LA INDEPENDENCIA
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I 1 t)'<br />
buenos hasta cierto punto. que la destitución de Iturrigaii prdujo.<br />
Fueron, en unc y otro caso, muv distinras ]as personas Y fl1UV<br />
distintos los tiempos.<br />
Lo que en i8o8 podia producir Is union de los espifioles para<br />
combatir un peligro general, sOlo sirvió en 1821 para disgregarios<br />
V apresurar la descomposiciOn de Is vetusta maquiiia colonial.<br />
El mariscal de campo D. Francisco Novella no logro, por ni.<br />
que hizo, ganarse las sinipatIas de aquellos a los cuales habIa sidu<br />
liamado a gobernar, por los amotinados de Is noche del jueves 5 de<br />
A gost o.<br />
En vano echo toda Is literatura de que tue capaz en las proclamas<br />
destinadas a dare a rconocer: en vano se mostrO en elias<br />
más denodado que el Cid. y dió por prueba de su patriotismo<br />
Is circunstancia cierta de haber luchado contra los franceses<br />
en el parque de artillerfa de Madrid, al lado de los epicosheroes<br />
Daoiz y Velarde en Is jornada memorable del 2 de Mayo<br />
de i8o'.<br />
a<br />
Las autoridades mismas pusieron grandes dificultades a su reconocimiento,<br />
y La Junta provincial contestO a Apodaca ci ohcio en<br />
que le avisO su dirnisión, que su renuncia era nula, porque bien<br />
claro Se desprendla de los tCrminos de Is comunicación, que Ic habia<br />
sido arrancada a Is fuerza. no estando, por otra pane, autorizado<br />
a dimitir, como lo hahIa hecho, ni a nombrar sucesor, que<br />
en todo caso y segtn Is ley, debIa serlo aquel cuyo nombre constase<br />
en el pliego que se llamaba de mortaja, porque sOlo podia<br />
abrirse en caso de monir ci virey.<br />
El lance pudiera haber tenido funestas consecuencias si no hubiese<br />
cedido, como al fin cedió Is Junta Provincial, ante Is cual<br />
presto Novella ci juramento de estilo. por haber manifestado Is<br />
Audiencia, que, segün ci nuevo orden de cosas. no Ic correspondIa<br />
a aquel cuerpo el tomárselo.<br />
Muchos jefes militares, pretextando diversas causas, renunciaron<br />
ci mando de los cuerpos que estaban a su cargo. por no cooperar<br />
al tniunfo de los amotinados, y muchos, de fuera de Is capital cspecialmente,<br />
al renunciar a su vez, hiciéronlo sin ocultar ci disgusto<br />
con que veIan ci paso que se habIa dado, quc consideraban impolItico<br />
y antipatriotico.