LA INDEPENDENCIA

La Iudependencia
1863
los Ilamados a la consulta descubran los errores cometidos en La
curación: de este modo, anteponiendo su vanidad profesional at
interCs de la humanidad, ci faiso medico sacril-ica a su infeiiz enfermo
y le deja inorir, seguro, de que no descubrirá ci secreto de
su ignorancia.
No amigo mb: la inedicina puede ser un sacerdocio. pero por
desgracia no lo es.
Hay ci Dios. la humanidad: ha y el codigo. Ia caridad y ci amor
at prójimo: tiene su culto, ci estudio; pero no ha venido aün ci
Mesias que con su divina personalidad nos gule por el laberinto
de La mCs oscura ciencia que at hombre le es dado perseguir.
Jesucristo dejó resuelto el probiema de la salvación de las almas.
Nos falur ci Jesucristo que nos ha ya de enseñar C saivar to-,
cue rpos.
,VendrC algán dIa?
Quizas no.
Entiendo para nil que La rnedicina fué uno de los frutos del Crhol
farnoso de La ciencia del Bien y del Mal. que a los padres del
gCnero humano les costó el ser arrojados del paraIso.
XXII
Miciitras asi estuvo hablando ci doctor Oliva. no descuidó ci estado
grave del herido, y a la vez que hablaba preparaba una pocima
con varios medicanientos que tomO del botiquin quc consigo hahia
lievado.
1-liz6sela beher despuCs at herido, propinandosela en pequeñas
cucharoditas de cinco en cinco minutos. hasta liegar at nümero de
diez cucharadas.
Volvió despuës a tomar asiento y dijo:
—Torpe anduvo ci criminal, autor de este envenenamiento.
La Lantidad de rósigo que administró C Olazagoitia solo fue to
bastante para provocarle nCuseas y vCniiros. que es to que creo haber
impedido con estas cucharadas, que C la vez neutralizarán ci
efecto del veneflo.
—Y cómo se explica usted esa torpcza?_ pregunto D. Joaquin.