La publicación de Batiscafo 2008 – 2010 - Dropbox

The titles that never were:
Linea 106
Larry Gonzalez
APRIL/MAY / ABRIL/MAYO 2008
Los títulos que nunca fueron:
Línea 106
Meetings and discussions / Encuentros de discusión y recorridos
Floral obsession in Cintia Romero’s work
transcends the first impression the form she
photographs may suggest. Cintia does not
offer a dissertation on “flowers.” There is a
much more express intention in the form she
displays than in what they physically represent.
Whether she exhibits her pieces perfectly
aligned or composes them in a random and
crowded arrangement, there is a clear vacuum
of meaning in any type of fetish relationship
that may derive from “a woman who goes
through life shooting flowers.” In Cintia’s
work, flowers become a mere pretext: the actual
interest is in remembering. Her present
photo-installations have become receptacles
for aspects of her individual history, without
naming them or making them evident. A
constant self-referential feature associates
the authorship with a signature she has
transmuted into various forms of presentation.
The signature now has an objective
functionality: flowers forming tiles in tune
with visual pleasure or combined to make
bedspreads, photomontages with large number
of wreaths where the presence of death was the
key question; then a flower, just because it is
a flower. Then memory focuses on the path of
abstraction. Silence. Impotence. Non-answers
concealed in a bunch of flowers.
Ofrenda (Offering) and Un mundo en otro
La obsesión floral en la obra de Cintia Romero tra-
sciende las primeras impresiones que puedan sugerir
las formas que retrata. Cintia no discursa sobre “la
flor”. Hay una intencionalidad mucho más expresa en
el cómo dispone sus registros fotográficos, que en
lo que estos puntualmente representan.
Da igual si expone sus piezas perfectamente
alineadas como si las limita a una especie de
hacinamiento casi aleatorio, es palpable un vacío
de significación respecto a todos los tipos de par-
entescos fetiches que puedan derivarse de “una mujer
que va por la vida retratando flores”. En la obra de
Cintia, florear deviene mero pretexto: el interés
está en la memoria. Sus actuales fotoinstalaciones
se han convertido en receptáculos desde donde
derivan aspectos puntuales de la historia personal,
sin nombrarlos ni hacerlos evidentes. Una especie
de constante carácter autorreferencial asocia la
autoría con un signo que ha transmutado en diversas
formas de representación. El signo ha pasado de
tener una funcionalidad objetiva al plano real de
lo indeterminado: flores que conformando azulejos
entraban en sintonía con el placer retiniano o se
llegaron a combinar en la creación de cubrecamas,
en fotomontajes donde la presencia de la muerte era
clave y se sucedían las coronas mortuorias; luego,
la flor por la flor misma. Entonces la memoria se
centra en el camino de la abstracción. El silencio.
La impotencia. Las no respuestas escamoteadas en
bultos de flores.
14 Batiscafo
Batiscafo
14 APRIL/MAY / ABRIL/MAYO 2008