Primeras páginas de Virginia Woolf. La vida por escrito - Taurus
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Genealogías<br />
discurso en el cual el soliloquio y el coloquio se mezclan en forma extraña y<br />
terrible. 36<br />
A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> reconocer su especial sensibilidad, James poseía una fuerte<br />
imaginación; creía en los seres espirituales, recelaba <strong>de</strong> los fantasmas, era<br />
en extremo supersticioso y experimentaba fuertes sentimientos <strong>de</strong> culpa.<br />
Leslie Stephen, el padre <strong>de</strong> <strong>Virginia</strong>, estaba convencido <strong>de</strong> que había heredado<br />
muchas <strong>de</strong> sus características; sobre todo, cuando a la muerte <strong>de</strong> su<br />
madre, llegó a pensar en el suicidio. Es evi<strong>de</strong>nte que el temperamento irritable<br />
y nervioso caracterizaba a los Stephen, incluso Leslie había escuchado<br />
<strong>de</strong>cir que “su padre había nacido sin piel”. 37<br />
Lo cierto es que James III sufrió crisis nerviosas en 1824, 1832 y 1847.<br />
Poco antes <strong>de</strong> la última, escribió en su diario que le hubiera gustado “ser<br />
un auténtico hombre <strong>de</strong> letras”, una capacidad que muchos <strong>de</strong> los Stephen<br />
<strong>de</strong>sarrollaron. 38 <strong>La</strong> última crisis fue tan severa que sus amigos y sus doctores<br />
le aconsejaron la jubilación anticipada <strong>de</strong> la Oficina Colonial. 39<br />
James no fue un padre fácil para sus hijos. De los cinco que tuvo, lo sobrevivieron<br />
tres: James Fitzjames, Leslie y Caroline Emelia, quien <strong>de</strong>cía que<br />
tenía la sensación <strong>de</strong> haberse criado en una catedral.<br />
Tanto James Fitzjames como Leslie heredaron la hiperexigencia <strong>de</strong> su<br />
padre. Como hermano mayor, James Fitzjames protegió al <strong>de</strong>licado y tímido<br />
Leslie en el campo <strong>de</strong> batalla <strong>de</strong> la escuela <strong>de</strong> varones a la que ambos<br />
asistieron. De ese modo, se ganó su admiración y <strong>de</strong>spertó en él <strong>de</strong>seos <strong>de</strong><br />
imitarlo. Después <strong>de</strong> recibir los maltratos <strong>de</strong> sus compañeros <strong>de</strong> Eton, James<br />
Fitzjames concluyó “que ser débil era equivalente a ser <strong>de</strong>sgraciado” y no<br />
paró hasta convertirse en un lí<strong>de</strong>r. Sus anchas espaldas le valieron el apodo<br />
<strong>de</strong> “Gigante Inflexible”. 40<br />
Pero Fitzjames también se <strong>de</strong>stacó <strong>por</strong> su carácter e inteligencia. Fue el<br />
preferido <strong>de</strong> su padre, y sus compañeros <strong>de</strong> Cambridge lo eligieron para integrar<br />
la Sociedad <strong>de</strong> los Apóstoles —un grupo elitista que incluía a los intelectos<br />
más brillantes— y <strong>de</strong>l que formarían parte el marido <strong>de</strong> <strong>Virginia</strong> y algunos<br />
<strong>de</strong> sus más íntimos amigos. Como ya era tradicional entre los Stephen, Fitzjames<br />
se <strong>de</strong>dicó a la abogacía y llegó a ser juez <strong>de</strong> la Corte Suprema y baronet,<br />
dignidad <strong>de</strong> rango algo inferior a la <strong>de</strong> barón. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ejercer el periodismo,<br />
hizo honor a la prolífica capacidad literaria <strong>de</strong> los Stephen y se convirtió<br />
en autor <strong>de</strong> numerosas obras, entre ellas A General View of the Criminal <strong>La</strong>w of<br />
England (Consi<strong>de</strong>raciones generales acerca <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho penal <strong>de</strong> Inglaterra)<br />
y una historia <strong>de</strong> la ley criminal. Abiertamente antifeminista, Fitzjames polemizó<br />
con John Stuart Mill acerca <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> la mujer. <strong>La</strong> prensa se<br />
ensañó con él <strong>por</strong> la manera en que llevó un caso <strong>de</strong> adulterio: atacó alevosamente<br />
a la acusada, asegurando que las mujeres que cometían adulterio eran<br />
criminales <strong>por</strong> naturaleza, 41 y poco <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>bió renunciar a su cargo.<br />
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