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Dion Casio, historiador y senador romano,<br />
escribe: “no se cogieron muchos prisioneros,<br />
pues, cuando desesperaron de su<br />
libertad, no quisieron soportar más tiempo la<br />
vida, sino que incendiaron antes sus murallas,<br />
unos se degollaron; otros quisieron perecer en<br />
las mismas llamas; otros ingirieron un veneno<br />
de común acuerdo, de modo que la mayor<br />
y más belicosa parte de ellos pereció.”<br />
En las Guerras Cántabras las madres<br />
mataron a sus hijos, para que no fueran<br />
hechos prisioneros; un niño, apoderándose<br />
de una espada, dio muerte a sus parientes<br />
y hermanos por orden de su padre; una<br />
mujer hizo lo mismo con sus compañeros<br />
de esclavitud. Se cuenta de los celtas este<br />
rasgo de loco heroísmo, que habiendo sido<br />
crucificados ciertos prisioneros, murieron<br />
entonando himnos de victoria.<br />
Su rudeza y salvajismo según Estrabón<br />
no se deben sólo a sus costumbres<br />
guerreras, sino también a su alejamiento,<br />
pues los caminos marítimos y terrestres<br />
que conducen a estas tierras son largos,<br />
y esta dificultad de comunicaciones<br />
les ha hecho perder toda sociabilidad<br />
con otros pueblos. Viven sin preocupaciones,<br />
porque dejan transcurrir su vida<br />
sin más apetencia que lo imprescindible<br />
y la satisfacción de sus instintos brutales.<br />
Si no se quiere interpretar como un<br />
régimen confortante de vida, el que se<br />
laven con los orines guardados durante<br />
algún tiempo en cisternas y que tanto<br />
los hombres como las mujeres se froten<br />
los dientes con ellos puede dar muestras<br />
de ello.<br />
Y en cuanto a la condición de las mujeres<br />
cántabras nos llegan las siguientes<br />
informaciones:<br />
“Es cosa común entre ellos la valentía,<br />
no sólo en los hombres sino también en las<br />
mujeres. Estas cultivan la tierra; apenas han<br />
dado a luz, ceden el lecho a sus maridos y<br />
los cuidan. Con frecuencia paren en plena<br />
labor, y lavan al recién nacido inclinándose<br />
sobre la corriente de un arroyo, envolviéndolo<br />
luego”.<br />
La mujer cántabra vivía con sus padres<br />
mientras permaneciera soltera, y<br />
para marcar su condición casadera tenían<br />
el pelo cortado al raso, dejándoselo<br />
crecer una vez casadas. Eran ellas las<br />
que elegían a su marido, y los hombres<br />
del pueblo no se cansaban en mostrarlas<br />
siempre sus cualidades como hombres<br />
de provecho, fuertes, valientes y solventes.<br />
Las sociedades del norte de la península<br />
eran en su mayoría matriarcales, en<br />
donde la mujer adquiría un carácter religiosos<br />
y de consejero y el hombre era<br />
el encargado de administrar el sustento<br />
y de defender su modo de vida. La cabeza<br />
visible era siempre un regulo (rey)<br />
y normalmente su mujer era la jefa religiosa<br />
de la tribu.<br />
Gaélicos<br />
Con respecto a los vestidos, existen referencias<br />
al uso de cuadros y rayas de<br />
brillantes colores en la ropa y han aparecido<br />
restos de tejido de este tipo en las<br />
minas de sal de Hallstatt (en la actual<br />
Austria). Sin embargo, esto no podemos<br />
tomarlo por norma y existiría una lógica<br />
falta de uniformidad. En la península<br />
eran habituales pantalones más cortos<br />
que el las Galias, los braccae que luego<br />
copiaron los legionarios romanos.<br />
Pueblos de la Lusitania<br />
La sociedad estaba jerarquizada y estratificada.<br />
Se sentaban las personas en<br />
bancos adosados a las paredes según<br />
sus edades y dignidades. La comarca situada<br />
entre el Tajo y los Artabros (costa<br />
norte) está habitada por unas cincuenta<br />
tribus. Aunque el país es, en parte, rico<br />
en frutos del campo y en ganado, en oro<br />
y plata, la mayoría de sus habitantes<br />
preferían el oro al cultivo de la tierra y<br />
vivían en continuas guerras entre sí y<br />
con sus vecinos del otro lado del Tajo.<br />
Los lusitanos son sacrificadores fervientes,<br />
y examinan las entrañas de las<br />
víctimas inmoladas, pero no las cortan;<br />
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