Empresarialmente OCTUBRE 2012
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En el mercado a futuro se compra o vende un producto<br />
a un precio fijo en una fecha futura: el petróleo que se<br />
extraerá, el maíz que no ha sido aún cosechado.<br />
Este mercado le permite al productor planificar su estrategia<br />
económica en base a un precio garantizado mientras<br />
que el intermediario puede conseguir una ganancia si<br />
el valor termina siendo mayor al que abonaron.<br />
Esta loable idea se convirtió en un casino de la mano de<br />
un instrumento financiero todopoderoso: los derivados.<br />
A diferencia de la adquisición de un producto (barril de<br />
petróleo, por ejemplo), el valor del derivado se basa en<br />
el precio. El inversor no tiene que comprar el barril. Le<br />
basta con adquirir el contrato a futuro y especular con<br />
su valor.<br />
Masivas adquisiciones que apuestan a un incremento del<br />
precio generan una actitud defensiva de los productores<br />
que prefieren esperar para comercializar su producto. Esta<br />
retención afecta la oferta y, consiguientemente, el precio.<br />
‘<br />
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ENERGÉTICAMENTE<br />
ticipantes (productores y consumidores reales) y un 30% de<br />
especuladores. “Hoy la tendencia se ha invertido: el 70% está<br />
apostando”, señala Leopold.<br />
El imán financiero es tan poderoso que en algunos casos<br />
abarca a los mismos participantes. En 2008 la Commodity<br />
Future Trading Commision de Estados Unidos halló que el<br />
conglomerado suizo Vitol, tradicional comerciante energético<br />
vinculado al mundo empresarial, tenía un 11% de todos los<br />
contratos de petróleo a futuro, base más que suficiente para<br />
gravitar en el precio.<br />
Los que buscan un cambio en el mercado petrolero proponen<br />
un impuesto a las transacciones financieras de los commodities<br />
para desalentar la especulación.<br />
Más allá de la eficacia de esta medida, el problema es que precisa<br />
de una voluntad política que, por el momento, no existe.<br />
El equipo económico de Barack Obama está dominado por<br />
figuras con fuertes vínculos con el sector financiero que han<br />
aguado toda regulación del sector. El presidente estadouni-<br />
’<br />
dense ha dejado en claro que se opone a un impuesto a las<br />
transacciones financieras.<br />
Las reservas son las mismas<br />
y la economía está desacelerándose.<br />
La única razón que justifica<br />
este aumento es la actividad<br />
de especuladores...<br />
del sector financiero Peter Carrol<br />
Un impuesto a las transacciones financieras de los “commodities”<br />
podría desalentar la especulación petrolera.<br />
Entre 2004 y 2008 el precio pasó de US$31 el barril a<br />
US$137. En ese período el mundo financiero –fondos de<br />
alto riesgo, inversores institucionales, grandes bancos de<br />
inversión– pasó de invertir US$13.000 millones en el mercado<br />
de productos primarios a US$300.000 millones.<br />
En abril de 2008 se llegó a pronosticar que el precio del<br />
barril superaría los US$200 el barril. El estallido financiero<br />
puso fin a la burbuja. Pero la caída del precio petrolero<br />
no duró mucho. Por su lugar crucial en la economía<br />
moderna, es territorio fértil de especuladores.<br />
Impacto económico<br />
El mercado a futuros no es una invención moderna (en<br />
su forma moderna tiene antecedentes en el siglo XIX),<br />
pero el creciente poder del sector financiero en la economía<br />
mundial ha disparado su importancia.<br />
Según el investigador Les Leopold, de Alternet, página<br />
web alternativa sobre temas económicos, en el pasado la<br />
ecuación del mercado de futuros era de un 70% de par-<br />
El sector financiero y la industria petrolera gastan miles<br />
de millones de dólares en sus campañas de cabildeo: su<br />
influencia se extiende del mundo político al mediático.<br />
El único contrapeso a este poder es el impacto económicosocial<br />
que puede tener una eterna subida del precio.<br />
Según Eduardo Plastino, analista senior de Oxford Analytica,<br />
una empresa consultora en Reino Unido, este impacto<br />
es lo que menos necesitan economías clave del planeta<br />
como Estados Unidos y la Unión Europea.<br />
“El precio del petróleo tiene un impacto inflacionario por su<br />
presencia en toda la cadena productiva y un impacto en<br />
el consumo. Si no hay subsidio estatal, que constituye un<br />
gasto fiscal adicional, el consumidor quedará con menos<br />
dinero disponible para estimular con sus compras la actividad<br />
económica”, señaló Plastino.<br />
En una economía mundial que sigue coqueteando con el<br />
precipicio con la misma ligera ropa que usaba en 2008, este<br />
continuo aumento puede ser la gota que desborda el vaso.<br />
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