.
La tesis del continuum rural urbano ocupa la imagen de ondas de
intensidad decreciente, en un espejo de agua por ejemplo, a medida
que se alejan de las fuentes de emisión (para estos efectos, las ciudades
regionales primadas, centros urbanos de alguna importancia, luego
pueblos y villorrios, en ese orden de importancia en cuanto a
accesibilidad, población no indígena e instituciones culturales). Según
esta metáfora, a mayor distancia y aislamiento respecto de los centros
urbanos y del dominio que desde estos se ejerce sobre la lengua
dominada, mayor permanencia se tiene de la lengua minoritaria. Si
bien algunas distribuciones estadísticas de hablantes pueden estimular
juicios de esa naturaleza 20 , esta hipótesis se demuestra incapaz de
incluir en un mismo esquema de explicación situaciones de notable
permanencia de la lengua en algunos sitios de las inmediaciones de la
capital regional de la Araucanía o, en un nivel de análisis microsocial, la
buena salud de la lengua entre familias residentes en zonas donde, por
el contrario, el balance general es crítico. No es adecuada para entender
el pasado ni aclarar el presente de la lengua mapuche. De una manera
20 En nuestros propios datos, las diferencias rural y urbanas; la vigencia de la lengua
en las comunas de la cordillera andina, por definición alejadas de los centros urbanos
provinciales y regionales ubicados en el llano central o la costa; la existencia de
algunos enclaves lingüísticos geográficamente aislados hasta tiempos recientes.
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

decisiva una hipótesis espacial es capaz de graficar una distribución de
atributos lingüísticos, pero difícilmente de explicarlos. Las relaciones
espaciales por si solas no explican nada. Son un efecto o resultado de
fuerzas externas e internas y de procesos históricos generales y
particulares. Debido a lo anterior es que una perspectiva más precisa
se logra considerando que los efectos de la exposición externa (la fuerza
deletérea de las ciudades, o más recientemente la incrementada
movilidad laboral interregional y las migraciones) son anulados,
matizados, pero también reencauzados o incluso potenciados por el
sistema de relaciones propias a la sociedad indígena. De ahí que el
análisis de la fuerza causal de las relaciones externas debe
complementarse con un análisis de las prácticas socioculturales internas
y lo que allí ocurre en materia de comunicación verbal. En este sentido
es que resulta acertada la intuición de Salas al otorgar a la comunidad
local mapuche un papel relevante en la reproducción de la lengua (“la
población rural más cerca del extremo vernáculo” 1992:46), pero por
razones un tanto distintas a las que sustentamos. Desde su punto de
vista, “la orientación de la vida hacia el asentamiento tradicional…
determina cuál será la lengua predominante en un individuo dado”
(p.45), aseveración que se condice poco con el hecho de que, por razones
históricas y sociológicas en varias zonas importantes esa posibilidad
prácticamente no existe. O bien porque, estando presente, “la posición
personal” respecto de la lengua puede ser decisiva (por ejemplo,
“muchos padres de familia… prohíben hablar en mapuzugun (a sus
hijos)” (p.47). En definitiva, no se resuelve satisfactoriamente en un
argumento articulado una explicación de las tendencias del bilingüismo
mapuche. Se avanza en la identificación de aspectos y factores
concurrentes en el proceso, pero no se resuelven adecuadamente en
una totalidad coherente.
Finalmente, precisemos las etapas discernibles en la evolución del
bilingüismo mapuche - castellano. La situación de inicio es, primero, la
de un monolingüismo extendido con pocos casos de hablantes bilingües
en zonas como la Araucanía, el Alto Biobío o las zonas cordilleranas del
norte de la región de los Lagos. Un bilingüismo algo más extendido con
subordinación del castellano se encontraba, posiblemente, en áreas
cercanas a Valdivia, Osorno y la isla de Chiloé (sujetas a control colonial
bajo formas características). Quizá deba incluirse en este grupo a la
provincia de Arauco, al menos sus áreas más tempranamente integradas
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al Estado nacional. Es una situación que se mantuvo hasta finales del
siglo XIX y en algunas zonas incluso hasta inicios del siglo XX. Un desfase
temporal en los puntos de arranque y en las etapas ulteriores del
desplazamiento lingüístico se hace entonces visible. Las funciones
generales del mapuzugun y las funciones especializadas del castellano
definen como diglósica a la relación de estas lenguas en la comunidad
lingüística mapuche.
La etapa siguiente corresponde con la paulatina ampliación del
conocimiento y manejo del castellano sin deterioro del mapuzugun, en
la medida que se conservan numerosos monolingües, priman los
bilingüismos en que el castellano está en posición subordinada o cuando
más con un segmento de bilingües coordinados. La lengua mapuche es
empleada de manera universal y para todo tipo de fines. En las relaciones
con el exterior (mercados, trabajo, relación con agencias públicas,
vínculos y relaciones con población rural no mapuche, etc.) resulta útil
el castellano y esta posibilidad, antiguamente reservada sólo a algunas
personas, ahora se encuentra más entendida. Las funciones del
mapuzugun son amplias y diversas en el campo de las instituciones y
las relaciones étnicas; la lengua de la comunicación hacia afuera es el
castellano. En esa medida, todavía puede hablarse de una situación
diglósica (lengua étnica rural para fines internos, lengua nacional
presente en los centros urbanos y en la población rural no indígena para
fines de relación externa). Podríamos decir que en este momento se
logra el piso lingüístico desde el cual, en la etapa siguiente, el castellano
se universaliza y de ese modo se puede también generalizar la apertura
a que los obliga los problemas de reproducción económica interna (poca
tierra, deterioro de recursos, baja producción, etc.) y el interés por la
integración social a la sociedad mayor. Por cierto, con desfases
temporales, según lo ya indicado. Creemos que en la primera mitad del
siglo XX fue cuando primó este perfil del bilingüismo en la sociedad
mapuche.
Le sigue, según nuestro entender, un bilingüismo coordinado de
transición. El bilingüismo no se estabiliza en un bilingüismo coordinado
y, por lo tanto, no se homogeniza la relación entre ambas lenguas.
Prosigue así su paulatina transformación hacia bilingüismos subordinados
respecto del mapuzugun. Esto se fue presentando primero, aunque no
de una manera tan rápida o expansiva, en las áreas mapuche que ya
conocemos como más tempranamente integradas a regiones en procesos
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

de redefinición y conformación en términos modernos 21 . Para que esa
expansión y aceleración se produzcan consideramos que debe esperarse
a la implantación del sistema escolar y que las primeras cohortes masivas
de niños y jóvenes mapuches vayan egresando e incorporándose a roles
laborales, familiares en las comunidades y, cada vez más, fuera de
ellas en las economías rurales, los centros urbanos regionales y,
sobretodo, Concepción y Santiago. Hacia mediados del siglo XX o algo
antes en unas zonas y un poco adelante en otras áreas, en particular de
la Araucanía, este fenómeno de transición se hace presente. El sistema
escolar se encuentra plenamente desarrollado ya en la década de 1960.
Es también un periodo con importantes emigraciones. Lo destacamos
porque representa un punto de inflexión importante.
El reemplazo lingüístico no se detiene y la situación va progresivamente
derivando en bilingüismo subordinado respecto del mapuzugun y en el
surgimiento de monolingües del castellano. El monolingüismo indígena
tiende a desaparecer, pero en lo demás todavía el bilingüismo en sus
distintas modulaciones está extendido, aunque no en todas partes.
Insistamos nuevamente en que hay una heterogeneidad de base de estos
procesos según las regiones (y al interior de ellas si recordamos la
variación microsocial del bilingüismo generada por las diferentes
prácticas que despliegan los grupos familiares). Consideramos que es
el momento en que el castellano está cumpliendo ya algunas funciones
comunicativas antes reservadas exclusivamente al mapuzugun y, en
esa medida, la diglosia previa está desperfilándose. Van emergiendo
entonces fenómenos como los que analizamos más arriba: disminución
del contingente de hablantes, los contextos y situaciones de uso pueden
hacerse más especializados, el aprendizaje se interrumpe por la inercia
y las decisiones de los hablantes de enseñar sólo la lengua nacional, los
niveles promedio de competencia disminuyen, etc.
21 Para mayor precisión es bueno recordar que los desfases en el proceso de
desplazamiento según regiones y áreas se acompaña, al interior de ellas, de actitudes
más o menos conservadoras y de cambios más o menos rápidos según hogares y
grupos familiares localizados (una cuestión visible especialmente en la Araucanía).
Por lo tanto, notoriamente disminuyen pero no desaparecen automáticamente los
mayores monolingües, o niños que tienen por primera lengua el mapuzugun, o un
grupo de hablantes incipientes del castellano.
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Tenemos, por último la franca expansión y en algunas áreas la
generalización del monolingüismo castellano junto con la retracción del
mapuzugun y la prevalencia estadística, cuando se conserva el idioma
nativo, de bilingües con subordinación del mapuzugun. El impacto de
los cambios en la pauta de integración regional e interregional mapuche
se hace sentir con fuerza en el reforzamiento del castellano (migraciones,
nuevos patrones de movilidad, incremento exponencial de las relaciones
en espacios sociales distendidos). Bajo este estado de cosas nos
encontramos. Pero insistamos, en algunas zonas como algo ya logrado,
en otras en franco desarrollo. Lo que viene como situación general, ya
una realidad de varias zonas es el enrarecimiento de la lengua: ella
queda cada vez más asediada y delimitada con pérdida de la mayoría de
su contingente de hablantes, con muy poco empleo en la vida cotidiana,
y sus poseedores, en su mayoría ancianos, van quedando aislados en
sus posibilidades de comunicación en esa lengua. La lengua es una rareza.
Corresponde a la antesala de la desaparición de los hablantes y con ello
de la propia lengua. En esas zonas la lengua está desapareciendo para
fines prácticos. Afortunadamente, hay varias áreas y una dotación de
hablantes importante en ellas como para que esta última etapa no se
generalice a todo el espacio mapuche del sur de Chile. El caso mapuche,
como el aymará con sus propias características (cf. Gundermann,
Gundermann, Vergara y González y Gundermann, Vergara y González,
2007), muestra hoy suficientemente la variación interna del
desplazamiento lingüístico como para formarnos una cabal idea de su
punto de llegada y desenlace: el empobrecimiento cultural, el silencio.
Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región

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