David Villa Entre Toix y la Serra Gelada Vinaròs - Comunidad ...

Vinaròs
Sebastián Guimerá
“Saludos amigos. Permitid que
me presente. Mi nombre es
Don Sebastián Guimerá y
Miralles, hijo de Don Jaime
Guimerá Castillo y Doña
Matilde Miralles Roca.
Pertenezco a una familia de
honrados mercaderes de
Vinaròs, pueblo en el que os
halláis y que hace años fue uno
de los puertos de mercancías
más importantes del mar
Mediterráneo”.
Así comienza el relato de la audioguía
infantil, una de las dos que se han puesto en
marcha en la ciudad y que recorren sus
lugares más emblemáticos.
El recorrido empieza en el puerto donde
Sebastián invita a cerrar los ojos y hacer un
viaje en el tiempo. Debéis imaginar –explica
el mercader- este mismo mar siendo surcado
por enormes barcos de vela, coches tirados
por caballos y un gran puerto de mercancías
por el que andan marineros y comerciantes.
De pronto Sebastián exclama: ¡Ah, el mar!
El gran amigo que nos ha dado la vida pero
que también ha sido un lugar de duro trabajo
y lucha para nosotros los mercaderes. Ahora
soplan otros vientos y el paso del tiempo ha
dado lugar a otro puerto muy diferente al que
yo os he descrito.
El puerto que ahora veis fue construido en
la playa de la Magdalena y todo ello gracias
al personaje que representa la escultura
frente a la que nos encontramos: El arzobispo
José Domingo Costa y Borrás.
“Hello friends. Allow me to
introduce myself. My name is
Sebastián Guimerá y Miralles,
the son of Don Jaime
Guimerá Castillo and Doña
Matilde Miralles Roca. I belong
to a family of honest
merchants from the town of
Vinaròs where you find
yourselves, and that, in the
past, was one of the most
important shipping ports of
the Mediterranean”.
So begins the story of the audio guide for
children, one of two that have been launched
in the city, taking visitors past its most
emblematic landmarks.
The tour begins in the port where Sebastián
invites you to close your eyes and take a trip
through time. You must imagine, says the
merchant, this same sea being crossed by huge
sailboats, imagine horse-drawn carriages and
an enormous cargo port with sailors and
traders walking around.
Suddenly Sebastián exclaims: Ah, the
sea! The great friend which has given us life
but which has also been a place of hard work
and struggle for us merchants. Now other winds
begin to blow and the passage of time has given
rise to another port which is very different from
what I have described.
The port we now see was built on the
Magdalena beach and all thanks to the person
shown in the sculpture we are in front of:
Archbishop José Domingo Costa y Borrás.
CVNEWS 11