Los pingueros y sus clientes - Cuba Arqueológica
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Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
reprimidas con múltiples pretextos para su hostigamiento hasta<br />
desaparecer en estas comunidades hacia el último lustro de siglo,<br />
aunque continúan en otras áreas habaneras más hacia la periferia,<br />
por tanto de mucho más difícil acceso sobre todo si consideramos las<br />
severas dificultades del transporte para el público cubano, y además,<br />
menos “oficiales”.<br />
El primer período de tales fiestas fue de 1994 a 1997, a raíz del<br />
filme ya citado Fresa y Chocolate. Fue esa su época de oro sobre<br />
todo en las comunidades objeto de estudio, incluso con eco local<br />
estatal en el Club Saturno de Línea y 10 ahora como Joker´s (en<br />
cuyas afueras no faltó la amenaza homofóbica ante policías), en el<br />
club de Línea y F y en el gimnasio habilitado de 17 y E. No obstante,<br />
sin poderse eliminar nunca del todo a pesar de la persecución, han<br />
resurgido muy esporádicas y aisladas tanto en el tiempo como en el<br />
espacio, siempre acechadas y vulnerables, ya hacia los años 2004 y<br />
2005. 35 Así se satisfacía la homosexualidad, pero también curiosos y<br />
estudiosos cubanos y extranjeros, además de haber sido negocios de<br />
interés económico con el atractivo de lo casi clandestino, en tanto<br />
fiestas de privacidad muy relativa, y marcar la histórica fluctuación<br />
de la dinámica local entre liberalidad y moralismo que ha abarcado<br />
todo renglón cultural, 36 nunca exento el tan natural como complejo<br />
35 Cuando además, una nueva modalidad se ofrece: las organizadas por lesbianas, a las que<br />
acuden pocos varones, situación totalmente contraria a lo que prima en las restantes “fiestas gay”<br />
(que han sido siempre las mayoritarias, sobre todo en el área en estudio) donde por otra parte<br />
pueden haber (como en cualquier otro contexto, y ciertamente, menos que en muchos otros)<br />
hostilidades y broncas al ritmo del alcohol, muy ocasionalmente alguna droga, pero nada de esto<br />
las marca, identificadas casi exclusivamente, eso sí, por su alto (y muy sano y hasta respetuoso,<br />
sobre todo las del primer período en los años 1990´s) nivel de erotismo y sensualidad, y en otros<br />
casos (sobre todo las más caras y más recientes) por la ostentación de poder económico con la<br />
frivolidad consecuente, y en algunas ocasiones cierta vulgaridad relacionada a veces con shows de<br />
trasvesti o con discusiones de pareja, sobre todo aunque no exclusivamente entre lesbianas de<br />
vocación viril (y a su juicio, por ende, agresiva) mestizas y negras (tampoco exclusivamente) con<br />
alcohol.<br />
36 Se abrió así el abanico de tantas reacciones como inquilinos, modificadas en el tiempo en cada<br />
comunidad urbana: la indiferencia absoluta, el disfrute total y participación o aporte o<br />
aprovechamiento económico u otra variante de complicidad; la sospechosa sensación de amenaza<br />
a su propia sexualidad y moral, y/o la de su familia, o la envidia y maledicencia, en ocasiones de<br />
“nuevo rico”, contra el progreso económico del vecino; el apoyo solidario con protección,