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categorías de sexo físico y admiten tres estados en cuanto al género sexual” (Martin y<br />

Voorhies, 1978: 87).<br />

La bibliografía etnográfica sobre las identidades de género “berdache” entre los<br />

nativos norteamericanos es la más abundante en relación a los roles de género múltiples.<br />

Los 37 “berdache” son hombres -aunque se pueden encontrar también casos de mujeres,<br />

véase a Blackwood (1984)- que se visten, trabajan y comportan de acuerdo al sexo<br />

opuesto al que se les asignó al nacer. Sin embargo, en vez de ser considerados como<br />

“mujeres”, ellos son construidos y aceptados por la sociedad en tanto seres con una<br />

parte hombre y otra mujer. De hecho, su sexualidad y sus preferencias sexuales parecen<br />

tener poca importancia entre los nativos aunque algunas tempranas investigaciones<br />

antropológicas se hayan centrado casi exclusivamente en analizar su sexualidad como<br />

“desviada” (Devereux, 1937; Kroeber, 1940; Benedict, 1946). En España, una obra<br />

pionera sobre el tema es Guerreros, chamanes y travestís de Alberto Cardín (1984) que<br />

estudia las distintas formas de homosexualidad institucionalizada a través de la<br />

clasificación de numerosos ejemplos etnográficos de “pueblos exóticos” alrededor del<br />

mundo. Cardín considera a los “bardajes”, como los llama, como un tipo de<br />

homosexualidad o inversión ligada a la adopción de ropas del sexo opuesto vinculados a<br />

alguna actividad práctica dentro de la sociedad, como la prostitución.<br />

Más allá de estas investigaciones que los asocian con la homosexualidad, la<br />

identidad de género “berdache” no se construye a partir de una diferencia anatómica o<br />

de acuerdo a una sexualidad no normativa. Por el contrario, es la diferenciación social y,<br />

particularmente, su identificación con los trabajos destinados exclusivamente a las<br />

mujeres los que delinean su estatus “intermedio” entre los nativos norteamericanos.<br />

Ellen Jacobs (1983) y Evelyn Blackwood (1984) fueron las primeras en utilizar la<br />

expresión “tercer género” en tanto categoría que trasciende la consideración de los<br />

“berdaches” como un género intermedio (Callender y Kochems, 1983) o una mezcla de<br />

los dos roles de género (Whitehead, 1981). El “tercer género” corresponde a un género<br />

independiente y autónomo. Así, como también propone Roscoe (1996), los “berdaches”<br />

o, más precisamente, los dos espíritus 38 son una expresión del llamado “tercer género”.<br />

37 En toda esta sección, se utilizará exclusivamente el artículo masculino para nombrar a estas identidades<br />

y mantener así el sentido propuesto originalmente por los diferentes autores.<br />

38 Mantengo el concepto “berdache” entre comillas porque, en el presente, este concepto no es el<br />

adecuado ya que proviene de la nominación que los conquistadores españoles hicieron de estos roles de<br />

género alternativos al referirse a la expresión persa bardai: “compañero homosexual, pasivo y hermoso”<br />

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