Primeras páginas de Virginia Woolf. La vida por escrito - Taurus
Primeras páginas de Virginia Woolf. La vida por escrito - Taurus
Primeras páginas de Virginia Woolf. La vida por escrito - Taurus
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>Virginia</strong> <strong>Woolf</strong>. <strong>La</strong> <strong>vida</strong> <strong>por</strong> <strong>escrito</strong><br />
atractivo <strong>de</strong> las Pattle y su <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia. Menos hermosa que sus hermanas,<br />
pero muy notable, fue Julia Margaret Cameron, que adoptó la fotografía<br />
como profesión. Ella <strong>de</strong>scubrió casualmente su vocación cuando cumplió<br />
cincuenta años y su hija le regaló una cámara fotográfica para que se entretuviera<br />
mientras su marido estaba en Ceilán, supervisando sus plantaciones<br />
<strong>de</strong> café. <strong>La</strong>s Pattle eran mujeres apasionadas e incluso <strong>de</strong>spóticas, y Julia<br />
Cameron * sometió a largas sesiones <strong>de</strong> fotografía a cuantos pudo. Tanto<br />
Tennyson como William Gladstone fueron algunas <strong>de</strong> sus víctimas. <strong>La</strong> fotógrafa,<br />
que alimentó su vocación retratando a sus mo<strong>de</strong>los en <strong>de</strong>terminadas<br />
poses y con diferentes vestuarios, se convirtió en una <strong>de</strong> las primeras y mejores<br />
retratistas <strong>de</strong> la sociedad victoriana. <strong>La</strong> madre <strong>de</strong> <strong>Virginia</strong> <strong>Woolf</strong> fue<br />
su mo<strong>de</strong>lo preferida, <strong>por</strong> lo que la influencia <strong>de</strong> Julia M. Cameron no <strong>de</strong>be<br />
subestimarse. <strong>Virginia</strong> admiraba su singular estilo: ella nunca retocaba las<br />
fotos —cosa habitual en la época—, ni aunque estuviesen fuera <strong>de</strong> foco. En<br />
la comedia Freshwater, cuya protagonista es su tía abuela, <strong>Virginia</strong> le hace<br />
<strong>de</strong>cir: “Llévate mis lentes fotográficas, se las <strong>de</strong>jo a mis <strong>de</strong>scendientes. Asegúrate<br />
<strong>de</strong> que estén siempre apenas fuera <strong>de</strong> foco”. 11<br />
El mandato es claro y parece anticipar una clave <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad literaria<br />
que obsesionó a <strong>Virginia</strong> <strong>Woolf</strong>. Si damos <strong>por</strong> cierto que “where there’s<br />
a will there’s a way” (querer es po<strong>de</strong>r), 12 arribamos a la conclusión <strong>de</strong> que las<br />
tías abuelas le legaron la posibilidad <strong>de</strong> tener una <strong>vida</strong> en la que lo doméstico<br />
y lo cotidiano adquirieran rango artístico. Aunque <strong>Virginia</strong> <strong>Woolf</strong> apenas<br />
conoció a Sarah Prinsep, y Julia Margaret Cameron murió años antes <strong>de</strong> que<br />
ella naciera, a lo largo <strong>de</strong> su <strong>vida</strong>, conservó el interés y la curiosidad <strong>por</strong> sus<br />
antepasadas y <strong>por</strong> las historias protagonizadas <strong>por</strong> mujeres. Tanto <strong>por</strong> las<br />
que “sin ser famosas, parecen reunir las cualida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> una época y representarlas<br />
mejor que nadie”, 13 como <strong>por</strong> aquellas otras personalida<strong>de</strong>s relevantes<br />
y excéntricas que supo rescatar en cuentos como “El foco”, en Freshwater o<br />
en el ensayo con el que en 1926 la Hogarth Press acompañó la publicación<br />
<strong>de</strong> Victorian Photographs, don<strong>de</strong> se reunieron fotos <strong>de</strong> Cameron. El entusiasmo<br />
<strong>de</strong> estas féminas, y las anécdotas que <strong>de</strong> ellas <strong>de</strong>rivaban, fueron las fuentes<br />
<strong>de</strong> inspiración más im<strong>por</strong>tantes para <strong>Virginia</strong>.<br />
Sin embargo, ninguna opacaría la centralidad <strong>de</strong> su madre Julia, que nació<br />
en 1846 en la India y fue la tercera hija <strong>de</strong>l médico angloindio John Jackson<br />
y <strong>de</strong> Maria, una <strong>de</strong> las bellas hermanas Pattle. A fines <strong>de</strong> la década <strong>de</strong>l<br />
cuarenta, Maria y sus hijas viajaron a Inglaterra; pero el doctor Jackson, <strong>de</strong>dicado<br />
con fervor a su profesión —durante veinticinco años no visitó Lon-<br />
* “Sería difícil imaginar persona más adorable, más exasperante que Mrs. Cameron.<br />
Era una mujer <strong>de</strong> extremos. Generosa en exceso, abrumaba a sus vecinos, los Tennyson<br />
[…]. Cuando Carlyle recibió, como llo<strong>vida</strong> <strong>de</strong>l cielo, una enorme Biblia, supo que solo<br />
el diablo o Mrs. Cameron la habrían enviado” (HG, p. 24).<br />
40