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Ramiere (l), Liberatore (2), C. (3), Zochi (4).
Estaba en las altas' y divinas miras de la Providencia, que
Ramón no había de encontrar en el nido de su convento, ni el
silencio que knlo buscaba su espíritu, ni la quietud y separacibn
de todo lo humano que constituía el anhelo consiante de
su corazón. En 12,27, el Papa Gregorio mandó de legado á
España al Cardenal Juan el Sabinensede quien me parece
'hcmos hecho alguria indicación antes de ahora: Al llegar á
Barcelona (5), muy luego la fama puso en su conocimiento el
saber y las virludes del dominico de Penyafort, y como a hijo
de San Benilo, el Cardenal hombre de letras y dc vida austera,
creyó que aquBl había de ser el asesor y el compaüero que
necesitaba. Ramón creyii á la vez, que no debía resistir á .'
la pelición de quien era representante del Papa en España,
con poderes, con facultades cxtraordinarias y qne segtinatestigua
~olando -era vir bonw, sapiens et eruditus (6). Nada
- afanoso de brillar á la sombra de un principe de la Iglesia, . .
sin dispensarse de ninguno de los rigores que le impone la
austeridad de la Regla, al llegar á los puntos donde había de
detenerse el enviado del Poulffice, Ramón convocaba á la
mciltilud: les hablaba en nombre deDios, reconciliaba con su . Iglesia á los excomulgados, y con el celo del apiistol; d todos
recordaba 10s deberes cuyo cumplimiento reclama la salvacibn
del alma. Y pasando de' corte en corte, de un reino á otro
. .
(1) *La Tglesla y el ~slado.n &drid 1887.
731 Del dirillopubbilco eCDlui