terminante dice que @se $zt,is mnnibis Ka6ilzc eodem indulunz ...

Seüores Académicos: si vuestros senlimientos religiosos
y católicamente filos6Ecos me fueran menos conocidos, 6 pudiera
sospechar siquiera, que el pasaje de San Ramón al regresar
de iNallorca, super undas pudiera excitar en uno solo
de vosolros, el sonris del incrédulo, 6 la negación absolnta ,
del racionalista, tal vez no llamaría, comolo voy i hacer, á
las puertas de vuestra atención, porquc en mi interior y con
aire de repulsa me.diria: non est hic loezcs. Pero el hecho es
de tal magnitud, ha ocupado tanlo á los que, con más 6 menos
conocimiento de causa se dedican al estudio de las leyes
de la naturaleza, de su primer motor según le llama Santo
Tomas, y de la aplicación de sus decretos invariables en el
gobierno de. esta máquina, el funcionamiento de cuyo mecanismo
es un poema que incesanfemente canta las glorias y el
saber del Dios de las alturas, que tampoco á mí mismo sabría
perdonarme el no haber abordado el asunto, el no haber expuestu
á vuestro estudio algún pensamiento, para que todos
lo conozcamos rnás á fondo en la región de la posibilidad y en
el terreno de los hechos. Se trata de un milagro, como sabéis:
S insiguiendo la idea-y el concepto..de ima de las actuales
lumbreras de la Academia española {l j y de otro de los representantes
de la ciencia en la significación legitima, metafísica.
de kta palabra, de la cual tanlo se abusa con láslima y con
escándalo de todos los aficionados al saber (2), debo fijar
el concepto del milagro en términos que á mi entender; sean
. aceptables para todas las escuelas que tenga~'~or fundamento
el principio de observaci6n serena y genuinamente filosófica,
cual lo tiene y lo practica la escuela cat6lica. Escuchad. Dios
es libre: aquella esencia infinita, piklago inmenso de todas las
(1) P. Mir, .Armonias entre la ciencia y la fe,a cap. X111.
(2) Pere Carbonelle, las confin! &laacience el da lap'iiiosophia, Tome1,chnp.V. Bru.
xeiles. 1883.
s .
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