Los pingueros y sus clientes - Cuba Arqueológica
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Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
suele establecer una competencia de “luchas de poder” y ostentación<br />
de la “conquista”, comúnmente sobre la base del poder adquisitivo de<br />
cada cual, pero también sobre la popularidad que alcance o no entre<br />
los <strong>pingueros</strong> por su propia gracia y atractivo, tal y como acontece en<br />
todo rito de cortejo. Si bien en la cama suelen ser sexualmente<br />
poseídos puesto que la mayoría de los <strong>pingueros</strong>, al menos<br />
inicialmente, se proyectan exclusivamente “activos”, son los <strong>clientes</strong><br />
los que pagan... lo que en alguna medida, los convierte en<br />
poseedores, para una sicología compleja en dicha transacción sexo –<br />
comercial.<br />
La casi institucionalización de una prostitución (aun clandestina y<br />
perseguida) es bienvenida para aquellos que no sólo tienen dinero<br />
suficiente, sino que gustan ostentar del mismo explícitamente, o<br />
implícitamente, sólo por el trivial pavoneo entre “su fauna” (como<br />
muchos de ellos mismos la llaman) y/o por competir y “restregárselo<br />
al rostro” de aquellos otros con menos potencialidades económicas<br />
para ello, convencidos de que todo el que no compra favores<br />
sexuales, es porque carece de dinero para ello, y por ende, de<br />
seguro le envidian. Entre ellos sobre todo, para quienes carecen de<br />
la gracia y el físico necesario para atraerse relaciones sexuales de<br />
su agrado, y ahora pueden escogerlas mediante el dinero del que<br />
disponen, a veces con el secreto (casi siempre frustrado aunque casi<br />
nunca confeso) afán de comprar igualmente una relación más<br />
afectiva y hasta amorosa.<br />
Grandes similitudes con la nacional tiene la clientela extranjera;<br />
las particularidades se dan para aquellos en cuyos países esta<br />
prostitución les sale mucho más cara, o que buscan (ostentan entre<br />
ellos y luego en <strong>sus</strong> países) el excentricismo del “sexo tropical” que,<br />
en su imagen racista eurocentrista (que no quiere decir “europeo”: no<br />
todo europeo es eurocentrista, y abundan los no europeos<br />
eurocentristas, al margen de que no se descartan tendencias