Giobany Arévalo > Gabriela Torres Olivares >Anuar Jalife - Literal
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Los hechos<br />
recientes<br />
demuestran<br />
que el trazar un<br />
mapa de Teherán<br />
con agricultores<br />
islámicos,<br />
fundamentalistas<br />
y pobres en el<br />
sur contra los<br />
occidentales,<br />
educados<br />
y seculares<br />
del norte es<br />
incorrecto.<br />
Aquí tenemos<br />
una auténtica<br />
tercera vía en la<br />
que se practica el<br />
Islam.<br />
pacidad del sistema democrático de registrar lo que la<br />
gente quiere o piensa verdaderamente. Recuerdo las<br />
elecciones del 2005 en el Reino Unido. A pesar de la<br />
creciente antipatía hacia Tony Blair —la gente en su momento<br />
votó por él como la persona menos popular del<br />
Reino Unido—, ganó las elecciones. Algo estaba muy<br />
mal. No era que la gente no supiera lo que quería, más<br />
bien era su cínica resignación lo que les impidió actuar<br />
en consecuencia. Por lo tanto el resultado guardaba una<br />
extraña distancia entre lo que pensaba la gente y cómo<br />
votaba. En esta crítica el privilegio jacobino de la virtud<br />
es discernible. En la democracia no hay lugar para la<br />
virtud. Mi conclusión es que podría tratarse de una animosidad<br />
hacia el acto de votar, sugiriendo que no hay<br />
autenticidad en ello.<br />
No hay razón para despreciar las elecciones democráticas,<br />
el punto es sólo insistir en que no son capaces<br />
de expresar la verdad por sí mismas a priori. Por regla<br />
general suelen refl ejar una doxa predominante, determinada<br />
por la ideología hegemónica.<br />
Irán<br />
Mi idea es que esto es exactamente lo que está pasando<br />
en Irán. ¿Por qué? Primero echemos un vistazo a este<br />
tipo de evento. Aún cuando una fuerza opresiva no pierde<br />
el poder, en algún punto hay un tipo de descanso<br />
psicológico cuando todos saben que algo ha terminado.<br />
El libro de Richard Kapuchinski trata de aislar este<br />
momento y asegura haberlo encontrado. Tres o cuatro<br />
meses antes de que el Shah abandonara el país hubo<br />
manifestaciones en algunos suburbios de Teherán. Las<br />
personas se juntaron en un cruce cuando la policía se les<br />
acercó y les gritó. Un hombre miró a un ofi cial y no hizo<br />
nada. El policía volvió a gritarle, pero el tipo se quedó<br />
mirándolo. Entonces el ofi cial de policía, avergonzado,<br />
dio media vuelta y se fue. El misterio es cómo, en un par<br />
de horas, todo Teherán se había enterado. Fue un tipo<br />
de subversión mística. La gente seguía muriendo, pero a<br />
partir de ese instante todos, incluso los que estaban en<br />
el poder, sabían que el juego había terminado.<br />
Para mí, este momento de la transición es el más interesante.<br />
Yo describiría la historia de la descomposición<br />
del socialismo en estos términos. ¿Cuándo supo con<br />
exactitud la gente que el comunismo había terminado<br />
de verdad? Algo similar ocurrió después de la segunda<br />
noche después de las elecciones iraníes. Es como enamorarse:<br />
uno no decide enamorarse, uno sólo sabe que<br />
está enamorado. La gente descubrió que no tenía miedo.<br />
La policía podía golpearlos hasta matarlos, pero las<br />
personas seguían saliendo por cientos y miles. El modo<br />
en que esto sucede es aterrador en un buen sentido;<br />
el poder sublime de la gente. Mucho más amenazador<br />
que los gritos es el silencio: literalmente había cientos y<br />
miles de personas caminando en silencio por las calles.<br />
Después se subieron a los techos, casi como un ritual,<br />
y gritaron ¡Alla wa akbar!, ¡Dios es grande! Y éste es<br />
8 LITERAL. LATIN AMERICAN VOICES FALL, 2009<br />
un dogma crucial, ¿por qué? Porque combinado con el<br />
color verde, el color del Islam, esto comprueba que la<br />
gente ya no tiene miedo. Es algo que los comentadores<br />
occidentales olvidan sistemáticamente y si lo reconocen,<br />
le asignan un papel secundario.<br />
Aquí viene mi primer punto importante: este Mousavi<br />
no es el candidato liberal pro-occidental que los medios<br />
de comunicación dicen que es. Según los medios hay<br />
dos grupos básicos en Irán: la pobre y primitiva mayoría<br />
islámica, integrada por agricultores que son manipulados<br />
por los clérigos, y la educada y secular clase media<br />
pro-occidental, que sólo quiere vivir la democracia después<br />
del Shah. El otro candidato, Mehdi Karroubi, es el<br />
candidato occidental que quería probar algunas políticas<br />
de identidad diciendo: “Tenemos mujeres, kurdos, homosexuales,<br />
etcétera, apóyenme y su identidad será reconocida”.<br />
Lo que Mousavi está haciendo es completamente<br />
distinto. Su misión es volver a los orígenes, repetir<br />
la revolución de 1979. Me gusta la idea de que tenga la<br />
autoridad de Khomeini detrás, y que Mousavi no sea un<br />
estúpido arquitecto incompetente, porque es arquitecto<br />
de profesión. Durante toda la guerra Irán-Irak, él era el<br />
primer ministro y en ese entonces había organizado una<br />
economía de trabajo. Su idea actual es volver a las raíces<br />
del 79. Su eslogan dice que él no es nadie y que la<br />
gente se organizará sola. Dejando toda la crítica irónica<br />
de lado reconozco que la revolución de Khomeini del<br />
79 no fue un simple levantamiento fundamentalista y populista<br />
de derecha; durante los primeros uno o dos años<br />
estaba sucediendo algo genuino. Esto es lo que Mousavi<br />
busca, mientras que la estrategia de Ahmadinejad es<br />
transformar Irán en una nueva generación de riqueza al<br />
estilo Ayatollah. Los hechos recientes demuestran que<br />
el trazar un mapa de Teherán con agricultores islámicos,<br />
fundamentalistas y pobres en el sur contra los occidentales,<br />
educados y seculares del norte es incorrecto. Aquí<br />
tenemos una auténtica tercera vía en la que se practica<br />
el Islam. Algo ha sucedido; una gran rebelión en contra<br />
del régimen, sin duda, pero en nombre de la dimensión<br />
emancipadora del ser islámico, y una manera en que los<br />
liberales occidentales lidian con esto es descalifi cando<br />
dicha rebelión como si fuera una mezquita llena de clérigos<br />
occidentales que explotan la popularidad del Islam,<br />
que casualmente es lo que Ahmadinejad está reclamando.<br />
Creo que esto comprueba que el Islam puede existir<br />
políticamente, no sólo como un Islam turco y a favor del<br />
mercado, o bien fundamentalista, sino como un Islam<br />
emancipador. Cuando los liberales occidentales elogian<br />
el Islam siempre es el Islam de los siglos X u XI, pero no<br />
necesitamos mirar hacia atrás esta vez, ¡podemos ver el<br />
presente! La gente que está alrededor tiene una actitud<br />
ambigua hacia él, lo que signifi ca que algo nuevo está<br />
sucediendo. Este no es el gremio que echó a perder a la<br />
juventud de clase media y a los pobres trabajadores; es<br />
un evento genuino y liberador, que desdibujará la línea<br />
entre liberales y fundamentalistas.