Los pingueros y sus clientes - Cuba Arqueológica
Los pingueros y sus clientes - Cuba Arqueológica
Los pingueros y sus clientes - Cuba Arqueológica
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
Sin ningún tipo de moralismo (¿qué hay más inmoral que<br />
imponerse a la moralidad ajena?) la prostitución es muy bienvenida<br />
para los potenciales <strong>clientes</strong> ya analizados y para aquellos que<br />
encuentran bajo la máscara de la necesidad económica, una vía de<br />
justificar placeres sexuales de otra forma, hasta entonces reprimidos,<br />
sobre todo en dependencia de la diversidad de contextos de los que<br />
provienen: los propios <strong>pingueros</strong>, no todos tan “felices” (sin embargo)<br />
como muchos pudieran creer. No obstante, es muy mal contexto<br />
(aunque no lo recriminen y hasta lo entiendan y/o compartan<br />
ocasionalmente) para quienes carecen de posibilidades económicas<br />
(la inmensa mayoría), refuerza las diferencias sociales entre la<br />
homosexualidad y sobre todo (pues los anteriores no están exentos<br />
de “realizarse” en alguna ocasión al menos con algún ahorro o suerte<br />
temporal) para quienes prefieren simplemente el amor, e incluso el<br />
sexo sin transacción comercial ninguna.<br />
<strong>Los</strong> “espacios de encuentro” son mucho más retorcidos ahora que<br />
antes, con una relativa y supuesta apertura y consenso social, pero<br />
ahora mediatizados por intereses comerciales que no es tan<br />
perceptible definir quién y cuánto dinero exigen a cambio, o quién<br />
simplemente, busca una relación para compartir la vida; opción esta<br />
última que en la ética social que se impone, suele ser recriminada<br />
como “aburrida”, como tanto otros valores positivos, incluso de una<br />
supuestamente baja autoestima, término lamentablemente aportado<br />
por un sicologismo simplista a inicios del siglo XXI, y que conlleva a<br />
la incomprensión de valores tradicionalmente positivos como la<br />
entrega al otro, la bondad y la preocupación por el prójimo, y hasta la<br />
ayuda desinteresada y gratuita, se mal interpretan como “baja<br />
autoestima”, a lo que se agrega que la homofobia subvalora el amor<br />
homosexual con respecto al amor heterosexual. Como ley, en una<br />
complejidad normalizada, lo sencillo pasa a sentirse complejo, y lo<br />
calificado “simplemente” llega a ser mal visto por ser difícilmente